Criminología feminista

Desde Mujeres

Por Lucía Almaraz / @DraLuciaAlmaraz / @DesdeMujeres 

Históricamente las mujeres hemos sido relegadas y disminuyendo nuestro papel como impulsadoras de diversos temas y luchas, la criminologia no es la excepción que desde sus inicios fueron hombres a los que se les visibilizo como investigadores del área, no fue hasta hace 47 años (1977) cuando surge la criminología feminista, de la mano de Carol Smart y su publicación “Women, crime and criminology”, bajo la idea de reivindicar las escasas investigaciones y estudios sobre la criminalidad de la mujer, en este sentido es que la criminologia feminista tiene como objetivo terminar con los roles de género que se vinculan a la criminalidad feminista que permitan realizar análisis profundos sobre la mujer como delincuente, alejándonos del machismo, el patriarcado y la misoginia que consideran que la única motivación de una mujer para delinquir son hormonales o emocionales.

Esto recobra especial importancia ya que según datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía de México (INEGI), entre 2017 a 2022 se registró un crecimiento en el número de mujeres privadas de la libertad por delitos asociados al crimen organizado. Las cifras de mujeres sentenciadas y en prisión preventiva por estos delitos pasaron de 9.754 en 2017 a 11.295 en 2022, lo que equivale a un incremento en la tasa de 15 a 17 por cada 100.000 habitantes.

Los dos principales delitos por los que se acusó a las mujeres fueron homicidio y secuestro, lo cual coincide con las tendencias de crecimiento en la incidencia delictiva y los índices de violencia del país durante ese periodo. Aunque el número de mujeres presas por homicidio se mantuvo estable, el secuestro fue uno de los delitos que registró un mayor incremento en 2022, con un alza del 73% en comparación con 2017.

Esto implicaría que deben analizar nuevas teorías feministas que abogan a la emancipación y la inclusión de las mujeres en diversos ámbitos sociales que antes les habían sido relegados como causa de este aumento. Esta inclusión proporcionaría un incremento de oportunidades delictivas y, por lo tanto, una mayor prevalencia en la comisión de delitos (Santos, 2021). Teorías posteriores, centrarían su atención en el patriarcado, analizando cómo las desigualdades y el desequilibrio de poderes supondrían la marginalidad económica (Sánchez, 2004) y la prevalencia de pequeños delitos en las mujeres.

Sandra Suarez, criminóloga refiere que la criminología feminista debe centrarse en el estudio de la criminalidad, el crimen y la justicia penal desde una perspectiva de género. Para ello, debe observar temas de gran impacto social como la discriminación de las mujeres en el sistema penal, las consecuencias de la violencia sexual en la vida de las mujeres, la prevención de delito desde una perspectiva feminista o la situación de las mujeres privadas de libertad en la prisión. Un ejemplo relacionado con esto último, podemos verlo en estudios supeditados a las cárceles masculinas.

La criminología feminista debe convertirse en una disciplina cada vez más importante e influyente. La verdadera criminología no debería ser exclusivamente androcéntricasino que debería tener en cuenta ambos géneros para obtener un estudio pormenorizado del crimen. 

La tarea de nosotras las feministas es demostrar que los paradigmas androcéntricos permean los “científico”, lo “correcto” y lo “determinista” en cuanto al entendimiento de la naturaleza humana y el orden social, proponiendo colocar en un lugar central el tema de las mujeres, quitando la atención en el varón, como el punto de referencia a partir del cual se mide la conducta delictiva de las mujeres desde la perspectiva de género.

En México y Jalisco no existe una política pública penitenciaria diseñada con perspectiva de género e interseccional y con enfoque de derechos humanos para las mujeres privadas de su libertad que considere e incorpore la planeación y construcción de infraestructura, así como la organización y el funcionamiento de los establecimientos de reclusión atendiendo el principio de igualdad y no discriminación, incluir la criminologia feminista a la política criminal o criminológica del estado así como las acciones y estrategias en lo que corresponde al sistema penitenciario particularmente a las mujeres privadas de la libertad, que de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, 2021 cerró con 12 mil 420 mujeres en prisiones federales, estatales y centros de reclusión para adolescentes, de ellas, 6 mil 564 no tienen una sentencia; es prácticamente la mitad, por ello resulta imperativo la incorporación de la criminologia feminista en el plan estatal de desarrollo de la siguiente administración estatal.

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