Radio Coamil: “La milpa nos hermana”, conversación con Huerta Guacamaya, de Medellín, Colombia

En esta emisión de Radio Coamil compartimos la entrevista colectiva con integrantes del colectivo Pachakuti: Alexander Florez, Cristian Idarraga, Julián Londoño (los tres de Colombia) y Matilde Velázquez (de México), quienes impulsan desde hace tres años, junto con otr@s compañer@s, el Huerto Guacamaya, en las escarpadas zonas de Medellín, Colombia. La entrevista-diálogo fue realizada virtualmente por tres de l@s integrantes del Colectivo Coamjl Federalismo: Melina Gil, Antonio Aguirre y Víctor Ibarra. 

Fue una conversación cálida, donde l@s compañer@s del Huerto Guacamaya nos hablan de esa conexión con el territorio que están ocupando, de sus dificultades y retos a los que se han enfrentado, pero sobre todo del sinfín de emociones que corren por sus venas tanto de ell@s como de la comunidad que participa activamente en este Huerto Guacamaya: un espacio de siembra de milpa, huerto urbano y jardín medicinal, así como de vinculación con una variedad de acciones culturales y solidarias, que nutren tanto el cuerpo como el espíritu. Desde el Colectivo Coamil Federalismo reconocimos y agradecemos estas coincidencias en nuestras miradas y acciones que nos hermanan con el Huerto Guacamaya, que son fuente de ésta y futuras acciones conjuntas. 

Podcast y articulo realizado por Colectivo Coamil Federalismo

Fotografías: Matilde Velázquez, Cristian Idarraga y Alexander Florez/ Huerto Guacamaya.

En este escrito compartimos fragmentos de esta conversa, pero pueden escuchar el audio completo del podcast, donde la palabra dulce, el cariño y la dedicación a este espacio colectivo se hacen palpable. 

MELINA GIL (COAMIL FEDERALISMO) inicia la conversa preguntando los orígenes de esta iniciativa del Huerto Guacamaya y cómo vinculan la siembra como un camino hacia la paz, cómo termina siendo una estrategia para conformar comunidad.

ALEXANDER FLOREZ (HUERTO GUACAMAYA):  Les cuento un poco sobre el origen de Huerta Guacamaya, anteriormente acuñada con el nombre de Huerta Comunitaria para la Paz y la Convivencia. Ése fue el nombre que le habíamos dado inicialmente. Este proyecto nació de un sentir de Julián y yo y otro amigo que nos encontramos. Propuse una huerta en un lote baldío y pues nos resonó mucho y comenzamos a trabajar sobre un proyecto para una financiación de un proyecto que iban a hacer, entonces a la par que íbamos haciendo el proyecto, y fuimos al territorio que nos íbamos a tomar que era un basurero, lo podamos, lo organizamos, y como lo dije, a la par con esta acción nos ganamos ese proyecto para iniciar la huerta, pero pues era como una excusa, pues el proyecto porque igualmente iba a ser, iba a nacer. Así como es como nace la huerta. Ya el nombre de Guacamaya fue, pues como digamos una introspección donde los abuelos y los guías del territorio me hablan a mí específicamente y me dicen y me muestran el símbolo de la guacamaya y resulta que en este lugar hay varios árboles muy hermosos y justamente en esa meditación recordaba yo cuando un niño que salía a estudiar se posaban dos guacamayas en estos árboles, entonces los abuelos me decían esto acá se va a llamar Huerta Guacamaya. Y así fue, es hermoso, porque nos trae esos colores, nos trae esos mensajes del cielo que representan la guacamaya.

JULIÁN LONDOÑO (Huerto Guacamaya): Este tejido no ha perdido como ese sentido. Seguimos trabajando en el territorio, que ha sido una zona compleja, marginada; es periferia de la ciudad. Es un lugar donde históricamente se ha reproducido mucho la violencia y vemos también una necesidad de articularnos como juventud. Entonces empezamos a caminar con un proyecto de dinámicas juveniles de la comuna, donde encontramos de pronto un recurso inicial para conseguir algunos materiales, pero ha sido fundamental irnos a tomar el territorio, coger un machete y empezar a oler machete, a desmontar, a liberar la tierra, articularnos con los saberes de la gente campesina, de la gente del territorio que tiene una memoria con el campo, que pues vive en la ciudad también por las dinámicas del conflicto que ha habido en el país. Digamos que la gente la ruralidad va cayendo a la ciudad, y hemos visto también la falta que hacen este tipo de espacios, porque también se conectan esos saberes de los pueblos, esos saberes campesinos, sus saberes que vienen de los territorios y a partir de ahí empezamos a construir, a aprender a sembrar, porque también digamos que por habitar la ciudad, por ser de la urbe nos han desconectado también de esta raíz. En nuestros procesos de formación, desde la escuela, nunca ha habido como un incentivo por conectarnos con la tierra, con la siembra, y ha sido todo el tiempo un proceso de aprendizaje, que ha tenido ese horizonte, de ofrecer colores de esperanza, como es la guacamaya, colores de vida de armonía, y alumbrar también el camino para las nuevas generaciones que van haciendo en el territorio.

CRISTIAN IDARRAGA (Huerto Guacamaya) A mí me gustaría aportar también a esta pregunta de cómo la huerta se visibiliza y nace como un lugar de construcción de paz. Me parece un proyecto fértil, bonito, porque nos ha permitido compartir primeramente entre nosotros, que ha sido un proyecto que inició con la intención de impactar a una comunidad, pero en medida que lo vamos caminando, nos hemos dado cuenta que la comunidad somos nosotros, los que integramos la colectiva, que las diferentes formas de pensar, que la riqueza que trae cada uno al proyecto, lo hace un lugar de aceptación al otro, de compartir, de crecimiento mutuo, colectivo, y que bueno se van uniendo personas claves, van enriqueciendo, vamos a sembrar un domingo y a encontrar en la tierra mucha sanidad, mucha palabra, consejo en otro, en el amigo en el compañero, entonces decimos que se construye paz. Yo creo que cuando uno va y conecta con la tierra y con la siembra, es inevitable que surja paz en nuestras vidas, es conectar con la madre. Es como una terapia bella. Sembrar ahí hace un camino, un camino muy bonito. Como lo decía Julián, no estábamos como muy familiarizados personalmente con la siembra y es como ir con aliados estratégicos del territorio que nos digan cómo se nivela primero el territorio, la cual está como en una pendiente, cómo hacer para conservar el agua, cómo cuidar la tierra, los nutrientes que trae la tierra, ahí es donde entramos con el concepto también de la milpa. 

VÍCTOR IBARRA (COAMIL FEDERALISMO:  Gracias. Nos pueden comentar cómo estas otras áreas, tanto de la agroecología, el arte, la creatividad entran en este espacio para seguir conectando con la comunidad, para ir abriendo brecha, ir abriendo grietas.

MATILDE VELÁZQUEZ (HUERTO GUACAMAYA):  Principalmente el grupo Pachakuti tiene la música. Ahí está muy viva y es lo primero que conecta con la comunidad el grupo. Bueno, aquí tenemos a los creativos, que crean esas canciones nuevas tener mayormente son canciones medicinas, canciones que conectan con la tierra, conectan con la siembra también con esa comunidad, y bueno, aunque a veces nos sintamos que no tenemos el conocimiento teórico de las cosas, de todos modos se avientan, para tocar la maraca para arriesgarse, y por qué no, agarrar la guitarra y aprender o integrarse con todo lo que esté alrededor y crear creo que ha sido una forma también que caracteriza mucho, el encontrar en medio de los recursos esa dinámica creativa también. La fotografía también ha estado presente, la crónica en el barrio, la escritura, la poesía. Una compañera que no pude estar presente, pero ella es poeta, entonces como que todo esto resuena en el compartir.

ALEXANDER (HG):  Nosotros también hemos creído, y más que creído, hemos visto y experimentado la potencia de compartir en comunidad, jugar, y a partir de un juego, ser creativos y experimentar como esa unión y esa comunión entre los movimientos de cada uno y entre sus opiniones. Aparte también, por ejemplo, me parece muy interesante en los talleres de cianotipia, que Matilde que han sido muy bonitos y muy intensos, porque es como recolectar cosas, objetos o plantitas del territorio y plasmarlas, entonces como que también se cuenta una historia desde la imagen, pues también desde la letra la poesía, también la imagen y llega también los sonidos, entonces el arte ha sido fundamental en la comunión de la colectiva Pachacuti, para el interactuar de otras formas, como otros saberes interdisciplinarios, como de construir memoria, y deconstruir la memoria y dejar plasmado esa semillita en cada ser, porque entonces también nos vamos uniendo o nos vamos relacionando a través de la siembra con semillas fértiles que se pueden sembrar en las memorias y en las mentes de las personas desde una forma bonita, entonces el arte ha sido clave para poder mostrar, porque a veces como que las palabras se quedan cortas al querer expresar una alegría y un confort que nos regala de sembrar y a través de esas actividades como que hay otros lenguajes que hacen que se pueda trascender un sentir bonito. Ése es mi sentir.

CRISTIAN (HG) También, un papel muy importante, ha sido la fiesta del maíz. Bueno, como les comentaba, nosotros en la huerta aprendimos un saber ancestral, que es la milpa: es esta asociación que hacían nuestros abuelos nativos, de tres plantas principalmente, que eran el maíz, la calabaza, que aquí la conocemos como auyama, y el frijol. Entonces es un ciclo muy bonito, donde el maíz va a romper la superficie de la tierra, va a penetrar y va a traer los nutrientes con esa raíz va a traer los nutrientes y a medida que crece la varita de maíz, entonces se le siembra a los laditos el frijo. El frijol va a absorber esos nutrientes de que vienen del fondo de la tierra y va a crecer un frijol, pues nutrido, bonito, hermoso. Y así mismo, la calabaza, la auyama, va a cuidar como planta rastrera ella ocupa una altura, pues es rastrera, cierto, cuida el suelo. Entonces, les estaba dando ahí como una vista general de la milpa. Con esta milpa y al tener ya el maíz que vamos a cosechar, sale la idea de vamos a hacer una fiesta, vamos a compartir esto con la comunidad, entonces convocamos buenísimo un movimiento, desde Julián que es un peso para mover la gente, y bueno, cada uno aportamos nuestro componente, colectivos que se querían unir, entonces planeamos esta fiesta del maíz. Le pusimos el nombre de chicha, maíz dulce, que éste es un lengua embera. Entonces le dimos el título y ahí fue donde nos pensamos lugares artísticos, entonces Mati se iba a encargar de un taller de cianotipia, nos encargamos también ahí fueron donde el componente musical: bueno, si va a haber una fiesta, necesitamos que haya música, cierto, aliados estratégicos de gente, como La Matera, El Derecho a no Obedecer, La Tierra, o sea, son proyectos conjuntos con los que nos hemos hermanado y que también dieron en esa fiesta. Un taller de plantas aromáticas y medicinales, entonces ahí es donde la tierra es tan fértil, y en el festejo, en este festejo cultural de la memoria, se va dando esta parte artística, que salgan todos nuestros talentos que el que quiere aprender a tocar la maraca, que la saque que el que está aprendiendo a tocar guitarra que se presente, entonces ha sido un espacio bello y fértil la huerta, para que salgan todos esos procesos artísticos. 

MELINA (CF) Sí, ahorita que estaban comentando de estas partes de las enseñanzas que se han ido desarrollando, incluso los actores, me surge la duda si han encontrado algún tipo también de resistencias para desarrollar el proyecto y el comportamiento de las autoridades, e incluso ligándolo con esta parte de que tienes un terreno ahí ocioso, que era un baldío y ahora lo transforma, cómo va respondiendo el entorno y sí también ahí las autoridades de Medellín ¿Hay apoyo, hay confrontación? ¿Cómo se ha vivido esta parte? 

 ALEXANDER:  En un principio cuando nos tomamos el territorio, un territorio baldío que solamente lo estaban utilizando para tirar basuras y enterrar gatos. Era como un cementerio de gatos, entonces nosotros lo resignificamos a la vida, pero igual están en compañía siempre están muerte y vida, pero entonces, que no sólo sea de muerte. Bueno y también por el contexto del barrio y de la ciudad, entonces cuando pusimos el espacio súper lindo, qué espacio tan hermoso un espacio de 50 metros por 15 metros, mejor dicho estaba súper lindo, o sea, nadie sabía el oro y y el regalo que había allí. Cuando esto pasa que nosotros lo arreglamos bien, como al quinto o sexto día ahí sí, aparecieron los dolientes. Entonces el primer doliente que apareció fueron los pillos del barrio, los maleantes, que están para enseñar cosas hermosas, entonces llegó este personaje con sus aliados. Yo estaba con unos niños sembrando, y el señor llegó diciendo ese espacio tan bonito, no sé qué, y sabe que, este espacio entonces lo vamos a organizar para meter unos animales, y para armar una granja y entonces en este sentido vamos a traer a los turistas, porque estamos en el barrio de la Comuna 13, donde está el turismo así súper exacerbado la gentrificación. Entonces el “man” tenía eso en la cabeza, de lucrar el espacio. Entonces me decía, “Hágale, que metemos animales. Traemos a los extranjeros para que vean los animales, pero tranquilo hermanito, que a usted le damos la parte”, y yo me quedé mirándolo y diciéndole “que pena con vos, qué pena con vos, pero este espacio, nosotros vamos a sembrar alimentos. Vamos a sembrar plantas y vamos a hacer un proceso muy bonito de hecho ya está el proceso firme”, entonces el man se alteró mucho y me comenzó a decir como que no, es que ustedes son unos ignorantes, por eso son pobres, se van a quedar pobres toda la vida, porque no tienen ese pensamiento de negocio y no sé qué, y el man, pues se puso muy agresivo, pero yo me le paré, me temblaba todo me temblaban las piernas la voz me se me quebró, porque el man pues estaba encima de mí y yo me le paré y dije: “¿Sabes qué hermano? Si tú metes animales acá, las plantas que vamos a sembrar nos las comen los animales, y ésa no es el propósito. Nosotros ya tenemos un algo aquí firme, ya nos han patrocinado, pues nos van a patrocinar y éste es el propósito es lo que nosotros tenemos acá. Bueno, el comenzó a decir otras cosas súper malucas y bueno, pues llegó el punto que incluso me amenazó. Entonces me fui muy triste para mi casa después de eso. Bueno, ya mucha gente, pues como que mi red de apoyo me decía como que no Alex hágale, que no sé qué otros me decían como que “ay, ojo con esa gente que no sé qué”, pero yo luego como que hablé esto con todos y como que “vamos a meterle fuerza”; le metimos fuerza e hicimos unas acciones conjuntas, unos eventos súper hermosos, en los cuales también es denunciabamos y decíamos… de hecho pusimos un bafle grande, un micrófono, una fiesta que hicimos y decíamos “este territorio no es de nadie y es de todos, y si aquí vamos a construir, vamos a construir paz”, pues así a voz libre, o sea, duro a toda la comunidad, y les dijimos “aquí está el construida la Huerta Guacamaya, que es una huerta de vida, es una huerta para sembrar, para que cultivemos aquí”, incluso, pues es que también es a través del ejemplo: la cosecha que sacábamos la repartíamos a la comunidad y hacíamos fiesta, entonces como que ellos comenzaron a ver que la colectiva fue creciendo. Éramos mucha gente, entonces el actor éste como que se fue retirando un poco, tuvo otras intervenciones en las cuales también fue un poco violento, pero nosotros también tuvimos unos mecanismos de conciliación muy bonitos, con los cuales fuimos como apaciguando esta energía violenta que que venía, que lo entendemos, porque ellos tienen un contexto (nosotros, pues yo también vivo en ese barrio), teníamos un contexto violento de relacionarnos, entonces como transformar Pachakuti, transformar, volcar, transmutar eso que de pronto nos enseñaron en el barrio. 

CRISTIAN:  La otra vez les transmitía a los chicos, a mi modo de ver, es como que en la huerta se replicaba una Colombia chiquita, donde intervenía el conflicto armado, donde también intervenía la religión con esta colonización ancestral del pensamiento y de la tierra, de la evangelización. Bueno tantas cosas porque bueno, unas vecinas, hablando de resistencia que hemos encontrado en el territorio con vecinas de la huerta, tenemos el convento de la Madre Laura. Éste es un convento de la Iglesia Católica, de monjas, donde otra experiencia que tuvimos estábamos organizando las plantitas, teníamos el contorno de plantas aromáticas entre ellas albahaca, que nos ayuda a cuidar el cultivo de maíz y llegamos un día y vemos que las plantas estaban marchitas. Que habían tirado agroquímicos y pesticidas para ellas “mata maleza” le llaman, entonces también fue como otra resistencia que encontramos en nuestra Colombia chiquita, en la huerta. Han sido experiencias que golpean fuerte, que son retadoras, pero que se han logrado trascender. Ahora con las monjas tenemos una buena relación. Se hicieron letreros con Mati, dejando saber esto es un territorio de siembra de alimentos, por favor no fumigar.

Tuvimos sí, algún encuentro maluco. Estuvimos acompañados también en estos conflictos, del que hablaba Álex, de los agentes violentos y con las monjas, tuvimos acompañamiento de la Alcaldía. Nosotros ya tenemos visibilidad ante ellos, estamos inscritos ante la Alcaldía como iniciativa de paz de la ciudad. Estamos en el mapa de una de las muchas iniciativas de paz que hay en la ciudad, donde se cultiva territorio, donde se se reúne la comunidad para el sanar, para el conversar. 

ANTONIO AGUIRRE (COAMIL FEDERALISMO) Primero que nada lo que he tenido oportunidad de escuchar las interesantes aportaciones que han estado haciendo pues resuenan mucho en lo que nosotros también hacemos. Me resonó mucho y se me hizo súper interesante que estén haciendo milpa, también ustedes. Nosotros acá en el Coamil Federalismo, es nuestra bandera. Entonces saber que otros proyectos, en otros espacios, en otras geografías estén trabajando este policultivo tan maravilloso, pues es sumamente gratificante. Lo mismo con todas las estas formas en las que fueron, ocupando el espacio en la forma que han resistido escuché esta parte cultural que han estado trabajando, infinidad de actividades.  Me gustaría saber ¿Cuánto tiempo tiene el proyecto. Cuánto tienen trabajando?, y ¿Cuál es el grueso del público que los visita o que trabaja con ustedes. ¿Son jóvenes, son personas mayores, niños? 

CRISTIAN (HG) Tenemos diferentes públicos, es muy diverso, muy bacano, porque hay mucha diversidad. Un elemento muy importante para nosotros son los niños. La alegría de los niños y en el barrio Guacamaya, que hay una “manada” tan bella de niños que nos están ahí respaldando. Que les decimos: “vamos a hacer juegos”, “hoy vamos a hacer un chocolate”, entonces son los primeros que se animan, con la chispa que tiene la infancia. Creo que tenemos mucho que aprender de eso. Que a veces como adultos nos estructuramos mucho y nos aislamos de espacios, quizá tejiendo una desconfianza o unos hábitos que ya hemos marcado en toda nuestra vida, pero en los niños es como esas ganas de aprender, de jugar, de compartir. Entonces son los primeros que están ahí, en los juegos tradicionales, en los talleres artísticos, también les encanta sembrar. Es uno de nuestros públicos, uno de los que más asisten a la huerta.

JULIÁN (HG) Bueno, con la primer pregunta nosotros venimos con este proyecto más o menos desde septiembre del 2021, ya como tres años largitos. Y bueno, el público es amplio. Nos hemos ido conectando con gente adulta también, mujeres y hombres que vienen con herencias campesinas, los jóvenes del barrio, pero también de la ciudad. Por ejemplo, El Derecho a No Obedecer es una plataforma de jóvenes de la ciudad que se disputan la desobediencia a nivel político y la articulación como con otros procesos o colectivos o colectivas como Casa Agroecológica La Matera. Recientemente también nos venimos articulando con la Huerta Colibrí y digamos que es amplio el público.

Todos van participando de una forma u otra en las festividades que hacemos, pues también siempre hacemos como la olla comunitaria, y en la olla comunitaria, pues todos vamos aportando. Entonces nos aportan las señoras del barrio. Para ir a la huerta, hay que subir como una montaña, y hay personas que por su edad limitada (no puede subir), pero entonces también vamos a hablar con ellos, vamos a veces a saludar a las abuelas del barrio, a conversar con ellas, a llevarles alguna cosecha y pues ahí vamos como interactuando con toda esa diversidad.

MATILDE (HG) También han hecho presencia las mamás, las mamás han dejado un gran aporte. Porque a veces llevan el conocimiento, pero hasta en el momento ya se comparten. Y entonces era aprender que esa plantita no es maleza, sino en realidad es una “bueneza” que nos ayuda mucho para curar como todo lo cotidiano, como en el botiquín natural y que no conocemos de repente esas plantitas, que de repente también se iban con el machetazo. Ahorita ya se procura tener un ahí como claridad de qué está sembrado, pero siento que las mamás también han hecho como una fuercita ahí. Y también la gente del barrio, cómo se une de repente a pesar de que no lleguen directamente a la huerta. En las festividades, por ejemplo en la fiesta del maíz del año pasado creo faltaban muchas cosas, y de repente todo el barrio empezó a colaborar, de que hacía falta una cuchara, salía la señora, como esa de “Simón dice, tráeme a esto. Tengo un zapato”, entonces la señora salía con la cuchara que hacía falta; hacía falta hielos, entonces corrían los niños y traían hielos, era como pues el aporte ha estado. Toda persona que llega a la huerta y quiere aportar de repente. Estamos ahí moviendo la tierrita y llega al niño y así de sorpresa ya también, ahí está moviendo la tierrita. Entonces si ha habido como una asistencia de todas las edades, incluso a veces llegan los perritos también y comparten, ahí el espacio, que también es bonito compartir con los animales.  

VICTOR (CF) Veo que su lema, o uno de su lemas es: “Cosechando territorio, sembrando paz”. Acá en el Coamil, uno de los que usamos es “Hagamos, milpa, sembremos comunidad”. Hablaban un poco de eso, de cosechando territorios, de cómo esos territorios se han visto transformado físicamente, pero ahora les pregunto ¿cómo este territorio renovado ha ido transformado a la comunidad?

CRISTIAN (HG) Son importantes estas frases de poder, palabras de poder con las que nos inspiramos, y le vamos dando aliento también el caminar a esas luchas que transitamos. Mucho en la disputa o cuando estábamos transitando este conflicto con el ente violento de la comunidad, fue que salieron muchas de esas palabras, entre ellas una canción de música protesta. El fragmento dice algo como “la tierra es de aquel que la ha de sembrar”, entonces en un territorio donde nos empezamos a mover y se empieza a sentir tensión donde había un terreno baldío y metemos la primer pala en la tierra y empiezan, pues como diferentes actores a reclamar posesión. Creo que es algo en lo que debemos todos trabajar mucho ese sentir de que somos dueños. La tierra no es ni de la religión ni del ente armado, sino del que viene a sembrar y a compartir y a consentirla, entonces ése ha sido también el intencionado que hemos propuesto cuidar el terreno y que sea abierto a la comunidad, pero que esté abierta de forma propositiva. Yo personalmente he visto un cambio en el territorio: cuando voy hacia la huerta, ya veo en el camino más terreno sembrado. Hay muchas zonas verdes a los lados de la vida y es donde ahorita se están viendo muchas plantas de café, donde se empiezan a ver plantas de yuca, como dinamizando la gente, recordando toda este sentir del campesino, de lo ecológico, de la siembra. Entonces creo que mucho desde el ejemplo desde nosotros, ir caminando con el azadón en el hombro y con el machete a la mano y el costal con la cosecha, se ha visto que es posible reclamar esos espacios de soberanía alimentaria, soberanía, autonomía. Entonces son un poco los cambios que yo he visto que se ha inspirado en la comunidad.

JULIÁN (HG) Yo también quisiera agregar que la transformación también va hacia adentro, entonces también vamos transformando hacia afuera. Ahorita hemos logrado una legitimidad por parte de las diversidades de actores legales y legales que han sido de cierta forma obstáculo el territorio y se armonizando el territorio, pero también las personas que vamos a sembrar en la huerta, nos armonizamos mucho cuando vamos a la huerta, porque es ir a sembrar, es ir a compartir la palabra, es ir a compartir saberes. Es descargar también las energías con las que cargamos en la semana, con las que cargamos del vivir diario y encontrar como un espacio donde liberamos todo eso construyendo sembrando vidas, sembrando territorio, entonces ahí vamos cosechando esa paz también. Entonces las personas que van conociendo el proyecto que se van acercando a la huerta que llegan a sembrar también al territorio, entonces es como una armonía muy integral, donde todos, vamos de cierta, forma transformándonos.

MELINA (CF) En esta parte las advertencias los comentarios que les hacían de “ay aquí no se va a dar nada, también entendiendo un poco de cómo está esta parte, del territorio porque ahí revisando las imágenes satelitales, se ve como que es una zona totalmente escarpada. Son unas elevaciones realmente complejas que sí resultan muy desafiantes. Si nos pudieran también profundizar cómo es físicamente este espacio. Si también hay barreras y complejidades que se pueden enfrentar para estar sembrando en este espacio e incluso cuando ya se está desarrollando el cultivo, no sé si también influye la orografía, los nutrientes que se van deslavando. ¿Cómo han solventado esta parte?

CRISTIAN (HG) Medellín es una ciudad montañosa. Nosotros estamos en toda la Cordillera Occidental y de verdad que es una característica muy especial de nuestro territorio, que no se ven muchos lugares. Uno aquí desde un lugar, yo salgo aquí, por ejemplo en esta casa en la que estamos y te puedo señalar los barrios y te digo por allí está tal cosa, por allí vive tal persona y ésta no sé la Iglesia, el cementerio, ahí está aquel barrio el norte, el sur entonces si en efecto nuestra ciudad y la huerta es una colina prominente. Incluso tenemos un efecto que se está dando un deslizamiento, un talud.

Entonces hemos incluso empezado a sembrar plantas que empiecen a amarrar el suelo porque tiende a desmoronarse. Ya hemos elevado alertas, pues como ante organismos municipales que le presten atención para evitar una tragedia. Físicamente se accede entonces a la huerta por una vía principal y hay que subir una trocha, no sé Matilde cómo decimos trocha en mexicano. (MATILDE) Una veredita toda así, toda angosta, toda difícil de subir. (CRISTIAN) Por ejemplo en temporada de invierno se vuelve lodosa y tiene una inclinación. Ahorita les comentaba en el proceso antes de hacer la milpa, un vecino de la comunidad nos enseñó este saber del agronivel. Esto es como un compás gigante que se hace con madera y buscando pues como un péndulo que tiene este compás gigante elaborado con dos tablas tiene este péndulo en la mitad como acceder surcos de manera que el agua no laven los nutrientes, que hayan unas vereditas horizontales de acuerdo a las curvaturas de la huerta, para que el agua se conserve y alimente las plantas. Entonces básicamente desde que entramos estamos con una inclinación como de este lado izquierdo y se extiende la huerta es largita. Ustedes la pueden identificar ahí con los mapas satelitales es alargada y está al borde de una montañita, pues con una inclinación siempre como hacia este lado izquierdo. Para la cosecha, bueno hay que tener cuidado. Nosotros estamos aprendiendo cada día la siembra. Es como de tener cuidado por donde se camina. De pisar una planta que acabamos de sembrar que estaba más pequeñita, de ir como demarcando y señalizando todo muy bien, Es como la configuración física que les puedo transmitir de la huerta. 

VÍCTOR (CF) Acá en el Coamil también, como comentan en Huerto Guacamaya, es importante la palabra y el diálogo así como la libertad de expresión, reconocemos  y valoramos la labor de las campesinas y los campesinos, la importancia de la memoria ancestral y colectiva, y de la solidaridad. 

CRISTIAN (HG) : La paz ha sido fundamental en nuestro tejer, viéndonos nosotros como ejes principales en nuestras mentes, en nuestras relaciones interpersonales. En nuestra familia es donde se empiezan a tejer las guerras, entonces es vernos como entes de paz desde nuestro campo mental, espiritual y personal, abanderándonos de ideas de presente y que son el futuro, de abrazar la diferencia el que piensa diferente a nosotros, de sentarnos a conversar, a dialogar para construir una sociedad en paz.

JULIÁN (HG): También las posturas políticas que venimos recalcando tienen que ver mucho con la interculturalidad crítica, con generar procesos de resistencia y conectarnos con nuestras raíces como mestizos, entonces nos posicionamos también desde un discurso intercultural, reconociendo nuestras memorias, nuestras memorias indígenas y nuestras memorias campesinas. También nos planteamos como colectiva Pachakuti una apuesta política o una perspectiva crítica de la decolonialidad, venimos decolonizando la vida, el pensamiento. Y las acciones también que ejercemos en el territorio para construir como esos buenos vivires o esos vivires sabrosos. o como dice alguna gente del barrio ese vivir elegante. De pronto es un lenguaje más popular, que también venimos reivindicando esa memoria popular, de sus sectores periféricos que históricamente han sido negados, han sido vulnerados, entonces también como desde esa palabra del nadie del ninguneado, venimos posicionándonos como saberes válidos legítimos que articulan también la defensa del territorio. Actualmente también nos venimos pensando cómo generar un movimiento de ciudad medioambiental, que se discute las políticas medioambientales que hay en la ciudad, que hay veces pareciera que no hubiera un movimiento muy fuerte, aunque sí hay bastantes movimientos de ciudad también en medioambientales. Nos hemos pensado en algún momento cómo articularnos y potencializar la defensa de los territorios desde la ciudad y eso aplica también para expandirnos, por ejemplo allá a Guadalajara. Cómo defendemos el medio ambiente en las ciudades, que es un tema tan complejo en conexión con los territorios y los pueblos. 

TOÑO (CF): Me quedé hace rato con lo que mencionaban los compañeros sobre la milpa, sobre la siembra, de los meses en los que siembran. Me pareció interesante que empiezan a sembrar en marzo, quería preguntarle sobre su semillas de maíz, cómo las obtuvieron. Ya por ahí mencionaron algo de espora, pero igual, nosotros acá siempre nos gusta compartir semilla, de las que tenemos por acá en el coamil y que nos llegan de otros compañeros. Ya se las haremos llegar. 

CRISTIAN (HG): Ya hemos tenido algo de chiles, que nos trae Matilde de allá del norte. Que cocina delicioso. 

MATILDE (HG) Los chiles ya se incorporaron a la milpa colombiana. No eran parte, pero ya se hicieron parte.

ALEXANDER (HG) Las semillas que hemos obtenido primeramente han sido de espora, con esa cosecha hemos tenido nuestras propias semillas, de ese territorio y también hemos obtenido semillas de otros colectivos y colectivas que nos han compartido también semillas libres de agroquímicos, y bueno, últimamente también una chica que fue a este territorio se llaman allá donde los zapatistas y nos trajeron unas semillas súper hermosas rojas rosadas. Es que una variedad hermosa y allá de México y las tenemos, pero nos han dicho. De Chiapas exacto. Nos han dicho que antes de sembrarlas primero para conservar, pues como la cepa tenemos que esperar dos tres meses de que no tengamos semillas de nosotros para poder también cultivarlas. Entonces hemos tenido como varias varios lugares en los cuales hemos varios colectivos en los cuales hemos obtenido semillas conscientes, aquí lo acuñó como con ese nombre.

VÍCTOR (CF) Compartan una ronda de palabra para despedir la conversa. 

ALEXANDER (HG) Bueno muchachos que escuchan y muchachada y muchachos y muchachas que se conectan a través de este canal, de este portal cósmico, fronterizo, interfronterizo les animo, a que siembren, a que se tomen cualquier partecita, que ustedes vean que crezca alguna semilla, siembren, siembren, y déjense maravillar con la magia de ver crecer una semilla, de cómo a través del asfalto crecen las plantas, esa resistencia también como que nos evoca, ese ejemplo como que bueno también somos semillas, somos plantitas, hágale.

El capital nos quiere llenar de asfalto, entonces bueno también agradeciendo mucho este espacio, con ustedes de Coamil. Excelente, pues resonamos mucho también, pues es increíble o mejor dicho es creíble cómo también otras personas le están apostando a la semilla.

JULIÁN (HG) Agradecerles. Acá estamos para construir, para tejer también palabra de vida. Invitados siempre también, como dice el hermanito, a que nos tomemos los espacios, a que también sembremos en nuestras casas, a que cada vez tengamos más conciencia de los alimentos que comemos e ir limpiando también la medicina que hoy en día nos ha envenenado tanto. Y bueno, proyectarnos, fue bacano poder construir, qué bacano poder reconocernos en este espacio. Las puertas abiertas para retomar acciones planetarias, en nuestro Abya Yala, un poco retomando la memoria de los Kuna, y esa forma de nombrar lo que hoy es América. Yo creo que hoy la tierra no es hermana, nos une y nos invita a esa conciencia de accionar conjunto. Bueno, muchas gracias. 

ALEXANDER (HG) Un gran abrazo desde el cóndor de sur al águila del norte, qué bacano tejer estos espacios de hermanamiento, de juntanza, para seguir inspirando en este proceso. 

MATILDE (HG) Muchas gracias. No perder la esperanza de que esto se puede hacer y se puede construir. Vemos que a pesar de la distancia se están haciendo cosas similares, si no es que iguales. Entonces no perder la esperanza, en medio de tanta crisis. Invitar desde la acción a construir y a poblar de plantas, esto que ahora nos genera tanto calor y nos permite abrir también la conciencia de lo que hace falta, y de lo que hemos permitido en cierto nivel que llegue toda esta también esta destrucción. Creo que también es una forma de deconstruirnos y de transformar ese pensamiento eso que no conocíamos ayer, ya lo estamos conociendo hoy, posiblemente entonces abrir esos nuevos caminos de construcción y conexión, Muchas gracias.

ALEXANDER (HG): Abrazo emplumado

MELINA (CF): Nos vamos todas y todos bien, inspirados a seguir resistiendo y luchando y sembrando.

ANTONIO (CF) Que la milpa nos siga juntando de esta forma. 

***
Compartimos las redes de Huerto Guacamaya y Colectiva Pachakuti.

https://www.instagram.com/pachatrece/

***
Súmate a nuestra campaña de donaciones solidarias: ¡ZonaDocs, el medio independiente que depende de todxs

Comparte

ZonaDocs
ZonaDocs
Somos un proyecto de periodismo documental y de investigación cuyo epicentro se encuentra en Guadalajara, Jalisco.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Quizás también te interese leer