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La historia de Josué y Ruth, una familia venezolana, terminó en tragedia debido a que uno de sus dos hijos, con quienes viajaban sobre vagones de ferrocarril, murió al caer del tren de carga que descarriló en Ahumada, Chihuahua, a unos kilómetros de la frontera con Estados Unidos por Ciudad Juárez; la mujer sufrió además la amputación de un pie.
Por Raúl Flores y Blanca Carmona / La Verdad Juárez
Fotografía principal: Carlos Sánchez
Ciudad Juárez– Josué C. lloró al recordar el miedo que le provocó el sonido del tren de carga cuando se salió de las vías del ferrocarril. En medio de la noche, los vagones sobre los que viajaba con su esposa y dos niños se descarrilaron antes de llegar a la frontera con Estados Unidos, generando los peores momentos de su vida.
Su niño de 4 años, el menor de sus dos hijos, murió. Su cuerpo fue localizado debajo de uno de los vagones volcados. Su esposa, Ruth Sarahí G.T., sufrió la amputación de un pie y diversas lesiones al caer de ‘La Bestia’, como llamó al tren en el que se trasladaban.
“El sueño que teníamos era llegar a Estados Unidos con el niño, no lo pudimos cumplir” dijo el hombre de 24 años, quien salió de Venezuela con su familia con el anhelo de llegar hasta el otro lado de la frontera para encontrarse con parientes que viven allá.
Entre lágrimas Josué contó lo que vivió tras descarrilar el tren en una zona despoblada de Ahumada, Chihuahua, la noche del martes 3 de septiembre. Narró su historia al salir del hospital donde fue internada su esposa, lo hizo mientras esperaba a los agentes del Grupo Beta del Instituto Nacional de Migración (INM), quienes lo trasladaron a un albergue.
El accidente fue totalmente inesperado, contó el hombre. Abordaron el ferrocarril en la ciudad de Chihuahua, fue su tercero o cuarto tren – no lo recuerda con precisión– al que se subieron en su trayecto por México.
De un momento a otro, la velocidad del tren incrementó, en la oscuridad de la noche comenzaron a saltar chispas a un lado de las vías, y en un instante los vagones comenzaron a volcar, relató.
Fueron 12 los vagones que salieron de la vía férrea, de acuerdo con las autoridades, quienes reportaron que varias de esas unidades de Ferromex – empresa del Grupo México– transportaban materiales peligrosos, por lo que se generó un derrame de ácido sulfúrico.
Josué recordó que fue como si ‘La Bestia’ rugiera.
Sobre los vagones iban unas 17 personas migrantes, todas salieron volando, aseguró.
En el lugar de los hechos, por la mañana, las autoridades reportaron cuatro personas lesionadas.
Por la tarde, Sergio Rodríguez, director de Protección Municipal de Ciudad Juárez, dio a conocer que fueron nueve personas migrantes las encontradas atrapadas en un vagón del ferrocarril. A ellos se les dio atención médica en el sitio de la tragedia y la mayoría firmó una hoja de liberación para evitar su traslado a un hospital, solo dos personas fueron llevadas a recibir asistencia médica por las lesiones que presentaban.
Ruth Sarahí fue llevada al Hospital General, donde se reportó con lesiones graves pero estable. Además, un hombre de 17 años se trasladó a un hospital del IMSS, donde fue reportado fuera de peligro por personal de esa institución.
Los migrantes que no aceptaron ser trasladados a una institución de salud, quedaron a cargo del personal del INM, indicó Rodríguez. También Josúe y su hijo de 7 años, quedaron al resguardo de las autoridades migratorias mexicanas.
Al parecer la familia de Josué fue la más perjudicada. El hombre contó que al momento de que los vagones se desplomaron, él, su esposa y sus hijos iban sobre una división entre dos vagones que se descarrilaron completamente. En el lugar esperaron auxilio por varias horas.
El accidente ocurrió después de las 22:00 horas. A la altura del kilómetro 302 de la carretera Panamericana, entre Ahumada y Ciudad Juárez, en una zona semidesértica. El reporte a las autoridades llegó por una llamada al 911, se informó.
Hasta ese lugar semidesértico se trasladaron bomberos de Ciudad Juárez y paramédicos asignados al poblado de Samalayuca. Con la ayuda de lámparas portátiles iniciaron la búsqueda de las víctimas.
Los primeros en llegar al lugar fueron los dos rescatistas, pero al ver la magnitud del accidente esperaron refuerzos. Llegaron 15 bomberos. Caminaron en medio de la oscuridad, su prioridad era encontrar a las personas que viajaban en el techo de los vagones unidos a la locomotora número 1832.
La primera persona migrante que localizaron estaba tirada a unos metros de los vagones, imposibilitada para moverse debido a las lesiones que sufrió, se reportó.
Esa persona fue llevada a la ambulancia y cuando los elementos avanzaron en la búsqueda de más víctimas detectaron un olor fétido que provenía de uno de los tanques cisterna que se salieron de los rieles.
Del tanque se derramó ácido Sulfúrico –un compuesto químico altamente corrosivo, obtenido generalmente en laboratorios a partir de dióxido de azufre y con gran uso en la industria, principalmente en la fabricación de fertilizantes, baterías de plomo y síntesis de detergentes–. Eso alertó a las autoridades, quienes detuvieron la búsqueda de las víctimas para aplicar el protocolo Hazmat, enfocado al manejo de sustancias peligrosas.
“Un carro tanque con ácido sulfúrico presentó fuga, en ese estuvimos trabajando como hasta las 3 de la mañana. Otro tanque trasladaba cloro, ese tenía daños estructurales, pero no fuga”, dijo Sergio Rodríguez, director de Protección Municipal de Juárez.
Elementos de la Guardia Nacional, del INM y paramédicos de diversas instituciones, como Cruz Roja y CRUM, también llegaron al lugar de la tragedia. El peritaje del accidente aún no se dió a conocer.
La búsqueda de las víctimas se retomó luego de que estuvo controlada la fuga del químico.
El hijo de Josué, identificado con Aaron, de 4 años, se reportó como desaparecido luego de la tragedia; sin embargo, por la mañana, cerca de las 9:30 horas, el niño se localizó sin vida, informó la Fiscalía de Chihuahua.
Su cuerpo quedó debajo de uno de los vagones que se descarriló.
Reconocer a su hijo fue muy doloroso para Josué.
“Es triste que te llamen a ver si es tu hijo, y si lo puedes reconocer, es muy duro”, afirmó el hombre, con su voz entrecortada por el llanto.
Frente a su tragedia pidió a otras familias migrantes no arriesgar la vida de sus hijos al subirse a ‘La Bestia’.
“No se lancen así a ese tren”, dijo. “No pongan en riesgo a sus hijos, no cometan el mismo riesgo que nosotros, no quiero que les pase eso mismo”.
Por el momento no sabe qué le depara a él y su familia. Comentó que su esposa necesitará una cirugía muy costosa, y aunque se encuentran más cerca de cruzar la frontera para llegar a Estados Unidos, aún nada es certero para ellos.
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Este contenido fue originalmente publicado en La Verdad, integrante de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes ver su publicación.
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