Luego de tres meses, Betty sigue en la búsqueda de empleo en la provincia de Alberta luego de ser despedida injustificadamente.
Por Nayeli Martín del Campo / @NinjeliSaya
Ilustraciones creadas por Ideogram.ai
“No te miento, la he pasado mal, desde el 13 de mayo a la fecha no he podido encontrar un empleo”, comenta Betty, una mexicana que al momento de la publicación de este artículo sigue en la búsqueda de empleo en la Provincia de Alberta.
Beatriz, es originaria de Tijuana y los 54 años, llegó a la Ciudad de Vancouver a probar suerte y tener una vida con mayor calidad.
Luego de terminar un diploma Co – Op o un Co – Operative Education, -programa educativo que te permite estar en el país con un permiso de trabajo-, contactó con una agencia de inmigración que le ofreció la oportunidad de ejercer su profesión con un permiso de trabajo cerrado a través del Acuerdo de Canadá – Estados Unidos y México (CUSMA) por sus siglas en inglés.
El programa acepta a personas que busquen aplicar como visitantes de negocios, profesionales en áreas médicas y la ciencia, maestros, y algunas relacionadas con las artes y humanidades.
Permisos de trabajo en 2022 – Agosto 2023 | ||
Tipo de permiso de trabajo | 2022 | Enero –Agosto 2023 |
Trabajadores extranjeros temporales | 135,565 | 142,150 |
Programa de trabajo para movilidad internacional | 458,915 | 692,550 |
Permiso de trabajo | 593,010 | 833,610 |
Permiso de estudio | 548,955 | 463,910 |
Fuente: SOCI – Data Cheat Sheet – September 28, 2023
Según el portal del Gobierno de Canadá, durante el año 2022, 9 mil 820 personas obtuvieron un permiso de trabajo a través del programa CUSMA; de enero a agosto de 2023, sólo fueron 385 personas quienes fueron acreedores de dicho programa.
“Yo contacté a una agencia, tenían más oferta laboral para irte a restaurantes y te ponían en el puesto de asistente de manager (assistant manager) porque supuestamente te daban más puntos (para acreditar a una residencia permanente) pero yo decidí tomar esta opción para trabajar en una manufactura de alimentos”.
Con mucha paciencia, cuatro mil dólares y la esperanza de conseguir un empleador, Betty fue una de los cientos de mexicanos que accedieron a un permiso de trabajo como profesionistas para ejercer en Canadá.
Sin embargo, pese a los esfuerzos de Betty y sus ahorros, su plan inicial se vería truncado por una empresa dirigida por mexicanos que al igual que ella, habrían migrado en búsqueda de una nueva oportunidad.
“Ahí me ofrecieron el puesto de Production Manager aunque yo me he dedicado más al aseguramiento de calidad de los alimentos. Yo soy Técnico en alimentos, tengo experiencia. Yo he trabajado en diferentes empresas en México como Jugos del Valle y empresas médicas”.
Esta era una oportunidad para Betty de acreditar tiempo y experiencia en una de las profesiones necesarias dentro del CUSMA. Sin embargo, Betty sufrió de abuso y maltrato dentro de la empresa.
“Sinceramente jamás pensé que en Canadá yo me fuera a encontrar y vivir los tratos que viví y la manera en la que te hablan. Mi empleador era mexicano y recuerdo que me decía: te voy a dar la capacitación. Hay que hacer esto así y me decía: ay es que usted no entiende. Pero a ver, nadie espera que le hablen en ese tono”.
Según el portal del Gobierno de Canadá, uno de los requisitos para identificar a un lugar seguro de trabajar es que cuenten con el entrenamiento apropiado, obtener un equipo de seguridad correcto para el empleo a desempeñar, sentirse seguro en su lugar de trabajo e identificar si existen materiales peligros.
Otra de las recomendaciones del Gobierno canadiense es reportar abuso a los derechos del trabajador o incumplimiento de los programas por los que han sido contratados, y de haber sufrido a algún abuso por parte del empleador, acceder a un permiso de trabajo abierto para trabajares vulnerables.
En Canadá, es obligación del contratista impartir formación a sus trabajadores y ésta debe ser remunerada. Sin embargo, Betty no recibió formación laboral ni formación adecuada para desempeñarse en la empresa.
“El señor me decía: No le voy a pagar a usted para que aprenda, si en un mes usted no aprende, la voy a tener que despedir. A los otros compañeros les hablaba con majaderías y yo jamás me dejé que se dirigiera de esa forma conmigo”.
Exigir respeto y luego de dos meses de trabajo, Betty fue despedida de la empresa en la que se encontraba pese a que contaba con un contrato y un permiso de trabajo firmado por ellos.
Según Statistics Canada, el sitio web de la agencia gubernamental canadiense, de julio de 2023 a julio de 2024, los niveles de desempleo de los inmigrantes con menos de cinco años en el país aumentaron hasta el 12,6%. Durante 2023, la tasa de desempleo total fue del 9,5%, aumentando un 3,1% en un año.
Durante el mes de julio, el informe canadiense mostró que el empleo entre las mujeres disminuyó un 2,6% y entre los hombres un 0,8% para los que tienen entre 55 y 64 años, así como para los hombres de entre 15 y 24 años, donde se registró una caída de la empleabilidad del 1,5%.
En el caso de los hombres de entre 25 y 54 años, el Gobierno informó de un aumento del empleo del 0,7%.
A pesar de que las empresas deben avisar por escrito del despido antes del último día de trabajo, tener una justificación del hecho y no incumplir el acuerdo de empleabilidad, a Betty sólo se le envió una llamada para que abandonara la compañía.
“Cuando perdí mi empleo me dio mucha tristeza, me sentí muy insegura, sabía que estaría sola en esta ciudad porque así me vine. Perdí todos mis ahorros durante ese tiempo hasta que al fin encontré un lugar para vivir permanentemente, no tenía siquiera un colchón para dormir. Sí dudé de que, si estaba bien o si estaba mal, pero la esperanza de lograr mi objetivo me ha ayudado a estar fuerte en el tema”.
Tras sufrir depresión por la pérdida de su empleo y la falta de oportunidades para trabajar en la ciudad dentro del programa CUSMA, Betty tuvo que pedir apoyo en los Bancos de Comida para poder alimentarse y alimentar a su perro, así como dar clases online en la escuela donde ejercía como profesora en México para seguir pagando las cuentas en Canadá.
Pese a que el gobierno de Canadá cuenta con apoyo para aquellos trabajadores que sufren abuso en el país, Betty optó por no reportar a la empresa luego de que sus ex compañeros le pidieran no denunciar a la empresa por abuso por miedo a que cerraran el negocio.
“Yo no venía a Canadá a recibir maltratos, a recibir gritos de alguien o a que me hablaran mal. Yo no voy a permitir que me sobajen y me denigren. Yo tengo permiso para trabajar y pese a eso mi empleador me dijo: ‘no le vamos a hablar a migración, no se preocupe’. Aun así, sigo intentándolo quiero darlo todo hasta el último momento No le deseo el mal a las personas, ya lo que pasó, pasó y yo sigo adelante.”
Actualmente, Betty sigue en la búsqueda de empleos y evadiendo las empresas que buscan tomar ventaja de su urgencia por conseguir un nuevo trabajo antes de que venza su permiso actual.
Su historia refleja el maltrato y abuso de los trabajadores que no pueden revelar esta información a petición de sus compañeros de trabajo.
Denunciar las malas prácticas se traduce en pérdida de empleo e inseguridad para muchos más empleados, lo que da a los empresarios una ventaja para maltratar a sus trabajadores haciendo caso omiso de las recomendaciones canadienses.
La agencia que le ayudó a conseguir su permiso de trabajo a través del CUSMA, se desentendió de ella y no ofreció apoyo o ayuda cuando se quedó sin empleo o a la fecha.
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