En una ceremonia cargada de tensiones y protestas, el presidente López Obrador inaugura oficialmente la Presa El Zapotillo en Jalisco, un proyecto que ha estado en el centro de la controversia durante más de 16 años. Mientras el gobierno celebra el logro, persisten cuestionamientos sobre los impactos sociales y ambientales, así como la efectividad del Plan de Justicia para los pueblos afectados.
Por Mario Marlo / @Mariomarlo
Fotografías: Shiebi Aguilar / @ShiebiAl
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se reunió este sábado con los habitantes de Temacapulín, Acasico y Palmarejo quienes durante más de 16 años resistieron la construcción del megaproyecto hídrico que amenazaba con inundar sus hogares. Durante la ceremonia, López Obrador inauguró oficialmente la Presa El Zapotillo, un proyecto que ha sido objeto de controversia durante más de 16 años.
En su discurso, el mandatario expresó su gratitud hacia los habitantes por su disposición al diálogo y la búsqueda de soluciones que evitaron la inundación de sus pueblos. “Este es un día histórico, muy importante para ustedes y para el gobierno que represento”, afirmó López Obrador, subrayando que los acuerdos alcanzados han permitido que la presa opere sin afectar a las comunidades. Según el gobierno estatal y federal, la obra, ahora finalizada, garantizará el suministro de 3 mil litros de agua por segundo a la zona metropolitana de Guadalajara durante los próximos 50 años.
Durante la intervención del Gobernador Enrique Alfaro, fue recibido con consignas como “GoberLadrón, Fuera Alfaro”. Estos gritos se mezclaron con los de apoyo de un grupo considerable que había llegado con él y ocupó la mayoría de los asientos del evento, dejando fuera a los habitantes de las comunidad. La participación de Enrique Alfaro fue interrumpida en varias ocasiones, hasta que fue necesario que la próxima presidenta y Andrés Manuel López Obrador se levantaran para pedir a la audiencia que le permitieran continuar hablando.
Ante lo anterior, cabe recordar que en el año 2021 Enrique Alfaro Ramírez, rechazó la propuesta de las comunidades, pero posteriormente la adoptó como un logro propio, afirmando que la nueva propuesta garantizaría el suministro de agua para Guadalajara durante los próximos 50 años.
Por su parte la presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, durante su participación, evitó comprometerse con los pobladores de las comunidades, ni abordó el Plan de Justicia en marcha, el cual no ha sido concluido y donde los pobladores y organizaciones acompañantes como el IMDEC califican como como insuficiente y problemático.
La historia de la Presa El Zapotillo es una de las más complejas y controvertidas en Jalisco y México.Concebida para abastecer de agua a la zona metropolitana de Guadalajara y otras regiones en 2005, este proyecto provocó una fuerte oposición por parte de las comunidades de Temacapulín, Acasico y Palmarejo, ya que su construcción amenazaba con inundar sus hogares y territorio.
Durante más de 16 años, estas comunidades, apoyadas por asesores, organizaciones y aliados a nivel estatal, nacional e internacional, resistieron al Estado Mexicano y a los gobiernos estatales, logrando una victoria histórica que obligó al gobierno a replantear y rehacer técnicamente la obra, evitando así la inundación de sus tierras.
La alternativa técnica, que incluye la instalación de seis ventanas en la presa, fue desarrollada por ingenieros y técnicos tanto de las comunidades como de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), lo que permitió evitar la inundación de los pueblos.
La inauguración de la Presa El Zapotillo se llevó a cabo en medio de críticas y cuestionamientos sobre su costo y gestión. Según el Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitario (IMDEC), el proyecto ha representado un derroche de recursos públicos que superan los 35 mil millones de pesos, una cifra que aún no ha sido aclarada por las autoridades. Además, la propuesta técnica que permitió la operación de la presa sin inundar los pueblos, presentada por las comunidades y sus asesores, fue inicialmente rechazada por el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, quien ahora la presume como un logro propio, prometiendo agua para Guadalajara durante los próximos 50 años.
A pesar de los avances, el IMDEC recordó que este megaproyecto fue impuesto por los gobiernos de Guanajuato y Jalisco, en conjunto con la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), a pesar de los daños sociales, económicos y ambientales demostrados en tribunales y ante instancias de derechos humanos. Las comunidades aún demandan respuestas sobre la distribución del agua de la presa, la transformación de la CONAGUA, y la falta de una nueva Ley General del Agua, temas que no han sido abordados durante el sexenio actual.
Durante su visita, López Obrador también habló sobre el cumplimiento del “Plan de Justicia para la Reparación Integral de los Daños”, un compromiso del Estado Mexicano para atender las violaciones a los derechos humanos y los daños ocasionados por la construcción de la presa. Si bien se reconocieron avances significativos, como la reconstrucción parcial de la comunidad de Palmarejo y la implementación de proyectos de agua potable y drenaje, el IMDEC subrayó que aún existen desafíos importantes que requieren atención urgente.
Entre los pendientes, destacan la necesidad de sancionar a los funcionarios y empresas responsables de violaciones de derechos y actos de corrupción, muchos de los cuales aún operan en la Comisión Estatal del Agua y en la CONAGUA. Además, las comunidades han reiterado su demanda de modificar los decretos de distribución de agua para garantizar que no se repitan los abusos cometidos en este y otros megaproyectos.
El Plan de Reparación también incluía la restauración integral de los daños en materia de salud y la recuperación de los manantiales de agua termal en Temacapulín, que fueron afectados por las obras. Sin embargo, estos objetivos no se han cumplido completamente, lo que sigue generando preocupación entre los habitantes de la región. La calidad deficiente de los materiales utilizados en las obras comunitarias y los daños al patrimonio cultural de las comunidades son otros problemas que el gobierno debe resolver.
La visita también atrajo a colectivos como el Comité de Solidaridad con Palestina de Guadalajara, quienes aprovecharon la ocasión para expresar sus demandas al presidente y a Sheinbaum, en un pequeño encuentro con la esposa del presidente, Beatriz Gutiérrez Müller, se sumó a la protesta calificando la situación que se vive en Palestina como un genocidio.
