#Maroma
Por Antonio Morales / Seminario de Niñez Migrante / Escritor invitado de Maroma
Introducción
El fenómeno migratorio en México ha cobrado una importancia creciente en los últimos años, influenciado por factores como el cambio climático, la violencia, la guerra y las políticas migratorias de Estados Unidos. Entre los migrantes, un grupo especialmente vulnerable es el de la niñez, cuyas experiencias en su travesía por el desierto de Sonora revelan las dificultades extremas que enfrentan. Estos niños y adolescentes no solo dejan atrás sus hogares, sino también su sentido de seguridad y estabilidad, enfrentándose a un viaje lleno de incertidumbres y peligros.
Contexto General de México y Sonora
México es el catorceavo país más grande del mundo y posee una vasta y diversa geografía que abarca desde frondosas selvas hasta áridos desiertos. Cada región tiene sus propias características climáticas, culturales y socioeconómicas. Sonora, el segundo estado más grande del país, se destaca por su extenso desierto y su ubicación estratégica en la ruta migratoria hacia Estados Unidos. Su proximidad a la frontera y la existencia de diversas fuentes de trabajo lo convierten en un punto de paso y, a menudo, de estancia para muchos migrantes. Este estado es testigo de un flujo constante de personas que, en su mayoría, buscan cruzar a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades; sin embargo, muchos otros deciden quedarse para formar una nueva vida.
Sonora presenta un contraste marcado entre sus áreas rurales y urbanas. La ganadería y la agricultura son pilares tradicionales de la economía del estado, pero la industria y el comercio también juegan roles importantes. Ciudades como Hermosillo, la capital, muestran una creciente urbanización y desarrollo industrial, mientras que otras áreas conservan un carácter más agrícola y ganadero. Este entorno diverso crea una mezcla cultural única que refleja tanto la herencia mexicana como la influencia estadounidense. Aquí en el norte, “parkeamos” vehículos (estacionamos), “washamos” cosas (miramos), salimos en la “baika” (bicicleta), vamos con los “marchantos” (vendedores). Estas palabras se conjugan con las lenguas originarias de nuestra región, pues de igual modo mandamos a los “bukis” (niños) al “tanichi” (tienda) y los regañamos si dan “tatahuilas” (vueltas) cerca del “zoquete” (lodo).
Sonora en la Migración
La migración en Sonora solía estar dominada por hombres adultos que buscaban trabajo en Estados Unidos, pero en los últimos años se ha experimentado un cambio notable en este patrón. Actualmente, muchas familias enteras y menores no acompañados emprenden esta peligrosa travesía.
El impacto de la migración en Sonora es multifacético. Por un lado, ha contribuido a la diversidad cultural del estado, pero también ha generado desafíos significativos en términos de servicios sociales y recursos. Las escuelas y los servicios de salud se ven presionados para atender a una población migrante en constante cambio, muchos de los cuales llegan en condiciones de extrema vulnerabilidad. Además, la seguridad es una preocupación constante, ya que los migrantes a menudo son blanco de organizaciones criminales y enfrentan riesgos de detención por parte de las autoridades.
Experiencias de los Migrantes
¿Qué hacías cuando tenías siete años? Para muchos niños migrantes, esta pregunta evoca recuerdos de juegos y escuela, pero para los que emprenden el viaje a través del desierto de Sonora, la realidad es muy diferente. Muchos niños migrantes abandonan todo lo que conocen en busca de una vida mejor. Estos jóvenes enfrentan viajes agotadores, temperaturas extremas y la amenaza constante de ser detenidos. Las altas temperaturas del desierto, que pueden superar los 50 grados centígrados, y las largas distancias a pie ponen a prueba su resistencia física y emocional.
Al llegar a Hermosillo, muchos han recorrido enormes distancias soportando condiciones extremas. Algunos han viajado en camiones de carga, trenes o incluso a pie, arriesgando sus vidas en cada paso del camino. Las experiencias de estos niños están marcadas por el miedo y la incertidumbre, pero también por la esperanza de encontrar una vida mejor. A menudo llegan deshidratados, hambrientos y traumatizados por las experiencias vividas durante el trayecto. La travesía no solo pone en riesgo su salud física, sino también su bienestar emocional, ya que enfrentan la separación de sus familias y la constante amenaza de violencia.
Iniciativas y Apoyo a la Niñez Migrante
El Colegio de Sonora, a través del Seminario Niñez Migrante, brinda asesorías escolares gratuitas a niños en contextos de movilidad. Estos programas son esenciales, ya que muchos de estos menores han estado fuera del sistema educativo por largos periodos. El esfuerzo de especialistas es crucial, aunque insuficiente para atender a toda la población migrante. Este seminario ofrece un espacio seguro donde los niños pueden recibir educación y apoyo, ayudándoles a integrarse en la sociedad.
La migración infantil es un desafío complejo que requiere atención urgente y especializada. Iniciativas como las del Colegio de Sonora son un paso en la dirección correcta, pero es necesario un mayor esfuerzo colectivo para asegurar que estos niños puedan acceder a una educación y una vida digna. La comunidad internacional, el gobierno y las organizaciones civiles deben trabajar conjuntamente para crear políticas efectivas y programas de apoyo que protejan a los niños migrantes y les brinden las oportunidades que merecen.
Es imperativo reconocer y abordar las causas fundamentales de la migración, como la violencia y la pobreza, al mismo tiempo que se proporcionan soluciones a corto plazo para los migrantes en tránsito. La historia de estos niños es un recordatorio potente de la resiliencia humana y de la necesidad de solidaridad en nuestras respuestas a la crisis migratoria.
Para llegar de Hermosillo hasta la frontera de Nogales faltan 280 kilómetros, le toma aproximadamente 374 mil 640 pasos a un adulto concluir el trayecto, 749 mil 280 para una niña, niño o adolescente, todo viaje es más duro cuando tus pasos son pequeños.