En un contexto de crisis generalizada de vivienda se realizó en el foro “Vivienda Justa y Prosperidad Colectiva”, realizado por INFONAVIT y El País, este fue un hecho histórico de cara a las nuevas políticas en materia de vivienda que podrían impulsar la nueva presidenta, Claudia Sheinbaum. ¿Qué pasó en el foro? Aquí te contamos.
Por Andrés de la Peña / @andres_dlap
El jueves 4 de julio, el INFONAVIT y el periódico El País celebraron un foro histórico: Vivienda Justa y Prosperidad Colectiva, en alianza con Urban Front, la reconocida organización en materia de vivienda. Con cinco módulos y 27 ponentes, el foro contó con la presencia de algunas de las personas más relevantes para el derecho a la vivienda en México y el mundo.
La primera conferencia magistral del foro fue impartida por Edna Vega Rangel, quien actualmente sirve como Subsecretaria en la Secretaría de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano (SEDATU). Sin embargo, Vega Rangel fue seleccionada por Claudia Sheinbaum para tomar el liderazgo de la SEDATU a partir de diciembre de este año.
La futura secretaria explicó durante su participación:
“la vivienda es determinante para el disfrute y acceso al espacio”, detallando que “en el contexto actual los intereses económicos están por encima del interés colectivo (…) la crisis de vivienda deviene de una problemática estructural de carencias sociales”.
Celebró que en el curso de la administración obradorista la vivienda se haya reconocido cada vez más, a nivel programático, como un derecho. En ese sentido, presumió dos cifras esperanzadoras: entre 2018 y 2022, el rezago habitacional en viviendas habitadas pasó de 27.3% a 24.3% y la carencia social por falta de acceso a servicios básicos pasó de 19.3% a 17.8%. Es decir que 2 millones de personas mejoraron las condiciones de sus viviendas y 1.5 millones recibieron servicios básicos que no tenían.
Abundó sobre las acciones que espera implementar en el sexenio de Claudia Sheinbaum: un esquema de atención a la población sin cobertura de INFONAVIT o FOVISSSTE, la creación de 1 millón de viviendas nuevas administradas por el INFONAVIT, un banco de suelo público gestionado con diferentes niveles de gobierno, la regularización de vivienda sin certeza jurídica y una nueva Ley General de Ordenamiento Territorial.
Específicamente, sumó que la estrategia federal habría de incluir políticas de gestión de suelo mucho más avanzadas, apuntando que “sin suelo, la vivienda asequible no es viable”. Por eso, especificó:
“se promoverá el crecimiento urbano en zonas aptas a través del análisis de aptitud territorial y la incorporación de instrumentos financieros orientados a evitar la especulación del suelo y a principios de redistribución de cargas y beneficios”
Fuerte crítica al estado de la vivienda en México y el mundo desde el Urban Front
Aún con la participación de académicas y funcionarias de diferentes trincheras en el territorio nacional y regional, el foro se caracterizó por la inclusión de reconocidas activistas internacionales en materia de vivienda.
Jugando como locales aparecieron referentes mexicanas como Carla Escoffié, abogada especializada en derechos humanos y derecho a la vivienda; Jaime Rello, Coordinador de la Unión Popular Revolucionaria Emiliano Zapata (UPREZ) y María Silvia Emanuelli, Coordinadora para América Latina de la Coalición Internacional para el Hábitat.
En cambio, en el campo visitante, se contó con David Harvey, el reconocido geógrafo y antropólogo que se ha vuelto un referente mundial en materia del derecho a la vivienda. Con él, asistió buena parte de la dirección de Urban Front (Ana Rodríguez, Miguel Robles-Durán y Gabriela Rendón).
Harvey impartió la segunda conferencia magistral, marcada por la críticas explosiva a los mercados de vivienda y la política pública contraproducente:
“No se equivoquen, hay una crisis en todo el mundo por la vivienda y el acceso a ella. Para mí estaba claro en 1970: no hay ninguna manera de proveer vivienda en un sistema de libre mercado. Es obvio, si las personas no tienen dinero, no pueden acceder al tipo de vivienda que le gusta construir a los desarrolladores (…) En Nueva York hay un boom de vivienda y 60 mil personas sin techo. Este boom es para inversión, no para la habitación. Es para que las personas más ricas del mundo puedan tener un penthouse en Manhattan”.
Por eso, considera que es necesario ver las relaciones que se generan en diferentes momentos y procesos involucrados con la creación y uso de la vivienda. Harvey elaboró:
“El tema de los precios está en boga. Hay otros movimientos como aumentar el salario mínimo, o el ingreso universal, entonces las inmobiliarias dicen: bueno, entonces ya podemos subirle el precio a las rentas. Entonces ¿qué es importante hacer? Empezar a ver las relaciones entre los diferentes momentos y los diferentes procesos involucrados”.
Según el académico marxista, los mercados de capitales en todo el mundo han virado hacia la producción de inversiones improductivas o, incluso, destructivas. Entre ellas se encuentran los mercados inmobiliarios especulativos y el turismo depredador de vivienda:
“El turismo es cada vez más destructivo (…) ya estamos viendo esto en Ciudad de México, y está incrementando. No se está estabilizando, está acelerándose. La próxima vez que la oficina de turismo diga: tenemos 1.5 millones de visitantes más que el año pasado, piensen en las consecuencias de eso”.
A lo largo del foro se observó un optimismo generalizado en torno a la próxima política de vivienda y la reforma al INFONAVIT incluída en el “Plan C” de reformas constitucionales propuestas por el presidente López Obrador. Sin embargo, este último señalamiento de David Harvey hizo eco de algunas de las peores características del mandato de Claudia Sheinbaum como Jefa de Gobierno de la Ciudad de México.
Esta última observación chocó con las posturas de la administración de Sheinbaum respecto al convenio que firmó con Airbnb. En agosto de 2022, la administración de la futura presidenta se amparó contra una orden judicial que habría protegido a los inquilinos capitalinos contra los desalojos forzosos y la crisis económica provocada por la pandemia de COVID-19.
Para octubre de ese año, el gobierno capitalino celebró un convenio con Airbnb y la UNESCO para promover a la Ciudad de México como la capital latinoamericana del nomadismo digital. Al recibir críticas al respecto, la Jefa de Gobierno dijo no tener ningún conocimiento de un impacto negativo de Airbnb sobre el mercado de rentas de la ciudad.
Por su parte, otro integrante del Urban Front, Miguel Robles-Durán, expuso algunos datos que marcan la postura de aquella agrupación de expertas y expertos en vivienda: los precios reales de la vivienda en el mundo aumentaron 27% entre 2010 y 2022, toda vez que los salarios aumentaron un 2%.
Según el reporte Inequidad Global 2023 de OXFAM, 150 millones de personas no tienen viviendas. Por otro lado, a decir de Robles-Durán, existen 250 millones de casas vacías en el mundo, las cuales son mayoritariamente viviendas de lujo en un mercado de inversión especulativa. El resultado es, según el economista, un mercado absurdo: “si quisiera acceder a un crédito, me dicen que no lo puedo pagar, sin embargo mi hipoteca sería menor a lo que pago de renta”.
Finalmente, apuntó un hecho que se le ha escapado hasta a las administraciones más vanguardistas del mundo: el cambio climático va a desplazar a 200 millones de personas para 2050 y nadie tiene un plan para atender ese éxodo. México será uno de los epicentros de la migración climática como país de destino, de origen, y de paso.
El activismo mexicano por la vivienda se hizo escuchar
Aunque breves, las participaciones de distintas activistas de vivienda mexicanas marcaron hitos en las conferencias. Una de las reflexiones que provocó más aplausos fue la de Carla Escoffié, quien opinó:
“El derecho a la vivienda no permite mucho tiempo una plática diplomática. Alrededor de otros derechos se ha podido generar un discurso vacío (…) Afortunadamente, el derecho a la vivienda es muy conflictivo: no podemos hablar de él mucho tiempo sin que afloren nuestras posturas políticas, económicas, sociales, nuestra percepción sobre la justicia y sobre la equidad”.
Recordando que cuando se habla de vivienda se habla de las posibilidades de vivir, como especie, en un hábitat adecuado, Carla hizo un llamado a la audiencia a considerar la vivienda como un tema que debe atravesar otras discusiones de derechos humanos y sostenibilidad:
“Es imposible hablar de cambio climático sin hablar de vivienda, es imposible hablar de capitalismo y economía sin hablar de vivienda, y es imposible hablar de ética y de reconocimiento como especie sin hablar de vivienda”.
Para avanzar en esta agenda, la especialista consideró urgente generar un marco jurídico especial para las cooperativas de vivienda, una serie de políticas de gestión del suelo que lo reconozcan como un recurso tan vital como el agua, y leyes inquilinarias en cada estado del país para proteger a los inquilinos contra violaciones de derechos humanos.
En ese sentido, mencionó que es importante no solo pensar en la vivienda que falta, sino cuidar la vivienda que ya está: “Es inaceptable que en lugares como la Ciudad de México siga siendo legal, por ejemplo, el uso de cargadores”.
Silvia Emanuelli, directora en latinoamérica para la Coalición Internacional para el Hábitat redobló en cuanto a la importancia de los mercados de suelo: “cuando hablamos de la especulación de la vivienda se deriva profundamente de la especulación del suelo, y todavía tenemos el problema del no reconocimiento del suelo mismo como un derecho”.
Señaló que uno de los enormes obstáculos en México para que las personas puedan defender su derecho a la vivienda es que personas abogadas y juzgadoras siguen sin considerar el derecho internacional de los derechos humanos en su práctica, y “privilegian el derecho a la propiedad sobre cualquier otra reflexión”.
Consideró que es importante abrir las discusiones que, hasta ahora, han sido incómodas para los sectores empresariales:
“Controlar los precios que el mercado está determinando. Revisar las FIBRAS. Revisar todo lo que son una serie de normativas que podrían ayudarnos realmente a controlar precios, a poner impuestos progresivos sobre vivienda y tierra subutilizada. Necesitamos volver a pensar la reglamentación que se ha hecho recientemente sobre las plataformas de renta breve”.
Adicionalmente, compartió su preocupación con la realidad de que la adquisición de viviendas es y ha sido en México un punto central en los planes de jubilación de la mayor parte de la población. Por un lado, dicha estrategia se ve cada vez más imposible para nuevas generaciones y, por otro lado, el patrón evidencia las carencias cada vez mayores de los esquemas de pensiones en el país.
También se hizo notar la participación de Jaime Rello, Coordinador de la Unión Popular Revolucionaria Emiliano Zapata (UPREZ) y activista por la vivienda en Ciudad de México, quien opinó:
“Diario hay una disputa por el suelo y por el territorio. No nada más en la Ciudad de México sino en todo el país, y esa disputa tiene que ver con la concepción que se tiene sobre el problema de la vivienda y la cuestión del derecho a la ciudad. Tiene que ver si realmente lo que queremos es impulsar un derecho o si lo que se quiere es el mercado”.
Los movimientos sociales por la vivienda llevan más de cincuenta años, y un ejemplo es la cooperativa de vivienda Palo Alto en la capital del país. Sin embargo, a lo largo de todas esas décadas, Rello hizo hincapié en que uno de los mayores obstáculos ha sido que el público y las autoridades creen que se trata de una lucha entre la propiedad privada y todo lo demás.
“El problema fundamental es que todo mundo piensa, muchas veces autoridades, que estamos atentando contra la propiedad privada. La propiedad privada es una, sí, pero la propiedad social también es importante”.
Aunque el foro, que duró casi un día completo, es imposible de resumir en texto, la transmisión completa del mismo quedó disponible en la cuenta oficial de YouTube de El País.