En modo Burnout

Escribiéndonos Resistimos 

Por la Red de Maestras Feministas de Guadalajara / @maestrasfemgdl

En el Consejo Técnico Escolar del pasado 26 de abril de 2024 se abordó el tema del autocuidado docente. Por medio de la guía de trabajo de esa sesión, se difundió un cuestionario donde debíamos indicar los aspectos que realizamos en lo individual sobre este tema. 

Se proporcionaron materiales escritos y audiovisuales para identificar de forma conceptual algunos términos relacionados, así como formas de autocuidado de las y los docentes. 

En colectivo, se reconocieron actividades que pueden ayudar al autocuidado y, de forma individual, se comentaron circunstancias personales respecto a este tema.  

La mayoría del colectivo donde estuve supo identificar las actividades adecuadas para el autocuidado, de las cuales destacaron la alimentación sana, el deporte, la convivencia familiar y con otras personas, así como el reconocimiento de las emociones. 

Al finalizar el abordaje de estos reconocimientos, se realizó al colectivo una pregunta ampulosa: “si ya sabemos todo esto, ¿por qué no lo hacemos en la vida cotidiana?”, a lo cual hubo varias respuestas. 

Principalmente, se argumentó falta de tiempo por las distancias y el trabajo que implica ser docente.  Curiosamente, después de este espacio debíamos empezar a realizar las adecuaciones a nuestra planeación didáctica. 

“Sí nos interesa su salud mental, pero resuelvan y sigan trabajando”. Este parece ser el mensaje que nos da la Secretaría ante esta problemática que tiene muchos años. 

Ante la capacidad de salud mental y física en docentes, esta sesión trabajó bajo la generalidad del echaleganismo emocional, cuando en la realidad todas las personas somos distintas y nuestro nivel de resiliencia es diferente.

Pensando en nuestra labor y qué afecta a nuestra salud, la carga administrativa no ha hecho nada más que aumentar en la vida cotidiana de las docentes.  

Cabe destacar que dicha carga se refiere a planeaciones, calificaciones por medio de evaluación continua, reportes, actividades del CTE, modificaciones constantes al plan didáctico, adecuaciones de planeación, actividades de recuperación para estudiantes a distancia y proyectos para recuperar a quienes están rezagados.  

También es necesario puntualizar que, dependiendo de la escuela, la carga administrativa aumenta.  Sobre todo, con la NEM, al dar la libre construcción de plan didáctico contextualizado, las autoridades escolares piden documentos que no precisamente coinciden con otros planteles. 

Es decir, que este modelo educativo es falto de claridad procedimental y vivencial, por lo cual se está dando a libre interpretación por parte de las autoridades educativas. Los viejos vicios de la evidencitis docente no han cambiado. Se sigue pidiendo evidencia de todo lo que se hace. 

Recordando el cuaderno de batalla “La super-explotación del trabajo docente”, si bien, en secundaria no se trabaja como en primaria, lo que también desgasta es trasladarse de una escuela a otra. 

Hay profesores que tienen hasta cinco escuelas, como puede ser el caso de educación física y artes. 

De acuerdo con la disciplina que se imparte, son las horas que se otorgan al docente, lo cual es equivalente a más centros de trabajo y a doble turno. El otro apartado es la disponibilidad de cada plantel para los horarios del docente.  

Esta disponibilidad horaria depende de la autoridad educativa y, cuando es desfavorable para el docente, se argumenta la necesidad educativa del plantel. Esto provoca llegar corriendo a una escuela y tener horas muertas en la otra. 

La falta de disponibilidad de horario genera cansancio en el docente y poco rendimiento, sobre todo en los turnos vespertinos. 

En un escenario ideal, nos tenemos que hacer cargo  de nuestra salud porque nuestra edad nos hace capaces. Sin embargo, la autoridad debe hacer su parte para generar un ambiente de trabajo adecuado de acuerdo a la ley. 

Este tipo de dinámicas de poder que prevalecen en el sistema educativo son bien contrarias al interés que mostró la autoridad por nuestra salud mental y física. 

¿Por qué, entonces, el interés radica más bien en que sigamos al frente de los grupos y no en una genuina preocupación por el docente como ser humano? Todo esto a la usanza de un sistema capitalista depredatorio.  

 ¿Cómo vamos a mostrar empatía ante las necesidades de nuestra niñez en el aula si nosotros no la experimentamos de las demás personas? No se puede exigir lo que no se da. 

Se podrá argumentar que todas las personas trabajan y se fatigan cotidianamente, que la actividad docente es de elección personal. Sin embargo, es importante tener el tema en la mesa, ya que trata de las personas que están de primera mano con la niñez y la juventud de este país, que en vez de estar dando lo mejor de sí por su alumnado, se ven limitadas por este modo burnout.  

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