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Por la Red de Maestras Feministas
Durante los últimos años la tasa de feminicidios ha crecido de manera exponencial en el país y en el estado. Sin embargo, en el 2024 el gobierno de Jalisco no ha actuado conforme a lo estipulado en la Ley para garantizarnos, a las mujeres, adolescentas y niñas un regreso seguro, con nuestras familias, en hogares, trabajos y escuelas. Frente a un Estado que evade las exigencias de una vida libre de violencia, planteamos una reflexión sobre los siguientes cuestionamientos:
¿Por qué en pleno 2024 el salir a trabajar sigue representando un peligro para las mujeres? ¿Qué acciones está realizando el Estado para que todas regresemos con bien a casa? ¿Por qué el camino hacia la escuela sigue representando un riesgo latente para nuestras alumnas?
Nosotras seguimos experimentando violencias tanto en el espacio público como en el privado. Este constante asedio no debe ser normalizado ni por nosotras mismas, ni por la sociedad en general y mucho menos por el Estado que debe garantizar las condiciones propias para que gocemos de una vida y ciudadanía libre de violencia.
La comunidad educativa está en situación alarmante ya que las instituciones académicas hacen caso omiso a protocolos para denunciar, dar seguimiento y proteger a las mujeres, docentes, trabajadoras o estudiantes.
Los últimos datos publicados en “Depredadores en las aulas” (2023), nota periodística de Alejandra Crail y Daniela Guazo, publicada en El Universal y Connectas, dejan al descubierto la vulnerabilidad de alumnas y alumnos en las escuelas en temas de abuso y acoso sexual.
La comunidad educativa es obligada a compartir espacios con depredadores sexuales, violentadores, y figuras autoritarias que mantienen el estado de las cosas. El espacio escolar es para nosotras el más preocupante de todos, pues es nuestra labor de adultos y adultas otorgar un lugar seguro para la niñez y adolescencia.
Desde hace años, quienes conformamos la Red de Maestras Feministas GDL, hemos denunciado y exigido reiteradamente un espacio seguro y libre de violencia donde podamos laborar y nuestras alumnas y alumnos puedan estudiar, exigimos una respuesta eficaz de parte de todas las autoridades educativas.
El miércoles 6 de marzo, en el marco del Día Internacional de la Mujer, ocurrió una tragedia en un centro escolar de Jalisco, dejando sin vida a dos compañeras que laboraban ahí como personal administrativo. Ante el doble asesinato cometido dentro de las instalaciones del centro universitario UTEG se evidenció la reacción negativa de la institución, reprobamos contundentemente el intento de silenciar el clamor en la exigencia de garantías de seguridad para personas trabajadoras y estudiantes de dicha institución.
Hasta el día de hoy no hay resolución del caso. Exigimos a las autoridades que lleven a cabo el proceso legal que dé certeza y justicia a las familias de las víctimas, que esclarezcan las causas del asesinato de las compañeras.
Además, hoy también nombramos a la compañera Abigail García, maestra en Actopan, Veracruz, privada de su libertad cuando se dirigía a su trabajo el jueves 14 de marzo. Su desaparición cuenta con la complicidad y el silenciamiento de las autoridades escolares SEP y SEV. Exigimos su pleno regreso a su hogar.
Es urgente que las instituciones en cuestión traten estos asuntos con sensibilidad, empatía y justicia para las víctimas y sus familiares, que no se corte su derecho a la libre expresión y exigencia. Ante estos hechos y todo lo aquí enunciado, queda por sentado que las personas que trabajamos en centros educativos estamos vulnerables a hechos violentos y sin la impartición de justicia pronta y expedita. Exigimos que las autoridades educativas garanticen la seguridad en los espacios de trabajo.
Es urgente que respeten y ejecuten sus protocolos de seguridad, así como los programas de prevención en el tema de violencias para que las escuelas sean lugares y espacios seguros para toda la comunidad estudiantil, académica y administrativa.
Así mismo somos testigos de cómo a nuestras alumnas, alumnos y compañeras maestras las desaparecen sin que exista un pronunciamiento claro de las autoridades sobre este tema. Basta de comunicados, consideramos que las autoridades escolares tienen la obligación de presionar para que compañeras, alumnas, alumnos desaparecidos regresen vivos y seguros a sus casas.
De la misma manera, exhortamos a la Secretaría de Educación Pública, la Secretaría de Educación Jalisco y a todas las instituciones educativas del país a no silenciar las experiencias de nuestro alumnado en condiciones de desaparición. La escuela debe ser un espacio para compartir historias y acompañar sus experiencias.
Desde la Red de Maestras Feministas GDL nos solidarizamos con las familias de las víctimas. Aquí nos encontramos deseándoles fuerza y asegurándoles que, desde las calles y desde nuestras aulas, la lucha continúa.
Nuestro espacio de incidencia es en las aulas y nos lo estamos tomando muy en serio.