Cátedra AMIDI
Por Erick Cruz-Mendoza / @amidi_com / @cm_erickda
En esta entrada me interesa abordar las experiencias tecnológicas en la educación. Pongo especial énfasis en los relatos autobiográficos de un grupo de estudiantes oaxaqueños para ubicar el lugar de las tecnologías en la trayectoria personal y académica.
El acceso a las tecnologías y sus obstáculos
¿Recuerdas cuándo fue la primera vez que utilizaste una computadora o un celular con acceso a internet?,¿en qué lugar te encontrabas?, ¿cómo te sentías?, ¿quiénes te acompañaban? y ¿cuál fue el propósito que te llevó a usar esos objetos? Quizá para algunas personas la presencia de las tecnologías digitales es algo «natural» o «evidente», ya que vivimos en un período de la historia en donde se utilizan las palabras «digital», «tecnológico», «información» e «internet» para caracterizar a los tiempos, las sociedades, las actividades y las cosas. Sin embargo, existen otros escenarios en donde dichos objetos tienen poca o nula presencia y en donde las relaciones entre personas y tecnologías suceden con menor medida.
Lo anterior puede ocurrir por varios factores relacionados con la economía, la geografía, la edad, la cultura, las discapacidades que encuentran mayores obstáculos para la participación, o bien, por una decisión personal. Salvo el último caso, los demás factores han sido temas centrales de conversación durante las últimas dos décadas. Delia Crovi explica que en un primer momento los estudios presentaron al acceso como un problema de tipo económico, que forma parte de un modelo social excluyente y productor de desigualdades entre quienes tienen acceso y quienes están desconectados, lo que se nombró como brecha digital. Sin embargo, con el paso de los años el foco de atención se amplió para considerar también a las dificultades que tienen las personas al usar las tecnologías y luego a la apropiación que tienen de éstas. De modo que una perspectiva integral para conocer los vínculos entre las personas y objetos técnicos debe de considerar varios de los aspectos antes mencionados.
Pensar la presencia de las tecnologías es un ejercicio que resulta provechoso para comprender lo que nosotros hacemos con éstas y también lo que éstas hacen en y con nuestras vidas. De ahí el interés particular en identificar a los objetos, los lugares, los acompañantes y las sensaciones que experimentamos cuando sucedió el primer acercamiento (o por lo menos el que recordamos como ese) con la tecnología digital.
A lo largo de los años, la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) ha mostrado un aumento de la presencia de dichos recursos en México, sin embargo, hay regiones en donde los avances han sido poco significativos, como lo es en los estados del sureste del país (Oaxaca, Guerrero y Chiapas), que además de ser sitios en donde la presencia de las tecnologías es poca, también son en donde existe mayor pobreza multidimensional según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social.
La primera experiencia tecnológica: lecturas desde el ámbito educativo
Es amplia y variada la literatura que conjunta a las tecnologías digitales y el ámbito educativo. Gracias a los aportes que se han hecho desde este enfoque sabemos que la introducción de esos recursos en el aula puede ayudar a mejorar los entornos educativos. Esta postura se observa en las políticas públicas de inclusión digital educativa de países como Argentina, Bolivia, Brasil, Chile y Colombia, las cuales consideran necesaria la incorporación de las tecnologías en los modelos pedagógicos debido a «su potencialidad como mediadoras en la construcción de aprendizajes» (Kelly, s.f.). Sin embargo, también se deben incluir las discusiones que evidencian la vulnerabilidad de estudiantes al acceder a internet (Varchetta, Fraschetti, Mari, Giannini, 2020), el distanciamiento social que produce el acceso a los recursos tecnológicos (Unicef, 2020) y los conflictos que pueden derivar de la falta de capacitación y atención del cuerpo docente hacia el estudiantado (Unicef, 2017). En ambos casos se acepta que las tecnologías son herramientas que forman parte de los procesos de enseñanza-aprendizaje. Pero, ¿qué sucede cuando dichos objetos se vuelven de ornato?
Desde finales del siglo pasado se han implementado algunas acciones para introducir las tecnologías en los espacios educativos. Por ejemplo, en 1999 en Colombia surgió Computadores para Educar (CEP), un programa de donación de ordenadores por parte de las entidades y empresas privadas a los colegios que tuvo el propósito de apoyar la gestión educativa en el marco de la Agenda Nacional de Conectividad. De igual forma ocurrió en Uruguay con el Plan Conectividad Educativa de Información Básica para el Aprendizaje en Línea (Ceibal) en 2007 y en Argentina con el Programa Conectar Igualdad en 2010.
En México se desarrollaron dos programas en periodos y enfoques similares: Enciclomedia (2006 a 2012) y Habilidades Digitales para Todos (2009-2012). En el primer caso, la intención fue equipar con infraestructura tecnológica (computadora, proyector, impresora, pizarrón interactivo y sistema de conectividad) las aulas de 5° y 6° grado de primaria.1 En el segundo, se diseñó un modelo pedagógico para mejorar el aprendizaje del estudiantado a partir de la creación de Aulas Telemáticas.
En 2020 realicé una investigación sobre el acceso, uso y apropiación tecnológica con estudiantes de la licenciatura en Ciencias de la Comunicación de la Universidad del Mar (Oaxaca),2 quienes a partir de sus relatos autobiográficos expresaron que tuvieron sus primeros acercamientos con las tecnologías cuando se implementó Enciclomedia. Es decir, la escuela fue el primer espacio público en donde accedieron a una computadora y al internet durante una clase que tuvieron en la primaria.
En este escenario, hay quienes evalúan a dicha experiencia como la primera y es significativa por la emoción que representó conocer algo nuevo. Sin embargo, también se presentaron casos en donde la primera experiencia fue negativa debido a que en ese momento se expresaron críticas o burlas por no saber utilizar las computadoras. Incluso, para algunas personas, el acercamiento a los recursos tecnológicos de este tipo llegó varios años después, entre la secundaria y los estudios universitarios.
Como se observa, los accesos a estas tecnologías son diversos al igual que las experiencias. Un punto en que coinciden los relatos se vincula al hecho de que el profesorado no tenía las habilidades para usar los equipos de cómputo, las escuelas no tenían acceso a internet y en algunos casos los servicios de luz eléctrica no eran óptimos para mantener el uso constante de esas herramientas, por lo que al inicio las recibieron con entusiasmo al ser presentadas por el profesorado como innovaciones educativas, pero poco a poco pasaron a un plano en donde los ordenadores y la pizarra electrónica se convirtieron en objetos de ornato de las aulas.
Lo anterior reafirma algunas hipótesis que evidencian las fallas en la planeación y la ejecución de este tipo de programas, sobre todo aquellas que se vinculan con las cuestiones contextuales. En las narrativas autobiográficas de los estudiantes estos factores aparecen como obstáculos que minan el desarrollo de sus habilidades para el uso y apropiación de las tecnologías. De modo que, en algunos casos, la movilidad geográfica es necesaria para acceder a dicha infraestructura, en donde las instituciones educativas públicas representan puentes para el acceso tecnológico (Cruz-Mendoza y Herrera-Aguilar, 2021).
Si bien es cierto, no se sabe con precisión cuál fue el impacto de las experiencias que giran alrededor de Enciclomedia en la trayectoria educativa de los estudiantes, sus narrativas autobiográficas sirven para aproximarse a la comprensión de la desigualdad tecnológica desde una perspectiva histórica e integral en donde convergen equipos tecnológicos, espacios de enseñanza-aprendizaje, administración de las instituciones educativas, profesorado y estudiantado.
- Para conocer más información sobre la evaluación de estos programas consultar «La integración de la tecnología al Sistema Educativo Mexicano: Sin plan ni rumbo» de Aleida Azamar Alonso (2016).
↩︎ - Los resultados completos pueden leerse en «Las tecnologías digitales en la educación superior. Un estudio biográfico de los universitarios en Oaxaca », «Una metodología para indagar el acceso, uso y apropiación de las tecnologías digitales en la trayectoria educativa de estudiantes universitarios» y «Trayectorias educativas de estudiantes universitarios en comunicación y el rol de las tecnologías digitales».
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Cartografía de trayectorias educativas y tecnológicas
Entre las primeras experiencias y su escritura por parte de este grupo de estudiantes pasaron entre 15 y 20 años. Para algunas personas las historias no eran tan claras, mientras que para otras fue más sencillo recordar esos eventos. De igual forma, quienes tuvieron una primera experiencia positiva con las tecnologías expresaron que a lo largo de su vida habían mantenido una relación estrecha con objetos como la computadora, el celular y los videojuegos. Para quienes tuvieron experiencias negativas tejer este tipo de relaciones fue diferente. Hay quienes pasaron algún tiempo alejados de las computadoras o evitando su contacto, hasta que en un momento tuvieron que enfrentarse al «inevitable» uso de estos objetos debido a que las dinámicas escolares así lo proponían.
En el caso de algunas personas que cursaron sus estudios básicos (primaria y secundaria) en zonas alejadas de la capital tuvieron que migrar para ingresar a zonas conurbadas para continuar su formación y mantener el aprendizaje del uso de equipos tecnológicos, ya que para ellos resultaba algo importante cuando pensaban en las habilidades requeridas en el mundo laboral.
Un hallazgo relevante surgió al reflexionar sobre las relaciones entre personas y tecnologías en las trayectorias educativas. Los relatos revelaron un vínculo entre el estudiantado y su deseo de aprender a usar tecnologías. Para algunos, este vínculo explica, en parte, su decisión de estudiar una licenciatura que exige dominio de herramientas como cámaras, videocámaras, equipos de audio y programas de edición multimedia, habilidades que caracterizan el perfil profesional de las carreras de comunicación.
A manera de cierre, quienes participaron en esta investigación expresaron que el reflexionar y escribir sobre sus acercamientos con las tecnologías resultó una actividad recreativa en el sentido que les permitió revivir (de alguna forma) esos episodios. También mencionaron que hacer este ejercicio fue similar a una catarsis que les ayudó a sanar algunos aspectos personales. Además, compartieron que durante esos procesos de aprendizaje del uso tecnológico se encontraron acompañados por su familia, amistades y docentes, a quienes agradecieron su apoyo.
Con lo anterior busco compartir una forma de aproximarse al estudio de la presencia de las tecnologías en la vida educativa. Esto ayuda a ampliar el conocimiento del acceso, uso y apropiación tecnológica desde las experiencias, las cuales en ocasiones pasan desapercibidas cuando se presta atención únicamente en los datos numéricos sobre la desigualdad. De tal forma que escribir sobre las experiencias del pasado y situar el lugar de las herramientas tecnológicas puede contribuir a comprender cómo ha sido el desarrollo de las habilidades respecto a esos objetos.
En suma, emergen otras lecturas sobre la complejidad en los procesos de aprendizaje de las tecnologías, en donde aparecen otros actores importantes, como la familia y las amistades, que acompañan estos trayectos pero que pocas veces son incluidos, puesto que la responsabilidad recae en las instituciones educativas. De forma general, este enfoque en donde convergen los estudios sobre educación, tecnologías y biografías es provechoso para profundizar en la importancia de las experiencias situadas en espacios y tiempos particulares, ya que estos acontecimientos explican, en parte, las relaciones actuales con las tecnologías de la voz de quienes son protagonistas de esas historias.
Para seguir aprendiendo
- Espacio biográfico y cotidianidad tecnológica entre jóvenes (María Rebeca Padilla de la Torre, 2016) | Capítulo de libro académico.
- La alfabetización informacional y la alfabetización digital en estudiantes de Comunicación: El caso de la Universidad Autónoma de Querétaro (Miriam Herrera-Aguilar, Gabriel Alejandro Medina-Aguilar, G. y Celso Martínez-Musiño, 2015) | Capítulo de libro académico.
- La integración de las tecnologías digitales en las escuelas de América Latina y el Caribe: una mirada multidimensional (Guillermo Sunkel, Daniela Trucco y Andrés Espejo, 2013) | Libro.
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Erick Cruz-Mendoza (TW: @cm_erickda | FB: Erick Cruz Mendoza |cm.erck18gmail.com). Candidato a Doctor de Investigación en Ciencias Sociales por la Flacso, México. Forma parte de la AMIC, RedMPC, Somedicyt y del Seminario de Investigación en Juventud y Cultura Digital UNAM. Actualmente realiza un estudio sobre las noticias de vacunas Covid-19 en América Latina y el Caribe a partir de técnicas de procesamiento del lenguaje natural.