En la celebración se anunció el gobierno común, donde la propiedad debe ser del pueblo y común. “El pueblo se tiene que gobernar a sí mismo”, así lo sentenció el Subcomandante Insurgente Moisés.
Por Natalia Escobar / @AlesitaNaty
Fotografías: Wendy Juárez / @wendy_juarez
En un acróstico se desglosa la palabra de lucha y acción que a 30 años del levantamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) es el camino a seguir. Cinco mujeres indígenas portan en su pecho una letra para formar la palabra “común”, las jóvenes participan en la representación del poema titulado: “las cinco flores comunales”, la “C” representa a la comunidad, la “O” es de organización, la “M” de madre tierra, la “U” la unidad y “N” anuncia la nueva forma de organización social y política, que a su vez es una apuesta de lucha por la vida, por la dignidad y resistencia al igual que la madrugada de 1994.
La representación mencionada es parte del evento sociocultural que habitantes de los caracoles zapatistas realizaron. Decenas de jóvenes montaron obras de teatro, bailes y poesía. El centro de la cancha de pasto fue el escenario, las y los actores crecieron con los gobiernos autónomos instaurados en sus localidades y son una muestra de que el movimiento zapatista tiene una fuerte base social juvenil.
El VIII Caracol Dolores Hidalgo, en Chiapas fue el lugar elegido para recibir a cientos de personas que acudieron a las celebración de los 30 años del levantamiento armado del EZLN. La autonomía de los pueblos indígenas ha sido su herramienta de lucha y la enseñanza de que otro mundo es posible. En la celebración se anunció el gobierno común, “donde la propiedad debe de ser del pueblo y común, el pueblo se tiene que gobernar a sí mismo”, así lo sentenció el Subcomandante Insurgente Moisés.
Acto sociocultural de las bases de apoyo zapatistas
La representaciones teatrales tuvieron hasta 100 actores en escena, en los actos cuestionaban los megaproyectos como el Tren Maya sus efectos negativos y la división que trajo a las comunidades indígenas, otras obras narran el caciquismo que en la haciendas sufrieron sus ancestros, los actores zapatistas también representaron el despojo de la tierra que los campesinos en Chiapas sufrieron con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio. El baile denominado la gran destrucción del sistema capitalista representó cómo la drogadicción, el narcotráfico, el sistema gubernamental de partidos y otras acciones del capitalismo afectan a los pueblos.
Algunas de las expresiones culturales hablaron del gobierno común, la nueva forma de organización política y social del EZLN en su comunidades, para ejemplificar la lucha común uno de los actos de la obra habló sobre el sistema autónomo de salud en las comunidades, donde la atención preventiva es primordial y buscan fortalecer tres ejes: herbolaria, parteras y hueseros.
La pandemia por Covid 19 provocó que en las comunidades zapatistas reflexionaran sobre la importancia de la promoción de la salud y entender que “la salud zapatista es para todos sin distinguir si son de comunidades zapatistas o no”, así se enunció en un diálogo de la obra.
Un muy otro desfile de lxs milicianos
El uniforme de los milicianos destacaba en todo el territorio del festejo, portaban el color verde, café y paliacate rojo en el cuello, las mujeres cubrían parte de su rostro con cubrebocas, los hombres portaban un pasamontañas negro, así era la vestimenta que distinguía a quienes se han sumado a las filas del EZLN.
El desfile de la milicia no tuvo presencia de armas, pero sí una muestra de disciplina que se dejó ver en distintas formaciones. Al ritmo de 17 años de Los Ángeles Azules las milicianas iniciaron. Los milicianos avanzaron mientras de fondo sonaba la Cumbia sobre el río, de Celso Piña y las milicianas rompieron su formación mientras se desplegaba en el campo al ritmo de la Carencia de Panteón Rococó.
“Milicianos, rodilla en tierra, salud; milicianas, rodilla en tierra, salud”, fueron las instrucciones del subcomandante Moisés, para luego dar paso al esperado discurso del 30 aniversario que primero lo dijo en la lengua tzeltal y luego en español.
Unas sillas donde se escribieron las ausencias nombras en el discurso acompañaron las palabras del Subcomandante Moisés que inició diciendo: “Están viendo, ahí están, las sillas de los ausentes y ausentas, no están las madres y los padres buscadoras, no están las desaparecidas y desaparecidos, no están las presas políticas y presos políticos, no están las asesinadas y asesinados, no están los jóvenes y jóvenas asesinados, asesinadas, no están las niñas y los niños asesinados. También no están nuestros tatarabuelos, los que lucharon hace más de 500 años, pero también no están nuestros compañeros caídos que ya cumplieron su deber.
En el marco del 30 aniversario del EZLN se montó un altar con fotos de Insurgentes Zapatistas caídos en lucha, entre los rostros se encuentra la comandanta Ramona, el subcomandante Pedro, Enrique Gonzáles y más milicianos zapatistas, los últimos dos murieron en el levantamiento armado del primero de enero de 1994.
“Compañeros hombres bases de apoyo, compañeras bases de apoyo, aquí estamos aquí hoy, no para recordar su caída de estos compañeros, de hace 40 años, de hace 30 años, aquí estamos aquí compañeros, compañeras zapatistas para que lo tengamos presente el deber. Porque fue un deber a esos compañeros y a esas compañeras. Así es, y eso nosotros los zapatistas y los zapatistas no hemos cumplido. No podemos decir que ya hemos hecho mucho”, mencionó en el micrófono el subcomandante Moisés.
La apuesta por la vida
Detrás del pasamontañas y los cubrebocas se dejan ver los ojos de jóvenes que integran la milicia y hoy protegen al pueblo, sus esbeltos cuerpos y agilidad para desplazarse son muestra de que entre la milicia del EZLN está la semilla de quienes se levantaron hace 30 años.
Las playeras blancas serigrafiadas con un caracol que porta en su cabeza unos audífonos, es la manera en cómo se identifica a los “Tercios Compas” que con cámara para tomar fotos, video y grabadoras de audio hacen la labor de un medio libre para documentar y comunicar lo que acontece en el festejo.
También están las bases de apoyo que ocupan las casas de salud y se involucran en el cuidado y promoción de la salud. El gobierno común busca no organizarse en una estructura piramidal y hacer el máximo órgano de decisiones la asamblea del Gobierno Autónomo Local (GAL).
Sembrando la buena semilla
Con la participación de jóvenes en distintas actividades del aniversario 30 del levantamiento del EZLN, se muestra que el movimiento se toma muy enserio el sembrar la “buena semilla” de resistencia, al igual que el llamado de los zapatistas para heredar vida, como señalaron en el comunicado titulado Doceava parte.
“Lo que queremos es heredar vida. Lo que hagan con ella otras generaciones será su decisión y, sobre todo, su responsabilidad. Así como nosotros heredamos la vida de nuestros ancestros, tomamos lo que consideramos valioso, y asignamos una tarea. Y, claro, nos hacemos responsables de la decisión que tomamos, de lo que hacemos para cumplir esa tarea, y de las consecuencias de nuestras acciones y omisiones”, se lee en el comunicado.
El discurso del subcomandante Moisés se acompaña por el silencio de los asistentes, él miliciano sentencia que no buscan la guerra pero si es necesario defenderse lo van hacer.
“No necesitamos matar a los soldados y a los malos gobiernos. Pero si vienen nos vamos a defender. Y por eso nosotros los hemos hecho a un lado a lo largo de 30 años, nos bastó 30 años para darnos cuenta lo que presentaron nuestros compañeros y compañeras jóvenes, no sirve la pirámide. No sirve. Y si alguien cree que sí, por eso decimos a cada quien en su geografía demuéstranos y nosotros vamos a demostrar también”, mencionó el subcomandante.
Aunque varios camiones llegaron en caravana a territorio zapatista para conmemorar los 30 años del levantamiento armado el subcomandante Moisés advierte que están solos y menciona:
“entonces compañeros, compañeras, bases de apoyo, estamos comprometidos ahora.Compañeros, compañeras bases de apoyo, estamos solos, como hace 30 años. Porque solos hasta ahorita hemos descubierto ese nuevo camino que vamos a seguir, ¡común!”.
Tras terminar el discurso las luces y diversos colores de la pirotecnia en el cielo anuncia que ya es medianoche, el calendario ha llegado al 2024 y a los 30 años del levantamiento armado del EZLN, de inmediato inicia el baile al que se suman las y los zapatistas, así como las personas que vienen de fuera.
Los milicianos se mantienen por un momento en su lugar, una fila están enfrente de los rostros de los zapatistas que murieron luchando en la rebelión de 1994 o tiempo después, en el altar hay una cartulina que describe el trabajo común:
“es un modo de hacer economía, sustentada en la solidaridad humana de manera colectiva, dándole prioridad a nuestras necesidades sociales, no individual, esto fortalece a los pueblos organizados del mundo para defendernos y poder enfrentar, a no permitir el saqueo, desplazamiento, destrucción y muerte que provoca el sistema capitalista”, y esta es la nueva apuesta del gobierno común del EZLN a 30 años de levantarse en armas.