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Por Fernanda Noriega/ @fernoriegalasplantas
Escribir sobre la vida propia te lleva a lugares “no tan seguros”. Olivia Teroba presentó la reedición de “Un lugar seguro”, donde relata cómo su proceso de escritura estuvo determinado por la incertidumbre, el habitar su cabeza durante la pandemia y la hazaña que es hablar de lo cotidiano, esto en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
Abril Posas y Cecilia Magaña abrieron la presentación de “Un lugar seguro”, una recopilación de ensayos íntimos bajo la pluma de Olivia Teroba. Aunque el libro es una reedición, Olivia comentó que es el mismo libro de ensayos, ahora con una editorial diferente (Sexto Piso) para que pueda llegar a más lectores y así abrir mayores caminos y diálogos.
Posas resaltó lo fluida que es la lectura de “Un lugar seguro”, para después cuestionar si el proceso de escritura fue similar. A partir de esta pregunta, Teroba compartió las condiciones en que tomó vida la narración: nadar en una marea de incertidumbre. Época pandémica, vivir becada por la Fundación para las Letras Mexicanas por dos años, pensar que el apoyo sería eterno, no haber publicado nada aún y pasar los días en casa. “Estar mucho tiempo con tus propios pensamientos no te lleva a los lugares más estables”.
“Tenemos una vida que nos dice que corras y no habites el presente”
Para continuar, la autora comentó la confrontación de estos pensamientos con la dicotomía en libros de autoayuda durante sus años adolescentes. Aprendió a ver la vida desde un optimismo absoluto, pero en realidad un optimismo ciego. Conclusión: no funciona. “La vida no es tan sencilla, pero hay momentos luminosos que dan alivio”, añadió.
Olivia compartió experiencias personales durante su escrito, lo que le da un tono de “conversación entre amigas”. Al dar a conocer un cachito de su vida, nos explica los riesgos de incluir a gente cercana: “Hay que avisarles a las personas que están involucradas en la historia, pero no pedir permiso”.
“Cada quien visita un lugar desde su propia vida”, así complementó Olivia a cómo sus viajes, el más reciente a Japón, impactan su escritura. Referenciando, por ejemplo, a Sailor Moon y personajes de la cultura pop en “Un lugar seguro”, y agradeciendo este ánime, parte fundamental para su desarrollo como escritora.
“Los que escribimos somos personas que nos atrevemos a soñar, a pensar cómo configurar otros mundos posibles, teniendo la realidad en la que estamos.”
¿Qué es la literatura más allá del conflicto? Con esta pregunta, Teroba ahondó en la importancia del escribir sobre lo cotidiano, refiriéndose al análisis de Xóchitl Olivera Lagunes sobre “El viaje de la heroína”.
Anteriormente, se rechazaba el uso del término “literatura” para todo aquello no fuera de interés masculino, delimitando el conflicto perpetuo a hazañas de guerras y conquistas. Una hazaña se refiere a realizar una acción difícil, de manera valiente.
Por ejemplo: habitar la cotidianidad como mujer es una gran hazaña, desde enfrentar las violencias del día a día al salir a la calle, hasta bañarse tres días seguidos siendo víctima de tu cabeza.
Para concluir, Olivia reflexiona acerca de lo que implica escribir del dolor y más el propio, al ser estos ensayos de naturaleza autobiográfica. Aunque el dolor es inenarrable, ella aplica el “desapego literario” a partir del cuidado del ritmo y sus palabras. Complementa esto con lo que significa cuidar de sus creaciones literarias.
“Ser escritora es cuidar todo el tiempo de tu escritura. Se escribe por amor, pero no desde el amor romántico. Sino desde el amor basado en estructura. La disciplina como goce”.