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Los 100 metros de Prisciliano Sánchez entre Juan de Ojeda y Venezuela se volvieron un claro ejemplo de los efectos que la gentrificación tiene en el comercio local de Guadalajara.
En seis meses, cuatro negocios abandonaron la cuadra porque ya no pueden más: llegó un nuevo vecino que se expande rápidamente y los propietarios no han perdido un minuto para subir los precios de renta. Con rentas que se duplican repentinamente, tres locales no cerraron solo porque sus propietarios no se sumaron a la ola que arrastra con una generación entera de locatarios, y que privilegia al capital sobre las personas.
De un lado de la calle se encuentra el Edificio Cueva, que hasta hace poco alojaba a los negocios Bicicletas Dos y Uno, Tortas Ahogadas “Tortugas Ninja”, Ricos Jugos y Urbana Gourmet, bautizado coloquialmente como Dogos Urbana. Cruzando la calle se encuentra otro edificio donde se ubican Café Correcto y, en la esquina, el nuevo vecino: Leonela Bistro. Ambos edificios, además de locales, albergan múltiples departamentos.
Leonela: “Europa en Guadalajara”
Raza, si lo tuyo es estar siempre a la moda te recomendamos esta nueva cafetería en Guadalajara que está dando de qué hablar. Se trata de Leonela (…) El lugar tiene la mayoría de las mesas en la banqueta, lo que te hace sentir un mood europeo (…) Leonela es de esos lugares “trends” pero que son buenos, bonitos y baratos, que esperemos duren por mucho tiempo.
Así inicia la publicación de reconocido influencer de comida (también llamados foodies). El primer vídeo sobre Leonela en esta cuenta arranca explosivamente: ¡Europa en Guadalajara! Este negocio de desayunos, pan y café abrió su primer local en la esquina de Prisciliano Sánchez con Robles Gil en julio de 2023.
Con ello, Leonela rápidamente se volvió el “hotspot” gastronómico emergente más importante de la ciudad. Los fines de semana han sido bulliciosos: largas filas de espera, estacionamientos llenos y una campaña de redes sociales con una veintena de foodies. Los conflictos con los vecinos comenzaron cuando este local desplegó una decena de mesas en la banqueta, pero se recrudecieron cuando vieron que el café se expandía a otros locales.
El dueño del negocio, “Juan”, no esperaba ese nivel de tráfico en tan poco tiempo. Según relata, los Dogos Urbana lo buscaron para traspasar el local porque tras 10 años operando, no podían seguirle el ritmo al aumento de las rentas. Una publicación en la página de Instagram de Urbana Gourmet muestra que ofrecieron el sitio desde el 22 de mayo. Ahora, ahí está la panadería de Leonela, construida entre agosto y septiembre.
Más adelante, en octubre, Leonela se expandió para ocupar el local donde estaba Ricos Jugos. Hoy, podría ocupar el espacio que dejó atrás Café Correcto.
Aranzazú y Pachiclón: la partida, más no el final de Ricos Jugos
Ricos Jugos llegó a Prisciliano Sánchez 1045 en 2017 con una propuesta mixta: un local de jugos y un centro de autopublicación para fanzines, impresiones y arte. Aranzazú pasó su infancia en una casa cercana, donde vivían sus abuelos, así que fundar Ricos Jugos también fue un regreso al barrio donde creció. Iniciaron pagando 4 mil 500 pesos de renta; para 2023 pagaban 6 mil 500, aún bastante por debajo de los precios de la zona.
En agosto de 2022, por nota de voz en WhatsApp, Ara recibió un mensaje de la dueña del local pidiéndole irse para diciembre. Después de negociar un aumento a la renta y firmar que saldría en septiembre de 2023, Ricos Jugos operó con los días contados.
Aranzazú y su pareja, un artista conocido como “Pachiclón”, mencionan lo irritantes que fueron las reacciones de sus conocidos: “Me dicen: está regalado. Empecé pagando 4 mil 500 y ahora pago casi 7 mil en un espacio que no le han cambiado nada en seis años (…) no hemos hecho nada malo, pagamos puntualmente, mejoramos el local muchísimo”. Ricos Jugos renovó y pintó todo el local, por dentro y por fuera.
Cuando les pidió el local, la dueña mintió respecto al motivo del desalojo, diciendo que su hija pondría un negocio ahí. En realidad, buscaba un giro más provechoso, y lo logró: la nueva renta pactada con Leonela es apenas superior al precio que sacó a los Dogos Urbana de la cuadra. Juan, el dueño de Leonela, explicó en entrevista:
“Un mesero mío me habla y me dice: Juan, te está buscando la dueña del local y así nomás me dijo me acaban de entregar este local, aquí están las llaves (…) Yo nunca había cruzado una palabra con la dueña (…) ¿Yo cómo la voy a buscar? Nadie me daba nada. Te soy sincero: sí la andaba buscando. Sí, claro, uno como empresario hace todo para poder seguir y seguir y seguir”.
Ricos Jugos tenía buena relación con varias personas sin vivienda que dormían en diferentes puntos de Prisciliano Sánchez. Estaba “El Cuidado”, un hombre que trabajaba lavando carros y haciendo favores a los vecinos; dormía en unas escaleras cruzando la calle hasta que el edificio de Café Correcto y Leonela se renovó. También estaba “Tony”, que dormía en la esquina que ahora ocupan las nuevas plantas y macetas.
Aranza y Pachiclón identificaron un proceso de expulsión contra las personas viviendo en la calle: en una ocasión el dueño del edificio cruzando la calle argumentó que es preferible tener plantas y macetas a “malvivientes”. Igualmente, son constantes los reportes de vecinos a la policía para denunciar que hay gente durmiendo en la calle. Riendo, recuerdan que algún vecino echó a la policía contra los trabajadores de los Dogos Urbana porque estaban parados fuera del local después de cerrar.
En la esquina de Dogos Urbana dormían dos personas. Sin embargo, para la panadería se derribó el muro y la esquina se amplió más hacia el centro del edificio. Ahora hay mesas de día y nadie por las noches.
Aranzazú suma: “la gente que nos ha robado, porque nos han robado, no eran ellos (…) era gente en motocicleta, con un celular probablemente mejor que el mío. Yo no me siento en riesgo con las personas sin hogar”.
Ricos Jugos terminó su ciclo en la Americana, pero continúa existiendo. El 2 de noviembre de 2023, Aranzazú y Pachiclón reiniciaron su proyecto en Ghilardi 400. Reflexionando sobre estos cambios, Aranzazú remata: “lo que hacía atractiva a esa colonia era que había diversidad”.
Un café convertido en la sala de espera de otro café
“Nos vamos como respuesta a un reciente cambio en la dinámica de la vecindad”, expresaron los socios de Café Correcto a través de la cuenta oficial.
Ambos anunciaron su partida de Prisciliano Sánchez 1030 el 12 de octubre de 2023:
Llegamos hace un poco más de 5 años con una propuesta y tratamos de observar lo que pasaba en la calle que luego llamaríamos nuestra, en las banquetas, en las esquinas y en todos los espacios que al ser públicos, son de todes. Creemos que el Correcto de hoy, es resultado de ese diálogo, pláticas banqueteras que nos permitieron ver que llegamos a un lugar que ya existía, y del que fuimos siendo parte.
Sin embargo, Café Correcto no cierra sus puertas permanentemente, se irá a Morelos 1134.
En Prisciliano Sánchez, cada fin de semana han tenido que lidiar con comensales del “nuevo vecino”: llegan a las mesas solo para esperar un lugar en Leonela. Hablaron con el dueño del edificio donde tanto ellos como Leonela están ─Después de todo, ambos son inquilinos de la misma persona─, y no lograron conseguir una solución por esta vía.
Tuvimos una plática con él para decirle que ya no soportábamos más. Me dijo “tu eres más que eso, resiste”. Le digo, sí pero es que los fines de semana es un tianguis y sus clientes vienen a sentarse a mis mesas, yo les doy un menú y me dicen “ah, no es que vengo al lado”. Entonces me contestó “tú eres la de los negocios, invítales un cafecito y ya al final de la semana le pasas la cuenta a Leonela”. O sea: ¿está diciendo que yo soy la sala de espera y Leonela es la importante?
ZonaDocs solicitó una entrevista con el propietario del edificio, pero éste declinó la entrevista explicando que no se considera incluido como actor en el tema. Así, los propietarios de la cuadra han dejado que gane el más fuerte. Uno de los tres socios del café relata cómo vivió el día decisivo para optar por la salida:
Mira, tuvimos inspecciones, en cinco años, como dos. Últimamente llevamos una inspección cada semana. Esa vez (…) eso se sumó a que un día antes había gente aquí viendo el menú y llegaban meseros de al lado para decirles “oye, aquí tenemos lugar”.
Al final, Café Correcto no quería buscar peleas. Decidieron irse.
Tani Pérez: un mujer que resiste la erosión en el barrio que la vio crecer
“Hay cambios que se sienten como una agresión y cambios que no”, expresa Tani de Bravo Vintage.
Tani es hermana de Aranzazú de Ricos Jugos. Su negocio, “Bravo Vintage”, es un bazar de ropa antigua, está en la esquina de Robles Gil 260, a contraesquina de la panadería de Leonela.
Ella y su hermana salieron de la Americana con la muerte de su abuela, pero eventualmente volvieron: “Tani tenía un localito chiquitito en Santa Tere, en la calle Ghilardi, y el casero también le dijo: ya, ya salte. Porque quería rentarlo carísimo”, relata Aranazazú. En esos días de 2016, buscando donde reubicarse, Tani descubrió que el dueño de Robles Gil 260 era un viejo vecino:
Cuando lo contacté le dio mucho gusto saber que era nieta de su vecino (…) Hubo esta cosa que yo siento que si algún día ya no puedo estar en este lugar va a ser muy difícil de volver a sentir con alguien; este trato entre dos personas de manera honesta, genuina, amable y cariñosa
Al parecer, ese vínculo es el único motivo por el cual Tani no ha sido desplazada. Para ella, hay un valor más allá de lo económico en lo que la comunidad construyó en Prisciliano Sánchez: “para mí era un lugar de mi infancia. Yo no sentía que venía a un lugar cool. Yo venía al lugar de mi abuelita”.
Sin embargo, las transformaciones recientes han roto con eso. Los nuevos clientes llegan en autos de lujo, los precios se encarecen, y los propietarios han ido sacando a gente como Tani:
El cambio más drástico que yo he sentido y que me ha dolido genuinamente ─no por mi negocio, porque a lo mejor al negocio le funciona que venga tanta gente─, es el del tipo de convivencia. (…) He visto más Teslas aquí que en mi vida. Un día se estacionó un carro y bajaron dos personas. Yo estoy aquí barriendo a punto de abrir y le digo amablemente: buenos días. Oye, no te puedes estacionar aquí, es línea amarilla, estás en rampa, pero además aquí pasan y sí multan. ¿Sabes qué me dijo? El señor cerró la puerta y me dijo: no importa, yo pago; y se fueron ahí (a Leonela). En todos los años que llevo en esta zona nunca me había tocado que me dijeran algo así.
Muchos de los clientes anteriores eran vecinos de la zona, amigos y conocidos de los comerciantes. Los locales que hoy están cerrando son pequeños negocios atendidos por sus propios dueños:
¿Qué queda para la gran mayoría de las y los mexicanos que no encontramos un espacio en el mundo laboral? pues el autoempleo. En ese entonces no era tan difícil para alguien sin una cadena, sin ser referente de nada, sin marca famosa. No sé, incluso yo, que cuando empecé nadie me conocía podía tener un negocio aquí. Ahora si yo pasara por aquí y dijera “quiero estar aquí” me sería imposible, sería imposible de acuerdo con cómo han subido la renta.
Aunque esta oleada de nuevos negocios produjo varios cambios en su entorno, Tani considera que buscaron convivir en una armonía con sus vecinos, la cual ahora ven trastocada:
Éramos como a los que a nadie les hablaba en el recreo, gente medio rara (…) eventualmente teníamos que tener un trabajo y hacíamos de esa rareza una forma de obtener ingresos (…) pero todo de cierta forma en armonía con quienes sí vivían aquí. No veníamos a hacer conciertos en la calle o tapar las banquetas. No veníamos a apropiarnos del espacio. Veníamos a incorporarnos y vivir con lo que ya existía.
El contraste con las renovaciones, mesas en las banquetas, expulsión de personas sin vivienda, crecientes precios de renta, multitudes e influencers es evidente
Quienes llegan ahora son consorcios. Es un grupo empresarial. La diferencia es enorme, no solamente en la capacidad que tienen de invertir en la zona, invertir en su local, invertir en publicidad, invertir en los artilugios y la decoración, sino también el impacto que generan: se desdibuja la figura del sujeto y se vuelve un consorcio. Una de las diferencias importantes radica en eso; los negocios de antes todos son atendidos por sus propietarios.
Para estos actores empresariales, “consorcios” como los llama Tani, el valor comunitario es casi nulo y los pequeños negocios de subsistencia son oportunidades desaprovechadas. Si los propietarios del suelo deciden verlo igual, lo que sigue es una expulsión. En otra entrevista, el dueño de Leonela deja claro que en aquél mundo empresarial, este modelo es una debilidad.
Funcionaba Café Correcto, funcionaba Ricos Jugos. Aquí había unos hot dogs también. A lo mejor funcionaban todos porque estaban todos como al nivel. Yo llego aquí, me lo ofrecen, veo una oportunidad de negocio y la agarro y transformo; hago el cambio totalmente. Este tema de Leonela ya lo traía yo trabajando hace 8 meses porque yo quería poner un desayunador porque sé que es muy buen negocio (…)
El problema para Tani no es el cambio: “el tiempo pasa y va a haber cambios y mi calle de infancia no es mi calle de infancia ya. No lo era hace dos meses, no lo era hace un año y no lo era hace 15. Desde el momento que murió mi abuela no es la misma calle (…) pero lo que yo quisiera es que sigan siendo más importantes los espacios de convivencia social que lo económico”.
Pregunta, criticando: “¿Qué es lo realmente importante al momento de hacer políticas públicas? ¿Lo importante es que se vea como París? Que se active una zona a través de las relaciones comerciales, ¿de verdad es la única forma que tienen prevista para “activar” una zona?”. No se opone a que la zona tenga influjo de personas, a que las cosas cambien, pero sí se opone al desplazamiento:
“No es que me quiera aferrar y que diga: que no exista el cambio por favor, que las cosas se queden como son. Pues no, es absurdo (…) pero hay cambios que se sienten como una agresión, y hay cambios que, aunque duelan porque termina algo que te gusta, no se sienten como una agresión (…) hay muchos vecinos, gente que vive aquí, que desde que abren está viendo algo donde se sienten afectados”.
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Adriana: una vecina que, después de tres décadas, abandonaría Prisciliano Sánchez
Adriana Gutiérrez trabaja para la administración del Edificio Cueva. Su madre fue administradora antes que ella por 20 años: “llegué de 14 años y ahora tengo 47, saca la cuenta”, dice bromeando.
Los fines de semana sacaba a su madre a pasear por la calle en silla de ruedas. Desde que la cuadra explotó en popularidad lo ha dejado de hacer.
Según explica, las multitudes obstruyen las salidas del edificio y responden agresivamente cuando piden el paso. Detalla que, aunque ha intentado pedir apoyo a los meseros de Leonela, ellos han sido “groseros” y “prepotentes” con ella.
Quisiera ya irme de aquí, sinceramente. He contemplado vender e irme (…) Sí he pensado ¿será el mejor momento para vender? porque ya nadie va a querer vivir aquí, sobre todo en los departamentos que dan a la calle. Por el ruido, desde las 7 de la mañana empiezan…
Adriana afirma que ella no es la única, y que varios inquilinos del Edificio Cueva quieren abandonar el sitio especialmente por el ruido. En respuesta, Juan sostiene que no es responsabilidad de su negocio la clientela, aunque sí ha intentado controlar la situación:
¿Tú crees que es responsabilidad mía la gente? (…) Yo una vez me puse acomodar la gente y ¿sabes qué me dijeron? Que la banqueta es libre, que yo me puedo poner donde yo quiera. ¿Y te digo una cosa? pues tienen razón. Yo lo que hago es quitar las mesas de afuera, ya no hay mesas afuera aquí tampoco.
Braulio de Bicicletas Dos y Uno: “el patito feo de la colonia”
Después de que asaltaron su local en Santa Teresita por segunda vez en 2020, Braulio y su novia decidieron moverse. Un día, notaron un local en renta cerca de donde viven. El precio de la renta era el doble, pero valía la pena intentarlo: mudaron Bicicletas Dos y Uno a Prisciliano Sánchez 1033.
Tras el asalto perdieron muchos clientes y pedidos. Por eso estuvieron profundamente lo agradecidos cuando, al llegar, otros negocios los apoyaron para salir adelante:
Uno de los lugares que más me brindaron apoyo pues fue el Correcto (…) Carlos del Correcto, me compró una baikita. Mone también me compró baika. Clientes de ahí pues sí vienen muy seguido. Pues es eso: sí se llevan chido el cafecito y las baikas (…) se sintió una vibra chida, también con los de las tortas… no sé, en la cuadra se sentía más eso de raza que trabaja… pues bien, ¿sí sabes?
Hubo un acercamiento entre Leonela y el dueño de los dos locales donde están las Bicicletas Dos y Uno y Tortugas Ninja para explorar un traspaso. Para el alivio de los últimos dos, el dueño, al menos por ahora, decidió no buscar un nuevo inquilino.
Aún así, la cuadra se volvió “pesada” para Braulio. El negocio se queda ahí, pero él y su novia decidieron mudarse, y a otras personas viviendo o trabajando cerca les preocupa que los renteros vean cómo crece la popularidad de la colonia y que decidan aumentar más los precios de renta o desalojarlos. Ése es su mayor temor:
Perder el local porque llegue el vato diciendo: ¿tú pagas 12 mil 500? Yo te pago quince, dieciséis, dieciocho. Yo no puedo pagar más. Te digo: no ha pasado, pero siento que sí puede pasar.
Algo desconcertante para Braulio fue que el dueño del edificio de Café Correcto invitara a otro proyecto con un giro tan similar, en competencia directa. Aunque reconoce que el propietario tiene el derecho a hacerlo, revira que Café Correcto también tomó un riesgo al instalarse ahí cuando no habían tantos negocios alrededor. Por esos cambios tan abruptos, Braulio se ha sentido inquieto, “como el patito feo de la colonia”, dice.
Juan, dueño de Leonela: “mi propósito es verlo lleno de gente trabajando, hacer las cosas bien”.
Según su versión, lo que han vivido Juan y los trabajadores de Leonela es una campaña de acoso que ha llegado a pleitos y confrontaciones físicas: en una ocasión un transeúnte le escupió a un mesero y en otra un hombre le aventó una mesa a otro trabajador.
Varios vecinos llegan a gritarle a los meseros por las mañanas y abundan las reseñas negativas en diferentes sitios web. Además, se levantan denuncias constantemente, lo que en una semana resultó en casi un centenar de inspecciones del Ayuntamiento de Guadalajara. Inclusive, otros negocios donde participa Juan también comenzaron a recibir denuncias.
Desde su punto de vista, Leonela no tiene la culpa de lo que ocurre en la cuadra:
Ricos Jugos hizo todo lo posible por quedarse el local. Se lo pidieron y ¿sabes por qué? Porque no les gusta trabajar. Yo aquí vi una oportunidad de negocio. Puse ése local, el más grande, y funcionó. O sea: no sé cuál sea el coraje de la gente. A Ricos Jugos no lo sacaron por mi culpa
El desalojo de Ricos Jugos fue decisión de la propietaria del local. Juan detalló: “sí me lo rentó carito la verdad. Yo creo que es una oportunidad tanto para mí como para ella. ¿Por qué? porque le dio valor a su lugar. Es lo que mucha gente de aquí no lo ve, pero los propietarios sí”.
A diferentes ritmos, las rentas se han duplicado en diez años. Varios negocios pagaban alrededor de 6 mil pesos en 2015. Los que quedan en pie (incluso Leonela) ahora están en uno de dos supuestos: o tienen una relación excepcional con los renteros, como Bravo Vintage, o pagan por lo menos 12 mil 500 pesos al mes.
La gentrificación tiene esos efectos en la vida comercial, y más cuando las políticas públicas privilegian el “desarrollo económico” más que la vida de las personas.
A la pregunta ¿por qué crees que los otros lugares no cambiaron de giro?, Juan contesta:
Por la mentalidad que tiene cada quien en su cabeza. Yo aquí vi una oportunidad de negocio gratis. No trabajo para vivir, wey. Ricos Jugos abría a las once de la mañana viendo que teníamos un chingo de gente (…) ¿Qué es lo que pasa? Que mucha gente hace un autoempleo… que también no lo juzgo, es muy bueno, pero ¿qué pasa cuando llega una persona que trae otra mentalidad, que quiere sobresalir?
Se trazan las líneas del conflicto. Los propietarios de la zona han buscado la oportunidad de maximizar su inversión, y una comunidad entera de personas, desde comerciantes hasta vecinos y personas viviendo en situación de calle, son un obstáculo para ese fin. Leonela funciona como vehículo, aún cuando no es el propietario el que se lleva la mayor ganancia.
Uno de los rumores que se esparció sobre Leonela es que opera sin licencia. Por varios medios, ZonaDocs pudo verificar que el negocio opera con licencias vigentes. Lo único fuera de regla ha sido el exceso de aforos y el uso de mesas en la banqueta, motivos por los cuales Leonela fue clausurada y tuvo que pagar 10 mil pesos. Al respecto, Juan comenta:
Con el tema de las mesas yo empecé a hacer el trámite y siempre se me cerraron las puertas. Entonces dije: vámos a ponerlas y así voy a abrir la puerta, porque Ayuntamiento así se va a dar cuenta que sí ocupo el tema de las mesas.
Leonela retiró las mesas y canceló su campaña de publicidad, resolviendo el asunto jurídico. Aún así, Prisciliano Sánchez tiene un enorme problema desde hace más de 15 años: las banquetas fueron reemplazadas por estacionamiento, y el espacio caminable es parte de los predios, por lo que algunos ponen mesas ahí. Aún en norma, algunos negocios hacen imposible que gente como Adriana y su madre transiten.
De hecho, al momento, Juan dice que reinvierte todo el dinero que produce Leonela: “yo no he generado un peso de aquí. No me importa generarlo, porque a mí lo que me importa es que crezca (…) a mí el tema del éxito yo no lo mido con el dinero, lo mido con la gente que veo trabajando, con toda la gente que depende del negocio”. Por eso, defiende a Leonela, y dice que irá a otro lugar con mejores condiciones:
Leonela está, ahorita, generando más de 120 empleos (…) qué doloroso es ser empresario y ser una persona que haga las cosas bien (…) mi sueño es irme ya a otro lugar donde se pueda hacer las cosas mejor. No aquí: el tema de las banquetas, el tema de los espacios, los locales son muy pequeños (…) yo sí quiero crecer el tema de Leonela pero ¿qué te parece en una casona en Chapalita para poder explotar bien el tema, verdad?”
En todo caso, Juan nota que él no sería quien generaría el mayor provecho de lo que ocurre en la cuadra, sino que lo serían los propietarios de los inmuebles, quienes ven crecer el valor de su inversión.
Esta esquina era una porquería. Yo vi una oportunidad en esto, que el Pachiclón lo pudo haber hecho, todos lo pudieron haber hecho. Todos tenían derecho de hacerlo: no lo hicieron.
Confrontando su visión con la de los vecinos que obstruyen esa transformación, la pregunta sigue: ¿si tú hablaras con ellos y te dijeran que no lo hicieron porque les gustaba como estaba, que así es como quisieran que se hubiera quedado, qué dirías?.
Pues bueno, ese es su modelo y su negocio a seguir. Estar en un lugar de cuatro por cuatro y vender tres jugos al día. Si yo con cuatro jugos al día me mantengo yo lo hago… pero yo no, yo no. Todo está en la mente y a eso es a lo que voy. Todos pudieron haberlo hecho, nadie lo hizo. Yo no llegué a cambiar la colonia, yo no llegué a gentrificar. Ellos llegaron primero que yo.
Desde su punto de vista, en esta historia, Juan tiene el mismo rol que los demás negocios, y ha jugado el mismo juego, pero mejor:
Atrás de mi hay un empresario más grande. Siempre el tiburón más grande se va a comer al más pequeño, y a mí me pueden comer (…) Puede venir un empresario, hablar con el dueño y correrme. Yo ya he estado del otro lado. Yo tenía un negocio muy exitoso, me duró cinco años. Después del quinto año se acabó el contrato y el dueño me dijo: no hay renovación.
Ese momento en el pasado de Juan lo cambió; su negocio quebró y tuvo que despedir y compensar a 90 empleados. Al descubrir que el nuevo dueño del local era un amigo suyo se sintió traicionado. Desde entonces, afirma:
Yo en ese momento lo veía mal, pésimo (…) Pero hoy en día te puedo decir que le agradezco a ese señor, porque me puso a mover mi cabeza y a hacer otro prototipo de negocio (…) No se puede confiar en nadie, nadie es tu amigo en esta vida (…) le puse buena cara a la situación y gracias a eso nació un nuevo proyecto de restaurante (…) No me puse a quemar al señor, no me puse a hablar mal de la gente.
Las respuestas de Juan dejan en evidencia que las dinámicas donde se ven desplazadas personas y negocios rara vez corren por cuenta de un solo actor, y rara vez se resumen en cuentos de buenos y malos. Su versión, y la de aquellos negocios que cerraron (o que apenas resisten) en Prisciliano Sánchez muestran que la transformación involucra una red de actores amplia, que con distintas acciones y omisiones recientes y añejas apuntalan el proceso.
Desde el ayuntamiento, que hace más de 15 años reemplazó banquetas por cajones de estacionamiento y permitió que el paso de los peatones fuera a través de la servidumbre ─y, por tanto, dependiente de la buena voluntad─ de un local comercial, hasta propietarios que han buscado oportunidades para maximizar sus ganancias sin importar los impactos en la zona: la historia de Prisciliano Sánchez es un llamado a elevar la discusión sobre los procesos de gentrificación y los desplazamientos al interior de las ciudades, sin dejar de ver nunca el valor humano que se pierde cada que una comunidad es desarraigada por la fuerza, o incluso de manera voluntaria, para dar paso a más y mejores inversiones.
Que pinche artículo tan chido.
Gracias por interesarse en algunos de los factores que destruyen comunidades. Ésa mentalidad de que el tiburón grande se come al chico y de que no se debe confiar en nadie son inhumanas. El punto de vista de los habitantes se olvidan por lo que se ha dado en llamar el “bien común”, tomando la decisión autoridades que no viven en las comunidades afectadas. Recuerdese Temaca y la presa.
Muy bueno
Lo único que reflejan las respuestas de “Juan” es que está sumamente desconectado del mundo real, como el 99% de la gente con dinero. deplorable y desagradable.
Juan, el privilegiado que no entenderá nunca lo que es hacer comunidad porque ha sido educado bajo la lógica de que el tiburón más grande se come al más pequeño y entonces viene esa ola junto a un chingo más de Juanitos a chingar lo poco que queda de gente que sí desea hacer comunidad.
Qué impotencia no poder transitar las banquetas con libertad y ver cómo se van proyectos tan bonitos.
¿Qué nos queda por hacer?
El dueño de ese lugar lava dinero. Dicen que a Alfaro y al secretario de salud. Porque no se hace una investigación exaustiva pues es un lugar peligroso ya que obligan a caminar por abajo de la banqueta y muchas personas que tiene que pasar por ahí son de la tercera edad y minusválidos en silla de ruedas, pues sus meseros están bien aleccionados para mal tratar a quienes pasan entre las mesas.por que los tienen tan protegidos. Es urgente que acaben con ese emporio de corrupción.
Este artículo solo refleja el escozor de los locatarios por las rentas si dicen que pagaban 4500 en 2017, y 6 años despues 6500 el aumento solo fue de 2000 pesos eso quiere decir que les aumentaron 333.33 pesos por año ahora lo que estas personas no entienden sobre la inflación es que el pago de servicios como predial tambien aumenta proporcionalmente cada año. Recuerden que los bienes y raices son un NEGOCIO y si los servicios aumentan. Que creen la renta también. Es como el aumento de insumos en un restaurante, el aumento de ve reflejado en la carta para que su NEGOCIO sea sustentable.
se quejan de la gentrificacion, de la inflación, de las rentas, pero ahí andan defendiendo el capitalismo salvaje, ahí andan de WANABIES actuando como robots, ahí andan con su celular caritzimo de parís, haciéndole el juego a la religión católica pedofila, a la casta política asquerosa y para colmo de males sin saber un puto comino sobre economía…..pinche raza BANAL Y VACIA, ustedes son parte de este sistema DEFICITARIO…. D-E-F-I-C-I-T-A-R-I-O…… dicen buscar comunidad y solo saben comer , cagar, dormir y decir pendejadas…..
Muy interesante artículo, viví en la zona poco más de 16 años y las rentas eran accesibles, muchos nos conocíamos y era una zona tranquila sobre todo por la tarde-noche, la convivencia era genial. De pagar una renta que era adecuada, nos subieron primero el 25% y después prefirieron remodelar y subir las rentas a más del doble, todos nos fuimos.
Ese Juan me huele a sospechoso ha de traer sus tranzas con el puerco del gober y su mafia como en todo.
Media cuadra antes en Prisciliano 1075 el dueño le pidió la casa a los inquilinos para rentarla a un empresario que plantea poner un bar. Es un lugar en donde no están permitidos los bares. Los vecinos al ver que los inspectores no clausuraban la construcción del bar, porque el empresario está “apalabrado” con el Ayuntamiento, tuvieron que contratar un despacho de abogados. Un Juzgado federal ordenó al municipio que clausurara. El día de la clausura hubo un altercado que casi termina a golpes entre vecinos y el dueño, tuvo que llegar la policía. El empresario amenazó que no se quedará con los brazos cruzados. Estaría bien que escribieran acerca del tema.
A mí me pasó con un Local el Libertad mi rentero cada año me aumento y de pagar 4 mil en 2012 en 2023 pagaba 10 mil ya con impuestos.
En pandemia en lugar de perdonarnos la renta o bajarla nos hizo pelearse por pagarle a tiempo a su hija y ella de lo más grosera mentando madres en lugar de tener un diálogo razonable, la verdad los únicos beneficiados ahí son son renteros.
Ese es el problema, la gente no quiere el cambio y prefieren vivir en un status quo del que la misma vida se los va a comiendo así como Leonela llegó a comerse a esos pequeños negocios.
Si no era leonela sería cualquier otro, al final los negocios son para generar dinero.
Vivir en statuos quo? Que tontería! Con Leonela aplica el dicho “se chingon sin chingarte a los demás” eso de llegar con el dueño de los locales y decirles que les paga más de renta para que los saque es de un poco huevos! O que? Es la culpa de las personas que rentan no tener “mente de tiburón”? Estoy seguro que tú no tienes un negocio y no sabes las chingas que son emprender
Muy chido artículo, he podido visitar a varios de los locatarios desplazados y siempre hubo un trato muy cálido y humano, Leonela siempre me “mal vibró” y no sabía de su dueño depredador. :/
Que buen reportaje gracias por eso respectó a “Juan” lo
Único que leo es una persona justificando su prepotencia y falta de visión hacia una comunidad que ve su negocio como estilo de vida y que así está bien
Juan :no todos queremos ser tiburones comiéndonos al “más chico”
Algunos queremos
Saludarnos a la hora de abrir nuestro negocio , sentirnos Agusto en una esquina donde todos juntos la hicimos crecer con arte amor y trabajo de día a día .
Por lo pronto ya solo escuchar el nombre de su local
Recordarlo para nunca pisar ese “negocio”
Por lo que que a mi respecta mera súper clienta de esa esquina y Justo eso me gustaba de ahí
Poder caminar con mi perrita saludar a todos sentarme a comer un dogo bien a toda madre
O en la mañana Psar por un café y de ahí ir a cortarme el pelo con mi estilista favorita que está muy cerca de ahí
Excelente artículo, debemos entender primeramente los costos por inflación eso conlleva al aumento en las rentas, claro que es importante la convivencia de comunidad y también generar empleos, en fin, muchos de acuerdo otros en contra, lo cierto es que como siempre, Zona Docs haciendo un brillante trabajo.
#unidoslograremosmas
Es ilegal la apropiación de las banquetas y bahías al nivel de Leonela. Todos los partidos son corruptos por eso una autoridad distinta los tiene que obligar a clausurar. Nuestro edificio y otro vecino fuimos los que invertimos en el despacho para clausurar la intención del antro en Prisciliano 1075. Pero pss también quieren que se resuelva todo gratis con comentarios, pss ta cañón, la vdd.
Sigan votando a Movimiento Inmobiliario, ahí están las consecuencias
El problema de la gentrificación en La Americana está más allá de un simple aumento de las rentas; esto refrelaj directamente cómo la inflación y la corrupción en la colonia americana están transformando la vida de las comunidades. Mientras algunos propietarios ven esto como una oportunidad de negocio, otros, como los vecinos afectados, luchan por mantener el sentido de comunidad y pertenencia. Es de una gran importancia que encontremos un balance entre los dueños de los negocios y las personas que viven en la zona, donde los intereses económicos no destruyan la esencia del barrio y las relaciones construidas a lo largo del tiempo.
La gentrificación es un proceso que hemos visto durante los últimos años, especialmente en aquellas colonias antiguas que destacan sobre las demás en la ciudad, en este caso La Americana (y próximamente Chapalita). Para mi tiene dos lados, aquellos que se benefician, es decir, los dueños de los locales y casas al aumentar la renta y los empresarios que se instalan y por otra parte, quienes son desplazados u obligados a irse debido a varias razones, no solo económicas sino también sociales (pleitos, falta de comunicación). Es cierto, ahora todo es más caro debido a la inflación y las personas con mayor poder adquisitivo es probable que salgan ganando, sin embargo, como sociedad debemos de ver por el bien de todos, apoyarse mutuamente entre negocios y respetar lo que le corresponde a cada quien, además de ser más humanos (incluyendo a los clientes).
Opino que es muy triste que en nuestro país se le da mucho crédito a las cosas que vienen de fuera, desde alimentos hasta cualquier otro producto, cuando en realidad aquí tenemos más que suficiente para glorificar. Me impresiona como hasta empresas importan productos que se originan o se consiguen aquí, pero por negligencia o falta de investigación no saben que México tiene muchísimo que ofrecer. Me gustaría que en un futuro le demos el mismo pretigio a lo que es de aquí que a lo que viene de fuera.
Es triste ver cómo la gentrificación desplaza a los negocios locales y cambia el carácter de los barrios. Deberíamos apoyar más a los pequeños comercios, que son el corazón de la comunidad, en lugar de dejar que el crecimiento económico solo favorezca a unos pocos. Si no cuidamos el equilibrio entre lo nuevo y lo tradicional, barrios como La Americana perderán su esencia y se convertirán en espacios sin identidad.
Considero que la gentrificación ha colonizado no solo la colonia Americana sino en todo Guadalajara, se ha vuelto una ciudad que solo busca seguir lo nuevo y las modas, dejando en un segundo o tercer plano la tradición, la convivencia la familia que antes caracterizaba ciertas zonas. Me pareció un articulo tan desgarrados pero tan real de lo que se ha vuelto nuestra sociedad. Me parece triste que antes el hecho de ir por algo de comer era un momento de buscar ese restaurante/cafetería que te recordaba ciertos momentos de tu vida en los que fuiste feliz o a esa persona que puede que ya no tengas pero te recuerda a ese ser. Creo que este articulo muestra la cruda realidad de lo que nos hemos convertido y es muy triste sinceramente.
– LRH
Me parece desgarrador ver como no solo la colonia Americana esta siendo colonizada por la gentrificación sino que todo Guadalajara en general, el hecho de seguir una moda es algo que nos caracteriza como sociedad. Me da mucha tristeza ver como ya no vas a un lugar por lo que te hace sentir o por las experiencias o momentos que te recuerda, mas bien vas porque es lindo o como todos van tienes que ir o para tomarte una foto ara tu insta. Debemos de dejar esa ambición por el dinero a un lado y volver a encontrarnos con nuestra cultura, con nuestras tradiciones, con nuestras caracterizaciones como ciudad ya que hemos perdido toda nuestra esencia en la avaricia.
– LRH
Creo que debemos dejar de darle importancia a los locales que sólo se hacen virales por redes sociales o tienen un momento de “fama”.
Pienso que hay más lugares que pueden ser poco reconocidos y que son de origen mexicano, en los cuales podríamos encontrar comida muy buena, y no dejarlos a lado por otros que son más comerciales.
Siempre debemos de mantener nuestro apoyo hacia lo local.
La gentrificación está redefiniendo nuestros barrios, beneficiando a propietarios y empresarios, pero también forzando a muchos a dejar sus hogares. Si bien el aumento de precios puede favorecer a quienes tienen más recursos, es vital encontrar formas de convivir de manera más equitativa. También me parece lamentable que tengamos una mayor apreciación por lo extranjero que por lo local. México cuenta con una riqueza cultural y de productos que a menudo pasa desapercibida. Espero que en el futuro podamos reconocer y dar el valor que merece lo que es nuestro.
D.C.G.R
Es lamentable ver cómo la gentrificación está afectando no solo la colonia Americana, sino todo Guadalajara. Nos hemos acostumbrado a seguir modas y ya no visitamos lugares por lo que significan, sino por lo “bonitos” que están, ya sea para tomar una foto perfecta o para presumir el lugar de donde te encuentras. Necesitamos dejar de lado la obsesión por el dinero y reconectar con nuestra cultura y tradiciones, ya que hemos perdido lo que nos hace únicos a todos.
La gentrificación está beneficiando a unos pocos, mientras que muchos pierden sus hogares. Es feo ver que valoramos más lo extranjero que lo local, cuando México tiene una riqueza cultural increíble. Espero que en el futuro aprendamos a apreciar lo nuestro como se merece.
La gentrificación es un problema social y económico que se ha reflejado cada vez más en nuestro país. En Guadalajara, la colonia americana ha experimentado el proceso gentrificación debido a que grandes empresarios ven potencial en colonias antiguas y no tan concurridas, transformándolas en zonas atractivas para la comunidad, siendo el caso del restaurante Leonela. Este conflicto lleva a desigualdades sociales, beneficiando a pocas personas, como el dueño de Leonela y los propietarios de los locales, mientras que afecta a la mayoría, vecinos o comerciantes de esta colonia quienes son desplazados por el aumento de las rentas.
Soy consiente que el mundo tristemente funciona a través del dinero y política, sin embargo, pienso que a veces la sociedad o gente de poder carecen de empatía, viendo únicamente por su propio beneficio.
J.I.D.Z
Es un artículo muy bien excelente diría yo, es muy triste que debido a esta gentrificación y por alguna situación las personas tengan que abandonar sus negocios o reubicarlos que por años se han establecido en ese lugar y por una creencia de la población tengan que verse afectados de esa manera ya convirtiéndose en una zona con mucho más valor para gente que tienen mayor presupuesto como lo mencionaba en el artículo dejando a personas que no poseen un capital tan grande a tener que cerrar o incluso a otras a tener que ir a buscar un lugar para comer, mientras que los que ganan en vacíe a esto parece ser una persona pero a un costo muy grande que necesita de cierta reflexión como personas.
Que triste es ver que los empresarios no piensen en las consecuencias que sus acciones están teniendo, solo por generar más capital. El cambio que decían las chicas que era la colonia de su infancia, desde que les quitaron un lugar para dormir a las personas que ayudaban a los colonos de la zona, hasta que ellas se tuvieron que ir por el precio de la renta. La llegada de Leonela atrajo a más personas pero en vez de ayudar a los locales, los perjudico. Me pareció muy triste y me impacto que el correcto café se volvió la cafetería de espera para entrar a leonela, la gente entraba a hacer tiempo en lo que los pasaban, pero no consumian nada.
– MISA
Me parece una situación bastante lamentable que por cosas que se ponen de “moda”, muchísima gente esté saliendo afectada. Y este artículo habla sobre una colonia en Guadalajara pero este es un ejemplo de lo que está sucediendo en la mayoría de ciudades en el mundo debido a la gentrificación. Es muy triste como la economía se va a un sólo lugar, a un único dueño, en lugar de tener una diversidad de locales de distintos tipos de comida, que al fin y al cabo es el mismo sabor y sazón, lo único que lo hace “diferente” es por el manejo y uso de las redes sociales.
En conclusión, pienso yo que lo que podemos hacer nosotros como sociedad es ayudar a los locales pequeños consumiendo en sus respectivos lugares, en vez de salir lejos de nuestras casas a buscar ese lugar que está de moda y además de que es realmente costoso.
Es triste ver cómo un barrio que antes estaba lleno de vida y diversidad se está transformando por completo, pero no de una forma buena. Con la llegada de nuevos negocios que solo buscan hacer dinero, los pequeños comercios que le daban alma al lugar están siendo desplazados. Y no solo son las tiendas, también las personas que viven ahí, y las que han hecho de la calle su hogar. Se siente como si el valor de la comunidad y de las conexiones humanas se estuviera perdiendo, reemplazado por mesas bonitas y caras de gente con dinero.
MMV
Yo pienso que la gentrificación no solo ha transformado la colonia Americana, sino que se ha extendido por toda GDL, convirtiéndola en una ciudad que sigue las últimas tendencias y modas, dejando en un segundo o tercer plano tradiciones, convivencia y valores familiares que antes definían algunas áreas. Me parece impactante y muy realista sobre lo que se ha vuelto nuestra sociedad. Es triste que antes el salir a buscar algo para comer era una oportunidad de revivir recuerdos en ciertos restaurantes o cafeterías que evocaban momentos felices o personas que ahora quizás ya no están. Creo que este artículo expone de manera cruda en qué nos hemos convertido, y eso, sinceramente, es lamentable. La gentrificación es un fenómeno que hemos observado en los últimos años, especialmente en las colonias antiguas que se destacan en la ciudad, como la Americana (y en el futuro, posiblemente, Chapalita).