En Pie de Paz
Por Guillermo Raúl Zepeda Lecuona
Alcanzar la paz positiva en los ejes o pilares propuestos por el Instituto para la Economía y la Paz; así como promover sociedades justas, pacíficas e inclusivas, objetivo de la agenda 2030 para el desarrollo sustenatable de Naciones Unidas, requiere de políticas públicas que articulen recursos para que, a través de una “actividad interdisciplinaria que atendiendo al contexto de una sociedad determinada, analiza y diseña actividades públicas que cumplan con las disposiciones legales existentes, sean económica y administrativamente racionales y eficientes, y políticamente viables” (Luis Aguilar Villanueva).
Una de las políticas públicas más eficaces para construcción de paz, es el desarrollo del potencial y la difusión de la justicia alternativa, ya que implica una forma integral y no violenta (como si lo es el proceseo judicial) de resolver conclictos, ya que considera las variables legales, pero además, la percepción, las posiciones, las expectativas, los objetivos, las necesidades y las emociones de las partes, lo que permite resolver los conflictos a profundidad, de manera más agil, menos costosa y con menor desgaste emocional.
De acuerdo con la evidencia disponible para el caso del Instituto de Justicia Alternativa de Jalisco, este nuevo paradigma para la solución de confictos contribuye a la construcción de paz por al menos seis vías, a saber:
1. La justicia restaurativa. En un número creciente, aunque no tan significativo como fuera deseable, en conflictos penales, comunitarios, escolares y familiares se logra involucrar a todos los participantes o afectados por la situación conflictiva para asumir la responsabilidad, brindando condiciones para la restauración del tejido familiar y comunitario. De igual forma en muchos casos en las misma materias, los procedimientos restaurativos (la brújula restaurativa, diría Howar Zehr) complementan y refuerzan las mediaciones.
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- La descongestón. En Jalisco la justicia alternativa ha tenido una significativa contribución a que los procesos judiciales iniciados en primera instancia hayan disminuido 30% en materia civil y 15% en materia familiar. En segunda instancia las salas penales han disminuido sus asuntos ingresados en 46%, en virtud de que 53% de los procedimientos penales de primera instancia concluyen con un acuerdo reparatorio, y la gran mayoría de ellos se cumplen, por lo que el número de apelaciones y otros recursos ha bajado considerablemente.
- El Acceso a la justicia. La existencia de una vía gratuita (72 centros públicos de mediación en 43 de los 125 municipios de Jalisco) para resolver conflictos, en los que no es necesario contratar un abogado y con procedimientos sencillos, ágiles y transparentes. Por ejemplo, un pagaré de 4 mil pesos mexicanos (unos 220 dólares americanos) u otras pequeñas deudas no documentadas o el incumplimiento de contratos verbales, que serían prácticamente imposibles de cobrar por la vía judicial, con abogados privados, encuentran en esta vía una forma efectiva de solución.
- Reducción de la cifra negra de los conflictos. Veamos el ejemplo de Cocula, Jalisco: antes de la creación del centro de mediación municipal el juzgado civil de primera instancia recibía poco más de 225 asuntos nuevos al año (más los pendientes de años pasados); después de la creación del centro, bajó en 10% el número de asuntos ingresados al juzgado; en tanto que el centro de mediación municipal atendió a casi 250 asuntos en el primer año ¿Dónde estaban antes esos más de 200 conflictos adicionales? Eran pequeños conflictos civiles, familiares y comunitarios soterrados, que maceran resentimientos, con posbilidades latentes de escalamiento violento que, de cuando en cuando hacen erupción y terminan en crimen o tragedia.
- Prevención de delitos. Con la realización de más de 16 mil contratos de arrendamiento con clausula preventiva al año; se ha reducido en 45% los juicios inquilinarios. 6. Desarrollo de competencias en referentes comunitarios. Se ha capacitado a 613 líderes vecinales, 485 maestros, 1,293 miembros de comunidades escolares, 200 sacerdotes, 3,367 policías, 1,628 servidores públicos (900 de ellos municipales), entre otros. Son políticas que buscan sembrar paz, y que brindan herramientas para revertir la espiral de indiferencia, intolerancia y violencia en nuestras comunidades.