Los ganaderos del estado de Querétaro están en estado de alerta tras la incertidumbre de lluvias pues impacta en el encarecimiento de los insumos.
Alexia Negrete, estudiante del Tecnológico de Monterrey, Campus Querétaro.
“Deberíamos tener campos llovidos y verdes, tener la capacidad de producir el suficiente alimento, y sin embargo ya está completamente fuera de nuestras manos”, dice con ímpetu Atali Rangel Ortiz, gerente de la Unión Ganadera Regional de Querétaro.
Abril y mayo son los meses más complicados para el sector ganadero, los calendarios que una vez se usaron para predecir las lluvias están completamente desfasados a causa de nuestra intervención en el cambio climático.
La emergencia climática es una realidad que se puede percibir en el estado de Querétaro, el cual a pesar de tener un clima natural semidesértico, en la década pasada el temporal de lluvias aún era capaz de llenar las presas que daban abasto a las cosechas de campo y sistemas de riego de este sector.
Atali Rangel funge como administradora de la Unión Ganadera, conoce las dificultades por la que los ganaderos están pasando, la preocupación de no poder alimentar a todos sus animales y tener que vender parte de su ganado para asegurar la subsistencia del resto.
Me describió lo injusto que puede llegar a ser tener que estirar lo más posible está cobija llamada recursos que busca resguardar a los miembros, de sus 27 asociaciones, que más lo necesiten y no poder lograr el cometido.
Cada vez hay menos siembras y menos producción por la falta de lluvia, lo que lleva a un encarecimiento de la comida, tanto para las personas como para los animales, siendo un golpe que cada ganadero trata de sobrellevar de acuerdo a sus posibilidades.
La mesa directiva de la Unión Ganadera busca hacer proyectos y convenios para no quedarse sin producción, buscan dar forrajes, rastrojos de maíz y alfalfa para poder abastecer un poco la demanda, sin embargo esto solo es de ayuda hasta cierto punto pues cada animal tiene necesidades de alimentación diferente.
Es importante saber que los animales trabajados como ganado no comen cualquier cosa verde que se les pone en el suelo , sino que lo que puede parecer como simple hierba pertenece a un esquema de alimentación que garantiza la calidad del propósito de su producción.
Siendo la razón por la que los ganaderos se ven en la necesidad de buscar alternativas para cubrir el coste de la alimentación de sus animales a pesar su notable incremento, pues cabe recalcar que aproximadamente el 70% de los costos de producción va destinado a estos insumos.
Sin agua hay caos
Al no poder contar con el agua de las presas, la esperanza para mantener las producciones de alimento, como el silo de maíz, recae en el agua de riego, que es la reserva para mantener las producciones a falta de lluvia, y de los pozos, la cual tendría que ser el respaldo predilecto para dar de beber a las vacas.
Ahora bien, sacar agua de un pozo se escucha más fácil de lo que es, pues técnicamente solo necesita extraerse por medio de una bomba que se mete en una perforación previamente hecha; no obstante, esas perforaciones también se han quedado sin agua y es necesario rehacerlas con mayor profundidad, lo cual representa una inversión que no todos pueden solventar.
Uno de los subsidios que aún quedan por parte del Gobierno Federal es el del costo de energía para prender los pozos, tratándose de un apoyo que hace un par de meses intentó quitarse, generando caos entre la comunidad ganadera.
En una conversación con el Secretario de la Unión Ganadera Regional, Abraham Moreno Martínez, comentó con pesar que el Gobierno, sin advertencia previa, retiró la renovación automática del subsidio, provocando que el costo habitual de los recibos de luz aumentarán hasta cinco veces de lo acostumbrado.
Al hacer quedar en evidencia que sin el apoyo el uso de los pozos no es rentable mantenerlos encendidos, se optó por apagarlos y en consecuencia detener las producciones; revelando la cruda realidad de que en ocasiones sale mejor retirarte de tu negocio que intentar hacer que flote algo que el contexto de tu situación no para de intentar hundir.
La decisión colectiva de apagar los pozos por el declive de utilidad que generaba en sus ganancias, hizo que eventualmente este se repusiera, no sin antes pedir una serie de papeles y actualizaciones que hasta la fecha no todos los ganaderos han podido juntar, provocando que sus pozos permanezcan apagados.
Apoyos que no regresan
Aunque el subsidio para la energía de los pozos regresó, no todos los programas, que en su momento dieron un respiro al esfuerzo de los ganaderos por sobrellevar la falta de agua y el encarecimiento del alimento, han sido rehabilitados.
Desde el 2019, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) retiró programas de apoyo para el sector agropecuario, recortando presupuestos que anteriormente se destinaban al apoyo de ganaderos de los 18 municipios que cubre la Unión Ganadera.
Los fondos se repartían de acuerdo al número de cabezas de ganado que se poseía, y solventaban gastos de veterinarios, compra de aretes y abastecimiento del botiquín una vez finalizaba el ciclo productivo de la temporada en caso de que el grano subiera de precio.
Asimismo dejaron de implementar tanto campañas sanitarias que prevenían el contagio de zoonosis, como los seguros que los protegían de bajas por enfermedades y venta de unidades por el incremento de precios que complicase la capacidad de comprar alimento.
”Todos los ganaderos son diferentes, con diferentes condiciones, no viven en el mismo sitio ni tienen el mismo volumen”, comentó Atali Rangel Ortiz, remarcando la variedad de necesidades que tienen que cubrir, pues no a todos les sirven los mismos apoyos.
De acuerdo al Manual de Organización General de la SADER, actualizado por última vez en julio del año pasado, la Dirección General de Organización para la Productividad debería coordinar políticas que fomenten el apoyo de pequeños y medianos productores en pos de la autosuficiencia alimentaria.
La disminución del presupuesto federal ha sido drástico y la Unión Ganadera ha tenido, con esfuerzo y estrategia, que acoplarse al retiro de beneficios que una vez los ayudó a crecer y fortalecer la producción del estado, volviéndose más eficientes en distribuir fondos limitados con recursos casi solo locales.
Atali Rangel, gerente de la Unión Ganadera, recuerda con regocijo cuando se financiaban programas de campo destinados a fortalecer las producciones y aprovechar al máximo los recursos agropecuarios, cuyos gastos no se veían tan diluidos por la demanda actual que aumenta con cada año que sigue sin llover.
Son asociaciones como la UGRQ las que buscan nuevas formas de lidiar con las subidas de precios que determinan en gran medida las ganancias finales de los productores, que en caso de renunciar a su oficio la industria alimentaria generaría un impacto negativo en la industria alimentaria, además es relevante recordar que sin campo no hay ciudades.
A la espera del agua, sobrellevando la sequía
La inseguridad del agua se da de diferentes formas y niveles para los ganaderos, tanto para aquellos que trabajan en campos temporales, que dependen enteramente de la lluvia para la cosecha de sus productos, como aquellos que necesitan un tipo de alimento específico que al tener demanda sin producción respaldada por la lluvia, deben pagar más por su acceso.
Así es el caso de María Alejandra Uribe Ortiz, presidenta de la Asociación Especializada en Cunicultura de Querétaro, que a diferencia de otros ganaderos, quienes con rastrojos de maíz pueden obtener un respiro para la alimentación de sus ganado, su especie requiere un esquema más específico.
La alfalfa peletizada, preparada previamente con minerales y otros añadidos, son el principal insumo que requiere para mantener a sus conejos, un cultivo que al igual que muchos varía alrededor del costo del maíz, el cual en caso de subir, como efecto dominó, provoca el incremento del resto de los insumos.
Alejandra Uribe conoce las fluctuaciones en los costes de producción, cuando habla denota su pleno conocimiento sobre la industria a la que se dedica, la seguridad con la que me comparte sus métodos es involuntaria mientras me hace saber cómo ha conseguido balancear sus ganancias.
Además de buscar los mejores precios para el procesado del alimento, comenzó a encargarse de la transformación de la carne y la venta de la misma con el fin de eliminar intermediarios que representaban un costo extra innecesario.
Es decir, una vez lista la carne, en lugar de venderla a canales externos que la preparan y comerciaran por ella, se encargó de darle, con ayuda de los demás miembros de la Asociación Especializada, esa transformación para posteriormente venderla en espacios seleccionados donde le fuera posible encontrar la clientela adecuada para el consumo de su especie.
Algunos de estos espacios fueron provistos por la Unión Ganadera, quienes al no poder brindarle los mismos apoyos que a las Asociaciones Principales, les ayudó a encontrar lugares y personas a quienes venderles, cerrando contratos de servicios de comida para eventos que surgieran dentro de la misma Unión.
Por otra parte, para aquellos ganaderos que manejan un mayor número de cabezas y por lo mismo no son candidatos a aplicar para los apoyos propuestos por la Unión Ganadera, sobrellevar la sequía es más una cuestión de cálculos y consciencia de los recursos con los que cuentas.
Al menos es así como lo plantea el Presidente de la Asociación Ganadera de Ezequiel Montes, Luis Vega Camacho, productor de un corral de engorda, que planea de cerca y con mucha estrategia de por medio, como sufrir lo menos posible el efecto del impacto del agua en los costos de producción.
Mientras me comentaba con seriedad y enfoque sobre números y proyecciones de prevención, caminando por su rancho bajo un sol abrasador y decenas de vacas observando nuestros movimientos me fue sencillo deducir el esfuerzo que requiere tener está profesión y lo mucho que tienen que abarcar para poder mantener sus tierras en el mejor estado posible.
Cada ganadero es responsable de sacar a flote las diversas dificultades que van surgiendo al día, en el caso de Luis Vega, los corrales de engorda no requieren lluvia pero sí de diferentes tipo de alimento de acuerdo a las tres etapas del proceso de engorde; las vacas pasan de pesar 150 kg a 600 kg en un periodo de cinco a siete meses según estas etapas de alimento basados en fibra o almidón.
Luis Vega me confesó la tentación que algunos ganaderos tienen por desear adquirir más unidades, al percibirlo como una señal de abundancia, que termina por perjudicarlos al no poder contar con la suficiente capacidad económica para mantener a todas las cabezas.
La fórmula que él sigue e intenta compartir con sus demás colegas es la de operar en un 5 o 10% debajo de la capacidad económica, pues de esta forma al contemplar un poco más de lo que se tiene, en lugar de tener lo justo para la temporada, lo que sobre lo inviertes en comprar forraje por adelantado cuándo su precio es menor.
Una prevención que a los productores más grandes les sirve de colchón cuando la ausencia de agua dispara la demanda y los contratos mensuales de hasta 127 toneladas, que se firman con meses de antelación, los libran de verse en los peores escenarios debido a las sequías.
No obstante, este tipo de contratos son ventanas de oportunidad a los que no todos los ganaderos pueden acceder debido a la rentabilidad, dado que muchos de ellos viven al día, son a los que les sobra un poco los que pueden invertir en este tipo de prevenciones, de otro modo es tener que esperar lo mejor de cada tiempo.
Siete años sin lluvias
El 2016 fue el año en que comenzó a hacerse más notorio el impacto de la sequía a causa del cambio climático, las variaciones que siguieron después solo afirmaron que no era una problemática que fuera a detenerse, y que tenían que empezar a estar mejor preparados para ello.
En el 2017 y 2018 hubo una mayor mortalidad de ganado, a causa de enfermedad y alimento, que fueron las primeras pruebas para poder averiguar cómo lidiar con lo inminente de la falta de alimento producido por la ausencia de lluvias.
Se inició el concientizar colectivamente como prevenir y conservar, manifestado en programas de reforestación, reservas de forraje y cosechas de agua que logran mantener las granjas por largos periodos de tiempo.
Sin embargo esto les ha ayudado hasta cierto punto, pues de acuerdo al Censo Agropecuario del 2022 se reportó que los dos principales problemas para la producción agropecuaria fueron a causa de los altos costos de insumos y servicios , así como los factores climáticos.
Cada año las sequías se comportan de diferente manera, el termómetro se vuelve más intenso y más largo; en años pasados, ya era un golpe que duraba en alrededor de 60 días, ahora estamos lidiando con una sequía severa y moderada que se espera dure alrededor de 90 días,
Si bien, los ganaderos se han ido adaptando a los multifactores que azotan la emergencia climática, la planeación de hacer uso de los recursos y oportunidades que tienen a su alcance es limitado.
En abril de este año, con el apoyo de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario del Estado de Querétaro (SEDEA), la Unión Ganadera recibió 4.5 millones de pesos en apoyo para comprar forraje que logró distribuir entre los ganaderos más necesitados de 14 municipios.
Aquellos municipios ubicados en la zona metropolitana fueron retirados de la repartición debido a que son zonas en las que llueve un poco más y se prioriza la distribución del alimento según la necesidad.
A pesar de que los apoyos no resuelven el problema de raíz, sí representan un respiro para los miembros de talla chica y mediana de las asociaciones, pues a todos les afecta la inflación de los insumos.
“Cada día suben los precios, no solo el kilo de maíz, sino la alfalfa, la avena, la pata de cebada, todo se va para arriba”, afirmó el Secretario de la Unión Regional Ganadera de Querétaro, Abraham Moreno Martínez, quién entró en vigor el 18 de abril de este año.
Aún cuando es reciente su incorporación a la administración, Abraham Moreno habla con seguridad sobre la buena sinergia que la Unión Ganadera ha estado llevando con la SEDEA, cuyo Secretario, Rosendo Anaya Aguilar, ya ha hecho posible la realización de diversos convenios y programas como el antes mencionado.
La SEDEA sirve como intermediaria con el Gobierno del Estado para realizar solicitudes que hasta el momento han tardado de dos a tres semanas en aprobarse, de acuerdo con el secretario de la UGRQ.
La naturaleza de las solicitudes que han aprobado, según el Convenio de Coordinación para realizar acciones de verificación e inspección vinculadas al control de la movilización agropecuaria, acuícola y pesquera, celebrado por la SEDEA, estarían cumpliendo lo acordado en el artículo 7 de la Ley de Desarrollo Pecuario del Estado de Querétaro, la cual propone convenios para mejorar el cumplimiento de actividades relativas al sector pecuario.
Programas de acción ambiental
El presidente de la Unión Ganadera, Romualdo Moreno Gutierréz, conoce mejor que nadie las dificultades que han traído dar por hecho los recursos que el medio ambiente solía darnos, por ello sigue buscando opciones para asistir a los ganaderos que más lo necesitan, en conjunto con el secretario Abraham Moreno, que prioriza las necesidades de modo que una por una puedan irse solventando.
Ambos a tan sólo cinco meses de haberse instalado ya han podido repartir el doble de recursos que la administración pasada en un año completo, esto con la novedad de que han abierto sus instalaciones ubicadas en el Ecocentro ubicado en El Marqués para eventos durante todo el año y no solo en las ferias ganaderas.
Espacios como el palenque, el autódromo y las naves, ya pueden ser rentadas para eventos de toda clase, desde pequeñas carreras hasta la celebración del Festival Pulso GNP que se celebrará en octubre.
De está forma es como por medio de sus mismos recursos pueden seguir sacando ingresos que sigan dando respiros a los miembros de sus asociaciones y les permitan desarrollar nuevos programas dirigidos a fortalecer el medio ambiente.
Está en los planes de la mesa directiva el promover cada vez más el uso de ecotecnias en los ranchos, de seguir cosechando agua para mantener las granjas y cultivos, vender el estiércol de sus animales como abono natural e instalar biodigestores en las instalaciones de los miembros que puedan mantenerlos.
Los ganaderos están conscientes de la reputación que se tiene sobre ellos, saben que son percibidos como un símbolo de desgaste de recursos ambientales y de deforestación, aún cuando ya han pasado décadas desde que no abren espacios para nuevos campos, pues ya es suficiente esfuerzo mantener los que tienen.
No obstante, son esa clase de estereotipos los que les sirven de motivación para impulsar programas y convenios a favor del medio ambiente, como es el de la repartición de especies de árboles que tengan un multipropósito; especies que más allá de ser pinos que se vean bonitos para una foto que les de vaga promoción, buscan generar material vegetativo en el suelo que también ayude a diversas especies de animales.
Los árboles de guamúchil son una de las opciones a repartir por su capacidad de generar brotes vegetativos, como hojas y flores, que atraen a las abejas, las cuales son esenciales para la aparición de nuevos frutos y semillas.
Acciones que den un impacto positivo tanto al ambiente como a los ganaderos son el objetivo de la Unión Ganadera Regional de Querétaro, el conseguir recursos que les permita moverse para dejar una marca positiva en su entorno; empezando por sembrar conciencia y sentido de responsabilidad a sus miembros con el fin de retribuir a la tierra un poco de lo que se le quita.
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Este reportaje fue realizado en el marco del Bloque de Producción periodística convergente del Tec de Monterrey Campus Querétaro, del cual ZonaDocs fungió como socio formador.