El documental de Netflix vuelve a abrir un debate tabú en nuestro país: los abusos dentro de la Luz del Mundo, una de las instituciones religiosas con mayor impacto en México
Texto: Andi Sarmiento Pastrana / Pie de Página
Foto: Tomada del trailer oficial
Carlos Pérez Osorio, director de Las tres muertes de Marisela Escobedonos presenta este año La oscuridad de La Luz del Mundo, otro trabajo documental el cual expone los abusos que existen detrás de una de las instituciones religiosas de mucho impacto en nuestro país.
La iglesia La Luz del Mundo fue fundada en Guadalajara en 1926 por Eusebio Joaquín González (también llamado Aarón Joaquín), quien aseguró que Dios le había hablado directamente a él para predicar su palabra. El hombre al hacer pública la conversación que tuvo privada y personalmente con Dios se autoproclamó apóstol y reunió una extensa cantidad de seguidores, quienes lo vieron como una salvación.
Con el paso de los años, la institución se ha extendido por distintas regiones de México llegando también a otros países.
El puesto de dirigente es heredado de generación en generación, habiendo hasta la fecha tres apóstoles. Tras la muerte de Aarón tomó el poder su hijo, Samuel Joaquín, quien fue sucedido por su hijo Naason Joaquín.
De esa manera, la familia ha acumulado un gran poder durante el paso de las décadas tanto económico como social. El apóstol de Jesucristo es visto como la figura más cercana a Dios, por lo tanto es la autoridad máxima dentro de la iglesia. En nombre de la divinidad lo tiene todo permitido.
Ante la imagen pública, la organización se ha planteado como un espacio de convivencia ideal, predicando discursos morales que establecen ciertas normas de conducta. Se ha presentado como un lugar en el cual se le enseña a los niños y jóvenes a crecer con la palabra del Señor, a ser buenas personas que viven alejadas del pecado.
Sin embargo, La oscuridad de La Luz del Mundo nos enseña todo lo que hay detrás del funcionamiento de la institución y de los tres apóstoles que son vistos como ídolos, pero que no han usado su influencia para más que acumular riqueza y cometer toda clase de abusos.
El negocio y los abusos
El largometraje nos habla de la evolución que ha tenido la iglesia, desde sus inicios, cuando Aarón afirma haber sido llamado por Dios y comienza a tener su propio séquito. Vemos que conforme avanzan los años se van sumando cada vez más creyentes fieles no solo hacia Dios, sino a la palabra del apóstol.
El abuelo, el padre y el hijo reciben un trato comparable al de la realeza; en nombre del poder divino ellos son incuestionables, servidos y atendidos, no necesitan mover un solo músculo ya que tienen gente dedicada a realizar sus tareas, desde transportarlos hasta poner pasta en su cepillo de dientes, y para quien tiene esta labor es un completo honor.
Es así como la familia se ha visto involucrada en múltiples casos de abuso sexual y trata de menores. En 2019 el líder Naasón fue arrestado tras numerosas denuncias de pornografía infantil, abuso, extorsión y devío de dinero.
La cinta nos muestra testimonios de distintas víctimas que nos explican cómo esta idolatría servía a los predicadores para manipular a las masas. Las chicas no se dieron cuenta hasta mucho después que lo que les había sucedido había sido una violación, siendo adolescentes se les convenció de que si estaban verdaderamente agradecidas con el apóstol debían otorgarle su posesión más valiosa y que esta era su virginidad.
Oponerse no se consideraba una opción. Para empezar, crecieron con la idea de que cuestionar al apóstol de Jesucristo, aunque sea solo de pensamiento, es pecado. A su vez, esto implica también enfrentarse a toda una sociedad que defiende a capa y espada lo que sea que haga su líder. El temor de ser expulsadas de sus familias y ser juzgadas por su comunidad, así como la confusión al ver la realidad detrás del hombre al que han amado ciegamente durante años es lo que las hizo callar durante tiempo.
Lo que les dio valor fue que con el incremento de las redes sociales, empezaron a surgir distintas denuncias anónimas donde las víctimas descubrieron que no estaban solas y su caso no había sido el único, que lo mismo le había pasado a miles de personas desde Aarón hasta Naasón.
La protección y la impunidad
La iglesia ha tratado de desmentir en varias ocasiones dichas acusaciones y pesar de las pruebas, hasta la fecha aún hay defensores de Naasón que desvalidan las denuncias y aguardan por su libertad.
En el filme vemos de igual forma cómo fue evolucionando el caso. Podemos observar que el miedo a la denuncia no viene solo por la respuesta de una sociedad que invisibiliza a la víctima, también porque los mismos sistemas de justicia la minimizan.
El caso fue llevado a cabo en Estados Unidos, donde se ubica la casa de descanso de Naasón. Se le dio una condena de poco más de 16 años gracias a que se llegó a un acuerdo, mismo que se le había asegurado a las víctimas que no sucedería.
Reciben un trato muy indiferente. Mientras cuentan su historia ante las autoridades, hay quien está mirando su teléfono.
Si bien el hombre fue encarcelado, aún hay bastantes fallas en cuanto a la atención hacia los involucrados. Jonati Joey Yedidsion, abogada defensora de las chicas, hace la comparación con el caso de Keith Raniere, fundador de NXIVM, una organización que se disfrazó como un grupo de superación personal y que realmente se sustentaba con la trata de mujeres. En el caso Keith, las víctimas fueron chicas blancas estadounidenses y recibió una condena de 120 años de prisión; en el caso de Naasón, las víctimas fueron chicas latinas y por los mismos cargos la condena fue de 16 años.
La oscuridad de La Luz del Mundo nos muestra uno de los múltiples casos de abuso y trata que se han develado en las instituciones religiosas así como la impunidad con la que viven estos líderes. Asimismo, enseña la invalidación sistemática que vive una persona persona al denunciar un abuso sexual y cómo la misma sociedad propicia estos actos al invalidar y atemorizar a quien busca alzar la voz.
Este documental está disponible en Netflix.