Bosque de la esperanza: Un proyecto de memoria y resistencia ante la crisis de desapariciones

#HastaEncontrarles

Bosque de la Esperanza es una invitación a la ciudadanía para conocer y acercarse a lo que implica vivir la desaparición de un ser querido, pero sobre todo lo que busca comunicar es que ahí también, en el dolor, surgen emociones de cariño y de afecto entre las familias buscadoras y quienes les acompañan. Se trata, señalan quienes conforman el proyecto, de un bosque conformado por árboles que son regados por las lágrimas de quienes padecen los efectos de una desaparición; sin embargo, enfatizan, son lágrimas que permiten localizar a todas las personas que nos faltan.

Por Aitana Rodríguez / @Aitanaerg

Fotos: Sergio Beltrán

Bosque de la Esperanza es un proyecto colaborativo que busca facilitar el acceso al derecho a la memoria en México. Consiste en la creación de espacios, virtuales y físicos, de memoria, luto, protesta y resistencia creados por familiares que buscan a sus seres queridos desaparecidos. A su vez, busca promover la rehumanización y empatía para las personas que no son afectadas, ni directamente implicadas; así mismo, es una invitación para que se involucren en el acompañamiento a los colectivos de búsqueda, para sumarse a sus esfuerzos y exigencias para encontrar a sus familiares desaparecidos.

“A través de la conexión de los árboles virtual, físicos y políticos, quizá, podamos empezar a romper ese muro que nos impide sensibilizarnos, tener empatía y exigir respuestas a nuestros gobernantes. La memoria es importante porque no se tiene acceso a la verdad del paradero de las personas desaparecidxs, ni a la reparación efectiva, simbólica y material de las víctimas”, explica Sergio Beltrán-García, arquitecto y activista que conforma el equipo del Bosque de la Esperanza.

Su trabajo dentro del proyecto es trabajas estrechamente con víctimas de violaciones a sus derechos humanos, esto para fortalecer el acceso a su derecho a la memoria.

El 30 de agosto del 2015, fecha en que el colectivo FUUNDEC sembró el primer árbol de la Esperanza en Torreón, Coahuila, es el punto de partida del Bosque de la Esperanza; a partir de ahí se expandió la resignificación de árboles en espacios públicos para visibilizar la memoria de personas desaparecidas en otros estados de la república como: Guanajuato, Veracruz, Baja California, Ciudad de México, Puebla y Sinaloa.

“Quienes conforman y gestionan este bosque son personas que buscan a sus tesoros, o que ya los han encontrado —demasiadas veces sin vida— y a quienes se les ha negado sus derechos a la verdad, a la justicia, a la reparación y la no-repetición. Es por ello que recurren a ejercer su derecho a la memoria como forma de resistencia y de colocar sus luchas por visibilizar, detener y resolver la crisis humanitaria de desapariciones que en México ha afectado a más de 110,000 personas”, así se señala en la explicación que sobre el Bosque de la Esperanza se hace en sus redes sociales.

Miembras del colectivo Siguiendo Tus Pasos realizan un ritual para bendecir el árbol de la memoria en Irapuato, Guanajuato (Foto: Sergio Beltrán-García).

El Bosque de la Esperanza es un espacio memorial conformado por árboles en los que las familias buscadoras colocan listones con información sobre las personas desaparecidas: las que son buscadas, las que ya han sido identificadas y también hablan sobre aquellas personas que han perdido la vida en la búsqueda de sus seres queridos.

Además los árboles algunos retratos, así como elementos de la comida y la música favorita de quienes están siendo buscados, también se incluyen anécdotas con las que los recuerdan o las características que los distinguen.

Miembros del colectivo Una Nación Buscándote realizan un ritual para bendecir el árbol que colocaron. Su deseo es que su fruto sea la localización de sus amores desaparecidos (Foto: Sergio Beltrán).

Los colectivos de búsqueda, desde la visión de Bosque de la Esperanza, son las raíces que sostienen la estructura de estos árboles con sus historias, trabajo y lucha de sus búsquedas. En este bosque las familias y colectivos de búsqueda narran sus experiencias, aprendizajes, peticiones de apoyo, denuncias y exigencias. 

El 30 de agosto de 2023, Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada se apropió en el país el trigésimo árbol del bosque de la esperanza: 

“El sentido de utilizar los árboles como seres vivos en espacios públicos pretende hacer esta conexión con otros seres vivos. Queremos fortalecer conexiones con las comunidades donde están los árboles, que comprendan su importancia y a partir de ahí, espontánea y natural, salgan necesidades de protegerlo y cuidarlo”, puntualiza Sergio Beltrán-García.

Quienes integran el colectivo Hasta Encontrarte cuelgan listones, cada uno conmemorando a un tesoro desaparecido, en el árbol de la memoria que se colocó en Irapuato, Guanajuato (Sergio Beltrán-García).

Para Sergio Beltrán-García este proyecto sólo es facilitador de estos espacios, ya que tras entregarlos éstos se vuelven autónomos y son autogestionados por las familias buscadoras; no obstante, lgunos obstáculos que se han encontrado en el desarrollo de estos espacios son los ataques y los intentos de apropiación por parte del Estado. 

“Lo que he aprendido es cómo los gobiernos comprenden, manipulan y despojan las acciones de memoria de las propias víctimas con el objetivo de acumular el mayor capital político de las tragedias. Sabemos que en México las tragedias que primero se atienden son las que políticamente son más riesgosas y, por lo tanto, son en las que se invierte capital político para administrar la tragedia. Esto está muy relacionado con cómo la memoria también es vista como una oportunidad para limpiar la imagen de un gobierno, cuando muchas veces gobiernos atienden las demandas de memoria, las simbólicas, pero niegan el acceso a los derechos materiales, verdad, justicia, reparación y no repetición”

Así mismo, este proyecto busca fortalecer la comunidad para que los colectivos no enfrenten los ataques ni luchen solos :

“El que sus árboles y sus listones sean atacados. Es una reivindicación que reabre sus emociones de abandono, de profundo daño. Entonces no es lo mismo que ellas atraviesen esas emociones solas a que ahora ya las atraviesen en solidaridad con los otros árboles que están y colectivos que están hermanados, reunidos en el bosque”, precisa Sergio Beltrán-García.

Cabe mencionar que este es un proyecto a largo plazo y que constantemente se fortalece con el involucramiento de más colectivos de varios estados de la República Mexicana. Actualmente, participan 94 familias, seis colectivos y la memoria de 101 personas desaparecidas. Estas historias y árboles se podrán conocer de forma virtual a finales del año 2023 en las redes sociales de Bosque de la Esperanza. 

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El Bosque de la Esperanza – Español

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Aitana Rodriguez
Aitana Rodriguez
Aitana E. Rodríguez, periodista y estudiante de comunicación pública. Quiero que mi trabajo sea un servicio a las personas y asumir la responsabilidad de retratar sus historias desde la dignidad, la humanidad, el respeto y la esperanza.

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