En el marco del Encuentro memorias en resistencia: La memoria de abajo, la memoria que resiste organizado por la Fundación Heinrich Boll, un grupo de activistas de diferentes organizaciones compartió lo que ha implicado para ellas acompañar procesos de construcción de memoria, pero sobre todo lo que implica acompañar a quienes luchan por la dignidad y la justicia en México.
Por Darwin Franco / @DarwinFranco
Acompañar es estar con otra persona o ir junto a ella, pero no sólo eso también implica el ejercicio de la escucha atenta y la acción concreta, es el estar para hacer lo que se requiere hacer, pero siempre respetando la dignidad, el sentir y las creencias de quienes se acompaña; en el caso de la memoria, es ejercitar de manera horizontal y colectivas los recuerdos de las luchas e incidencias.
Lo anterior fue parte de lo que se discutió en el panel “Acompañando la resistencia de la memoria” en el marco del Encuentro memorias en resistencia: La memoria de abajo, la memoria que resiste organizado por la Fundación Heinrich Boll en el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Pro) en la Ciudad de México.
En este panel participaron Mayek Querales del colectivo Huellas de la Memoria; Jenny Zapata de la Fundación Heinrich Boll; Meyatzin Velasco del Centro Pro y Marisol Méndez de la Fundación para la Justicia y el Estado Democrático de Derecho, todas ellas compartieron lo que implica acompañar proyectos de memoria y acciones memoriales que recuerdan que no sólo pasó algo importante, sino también algo que debería de importarnos a todes.
Mayek Querales, grabadora de Huellas de la Memoria, centró su participación en las diferentes maneras en que las personas afrontan la construcción de la memoria; en el caso específico de la desaparición, precisó que esa ruptura simbólica se da diversas maneras, lo cual puede impulsar o retratar la búsqueda: “ahí está la raíz de la cifra negra”, explicó.
Además, agregó que, desde Huellas de la Memoria, el acompañamiento de las familias buscadoras se da desde entender sus procesos y de reconocer sus potencias:
“Las personas que buscan son obstinadas y gritan porque esa es su manera de llamar la atención, desde Huellas de la Memoria acompañamos ese grito y obstinación”.
El proyecto se centra en nombrar la desaparición forzada desde las suelas de los zapatos de quienes buscan:
“honramos los caminos andados en medio de un espiral de violencia que no ha dado tregua, en las suelas colocamos los nombres de las personas buscadoras, pero también sus palabras, pues éstas contienen aquello que se quiere negar”.
Hoy el proyecto tiene más de 250 zapatos que recuperan la memoria de quienes buscan y de quienes están siendo buscados en México y otras partes del mundo. Los grabados sobre los zapatos se identifican con colores: verde, familiares en búsqueda; rojo, para quienes han sido víctimas de homicidio por sus labores de búsqueda; y en negro, quienes fallecieron sin haber localizado a su ser querido desaparecido.
Jenny Zapata, Fundación Heinrich Boll, quien es coordinadora de Comunicación en Heinrich-Boll-Stiftung México y el Caribe, enfatizó el trabajo que realizar esta organización alemana para acompañar y preservar la memoria de las luchas sociales tanto en Alemania como en México.
“Nosotros trabajamos las acciones de memoria ante las atrocidades que se viven en el país, pero también buscamos ser articuladores para que estas experiencias memoriales se puedan conocer; así quedó plasmado en el proyecto “Experiencias para la Memoria”.
Esta página contiene alrededor de 35 experiencias memoriales de todo el país, las cuales retratan las violencias que propiciaron estas huellas de violencia:
“en el sitio hay una taxonomía para comprender el tipo de memoria que se ha gestado, pero también una diversidad de lenguajes para comprender lo que aquí ha pasado”, señaló Jenny Zapata.
En la parte final de su participación, Jenny Zapata, recordó la importancia de la reivindicación popular de la memoria, tal y como pasó con la placa colocada en el barrio de Tepito para recordar el apresamiento del emperador azteca Cuauhtémoc.
Meyatzin Velasco del Centro PRO charló sobre las experiencias que esta organización tiene acompañando a familiares de personas desaparecidas en sus procesos de búsqueda, memoria y exigencia de justicia:
“Tras los aprendizajes de estos acompañamientos puedo señalar que tenemos que buscar otros caminos. Nos preguntamos: ¿cómo acompañar colectividades?, hoy sabemos que no podemos acompañar caso por caso, sino a través de procesos colectivos”.
Para acompañar estas colectividades, el Centro Pro se apoya en la metodología de la educación popular y en procesos horizontales que partan en los deseos e ideas de las familias buscadoras, tal como pasó con el proyecto “No somos expedientes”, el cual es un espacio digital que busca apoyar a las familias de personas desaparecidas en la búsqueda de sus seres queridos, poniendo a su disposición herramientas e información útil para el seguimiento a sus carpetas de investigación.
“La memoria es importante porque hoy más que nunca: buscar es un riesgo, pero también porque existe la amenaza de imponer una visión que busca disminuir o, incluso, negar las desapariciones”, concluyó Meyatzin Velasco.
Finalmente, Marisol Méndez de la Fundación para la Justicia y el Estado Democrático de Derecho habló sobre la labor de acompañamiento que hacen con las familias de las y los migrantes que han sido desaparecidos en México.
“El acompañamiento que hacemos, ante las dificultades que tienen las familias buscadoras centroamericanas es abrir las puertas de la justicia en las propias embajadas de México en sus países, ahí hemos hecho incidencia para que puedan presentar sus demandas por desaparición”, explicó la defensora de los derechos humanos.
Conforme a la Fundación para la Justicia y el Estado Democrático de Derecho, el acompañamiento debe darse entendiendo los contextos de cada uno de los países, pero también las redes de macrocriminalidad que se correlaciona con las desapariciones de sus seres queridos a lo largo y ancho de México.
Una de las acciones que acompañaron fue la colocación del antimonumento +De72 a la memoria de los migrantes que fueron asesinados en San Fernando, Tamaulipas:
“Nosotros lo que hacemos es recordar cada año estas masacres para visibilizar la deuda pendiente del Estado Mexicano con las familias de las y los migrantes desaparecidos y asesinados”.
Finalmente, las panelistas coincidieron en que acompañar es acuerpar la lucha, pero nunca imponer agendas, pues los únicos objetivos que importan son los de las personas que sufrieron alguna violación a sus derechos humanos.
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Aquí se puede ver de manera integra este panel: