Postales de la miseria

La calle del Turco

Por Édgar Velasco / @Turcovioejo

La semana que termina nos ha regalado una serie de postales a cual más elocuentes sobre los verdaderos intereses de los partidos políticos y que permiten darse una idea de lo que nos espera no sólo de cara a las elecciones de 2024, sino del derrotero que seguirá el país una vez pasada la jornada electoral.

Para empezar, podríamos echar un vistazo al proceso con el cual Morena elegirá a su candidato. Es evidente que la contienda quedó reducida a dos opciones: Claudia Sheinbaum o Marcelo Ebrard. Todos los demás son comparsas y rellenos, incluida la mala copia de López Obrador que es Adán Augusto. Las denuncias de Ebrard en el sentido de que los dados están cargados en favor de Sheinbaum me llevan a pensar en la operación cicatriz que espera al partido en el poder pues, de confirmarse la tendencia, la exjefa de gobierno será la candidata en la presidencial. ¿Marcelo aceptará el resultado aun cuando ya desde ahora ha denunciado acarreo y favoritismo en las encuestadoras a favor Claudia? Si, como parece que ocurrirá, pierde la contienda, ¿se alineará y trabajará con su ahora contrincante? ¿Abrirá los oídos para aceptar la candidatura de otro partido sin coalición ni candidato, un partido, digamos, naranja? Si ya de por sí el proceso interno ha sido un cochinero, ¿qué se puede esperar de la elección de 2024 con todo el aparato de gobierno operando para la persona que resulte ganadora en la encuesta interna? 

Por otro lado, en Jalisco nos tocó ser testigos de primera fila de la lucha de poder y ego que está teniendo lugar en Movimiento Ciudadano. Sin que hasta ahora se tenga noticia o claridad sobre lo que pasó con los jóvenes de Lagos de Moreno; sin que se haya esclarecido la identidad de los restos humanos que se encontraron mientras los buscaban; con el estado sumido en una crisis por las desapariciones, Enrique Alfaro dejó todo de lado para atender su verdadera y única prioridad: asegurarse del control de Movimiento Ciudadano. El gobernador sigue en su pleito personal con Dante Delgado, el líder nacional del partido naranja, y ya obligó a sus “amigas y amigos de proyecto” a mostrar músculo.

El desplegado que firmaron los naranjas —tan emocionante que Mirna Citlalli Amaya de Luna, la alcaldesa de Tlaquepaque, “firmó” dos veces— es una afrenta a la dirigencia nacional, como lo es también la foto de Enrique Alfaro caminando con Xóchitl Gálvez: al parecer en la política —o al menos en lo que esta panda de ladrones entiende por política— la lealtad es para los débiles. Eso debería tenerlo muy presente el gobernador, quien busca caer parado después de la rebatinga porque a partir del año que entra va a perder lo que le ha venido sobrando desde hace tiempo: el libre acceso al erario para comprar voluntades.

Luego de leer el desplegado y escuchar las declaraciones —sorprendente, guiño guiño, la tibieza de Pablo Lemus, que quiere quedar bien con el diablo y con el diablo—, sólo puedo pensar que cuando las y los políticos mexicanos salen a cerrar filas, es porque van a cerrarlas, sí, pero para dejar fuera al personaje en cuestión. 

Ahora bien, sin importar el final que tenga el chiquero en Morena, sin importar lo que resulte de la novela naranja, lo cierto es que el panorama es aterrador para la ciudadanía, que una vez más ha quedado relegada a ser espectadora de las luchas de poder que, para acabarla de chingar, se libran en su nombre. 

Si las cosas no cambian drásticamente —y los partidos de todos los colores tienen todo diseñado para que las cosas no cambien ni drástica ni sutilmente—, en 2024 tendremos a la primera mujer presidenta de la República, que será Claudia Sheinbaum o Xóchitl Gálvez o Beatriz Paredes. Lo que podría ser una buena noticia, la llegada de una mujer al mando del país, en la práctica no tendrá una mayor relevancia más allá de la anécdota: las cosas no van a cambiar.

Si gana Sheinbaum, lo más seguro es que continúe avanzando por el camino militarista trazado por Andrés Manuel López Obrador. Si gana Xóchitl Gálvez, ya anunció que retomaría las propuestas de Felipe Calderón en materia de seguridad, cuyos resultados conocemos de sobra. Finalmente, de ganar Beatriz Paredes estaríamos presenciando el regreso, otra vez, del PRI. Y esa historia vaya que la conocemos. ¿Cuál cambio?

Las postales del actuar y de los intereses de los partidos y sus vivales son desesperanzadoras por donde se vea y es fundamental tenerlas presentes en las campañas, que ya empezaron y se van a poner peor. A las y los políticos no les interesa resolver la violencia y la inseguridad que aquejan al país, sólo les interesa conservar y fortalecer sus cotos de poder, donde no importan los intereses y los dolores de la ciudadanía. Y en días como estos lo han dejado ver muy claramente, mostrando cuán miserables pueden llegar a ser.

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La calle del Turco
La calle del Turco
Édgar Velasco Reprobó el curso propedéutico de Patafísica y eso lo ha llevado a trabajar como reportero, editor y colaborador freelance en diferentes medios. Actualmente es coeditor de la revista Magis. Es autor de los libros Fe de erratas (Paraíso Perdido, 2018), Ciudad y otros relatos (PP, 2014) y de la plaquette Eutanasia (PP, 2013). «La calle del Turco» se ha publicado en los diarios Público-Milenio y El Diario NTR Guadalajara.

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