“Hay que despolitizar la discusión en torno a los libros de texto”: REDIM

La Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) se pronunció entorno a la discusión sobre los libros de texto gratuitos que la Secretaría de Educación Pública (SEP) desarrolló para el ciclo escolar 2023-2024. 

Llaman a despolitizar la discusión en cuanto a los libros y el rol que éstos ejercen en la educación de las niñas, niños y adolescentes para centrar el debate alrededor de los derechos humanos y el interés superior de la niñez.

Además, hacen mención de que la educación con base en derechos humanos, para igualdad, la paz y contra la discriminación debe ser una constante en el accionar del Estado y no solamente de un partido o un gobierno.

Por Alondra Angel Rodriguez / @AlondraAngelRo

Hay que despolitizar la discusión que se ha originado en cuanto a los libros de texto, y prestar atención en temas que se han ignorado debido a este mismo “debate”; así lo considera Tania Ramírez, directora ejecutiva de la REDIM. 

Para la especialista en temas de infancias, la mediatización del mensaje da lectura desapegada y muy desapegada del enfoque de las infancias; por tanto, más allá de lo pedagógico, lo que se debería de hacer es “reflexionar y dimensionar la afectación que podría tener estas políticas en términos de derechos de la niñez” y “cómo los contenidos tendrían que estar enfocados al interés superior de la niñez”.

Por ende, aclara que la REDIM no genera una opinión respecto a los contenidos, sino respecto a del abordaje de la política de educación que se está teniendo y las distintas críticas que ha recibido.

“La postura que generamos es respecto a cómo se ha estado utilizando a la niñez como grupo de población target, pero también como pretexto para distintos debates políticos”, expresa Tania.

Además comenta que es verdad que en los libros hay contenidos orientados a educación en derechos humanos, reflexiones para igualdad, construcción de paz; sin embargo, no encontramos en lo que se ha politizado una discusión seria, pues se ha reducido todo a que este tipo de contenidos son ocurrencias del gobierno en turno: “pero hay que recordar que la educación en derechos humanos es una obligación del estado mexicano independiente del gobierno en turno”.

“Independientemente del color, partido y movimiento que este en el momento de diseñar y publicar los libros, la educación en y para los derechos humanos tiene que ser algo constante”.

Si bien, dentro de los libros de texto se encuentran contenidos orientados a la educación en derechos humanos, Tania Ramírez expresa que es importante darnos cuenta que su creación, la aprobación y, en consecuencia, la mediatización del tema se ha dado desde una mirada adultocéntrica, donde se olvida por completo que los principales actores aquí deben ser las infancias; esto vulnera el principio a la participación que forma parte de los cuatro pilares del interés superior de la niñez.

“Se construyo (la política educativa) con docentes de aula, personas expertas, pero en ningún momento se ha dicho que se ha hecho con niñas y niños, esto no quiere decir que niñas y niños decidan sobre su propia educación, pero en términos de evaluación, La escucha de niñas y niños es una buena práctica y estamos en una maravillosa oportunidad de escuchar sus voces”, expresa la directora de REDIM.

Lo anterior está estipulado por la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH),

Art. 26: “2. La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales (…)” y la Convención de los Derechos del Niño (CRC),

Arts. 28-29: “La educación debería estar orientada al desarrollo de la personalidad, capacidades, talentos y habilidades del niño, al respeto de los derechos humanos y libertades fundamentales (…)”.

Todo ese ordenamiento del marco jurídico internacional también tiene eco en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos:

“Artículo 3o. – Todo individuo tiene derecho a recibir educación. El Estado -Federación, Estados y Municipios impartirá educación preescolar, primaria y secundaria. La educación primaria y la secundaria son obligatorias”.

Con lo anterior, la Constitución señala que todos tienen derecho a la educación, pero lo que se debe interpretar es que no basta con que todas y todos tengan el acceso total a los servicios educativos, sino que este proceso debe atender a otras condiciones; por ejemplo, orientarse a derechos humanos, libertades fundamentales, la participación de niñas, niños y adolescentes y en todo lo que compete a su desarrollo.

Con los anterior, Tania Ramírez también agrega que deberíamos prestarle la misma atención y preocuparnos de igual manera por otro tipo de circunstancias que también están afectando la posibilidad de niñas y niños de acercarse a las escuelas:

“Pareciera que un día la sociedad mexicana decidió escandalizarse por los contenidos del libro de texto, pero no lo suficiente por otro tipo de violencias que alejan a niñas y niños de escuela… que los alejan de los libros de texto, como la violencia en su contexto social o en la misma escuela. La escuela sigue siento un espacio donde niñas, niños y adolescentes pueden vivir situaciones de violencia”.

Lo anterior tiene relación con que la educación no depende únicamente del instrumento libro, sino una serie de otras condiciones, otros elementos que le representan a niñez obstáculos del ejercicio de la educación, como desplazamiento forzado, violencia, niñez jornalera y migrante. Para REDIM, todas esas condiciones que determinan la circunstancia de niñas, niños y adolescentes; por tanto, es necesario sean atendidos con la misma urgencia por la sociedad.

Además, los libros de textos gratuitos son parte de la estrategia de un plan de trabajo más amplio que se han hecho públicos a destiempo y con problemas. Las y los docentes, comunidades estudiantiles y niñas, niños y adolescentes tendrán poco tiempo para adecuarse al nuevo ciclo escolar y al nuevo modelo educativo.

Tania Ramírez comenta que desde la REDIM consideran que se ha establecido una disputa a partir de lo que consideran un “falso dilema”, como si solo hubiera dos posibilidades: contenidos bien construidos y sin errores o contenidos deficientes y cargados hacia “la izquierda”.

Para la organización, promover y proteger contenidos progresistas y que promuevan derechos no debe estar desvinculado de la responsabilidad de realizarlos con absoluto profesionalismo pedagógico y programático. 

“Podría haber algún interés en correlacionar los contenidos deficientes a con los contenidos como cargados a lo que se entiende como mas de izquierda, de ahí que salimos a decir que los contenidos de derechos humanos no son de derecha ni izquierda”, expresa Tania.

Al respecto, la especialista invita a que, ante esta agenda de preocupación por los contenidos mostrados a niñas, niños y adolescentes, se debe hacer un análisis más inteligente con un enfoque en derechos humanos de las infancias.

“Hablar de educación sexual integral es necesario, correcto y si es integrado en una política educativa como una acción de estado no depende de lo que determinado de grupos o padres deban defender”.

Así, considera, se debe superar la polémica de contenidos recordando que debe haber un trabajo de consulta de personas desde los escritorios y en las aulas, escuelas comunitarias, multigrados y con la voz de niñas, niños y adolescentes que tengan el mismo valor a quienes intentar orientar ideológicamente cuales son los contenidos que no deberían estar en los libros de texto.

Por tanto, recalca que es importante ver toda la estrategia y programas de estudio, no sólo los libros que son utilizados como una herramienta de esta estrategia: “lo que toca es leer esto a través de una luz de una dinámica más amplia que solamente el propio libro y sus contenidos”.

Tania Ramírez concluye señalando que esta situación puede leerse en clave de oportunidad: “NUnca como en este periodo de tiempo, la población se había preocupado en pensar en la educación de las infancias”; así que considera que se debe aprovechar el momento para hacer un llamado a que todas y todos tenemos responsabilidad en el acompañamiento de niñas, niños y adolescentes, pero también que sirva para darnos cuenta de que se necesita la estructura de un Estado garante en los derechos de la niñas, niños y adolescentes en México.

“Si es mal aprovechado habrá sido mucho ruido y pocas nueces, si es bien aprovechado nos servirá para identificar en qué sentido debemos construir las políticas educativas y escuchar siempre las voces de niñas, niños y adolescentes para la toma de decisiones que afectan a sus vidas”.

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Alondra Angel
Alondra Angel
Soy estudiante de Comunicación Pública. Me gusta el color blanco, escuchar música y tomar café. Me encanta estar con mi familia. Creo que el periodismo es una manera de hacer algo frente a las problemáticas de hoy y las que tendrán un impacto en el futuro.

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