Después de la detención arbitraria de los tres integrantes del colectivo Huerto Rabia y Memoria tras la plantación “sin permiso” de algunas milpas de maíz sobre la calle Federalismo, el colectivo ha decidido seguir su lucha, ahora con más fuerza, ya que frente a la apropiación del espacio público por parte del Estado y la poca accesibilidad que tienen a las personas a lo que, por derecho, les pertenece, no queda más que luchar y resistir con dignidad.
Por Luisa Páez/ @luisaa__pz
El pasado viernes, 14 de julio, tres integrantes del colectivo Huerto Rabia y Memoria – espacio que nació dentro del contexto del paro del CUCSH La Normal- fueron detenidos de manera arbitraria, esto sucedió cuando rehabilitaban un huerto urbano ubicado en Avenidad Federalismo en Guadalajara, Jalisco.
En ese espacio, este y varios colectivos, habrían sembrado milpas de maíz que fueron trasladadas desde las instalaciones del CUCSH La Normal y que personas de la Dirección de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Guadalajara destruyeron el jueves, 13 de julio.
“Ese viernes estábamos varios compañeros rehabilitando un espacio que Parques y Jardines terminó por destruir en la búsqueda de esta `mirada estética´ del espacio. Lo que hicieron fue retirar la milpa que hace una semana anterior, el miércoles para ser más exactos, habíamos puesto. El maíz que pusimos lo trajimos del CUCSH, ese maíz nace dentro del paro; sin embargo, tras el desplazamiento forzoso que las compañeras y los compañeros vivimos, no había caso de que esas especies de maíz estuviesen retenidas sin cuidados dentro del CUCSH”, mencionó Fernando Sandoval, estudiante de Antropología e integrante del colectivo Huerto Rabia y Memoria.
El huerto trasladado está ubicado exactamente entre los cruces de las calles Juan Manuel y San Felipe, y en el camellón de la Avenida Federalismo.
La principal razón por la que les detuvieron fue por la falta de “un permiso”, el cual debían de haber tramitado previamente para poder hacer uso del espacio público.
“El viernes lo tratamos de rehabilitar (el huerto), lo expandimos y pusimos, bueno, estábamos a punto de poner más semillas a eso de las 8 de la noche, nos quedamos yo y otros dos compañeros, que al final fuimos los que terminamos siendo retenidos y llevados a retenes, en Hospital y la Calzada, todo por sembrar sin un permiso”, comentó Fernando.
Tras esta detención injusta y arbitraria, el colectivo Huerto Rabia y Memoria ha decidido emprender distintas actividades y acciones que involucren a los vecinos de la zona centro y alrededores para luchar porque se respete el acceso de las personas al espacio público.
“Lo primero que debemos de hacer, es una tarea de conciencia, de reflexión, de crítica, porque al final los espacios al ser públicos nos pertenecen a todas y a todos. No veo la necesidad de recurrir a trámites burocráticos para hacernos de éstos. Son por legado histórico nuestros, así que la primer tarea que hemos tenido después del viernes, después del retén, la detención, es luchar contra ese tipo de ideologías ciudadanistas que nos obligan a buscar permisos o acuerdos con el Estado para hacer de esos espacios nuestros”, explicó Fernando.
Las y los integrantes del colectivo se han encargado, no sólo de accionar para crear esta conciencia, sino que también lo han implementado a través de las redes sociales y en acciones ciudadanas.
Fernando habló de que «después de la tarea de concientización sigue la de organización», por lo que el viernes 21 de julio llevaron a cabo una asamblea con los vecinos de la zona, esto con el propósito de dar a conocer su lucha, la manera en que se han estado organizando y la preocupación que tienen por lo que ocurre en la ciudad. Además para invitar a la campaña contra “la criminalización de los huertos urbanos”
“Dentro de la plática compartimos nuestras ideas y próximas actividades. Queremos realizar una fiesta de la siembra, queremos dar como un anticipo de esas dinámicas que podemos realizar si nos organizamos; si nos organizamos podemos ser capaces de hacer muchas cosas, pero para eso pues se necesita el diálogo y un diálogo horizontal”, precisó el activista.
Así mismo, recalcó la importancia de tener en cuenta lo compartido en el comunicado emitido el martes 18 de julio a través de sus redes sociales, en donde hacen una crítica frente a la ley propuesta por la diputada Alejandra Giadans, que habla de la institucionalización a los huertos urbanos.
“La institucionalización es un problema que año con año se termina apropiando más de las libertades y autonomías de los sujetos; nos terminan obligando a saber qué decir, saber cómo actuar y, por supuesto, pues qué consumir, así que muchos de los huerteras y huerteros urbanas y periurbanas en Jalisco van a terminar siendo afectados de manera directa, si es que esta ley se termina aprobando”, comentó Fernando.
Agregando que:
“Si no tenemos la gestión de estos (territorios y espacios públicos) terminamos cayendo en la inconsciencia y pues en la complicidad, en la complicidad de ser explotadores de la naturaleza y de no entender la crisis ambiental por la que estamos pasando”
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Si quieres conocer más del trabajo y acciones del colectivo Huerto Rabia y Memoria, aquí puedes consultar sus redes sociales
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