Doxa
Por Tayna Camila Martínez Ajuria & Joaquín Arteaga Sánchez
Los desplazamientos poblacionales son sucesos que nacen de lo cotidiano y movilizan, no sólo sistemas económicos, también sistemas de creencias y valores, tanto de quien migra como de quienes se encuentran a su paso.
En esta ocasión, hemos decidido abordar el tema migratorio desde prácticas artísticas contemporáneas. Por ello, entrevistamos a Olivia Vivanco, lo que nos llevó a preguntarnos sobre la labor de los artistas en la oportunidad de interrumpir o reproducir sistemas de valores relacionados con problemas sociales estructurales, como el racismo y la xenofobia.
¿Qué puede sumar el arte a las problemáticas que sostienen la desigualdad de condiciones que movilizan a miles de personas diariamente? ¿Qué cambios se han dado en la manera de migrar en los últimos años? ¿Quiénes son los migrantes?
Olivia Vivanco es una artista mexicana que ha dedicado gran parte de su obra al tema de la migración y la memoria, en particular su trabajo cuestiona la condición de “paso” que se asocia a los migrantes que cruzan territorio mexicano. El cuerpo de su obra es mayormente la fotografía, pero también ha incursionado en video documental y piezas sonoras.
De alguna forma ya había tocado estos temas hace algunos años con niños jornaleros migrantes, que es una migración interna. Me acerqué a estos temas más por la cuestión escolar, y fue mi primer acercamiento a la migración. Más tarde supe de los albergues. Mi padre fue brasero a principios de los cincuenta, un programa legal para migrar de forma legal a Estados Unidos en ciertas temporadas. De ahí viene mi interés por los desplazamientos, Olivia Vivanco.
Durante nuestra plática con Olivia Vivanco en todo momento estuvo presente la frase “la fotografía se hace con los pies” del fotógrafo Josef Koudelka. El caminar de Olivia Vivanco le ha llevado a conocer algunos de los actores y escenarios principales por los que viajan miles de personas todos los días. Tal es el caso de la serie “Reliquias” entre 2012 y 2015.
Los migrantes centroamericanos que emprenden el viaje a través de México traen consigo expectativas, temores y anhelos. El viaje es duro, y no hay espacio para un equipaje. Sin embargo, siempre llevan algo especial: una imagen, un objeto, memorias materiales que evocan su identidad. – Olivia Vivanco
La serie “Reliquias” se realizó “la 72” en el municipio de Tenosique, Tabasco. La 72 es un hogar refugio y punto estratégico para quienes transitan por México. La artista lo describe como parte de los no-lugares que habitan los migrantes. Aludiendo al antropólogo Marc Auge y su noción de transitoriedad.
Particularmente yo trabaje desde los albergues. Los albergues son esos “no lugares”, espacios de tránsito y no. Paradas en donde se puede establecer cierto acercamiento real con las personas. Lugares más contenidos donde también surgen historias, donde se establece un punto de calma y se construye mucho de la narrativa sobre migración. Además, se comparten indicaciones entre migrantes, a dónde ir o por dónde ir, por ejemplo, y se van creando redes. –Olivia Vivanco
Las imágenes de “Reliquias” nos presenta en cada fotografía un par de manos sosteniendo, ya sea un mapa, un nombre, un collar, una fotografía, entre otros objetos, que en cada caso fueron seleccionados por los migrantes como algo especial, y que los acompaña en cada paso. A esta imagen la acompaña una ficha. En esta ficha se registra información clave para que nosotros, como observadores, podamos conocer más de las personas que sostienen estos objetos.
Esta serie forma parte de los intereses de Olivia Vivanco por retratar la vida de los migrantes. Y es importante remarcar que la intensión es la de perseguir la vida en tanto la multiplicidad de motivaciones, retos y adversidades que acompañan el tema de la migración. Aun cuando estemos frente a los fragmentos de una historia, las imágenes que nos comparte Olivia Vivanco se encuentran conectadas con una dimensión macro de la narrativa que se discute en México sobre la migración y temas de seguridad, narcotráfico y legalidad en la esfera pública.
En el mes de septiembre del 2016, Tijuana enfrentó la llegada masiva de haitianos detenidos en dicha frontera debido al endurecimiento de la política migratoria promovida por Obama (Estatus de Protección Temporal) que les proporcionaría asilo. Tras la llegada al poder de Trump, el riesgo de deportación se hizo inminente, y Tijuana pasó de ser estancia temporal a destino inesperado. –Olivia Vivanco
En este sentido, el trabajo de Olivia Vivanco se ha configurado en continuidad de las decisiones geopolíticas que intervienen en los modos de migrar. La práctica de Olivia Vivanco como artista se ha mantenido en un cambio continuo para mantener una perspectiva crítica y actualizada de la relación entre decisiones policiales y políticas del Estado y sus repercusiones en los modos de vida y formas de migrar de las poblaciones desplazadas.
La migración mexicana es más antigua, y en ese sentido se han creado más redes. A diferencia de las migraciones centroamericanas más recientes, como la venezolana, cuyas redes de apoyo son más pequeñas. Para ellos es más complicado por tener que atravesar el territorio mexicano, que es súper hostil. Existe poca receptividad hacia las migraciones en general de las ciudades por donde pasan. Existe descuido hacia el tema migratorio y la atención a los migrantes. Más que ganarse, se han perdido los avances, y ha sobrevenido esta crisis donde existe todavía menos apoyo. – Olivia Vivanco
Tal es el caso de su trabajo sobre poblaciones haitianas en Chile y México, que comenzó en Tijuana cuando en el 2017, donde alrededor de tres mil personas quedaron varadas de golpe en la frontera, a causa de las leyes migratorias aprobadas por Donald Trump en esos años.
Algunos de ellos vienen de otros países como Chile o Brasil, y hablan español o una mezcla con portugués, pero hay quienes vienen de Haití. Creo que el problema no es la migración, sino la pobreza. México es un país clasista. – Olivia Vivanco
Estar en el lugar y mantenerse informada sobre el escenario y acciones del Estado Mexicano le permitió documentar el choque entre las comunidades asentadas de Tijuana y las comunidades de haitianos y centroamericanos que llegaron en caravana, en cuyo caso los primeros estaban acostumbrados a la condición “nómada” de la migración y que tuvieron que aprender a convivir con el “asentamiento” de estas otras comunidades en el territorio local.
A diferencia de la ciudad de Tijuana, en la que sus habitantes han mostrado relativa apertura a la migración haitiana, en Chile, al extremo sur del continente, y en particular en la ciudad de Santiago los haitianos son objeto de discriminación. No hablar español y provenir de un país empobrecido, son causas de rechazo en esta sociedad sudamericana, pero la principal, es su color de piel. –Olivia Vivanco
Las series Tiwana y Nan Chili retratan este trabajo y a diferencia de otras series sobre migración de la artista, en esta ocasión Olivia Vivanco busca con su lente escenas, actores y lugares que han ido apropiándose las poblaciones haitianas. En esta etapa la fotografía de Olivia Vivanco se acerca al tema de la transmigración que se da específicamente a quienes cruzan un territorio sin intenciones de establecerse en él.
Tal es el caso de México y Chile, que han dejado de ser países “de paso” para convertirse en destinos o países de asentamiento particularmente para las poblaciones haitianas. Esta situación como consecuencia vuelve necesario para aquellos que migran saber vincular las expectativas de una mejor calidad de vida y la contingencia de un peregrinar frenado.
En el caso de la transmigración, la migración que transita por un país se trata más bien de dialogar sobre la experiencia, y de empatizar con las personas a través de los objetos, de los lugares que habitan, de las huellas que quedan de ellos en esos espacios. Mi fotografía ha sido de temas sociales, y desde ahí lo veo. Soy artista, pero lo que hago debe tener una función, que parte del interés de dar visibilidad y contribuir de forma positiva al tema. –Olivia Vivanco
La religión, la negritud, el racismo y la discriminación, pero también el ocio, el trabajo y las relaciones personales, son algunos de los temas que aparecen en Tiwana y Nan Chili. Estos temas emergen con la intención de superponer la intimidad y vida cotidiana de las comunidades haitianas que se han asentado en Tijuana y Chile desde el 2016. Dice Olivia Vivanco “Aunque en general la migración no blanca con intenciones de asentarse en el país no es bien vista, la nacionalidad haitiana, por ser negra, se encuentra en el último peldaño entre las migraciones provenientes de otros países de Latinoamérica” los motivos, como se mencionaba anteriormente, son entre otros: el color de piel, no hablar español y provenir de un país empobrecido.
De alguna manera, lo que me interesa es hacer presente que ya es gente que está habitando esos espacios, gente que ya no está en tránsito y que es parte de un contexto, de un paisaje. Son dos formas de trabajo, la de no victimizar a las personas, y presentar objetos personales, y, por otro lado, la de visibilizar y exponer, no dar voz, porque todos tenemos voz, pero sí colocar y hacer evidente que esa migración ya está ahí, y no hay vuelta atrás. –Olivia Vivanco
A primera vista la decisión de la artista de incluir en estas series las corporalidades y la vida ya “establecida” de las comunidades haitianas pudiera parecer intrascendente, pero esta decisión modifica por completo la narrativa generalizada de la vida “nómada”, habitual en las representaciones de migración en el arte. El concepto de la transmigración se hace presente, ya no es una historia sobre la pausa de los migrantes que “van de paso”. En estas series sobre la comunidad haitiana, la migración adquiere corporalidad en la construcción del otro que ya es parte de un nosotros.
Esta otredad puede resultar incómoda para algunas personas. La otredad es visible en temas como la negritud. En las imágenes se denota una discusión sobre racismo y xenofobia que, en México, particularmente, se evita mencionar en esferas públicas, o se encubre como una cuestión de clases.
En este sentido, Olivia Vivanco mencionó una anécdota con una curadora reconocida en la escena mexicana, quien se refirió a su trabajo como algo que no es sexy y que por esta razón no es algo fácil de colocar en galerías y lugares de venta de arte.
Te diré lo que me dijo una curadora de un museo muy importante de arte contemporáneo sobre mi trabajo. Me dijo que era bueno y pertinente, pero que desde el arte contemporáneo son temas “no sexys”. No supe si tomarlo como una ofensa o un halago, en el sentido de que no son temas vendibles, que atraigan a las masas. Por ende, no son temas “sexys”, sino complicados de mostrar y socializar. –Olivia Vivanco
Y es que el trabajo de Olivia Vivanco, pero sobre todo las preguntas que suscitan sus obras, ponen el dedo en las desigualdades de privilegios y condiciones que refieren a la migración, y en los migrantes como algo que debería ocultarse, o más incómodo aun, señala los comentarios que criminalizan, y la violencia atraviesa la vida de quienes son catalogados como seres desechables.
Finalmente, mi interés se aboca más a la sensibilización. Soy artista, pero no me interesa tanto el mundo del arte. Considero más prioritaria la visibilidad, y que la propia obra de pie a debatir sobre el tema. Desde ahí puede generarse más empatía. Mi trabajo es un vehículo para poder tener esos debates, esos acercamientos y conversaciones. Es por eso que prefiero ir a los lugares. Estar ahí, la parte vivencial. –Olivia Vivanco
Ninguna vida es ilegal. Las transformaciones ocurridas en América sobre materia de migración e inmigración dan cuenta de la persistencia de asociar las otras migraciones pobres, las no turísticas, como actividades que deberían discutirse en privado y castigarse como crimen.
En este sentido, Silva Santisteban nos dice que:
“el sistema económico – político actual ha diseñado diversas y novedosas formas de sumisión y explotación, como el trabajo análogo a la esclavitud, reclutamiento forzado, basurización simbólica, entre otras violencias ejercidas hacia determinados grupos de migrantes estigmatizados por los habitantes de los países de tránsito y estancia donde se les niega en la práctica los derechos humanos que todo sujeto tiene” (Mancilla, 2015, p.6).
El cuerpo, o las corporalidades, se vuelven entonces un tema radical al momento de analizar las condiciones del desplazamiento y de la experiencia del migrante, y la memoria de quienes migran. La decisión de incluir la vida de los migrantes y el asentamiento de las comunidades migrantes en “países de paso” se vuelven temas principales en la discusión y análisis de la obra de Olivia Vivanco.
Para concluir esta nota, nos gustaría proponerles una duda sobre el lugar de trabajo de los artistas, investigadores o teóricos. Tenemos presente la responsabilidad de adentrarnos en la discusión de cómo representar el fenómeno migratorio, sin embargo:
¿Desde qué lugar lo estoy abordando? ¿En cuales circunstancias? ¿Qué aspectos de la migración tienen la potencia de trascender los debates suscitados en la esfera pública? ¿Cómo es que estas temáticas me atraviesan?
Referencias
http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/posgrados/20150925050316/MANCILLA60.pdf
https://www.oliviavivanco.com/
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