En Jalisco, al 4 de mayo de 2023, existen 5 mil 586 jóvenes desaparecidos. La Fiscalía Especializada en Personas Desaparecidas, asegura, que con su labor de búsqueda han localizado a 4 mil 200 jóvenes; sin embargo, pocas veces sabemos qué fue lo que les pasó. Esta es la historia de Bryan.
Por Darwin Franco Migues / @DarwinFranco
“Usted no se parece a mi mamá”, expresó Bryan tras despertar de un coma que duró 15 días. Su mamá se emocionó al verlo, pues antes de encontrarlo ella creía que su hijo estaba desaparecido.
Pero Bryan no la recordaba, en realidad, no recordaba mucho porque el golpe que lo hizo llegar al hospital fue tan contundente que muchas cosas se le olvidaron, entre ellas el rostro de su madre.
Lo que llevó a Bryan al hospital, lugar al que ingresó como una persona no identificada, fue un accidente en moto: “Quería apantallar a una muchacha, eso sí lo recuerdo”.
Lo que también recuerda, aunque no de manera directa sino por lo que le han dicho quienes vieron su accidente, es al perro que se le atravesó cuando iba a 160 kilómetros por hora y a la palmera que lo paró en seco. Luego de eso ya no supo nada, hasta ese día en que abrió los ojos y no pudo reconocer el rostro de su madre.
Bryan estuvo 15 días en calidad de desconocido en el Hospital Civil de Guadalajara, pero eso no lo supo su familia hasta que un buen día alguien les llamó para decirles que el joven que estaba en terapia intensiva se parecía mucho al que habían reportado como desaparecido en Facebook.
La ficha de búsqueda de Bryan su familia la había subido un par de semanas antes, ya que desde que éste salió en su moto de su casa en Tlajomulco de Zúñiga, no lo volvieron a ver.
Subir esa ficha fue clave para que una trabajadora social del hospital pudiera encontrar las similitudes entre ese joven reportado como desaparecido y aquel que había llegado con un brutal traumatismo craneoencefálico.
Es decir, a Bryan lo localizó una trabajadora social que fuera de todo protocolo, tenía la costumbre de buscar sí alguna de las personas que llegaban en calidad de desconocidas se parecían a aquellas que estaban siendo buscadas en redes sociales por sus familiares.
En el caso de Bryan, él no tenía un reporte o denuncia de desaparición porque días antes de de que su familia se decidiera acudir a la Fiscalía Especializada en Personas Desaparecidas, recibieron la llamada del Hospital Civil para decirles que, quizá, ahí podría estar Bryan.
“Fue mi hermana la que tomó la llamada y luego vio las fotos que le enviaron, y al verlas dijo que era yo, por eso ya no pusieron la denuncia”, explica Bryan.
Y así fue como Bryan dejó de ser un joven desaparecido y un paciente no identificado, para ser nuevamente el hijo y el hermano que un buen día salió de su casa para no volver.
Pero eso de que estaba desaparecido no era novedad para Bryan, pues sí sabía que lo estaban buscando y ya cuando iba a regresar, le tocó accidentarse en la moto.
“Sí supe que me daban por desaparecido, pero no estaba desaparecido, no más me hice el perdido, como otras veces que me salía de mi casa para vivir la vida loca”, explica Bryan para justificarse.
Aunque la Fiscalía de Jalisco insiste en que muchas personas se van de casa por su propio pie, como en el caso de Bryan, la realidad es que -al 4 de mayo de 2023- en Jalisco siguen desaparecidos 5 mil 586 jóvenes.
La historia de Bryan es una de las que podemos contar, pero también es cierto que muy poco sabemos de los otros 4 mil 200 jóvenes que asegura la Fiscalía ha localizado en los últimos 8 años.
Ese mes que se perdió, como asegura Bryan, estuvo vinculado con otro grave problema presente en las juventudes de Jalisco: el consumo de drogas, pues él tenía que escapar de casa para poder consumir. Su adicción, recuerda, inició en la graduación de su primaria.
En Jalisco, con datos del 2022, las drogas de mayor impacto son las metanfetaminas (62.6 %), el alcohol (21.06 % y la marihuana (9.18 %), sin diferencia entre el género.
Hoy Bryan se recupera en un centro de adicciones y desde ahí ve las cosas distintas, sobre todo porque las cicatrices que le quedaron de su accidente, ya no le dejan tener el corte de cabello que tanto le gusta: “es que quedé todo chueco y ya no se ve bien”, afirma.
Sin embargo, tras varios meses de rehabilitación considera que mucho pudo haberse evitado si hubiera tomado otras decisiones como el no salir de su casa aquel día, como el haberse reportado cuando lo daban por desaparecido o como el no haber acelerado la moto hasta la máxima potencia, pero nada de eso puede cambiar.
Hoy sabe que sobrevivió al accidente y al consumo de drogas de puro milagro, pero también reconoce que, si bien, ese día no reconoció a su madre, ésta sí supo que aquel joven en coma, era su Bryan, a quien ahora apoya para que quede libre de todo consumo y jamás se le vuelva olvidar su rostro.