Desde Mujeres
Por Citlalli Morales Pérez / @citlallimrl / @DesdeMujeres
Para las mujeres hacer política implica resistir y sobrevivir las violencias a las que somos expuestas diariamente. En este escenario, lo más importante es demostrar continuamente que somos inteligentes, capaces, estamos preparadas y que contamos con un sinfín de requisitos y al parecer sólo importa que nosotras los cumplamos. Y aún después de llegar, continúa el escrutinio público y nos vemos obligadas a evidenciar que merecemos estar ahí, que no fue la suerte, un favor o una casualidad.
Realmente es cansado estar todo el tiempo demostrando una y otra vez nuestra valía y queriendo aparentar ser alguien más “político”, en quien nos tuvimos que convertir para poder estar en ese espacio y no fracasar en el intento… hasta que llega ese momento de valorar si ha servido de algo todo el esfuerzo invertido, el desgaste y sacrificio e, incluso, el perder quien alguna vez fuiste y no reconocer quién eres ahora.
Después de toda la violencia experimentada y tener que cambiar tu manera de ser para poder resistir lo más que puedas y ya no reconocer la esencia de la persona que eras, esa esencia que desde un inicio te hizo querer transformar los espacios, es válido salir de ahí y dejar todos los lugares que alguna vez quisiste y trabajaste por ellos.
Claro que es doloroso dejar todo lo que alguna vez anhelaste lograr, los sueños y metas que construiste con la idea de tener un mejor proyecto, espacio, cargo o representación, pero es más doloroso sacrificarte a ti misma. No tendríamos que renunciar a nuestros espacios para protegernos, pero a veces es necesario, al final hay otros caminos y nuevos inicios.
Es válido quedarse y trabajar para cambiar el ambiente y seguir construyendo pero también es válido renunciar, abandonarlo todo y empezar de cero o incluso jamás volver a intentarlo.
Ahora entiendo que hay muchas maneras de hacer política, existen otros lugares y espacios para incidir y lograr todo lo que alguna vez me apasionó, sin tener que renunciar a mi estabilidad, porque la política no son los partidos, no son los espacios gobernados eternamente por hombres, no son los lugares violentos y agresivos, no son los proyectos donde se roban o no valoran tu trabajo, sino la herramienta que tenemos para transformar nuestras realidades y que hemos construido en colectivo.
Por mi parte, no quiero volver a perder quien soy, tratando de complacer lo que se supone que tendría que ser. Quiero poder reconocer quien soy siempre, sin importar en qué ambiente o proyecto nuevo estoy, donde no tenga que elegir mi paz y salud mental por encima de un proye
