En Jalisco no hay programas gubernamentales para acercar a la niñez en movilidad humana a las escuelas y, aunque una CURP ya no debe ser impedimento para el ingreso, persisten las malas prácticas. En medio de este panorama surge la iniciativa Inclusión Digna, promovida desde las organizaciones de la sociedad civil, que busca incidir desde adentro para generar empatía y sensibilización en los planteles educativos.
Por Lauro Rodríguez /@laurorodriguez_ y Martha Guillén / @MarthaGuilln13 / El Suspicaz
Toc-toc-toc
—Tor, quiero ir a la escuela.
Tocan la puerta de la “cueva de la imaginación” un espacio repleto de objetos para crear, jugar, imaginar, aprender. Héctor Aguilar es Tor, y la cueva es su oficina, donde habita ahí esperando el llamado de los niños y las niñas. En la cueva hay tambores por aquí, una computadora por allá, dos o tres pelotas y una manguera que cualquiera tiraría. Todo sirve para hacer volar la imaginación.
Este espacio está en FM4 Paso Libre. Tor es consultor en Trabajo Social y el responsable de revivir el deseo por aprender entre las niñas, niños y adolescentes en movilidad humana que llegan al albergue.
Cuando alguien llega y hace toc-toc-toc en la puerta de Tor, es porque la semilla germinó. Un niño o una niña querrá aprender a escribir, a leer, a sumar o, cuando se sienten listos y motivados, ir a la escuela.
“Llega un momento en que una niña toca a mi oficina, que yo le llamo cueva de la imaginación, toc-toc-toc y me dice ‘Tor, quiero aprender a leer’. Toc-toc-toc, otro niño, ‘Tor, quiero ir a la escuela’. Otro niño: toc-toc-toc, ‘quiero aprender mate’”.
Conseguir un toc-toc-toc requiere de un trabajo lúdico persistente. No es sencillo, reconoce. Cuando un niño tiene que sobrevivir, aprender a leer nunca pasa por su cabeza, mucho menos ir a la escuela. No está en el plan: el sueño de estudiar lo esfuma la violencia de la que escapan, menciona.
“Uno de los obstáculos que yo he visto es la situación psicológica, de por sí traumática, producto de lo que viven, que no los dispone a aprender más allá, no los dispone a pensar que la educación y el aprendizaje son algo central en su vida. Lo primero de lo que hay que preocuparse es sobrevivir; agua, techo, una ropa, moverse, comer, dormir, eso sí es vital en este tipo de personas”.
Al detectar lo anterior, gracias al proyecto Inclusión Digna, diseñaron un programa piloto para implementar en el albergue de FM4 y atender a la niñez en movilidad humana, reviviendo su necesidad de aprender al punto de que tomen la iniciativa de ingresar a una escuela.
En el documento Necesidades de la niñez y adolescencia en movilidad humana. Diagnóstico cualitativo. Oaxaca y Jalisco 2021, que también fue realizado como parte de la iniciativa Inclusión Digna, documentaron que realizar una carrera académica no está en las prioridades. En todo caso, la niñez y adolescencia prefiere trabajar para poder enviar dinero a su familia.
“Debido a la precariedad y a la explotación laboral que viven las y los adolescentes y jóvenes en lugares como el Área Metropolitana de Guadalajara (AMG), sí se les complica compatibilizar trabajo y estudio, e igualmente se prioriza trabajo por la necesidad de salir adelante y mandar dinero a casa, pero sí hay una mención clara en sus expectativas sobre la posibilidad de seguir estudiando”, describe el diagnóstico.
De ahí que el proyecto busque derribar esta primera barrera: la falta de interés. Una vez que se cae el muro, el siguiente paso es ser estudiante.
No suple a la escuela: la incluye e involucra
—Hola. Yo soy Lizeth, soy estudiante de la escuela 53 en el turno de la mañana segundo año A. Estoy muy contenta y hoy en la madrugada me voy.
Cuando Lizeth se presentó de esa manera ante el resto de sus compañeros en FM4, Tor se sintió pleno. Una niña en movilidad humana adoptó el calificativo “estudiante”, por lo tanto, la tarea se cumplió.
La Escuela Urbana 53 “Miguel Cruz Ahedo” es vecina de FM4 y se convirtió en una aliada. Esta institución recibe a las niñas, niños y adolescentes que, cuando se sienten listos, van a la oficina de Tor y le dicen “quiero ir a la escuela”.
El modelo educativo que está en desarrollo gracias a Inclusión Digna no suple a la escuela, puntualiza Tor: la convierte en una aliada y la involucra en los procesos. Eso sucede con la 53, donde Lizeth estuvo un tiempo durante su estancia en Guadalajara.
Abrir camino no fue difícil. Una vez que los directivos comprenden y entienden las necesidades de la niñez en movilidad humana, se integran al trabajo en equipo. En esta escuela el estudiante es bien recibido aun cuando sólo esté en ella por un día o por un año.
Lizeth revivió su interés jugando. El “espacio de la imaginación” es el lugar donde ocurre la magia. A diferencia de la cueva-oficina de Tor, el espacio es un salón amplio que tiene una exposición permanente de las obras realizadas en papel bond, cartulinas o tableros por la niñez que acoge FM4 Paso Libre en su albergue. Más de 50 personas menores de edad han pasado por este modelo de educación.
El “espacio de la imaginación” recibe a sus visitantes con una veintena de sillas acomodadas en media luna para promover la interacción. Muchos colores, ventilación e iluminación. Unos bongoes en una esquina, unos tabloides en la otra, juegos de mesa en otro sitio y una pequeña bodega para almacenar los materiales que se utilizan.
Tor describe que este lugar toma la forma que el ambiente requiera. Ahí arman y desarman, cantan y tocan, dibujan y borran, insisten con el juego hasta que un día se escucha toc-toc-toc.
Normas de papel
Actualmente el panorama legal para la inclusión educativa de la niñez en movilidad cambió. La falta de una CURP, o cualquier documento, no debe impedir a nadie ingresar a una escuela a estudiar, venga de donde venga, gracias a lo plasmado en las Normas Específicas de Control Escolar Relativas a la Inscripción, Reinscripción, Acreditación, Promoción, Regularización y Certificación en la Educación Básica del Gobierno de México. En sus numerales 3.3 y 3.7 lo precisan. Sin embargo, en la práctica aún hay pendientes.
Pedro Díaz Arias, subsecretario de Educación Básica de la Secretaría de Educación Jalisco (SEJ), reconoce la legislación y puntualiza que ninguna escuela puede negar el acceso a una persona en contexto de movilidad.
El 1, 2, 3 se lo sabe de memoria y lo explica para esta investigación: si un niño o niña no cuenta con la documentación de identidad, se le debe aceptar en la escuela y se le debe brindar apoyo para obtener una CURP en el proceso.
Si se cuenta con un documento académico (boleta, certificado o similar) se le integra al grado que le corresponda. Si no, se le realiza una prueba diagnóstica para ubicarlo en el grado de acuerdo a sus conocimientos previos. Después, debe recibir un acompañamiento por parte del docente.
El problema con todo esto es que el proceso no se sigue al pie de la letra y continúan rechazando a la niñez y adolescencia en movilidad por no contar con una CURP, indica Alma Leticia Flores Ávila, investigadora del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH).
Ella, junto con un equipo de investigadores, documentó en la ponencia “Obstáculos en la educación de estudiantes de bachillerato en situación de movilidad humana internacional: análisis a partir de casos en Jalisco” cómo se les impide el ingreso a la prepa a los adolescentes en movilidad por falta de un “papel”. Algo que ya no debería existir.
Flores Ávila dice que no basta con que los altos funcionarios de la educación conozcan el 1, 2, 3, si no que deben capacitar a los directivos de las escuelas y profesores, de lo contrario el sistema no funciona, pues quienes ponen trabas burocráticas regularmente lo hacen por desconocimiento.
Aunque ella analizó casos a nivel media superior, los problemas en el nivel básico son esencialmente los mismos. Juan Alberto Olivares, director de la escuela primaria Benito Juárez, una de las que más población en movilidad tiene en su matrícula, habla sobre las limitaciones.
Si un niño o niña llega sin documento de identidad es recibido, pero con el compromiso de tramitar al menos la CURP. Este documento es indispensable no por Ley, pero sí por sistema. No pueden registrar oficialmente a la persona menor de edad porque la plataforma de la SEJ les exige una CURP.
“Sí nos tienen que dar el acta de nacimiento y la CURP, pero eso es una situación que a veces es complicada porque tienen que hacer la tramitología en Guadalajara para poder tener su CURP porque es uno de los elementos fundamentales que requerimos para subirlos en las plataformas que para nosotros han sido impuestas para su registro, que en este caso se llama RecreApp”, señala.
Lo mismo sucede para la emisión de boletas o certificados. Si la plataforma detecta que el niño o la niña solo estuvo por una estancia breve, no permite su emisión. Esto es lo más frecuente porque solo permanecen días o meses en la institución, sin terminar un año completo en la mayoría de las veces. En su lugar, entregan una carta de traslado con las calificaciones obtenidas.
El subsecretario insiste en que no se rechaza a nadie a menos que la escuela que no tenga cupo disponible, pero la propia Secretaría reconoce, vía transparencia, casos de “No admisión” por falta de documentos.
A través del Programa Binacional de Educación Migrante (Probem) la SEJ precisa que:
“los usuarios nos refieren de manera verbal que no han sido inscritos en Educación Básica o bien para transitar de Educación Básica a Educación Media Superior y de Media Superior a Licenciatura por los motivos como son la ausencia de: acta de nacimiento, CURP, boleta de calificación del último grado de estudios o último período calificado en su país de origen, por edad, por no dominar el idioma español, porque reprobaron una clase que no forma parte de los exámenes de conocimiento global que indican las normas de control escolar”.
Eso sí: precisa que no cuentan con una estadística ya que todas las quejas que han recibido son verbales. En ocasiones logran resolver los conflictos con la mediación del Probem por medio de correos o llamadas telefónicas.
Pero en otras no. A la fecha de respuesta de la solicitud (7 de febrero de 2023), esta instancia atiende a 20 personas en movilidad humana que han sido rechazadas de una escuela entre 2019 y 2023 por la razones antes mencionadas. De estas, 18 son mexicanas, pero de otro estado, una de Haití y una de El Congo.
Es decir, además de no tener entre sus prioridades continuar con sus estudios, el sistema educativo les pone más trabas en lugar de ser facilitador. En este aspecto se busca incidir desde dentro, precisa Tor.
El sistema generado por Inclusión Digna también ha llegado a suplir este vacío, por la cercanía y los recursos disponibles sólo en la escuela 53, pero ya lo hacen y han logrado que varias personas en movilidad se incorporen a continuar sus estudios básicos.
El subsecretario Díaz Arias acepta que la SEJ no tiene entre sus actividades generar vinculación para atraer a las personas menores a las aulas.
El reto de las instituciones debe ser encaminado a generar modelos que permitan que el conocimiento de las leyes vigentes llegue a los docentes y a los directivos de las escuelas, señala Flores Ávila, mientras que Tor precisa que se requiere empatía y sensibilidad en las escuelas.
Niñez en movilidad, en tres radiografías
MAPA 1: Origen de la niñez en Movilidad Humana
MAPA 2: Origen de la niñez en movilidad estudiante
MAPA 3: Somos parientes
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