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¿Por qué en tiempos de redes sociales es urgente el buen periodismo?, ¿Cómo podemos contar mejores historias aprovechando los microformatos digitales? ¿Cuáles son las tendencias del videoperiodismo en México? preguntas claves del taller que impartió la periodista Florencia Gonzáles Guerra en la Escuela de Periodismo ZonaDocs.
Por Redacción ZonaDocs / @ZonaDocs
“En un contexto de redes el buen periodismo es más urgente que nunca, pues nunca va a dejar de ser necesario explicar el mundo a las otras personas”, este ese mensaje inicial que Florencia González Guerra compartió con les alumnes de Escuela de Periodismo ZonaDocs.
Y esto lo hizo porque puede que las plataformas o interfases para hacer periodismo cambie, pero lo que no cambia es la necesidad de contarles a las personas lo que está pasando; por ello, remarcó, lo importante que es conocer cómo es que las personas están contando lo que pasa, pero también cómo es que lo están contando.
Al ser las personas la tendencia en las narrativas digitales, explica Florencia, es importante que sepamos identificar la manera en que éstas se están comunicando: “se comunican en formatos verticales”.
Así que enfatizó:
“Olvidémonos del formato horizontal, la mayor parte del consumo en Internet es a través de un celular, si nosotros aprovechamos la pantalla vertical tenemos más posibilidad de ser vistos en el feed”.
Pero no sólo eso, también les recomendó lo importante que es escuchar a las audiencias:
“Tradicionalmente habíamos escuchado que como periodistas tendríamos que confiar en nuestro instinto y que lo que más importaba era nuestra visión sobre las cosas. De alguna forma sigue siendo importante eso, pero no podemos dejar de lado toda la inteligencia y potencial que tienen las audiencias sobre los temas que trabajamos: nos pueden dar visiones que no habíamos considerado, tips, y sobre todo dudas genuinas”.
Pero aclaró, que eso no implica que les periodistas dejen de lado los temas duros de investigación, esos deben de continuar, pero precisó:
“Debemos de complementar nuestro espectro de temas con otros que les interpelan directamente su cotidianidad: el cuerpo, las relaciones, su entorno, el crecimiento personal”.
¿Cómo contar una historia?
Para contar una buena historia, Florencia, les compartió las preguntas que ellas se hace antes de iniciar un trabajo audiovisual: “¿Una persona le daría 5 minutos de su vida a este video?, ¿De qué va esta historia?, ¿cómo provoco a la audiencia?, ¿hay un cambio de paradigma con esta historia? ¿estoy mostrando algo novedoso?”.
Esas preguntas son clave, como clave también es para ella identificar los formatos que están vigentes en el videoperiodismo; por ejemplo, videos de opinión, de entrevistas, de gráficos, de dibujos: “todo esto existe, pero la tendencia es la de hacer esto en un minuto”.
“¿Podemos contar una historia en un minuto o un minuto y medio? Yo creo que sí, en mi trabajo en Brut sabíamos que la mayor parte de la retención estaba en 1:30 y nos esforzábamos por construir historias cortas para lograrlo”.
Y les compartió su secreto:
Con ese secreto develado, Florencia les compartió a les alumnes algunos consejos sobre cómo presentarse a cuadro:
Finalmente, Florencia -creadora de contenidos periodísticos en plataformas como Instagram, TikTok y Spotify- explicó lo relevante que es pensar en la elaboración de reportajes en entornos y plataformas digitales, pues la apuesta debe seguir siendo por el periodismo, pues “las plataformas son eso, plataformas para hacer periodismo”.
Aquí algunos de los consejos para pensar en elaborar sus contenidos periodísticos digitales:
Sumado a esto, Florencia ofreció consejos muy puntuales sobre iluminación, encuadres, ritmo, enfoques, música, subtítulos y, sobre todo, la redacción del guion del reportaje audiovisual, pero el remate se centró en que nunca deben de olvidar que “lo importante es la historia que reportamos, la que armamos en la calle, la que construimos con las personas que nos cuentan su historia”.
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Es un proyecto auspiciado por la Fundación Internacional de Seattle (SIF, por sus siglas en inglés), a través del Fondo para Jóvenes de Centroamérica y México (Fondo CAMY) y Philanthropy Lab de la Universidad de Washington (UW).
