La Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM), Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio (H.I.J.O.S ) en Guatemala y México, y Estamos Aquí presentaron el trabajo audiovisual “El misterio de las adopciones”, el cual expone la adopción ilegal de niñas, niños y adolescentes de Guatemala hacia Bélgica y Canadá entre 1960 y 1996.
En este trabajo documental además muestra la lucha de quienes hoy buscan encontrarse con sus familiares en Guatemala.
Por Alondra Angel Rodriguez / @alondriixs
¿Quién permitió las adopciones ilegales y masivas de niñas, niños y adolescentes de Guatemala hacia Bélgica y Canadá entre 1960 y 1996? y ¿En dónde están las familias de estas niñas, niños y adolescentes? Fueron las premisas del trabajo audiovisual “El misterio de las adopciones” que realizó el colectivo Estamos Aquí para mostrar las implicaciones que tuvo esta práctica violatoria de los derechos humanos en la vida de miles de familias guatemaltecas, el cual fue presentado en la Ciudad de México, el pasado 16 de marzo de 2023.
Ignacio, “Nacho”, del colectivo Estamos Aquí señaló que “El misterio de las adopciones” se transmitió en las cadenas nacionales de Montreal, Canadá, en 2022, pero que después de dos días sus repercusiones se sintieron en Guatemala, esto porque el video expone el tráfico de niñas, niños y adolescentes ocurrido en Guatemala entre 1960 y 1996.
Un grave problema que, a su parecer, se acrecentó luego del conflicto armado interno que se vivió en el país durante 36 años, pero que hoy en día sigue teniendo efectos a través de violencias como: el patriarcado, el sexismo, la misoginia, entre otros.
Durante este periodo de tiempo, la guerra civil devastó a Guatemala, pues cerca de 200 mil personas fueron asesinadas y/o desaparecidas, lo que implicó que muchas niñas, niños y adolescentes vivieran una orfandad forzada.
En este periodo niñas, niños y adolescentes fueron sometidos a diversos maltratos, lo que empujó a sus madres a buscar su protección, ahí fue que comenzaron a aparecer las adopciones que se ofertaron como una opción para “salvar a las infancias”.
“Durante la guerra los militares desplazaron a los niños detenidos a las ciudades o cuyos padres habían sido asesinados, y rápidamente se dieron cuenta de que podían ponerlos en adopción”, comentó Marco Garavito, director de la Liga Guatemalteca de Higiene Mental, organización que ayuda a las personas adoptadas a buscar a sus familiares, estén vivos o muertos.
La visión protectora que el Estado de Guatemala ocasionó diferentes mecanismos de control, tanto económico, político, social, institucional, patriarcal y sexual.
Al respecto Nacho precisó:
“Los estados desarrollaron programas sociales como mencionan en sus discursos democráticos, pero más bien fueron agendas conservadoras que han capitalizado negocios a costa de los niños; por ejemplo, hoy en día miles de adultos adoptados en Guatemala siguen buscando a sus familias, y se preguntan si fueron víctimas de tráfico, robo o venta”.
Se estima que en Guatemala, al menos, 50 mil niñas, niños y adolescentes guatemaltecos fueron adoptados en el extranjero durante los 30 años que duró el conflicto militar, sobre ello ahonda la la antropóloga, Alejandra Colón:
“Se transformó en una industria en la que los abogados encabezaban la cadena de producción, pero también los traductores, las familias que recibían a los niños, y el funcionario público que recibía el dinero para acelerar el proceso”.
Se trataba de un sistema de venta y de tráfico que era desarrollado para responder a la demanda internacional, pues para poder adoptar de una manera fácil sólo se necesitaba viajar a Guatemala para encontrarse con los abogados que controlaban el proceso de adopción, pues éstos representaban tanto a los padres adoptivos e, igualmente, a la niña o niño y a su madre biológica, lo que daba pie a todo tipo de abusos y negligencias disfrazados de adopciones legales, ya que el consentimiento y la identidad de los padres no siempre era verificado por el Estado.
Pese a todas estas negligencias y las múltiples muestras de adopciones fraudulentas evidenciadas en la prensa, las adopciones no decrecieron entre los años ochentas y noventas; al contrario, aumentaron, principalmente, hacia países como Bélgica y Canadá.
De hecho, múltiples adopciones fueron realizadas por padres de Quebec, quienes fueron ayudados por los mediáticos abogados Jean Francoeur y Edmond Mulet, a quienes se les llegó a acusar de redes de trata infantil.
No obstante, éstos siempre han afirmado que hicieron lo correcto, ya que en Guatemala se vivía una grave crisis; por lo tanto, había que ayudar a la población infantil. Su onerosa solución fue el impulsar adopciones, como si de un negocio se tratara.
Negocio que se justificó con la idea de que al dar en adopción a estas niñas, niños y adolescentes se les estaría salvando de la guerra civil y la precariedad económica; darles en adopción, aseguraban los abogados, les garantizaría una vida digna y plena, pero en otros países y alejados de su familia.
Ante esto, Tania Ramírez de REDIM comentó que este discurso debería siempre de cuestionarse cuando se hable de adopciones; por tanto, hizo un llamado a recordar que el Estado es quien debe garantizar las condiciones de una vida digna, libre de violencias, ya que esto le compete al Estado y no necesariamente a las madres y padres
Una búsqueda a la inversa
En 2001, Canadá prohibió las adopciones provenientes de Guatemala y, en el 2008, Guatemala puso fin a toda adopción internacional; sin embargo, aseguran las y los especialistas: Nadie ha sido condenado por tráfico infantil en Guatemala.
Las y los sobrevivientes, así como quienes se asumen como víctimas de estos hechos aún deben enfrentarse con la realidad de buscar su pertenencia, origen y descubrir su pasado, lo se complica más, pues al volver a Guatemala por respuestas, son vistos como extranjeros.
Nacho, desde su experiencia como sobreviviente de este tráfico ilegal, comenta que desde 2021 muchas personas luchan para que se sepa lo que pasó, pero aún más por lograr reencontrarse con sus familias.
Además agregó que “las adopciones interraciales son una actividad que hasta el día de hoy no es muy mencionada en los diferentes movimientos sociales”, esto es así porque las adopciones ilegales siguen siendo una actividad egoísta, cuyos únicos beneficiados son los gobiernos que las impulsan y operan aprovechándose de las vulnerabilidades de las personas en Guatemala.
Tania Ramírez comentó que al ser un tema poco visibilizado y explorado, trabajos como “El misterio de las adopciones” realizado por Estamos Aquí, son importantes no sólo por su documentación e investigación, sino porque se hacen desde un enfoque de derechos humanos centrado en las infancias.
“Lo que se vio es apenas una pequeña punta del iceberg de un gran número de vulneraciones a derechos de familias y de niñas, niños y adolescentes que fueron puestos en adopción”.
A quienes se les vulneró su derecho a: vivir en familia, tener un nombre e identidad, a conocer a sus padres y madres; así como sus derechos a vivir una vida libre de violencia.
Finalmente, Nacho de Estamos Aquí comentó que a pesar de lo difícil que ha sido este proceso sí se han logrado victorias, entre las que está el reencuentro que tuvo con su familia luego de varios años de búsqueda, todo esto gracias a su esfuerzo y la ayuda que se brinda en el colectivo.
A la fecha, el colectivo apoya a más de 200 guatemaltecos que fueron adoptados y que, actualmente, viven en Quebec, Canadá. Y quienes aún buscan a sus familias y las respuestas respecto a su origen.