En el municipio de Centla, Tabasco, la comunidad del Bosque ha sufrido estragos debido al cambio climático, la elevación del mar ha destruido 26 casas, una escuela primaria y un kínder; esto ha dejado sin hogar a 56 personas y sin escuela a 26 niños; esta problemática lleva años azotando a la comunidad; pese a ello, el gobierno federal no había tomado ninguna decisión, hasta hace dos semanas, cuando el presidente López Obrador decidió atender las demandas de la comunidad, pero hasta ahora no hay acciones concretas.
Por Josué Ibarra/@josueibarrasala
Fotos: GreenPeace México, Conexiones Climáticas y Nuestro Futuro
Desde el 7 de noviembre del 2022, las y los habitantes de la comunidad del Bosque en Centla, Tabasco, realizaron una conferencia de prensa para denunciar la elevación del mar derivado del cambio climático y cómo esto estaba destruyendo sus casas; a su vez, exigieron a las autoridades federales, estatales y municipales su urgente reubicación, pues el mar estaba a punto de destruir más viviendas, una escuela y un kínder en la zona.
A tres meses de la conferencia de prensa, el mar ya destruyó otras 26 casas, la escuela primaria y el kínder, todo esto dejando sin hogar a 56 personas y sin escuela a 26 niños.
La señora Lupe, una habitante de la comunidad nos habló más al respecto de la complicada situación que viven en El Bosque.
“Desde 2007, el más se nos empezó a acercar con rápidez, así mismo pasó en 2008 y 2009, pues el mar se acercaba más, pero se acercaba un metro, luego se recorría y así, hasta que llegó el 2019 y destruyó las primeras casas, esos años se llevó las primeras líneas de casas, el mar ya había avanzado unos 700 metros”.
A su relato agregó las afectaciones que han sufrido en su familia:
“Mi esposo y yo ya somos gente de muchos años aquí, en ocasiones íbamos a ver el mar y nos preguntábamos ¿avanzara más? pero para el 2018 y 2019, el papá de mi esposo perdió su casa, y tuvimos que tomar decisiones. Dijimos que íbamos a recuperar lo poco que quedaba y hacerla en un pedacito prestado aquí mismo, pues no podemos pagar una renta porque no hay para pagarla, las rentas son caras, además nos queda muy lejos y nuestro trabajo está aquí en el mar”, mencionó Doña Lupe
La habitante de la comunidad remarcó como las jornadas de trabajo de su esposo les impide vivir lejos, pues no les ajusta el tiempo para la recolección del pescado y hacer la rutina del día siguiente.
Otros habitantes de la zona se fueron a rentar lejos porque tienen familiares por dichas zonas, pero siendo igual pescadores les queda incomodas las distancias que hace al ir y venir, vienen en sus motos o se quedan a “mal dormir” en la zona.
Doña Lupe mencionó que ella no tenía idea que era eso del cambio climático y por qué eso era lo que les estaba afectando, hasta que diversas organizaciones como GreenPeace, Conexiones Climáticas y Nuestro Futuro se acercaron a la comunidad y dieron cursos para entender a fondo el problema que los amenaza, así como difundir la problemática y crear una repercusión nacional.
La habitante del Bosque agregó que ella vio un punto que podía ser una detonante, el que no dragaban el Río Usumacinta, pues desde 2007 no había visto que lo dragaran hasta el 2019, aunque el dragado que ella vio no fue igual a otros, ella definiéndolo como un mal dragado.
El dragado es un proceso que consiste en remover material del lecho marino, la operación consiste en la limpieza y el ahondamiento de un cuerpo de agua, a partir de la remoción de rocas y sedimentos.
Doña Lupe platicó que no tenían atención de ningún gobierno, ni municipal, ni estatal, ni federal, aunque el problema ya tenía consecuencias graves; no obstante, no tenían atención de nadie, hasta que los medios de comunicación intervinieron junto con las organizaciones es que empezaron a tener atención y reflectores.
La primera vez que el gobierno federal habló del tema fue en la conferencia de prensa matutina del 6 de febrero de 2023, ahí el presidente Andrés Manuel López Obrador solicitó a Jorge Nuño, Secretario de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), que atendiera a la comunidad, a pesar de que él no tiene facultades legales para responder a la necesidad de reubicación.
Hasta el día de hoy, Doña Lupe menciona que ya fueron a la comunidad, pero que no hay acciones, además ella considera que la forma en la que han llevado los sondeos para reubicación son mal efectuados.
“Quisiéramos por parte del gobierno que nos reubique, aunque ni siquiera sé si puedo exigirle, pues es por el cambio climático, pero nosotros no lo provocamos, pero igual lo estamos pagando. Queremos que nos reubique, pero que nos reubiquen hasta donde el mar nos permita, porque si es en otro lado: ¿dónde metemos nuestras lanchas?, ¿dónde seguiremos pescando? en la ciudad no se puede”
Doña Lupe exige una reubicación bien pensada, bien lograda, con justicia y dignidad, pues ella sabe perfectamente que no son los primeros y tampoco serán los últimos que sufran este tipo de problemas; por ello, necesitan solucionas efectivas con perspectiva social, algo dignificante, y en situación de emergencia.
Las organizaciones que acompañan a la comunidad de El Bosque, mediante un comunicado de prensa mencionan de igual forma la urgencia para atender esto, antes de la reubicación hay muchas cosas por atender
“Mientras avanza el proceso de reubicación, se deben atender de manera urgente sus necesidades esenciales: la pérdida de escuelas ha dejado sin educación a 26 niños, decenas de familias ahora viven en viviendas de lámina, sin piso firme, sin baños y en condiciones de alta precariedad; hay intermitencias en la disponibilidad de luz y los servicios de salud, agua y drenaje han dejado de funcionar desde hace más de tres años”.
La comunidad y organizaciones exigen de inmediato se instale una mesa de trabajo con representantes de la comunidad de El Bosque, las instancias competentes de los tres niveles de gobierno, sociedad civil y academia; y que desde ella se diseñe un plan viable para su reubicación inmediata.
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Para seguir el avance de este caso pueden consultarlo en la página de Facebook de GreenPeace: