Baile, comida y música para crear redes de apoyo y de integración entre mujeres migrantes

Diversas mujeres de Colombia, Perú, Honduras y Cuba que migraron a Jalisco se reunieron en una acción de integración social mediante la realización de un mural, un concierto de rap feminista y venta de alimentos de sus países de origen.

La actividad fue organizada por la colectiva Caminantas en colaboración con Genera Alternativas, FM4 y AVSI México.

Por Leslie Zepeda / @Lesszep2

Con música típica de Colombia, el rap consciente de Masta Quba y un mural lleno de color es que se reunieron mujeres migrantes de diferentes países como Colombia, Perú, Honduras y Cuba, que desde hace años radican en Guadalajara. Todo con la finalidad de crear redes de apoyo entre ellas y fomentar la integración social en la comunidad, frente a medidas migratorias hostiles, complicaciones para conseguir trabajos dignos y actos de xenofobia en contra de la comunidad migrante en México.

Junto a Caminantas, una organización que busca crear redes de apoyo entre mujeres migrantes, se reunieron el fin de semana para llevar a cabo una actividad más de su proyecto “Caminos Migrantes” que dio inicio en junio de 2022. En ella participaron mujeres de la propia red, así como la muralista Aida Caro. El evento tuvo lugar en las instalaciones del Centro de Desarrollo Comunitario del DIF en la colonia Ferrocarril.

Laura Cortés, integrante de Caminantas y una de las organizadoras, refirió que en la creación de este proyecto también están involucradas diferentes asociaciones como Genera Alternativas, FM4 y AVSI México. Asimismo, destacó que este proyecto forma parte de uno más grande llamado Inclusión Digna, que se centra en diferentes aspectos del trabajo con población migrante.

“Está enfocado en volver a crear redes en el lugar al que llegas. Sí hemos identificado que una de las cosas más difíciles y comunes para una persona que ha migrado a México, sea de manera regular o irregular, es la pérdida de redes de apoyo, porque llegas y no conoces a nadie. También hay una dimensión de este proyecto sobre integración social. Nuestro aporte es más en el tema de la integración, sobre cómo te integras en este nuevo ambiente”, agregó Cortés.

Vanessa confirmó el apoyo que Caminantas ha brindado a las mujeres migrantes en Jalisco. Ella es originaria de Honduras y desde el 17 de abril de 2018, hace casi cinco años, vive en Guadalajara y hace dos años que pudo traer a sus hijas Nidia y Paola, de 19 y 14 años respectivamente, a vivir con ella.

Paola, su hija menor está próxima a ingresar al tercer grado de secundaria, ya que Vanessa guarda el anhelo de que continúe sus estudios hasta culminar una carrera profesional, así que ella misma la alienta: “este año entra a tercero de secundaria y yo le digo a ella que estudie para azafata, ¿verdad mi amor? primeramente Dios en unos añitos más”.

Para Vanessa no ha sido sencilla su estadía en el país, por el contrario, ha tenido que vivir situaciones de violencia laboral y xenofobia. Cuando trabajó para la empresa manufacturera Flextronics, su acceso al seguro médico fue intermitente. De esto pudo darse cuenta porque un mes se enfermó y pudo utilizarlo, pero al siguiente ya no contaba con éste, además, de haber sido discriminada por su jefe:

“Por eso me salí, y los demandé, pero una vez el jefe me dijo que yo tenía que irme allá a mi patio, porque aquí yo no tenía ningún derecho, me trató muy feo la verdad. Sí luchamos con eso porque hay personas que no nos aceptan todavía. Lo malo de trabajar en las empresas de aquí es que automáticamente a una no le quieren respetar los derechos, el derecho al seguro por ejemplo”.

Por estos hechos es que desde Caminantas consideran fundamental la creación de redes de apoyo como mujeres migrantes, es decir, que puedan contar con personas que puedan significar una contención al momento de enfrentarse a situaciones complejas. Y así lo confirma Vanessa, ella explicó todo el apoyo emocional, en su mayoría, que han significado las integrantes de la colectiva.

Vanessa y Nelly, mujeres migrantes integrantes de la organización Caminantas.

“Hasta escalofríos me pegó”, confiesa Vanessa al pensar en todo lo que significan sus compañeras para ella “hacen una labor muy buena porque nos apoyan, tratan de ayudarnos, si tenemos algún problema ellas tratan de resolverlo, ya sea en enfermedad, lo que sea. Yo me siento muy apoyada por ellas. Ahorita que mi hija estuvo internada en el hospital, sí nos apoyaron bastante, más que todo emocionalmente, porque ellas están ahí, preguntándonos cómo estamos, dándonos fuerza“.

Ella no es la única en reconocer su labor, Nelly, una mujer migrante originaria de Perú que desde hace tres años vive en Guadalajara, también ha encontrado en la colectiva una red de apoyo. Las conoció hace dos años en una actividad similar a esta, en aquel momento se encontraba viviendo una situación compleja de violencia laboral:

“Yo conozco a Caminantas desde hace dos años y fue cuando yo tuve un pequeño lío con unos empleadores. Siempre he tenido problemas con la documentación, después por el tema de las comidas, ellas creen que rechazo la comida, pero es que en mi país es diferente. Siempre he tenido problemas con eso, entonces me dicen “qué haces acá, vete a tu país”.

Para Nelly desde que llegó a México ha sido complicado encontrar un empleo formal donde respeten sus derechos laborales, actualmente se encuentra desempleada y apoyándose de la colectiva.

Ante el rechazo y la hostilidad migratoria que viven las mujeres migrantes en Jalisco, es que Caminantas organizó esta actividad de integración donde estuvo presente la artista de rap y hip hop, Masta Quba, porque desde la colectiva tienen presente en sus proyectos la mirada de resistencia feminista que, precisamente, la rapera mantiene desde su trabajo musical. También estuvo como invitado el grupo La Chimba, grupo de música tradicional colombiana.

Vanessa y su familia junto disfrutaron junto a otras mujeres como Nelly. Mujeres que tienen en común ser migrantes, pero sobre todo que se apoyan incondicionalmente. Por ello, también aprovecharon la ocasión para vender alimentos, en el caso de Vanessa, tamales hondureños y Nelly papas a la huancaína, un platillo típico de su país, Perú. Una forma en la que la comida también se vuelve para ellas sustento y resistencia.

El espacio también fue aprovechado para que la comunidad del Centro de Desarrollo Comunitario del DIF pudiera involucrarse y participar, ya que las y los niños que acuden normalmente realizaron de manera colectiva las ideas para el mismo, acompañados y guiados por la muralista encargada, Aida Caro.

“Fue creado con la participación de un grupo de niñas y niños que acuden a este centro comunitario del DIF, donde pintaron ideas con caminos, naturaleza, el cielo, con lo que ella hizo un collage. Es un mural creado colectivamente y coordinado por la muralista que es quien tiene la experiencia”, añadió Laura Cortés.

Por último, Laura Cortés, resaltó la importancia de continuar con estos espacios, puesto que, además de la relevancia de la asistencia humanitaria durante el tránsito de esta población en movilidad, para ellas también es fundamental la integración de la comunidad migrante a sus nuevos espacios:

“Creemos que estos espacios de integración son buenos para conocer gente, porque ya no ves a México solamente como el lugar que me pone trabas para regularizarme, sino que también hay gente que convive conmigo, con la que platico, con la que bailamos, ya es algo más humano. En Caminantas estamos muy enfocadas en el tema de reconstruir este tejido social, que no sea solamente aislarnos nosotras como mujeres migrantes, sino también tener un espacio de apoyo y de integración con la sociedad que estamos llegando y no siempre es tan fácil”.

 

 

 

 

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Leslie Zepeda
Leslie Zepeda
Periodista y fotógrafa feminista. Forma parte de CUCiénega Fem.

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