De acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del INEGI), el 80% de las personas en el Área Metropolitana de Guadalajara tiene ingresos por debajo de los 10 mil pesos al mes, esto implica que muy pocas personas podrán acceder al tipo de vivienda con la que se quiere “repoblar” el centro de Guadalajara.
Para hablar de las afectaciones que tiene la gentrificación de la capital de Jalisco, diversos colectivos barriales y vecinales se reunieron en el parque Morelos para hablar de las afectaciones que tiene en la vida de las personas proyectos como Ciudad Creativa Digital y el Plan de Repoblamiento de Guadalajara.
Por Andrés de la Peña / @andres_dlap y Yutxil Sánchez / @corvetteninja_
El sábado 11 de febrero, el Parque Morelos fue tomado por colectivos de vecinos de múltiples barrios de la ciudad: El Retiro, Mexicaltzingo, El Santuario, Alcalde Barranquitas, Huentitán, el Parque Metropolitano y diversos puntos del “primer cuadro” de Guadalajara. Su motivo: discutir el plan de repoblamiento del ayuntamiento tapatío, Ciudad Creativa Digital, y los impactos de las políticas de gestión urbana sobre sus vecindades.
La reunión se celebró en torno a una amplia tela azul mostrando el trazo de un departamento de 35 metros cuadrados como los que el Gobierno de Guadalajara incentiva a través de su estrategia de repoblamiento del centro histórico de la ciudad. Con la participación que incluyó desde adultos mayores a jóvenes estudiantes, la mesa redonda se dedicó a enlistar las preocupaciones y problemáticas a las cuales se enfrentan los habitantes del centro de Guadalajara.
“El problema con los edificios es que acaban con el agua, con la tranquilidad”, es como inicia su participación la señora Patricia, habitante de la colonia El Retiro, y activista por el derecho a la vivienda. “Estamos viviendo lo que nunca había pasado: tenemos cortes de agua, el agua sale toda mugrosa”; denuncia.
Lo que diversos colectivos vecinales han venido a denunciar en los últimos años es el deterioro de los servicios urbanos: Patricia explicó que, en su colonia, los servicios de recolección de basura se llegan a ausentar hasta por tres días, el transporte público sigue siendo insuficiente: aún reconociendo que la inclusión de bicicletas es un avance, aunque es uno que no todos los habitantes pueden incorporar en sus vidas.
“Seguido nos quedamos sin luz, eso no fue lo que nos prometieron con Ciudad Creativa Digital”, comentó uno de los vecinos del Parque Morelos; una jóven universitaria mencionó “la mejor manera de combatir esto que pasa sería proponer otro proyecto”, y compartió con la asamblea que los jóvenes universitarios tienen la capacidad y las herramientas para proponer una estrategia que privilegia el bienestar de los habitantes por encima de las dinámicas de mercado.
Este tipo de comentarios se hacen en el contexto de la ejecución del plan de repoblamiento del centro de Guadalajara; esta política, impulsada por la nueva administración tapatía, consiste en un conjunto de políticas fiscales y administrativas que incentivan la construcción de vivienda más barata a la que se ha estado desarrollando en esta geografía.
Dicho plan establece como zonas de actuación las inmediaciones de La Normal, el Parque Agua Azul, Mexicaltzingo y el centro histórico. Las principales medidas que incluye este plan consiste en descontar a los desarrolladores inmobiliarios el precio de tramitar licencias para construir si ofrecen por lo menos el 20% de las viviendas que construyen por menos de 800 mil pesos.
Sin embargo, el el plan incluye otras medidas: incentivos al “desdoblamiento”, que se refiere a fraccionar un lote para convertirlo en múltiples lotes más pequeños y con viviendas más baratas; también se está impulsando la “transferencia de derechos”, que permite a una persona en una casa pequeña, pero en una zona que le permitiría construir un edificio “vender” ese derecho a alguien más.
“La primera pregunta que nos hicieron al llegar es si queríamos la casa para renta o para inversión, nunca nos preguntaron si la queríamos para vivir. Nos contaron las mil maravillas de los departamentos: que tenían albercas, que la vista estaba espectacular. Pues sí: vista a la Guadalajara antigua, la que están destruyendo con los nuevos departamentos.”
Iván García es un joven de 26 años que ha vivido en el centro histórico desde niño. Hace seis años tuvo que abandonar la casa donde estaba viviendo y, desde entonces, no ha podido encontrar una residencia permanente en la zona. Relató su última experiencia intentando mudarse a uno de los desarrollos que se han erigido en los últimos años.
“Me dijeron que, para seguir con el tema, tenían que preguntarme si tenía 30 mil pesos libres al mes; mi pareja mintió, dijo que sí, porque si no no éramos candidatos”. Cuando habló en la asamblea, Iván relató que su principal preocupación tiene que ver con los precios de la renta y cómo estos siguen aumentando debido a las dinámicas especulativas del mercado inmobiliario.
De acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) publica trimestralmente, el 80% de las personas en el Área Metropolitana de Guadalajara tiene ingresos por debajo de los 10 mil pesos al mes, mientras que 19% tiene ingresos de entre 10 mil y 30 mil pesos.
Es decir que, para poder acreditarse como posible habitante de uno de estos desarrollos, Iván García tendría que haber demostrado ser parte del 1% más rico del Área Metropolitana de Guadalajara. Esta es una de las principales denuncias a los impactos de las políticas de gestión urbana y de vivienda que han adoptado las administraciones de los municipios conurbados.
Rocío Orozco, especialista en psicología social y gestión cultural, integrante del colectivo Culturaula, también señaló que las más recientes políticas de gestión urbana, desde la nueva planificación de la ciudad, no han dejado mucho espacio para las infancias y adolescencias que habitan la urbe.
En la reunión se vieron representados diferentes puntos de vista. Algunos vecinos se oponen a tener edificios grandes cerca porque consideran que les quitan la paz y la tranquilidad cuando incorporan usos “mixtos”: restaurantes, bares, y comercios en sus plantas bajas.
Otros vecinos quieren que se prioricen las necesidades básicas de quienes ya viven en el centro de Guadalajara ─agua, electricidad, recolección de basura, seguridad─ antes de que se busque densificar la zona con más habitantes. Algunos consideran que la promoción de desarrollos verticales causa aumentos en los precios del suelo y la renta.
