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¿Qué implica colocar a las infancias al centro del trabajo periodístico? ¿Cómo debemos cubrirlas siendo conscientes de nuestros adultocentrismos? Preguntas eje en el taller: “¿Cómo cubrir problemáticas en torno a niñas, niños y niñes?
Del periodismo infantil a un periodismo adulto con perspectiva de las infancias y adolescencias” impartido por Itzel Lugo en el marco de la Escuela de Periodismo ZonaDocs.
Por Redacción ZonaDocs / @zonadocs
El 21 de enero, en la segunda sesión del año de la Escuela de Periodismo de Zona Docs, Diana Itzel Lugo, Coordinadora de la Escuela de Periodismo para Niñas y Niños, abordó la complejidad que representa hacer periodismo para, sobre y desde las infancias y las adolescencias.
Según explicó la especialista en comunicación, las infancias y adolescencias son conceptos construidos socialmente en la historia moderna, que han tenido funciones sociales de reproducción por medio del control y la autoridad.
Históricamente, las concepciones de la infancia han influido en cómo se trata a las personas “menores de edad”, evolucionando para incluir conceptos como la mayoría de edad. Estas concepciones suelen ir alineadas con programas de acondicionamiento para la performatividad de género, la disciplina, la producción o el trabajo, y la conformidad con las estructuras sociales establecidas como el matrimonio, la familia o el capital.
“Primero, la infancia no existía como tal incluso se les consideraba adultos chiquitos. Más adelante, con el proyecto de modernidad, la infancia comienza a ser reconocida, pero es relegada a los espacios privados y la educación. Un niño y una niña hay que llenarlo de información para que posteriormente pueda ser un ciudadano.”
Esta construcción moderna concibe a las infancias y adolescencias como “agentes pasivos, que requieren servicios, protección, o tutela sin tener nunca una fuente interna de autodeterminación”, explicó Itzel. De manera contraintuitiva, el discurso contemporáneo de protección de las infancias también ha sido uno tendiente a quitarle a estas personas sus autonomías y sus derechos de representación y participación.
En el contexto actual, las infancias son explotadas de manera política y conceptual: se les ve como una propiedad desde las familias, para las causas políticas se utiliza el símbolo de la niñez como el “futuro de la sociedad” en lugar de como personas que ya existen de pleno derecho, desde la educación y la salud mental se tiene a estereotipar a las infancias como “seres indómitos, conflictivos o victimizados” especialmente cuando hay una intersección de otras identidades construidas como el género o la raza.
En cuanto a los derechos de las infancias, Itzel Lugo mencionó cómo éstos se han enfocado principalmente a la protección debido a la visión generalizada de las infancias como propiedad de sus padres. En cambio, las perspectivas de derechos relacionados con la participación y la provisión no se retoman con la misma prioridad. Un hito importante en la historia de las infancias es la Convención de los Derechos del Niño de 1989:
“¿Qué implica en términos generales? Plantea derechos basados en tres ejes: protección, provisión y participación ”
A pesar de que existe este marco más amplio, las concepciones de las infancias y las adolescencias, explicó la especialista, se suele privilegiar la protección y luego la provisión, dejando la participación hasta el último.
Desde este punto de vista, el tratamiento de las niñas, niños y adolescentes en el periodismo y la comunicación suele ser desde una perspectiva condescendiente: se utilizan imágenes picadas que hacen ver a las infancias más pequeñas, comúnmente como víctimas; estas personas no suelen ser consideradas como sujetos de entrevistas, sino que es común que sus historias se narren desde el punto de vista de los adultos a su alrededor.
“Hay una deuda histórica con las infancias y las adolescencias en el periodismo”, fue lo que explicó Itzel, para presentar tres modalidades bajo las cuales se puede hacer un mejor periodismo en torno a este grupo poblacional: el periodismo pensado para las infancias, el periodismo hecho colaborativamente con las infancias, y el periodismo hecho por o desde las infancias. Cada una representa una serie de retos, e Itzel deja claro que es imposible dejar el adultocentrismo por completo, pero que sí es posible incluir a las infancias en los procesos de producción informativa.
La especialista señala que en algunas de estas modalidades aún se corre el riesgo de adoptar actitudes condescendientes o de generar contenidos que no siempre serían considerados periodismo.
Además, en las coberturas sobre o desde las infancias y adolescencias existen algunos retos inevitables: los diferentes tipos de dependencia en cuanto a los adultos (por ejemplo, la dependencia legal de respecto a los padres o tutores); otro problema es la representación visual de las infancias, como cuando se intenta encuadrar a un adulto en una toma que incluye a una niña o niño.
Para lograr esto, la tallerista compartió con las, les y los alumnos los siguientes apuntes:
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Es un proyecto auspiciado por la Fundación Internacional de Seattle (SIF, por sus siglas en inglés), a través del Fondo para Jóvenes de Centroamérica y México (Fondo CAMY) y Philanthropy Lab de la Universidad de Washington (UW).