“Nos sentimos tristes y decepcionados de tener que buscar en basureros”: Colectivo Luz de Esperanza 

#HastaEncontrarles

Con el anhelo de encontrar alguno de sus tesoros, el Colectivo Luz de Esperanza realizó una brigada de búsqueda más, en esta ocasión en un basurero a las orillas de la ciudad, en la colonia Lomas del Centinela en el municipio de Zapopan. Una denuncia anónima les afirmó que podría haber restos, sin embargo, durante su jornada no hubo hallazgos positivos. 

Hasta 30 familiares prepararon picos, palas, varillas para descender hacia un terreno complicado, lleno de hierba seca, piedras y basura de todo tipo. Fueron funcionarios de la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas del Estado de Jalisco los responsables de acompañar y gestionar la brigada, además, estuvieron presentes varios elementos de la Guardia Nacional.

Por Leslie Zepeda / @lesszep2

“Llevo pantalón de mezclilla y camisa de cuadros café” respondió Héctor Flores, fundador del Colectivo Luz de Esperanza, a las preguntas que una operadora le hizo como parte del monitoreo habitual con el que debe cumplir durante las brigadas de búsqueda. Esto es así desde que se adhirió al Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas del Gobierno Federal. Y es que, si bien, en su momento buscó el apoyo de parte del Gobierno de Jalisco, las autoridades locales se lo negaron a él y a las familias. 

Héctor Flores (Foto: Leslie Zepeda).
Foto: Leslie Zepeda

En esta ocasión se dirige a una búsqueda en campo más, acompañado en su mayoría, de otras madres buscadoras. Ellas, a pesar de haber llegado este martes puntualmente a las 8 de la mañana a las oficinas de la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas del Estado de Jalisco, tuvieron que esperar hasta cerca de las 10 de la mañana, pues hacía falta que se giraran oficios y que funcionarios de la dependencia firmaran algunos de los documentos.

Acciones que sólo retrasan las búsqueda de las familias que hacen malabares con su rutina de vida y trabajo para estar ahí.  

Camionetas de la dependencia, custodiadas por elementos de la Guardia Nacional salen rumbo a un basurero ubicado en la colonia Lomas del Centinela en el municipio de Zapopan. El punto de búsqueda fue acordado gracias a una denuncia anónima que les llegó hasta el colectivo afirmando que ahí podía ser un punto positivo. 

Inmediatamente se dan cuenta que será una labor compleja la que tienen, ya que el basurero hasta su punto más bajo mide unos 10 metros de largo, distancia que tienen que descender para meter sus varillas en búsqueda de sus tesoros. Entre basura de todo tipo, restos de animales muertos y hierba seca que rebasa su altura, comienzan a buscar. 

Los riesgos a los que se enfrentan en cada brigada son múltiples, así lo reconoce Liliana Meza, presidenta y cofundadora del Colectivo Luz de Esperanza, quien también está adherida al Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas: 

“Estamos expuestos al riesgo de la gente por la que siempre hemos ido a amedrentados, ha habido lugares donde estamos buscando y tiran balazos, como queriéndonos ahuyentar, eso es lo principal, pero también bajamos basureros, barrancas. Así que es un riesgo. Desde la integridad física hasta que un animal te pique o una cortada, son muchos riesgos los que corremos, porque no traemos el equipo necesario para realizar estas búsquedas”. 

Liliana. Foto: Leslie Zepeda.

Liliana busca a su hijo Carlos Maximiliano Romero Meza, un joven de 18 años estudiante de la Universidad de Guadalajara que fue desaparecido el 22 de octubre del 2020 y del que las autoridades no tienen pista alguna, a más de dos años de su desaparición no hay indicio, avance, rastro de acción por parte de la Fiscalía de Jalisco por siquiera buscarlo, asegura su madre.

Así, entre la rabia, el coraje y la indignación es que Liliana Meza decidió buscarlo en vida y en campo, a pesar de los riesgos que pueda correr y que la hicieron solicitar protección al gobierno. Ni la búsqueda de su hijo ni la protección a ella como víctima indirecta le pudo garantizar el Gobierno de Jalisco, ya que a pesar de insistir se les negó por considerar que ni ella ni Héctor Flores corren peligro.

“El gobierno de aquí el gobierno de Jalisco dijo que no, no. Nos dijeron que no estábamos corriendo tanto riesgo”, recrimina la madre buscadora. 

“Por eso nosotros decidimos ir a la Ciudad de México y ahora estamos solicitando unos pulsos de vida, aquí para otras personas del colectivo, aproximadamente para 13 porque son casos muy riesgosos, que pueden decir “no es para tanto” pero la verdad sí corren riesgo. Han sido unas personas golpeadas y les dicen que dejen de buscar, ya han sufrido amenazas y por eso fuimos a solicitarlo”, añade. 

Gracias a su persistencia, lograron que seis integrantes del colectivo pudieran integrarse al mecanismo, ya que, en el caso de Héctor Flores, ella y el resto ya han sufrido amenazas directas, acciones que no fueron suficientes para que el Gobierno del estado les otorgara la protección. Liliana asegura que estas acciones de amedrentamiento y persecución surgieron después de haber tomado la representación del colectivo, así como de su tarea de visibilizar esta problemática que puede resultar incómoda para el Estado y para la delincuencia que participa en las desapariciones que ocurren en la entidad. 

“Como todo lo hacemos tan público, todo sale a la luz, hemos recibido amenazas. Nosotros hemos sido amenazados, igual que digo que otras personas de nuestro colectivo”. 

Pese a las amenazas y el riesgo, no hay acciones que detengan a Liliana, porque cada brigada, cada punto de búsqueda, le brinda la esperanza de encontrar a su hijo. Sin embargo, reconoce que si las autoridades “no pusieran tantas trabas” podrían realizar más búsquedas, acaparar más en su lucha:

“Siempre se echan la bolita unos a otros y “no, es que no”, “no se pudo porque faltó esto”, “es que no firmaron”, “es que no”, son mil y un pretextos los que siempre nos ponen. Nosotros quisiéramos buscar mínimo una o dos veces a la semana porque tenemos tantos puntos que descartar, pero nos las dan hasta dentro de tres meses”.

Foto: Leslie Zepeda.

A pesar de las limitaciones y retrasos, desde el colectivo han gestionado hasta 26 búsquedas de campo con resultados positivos, de los cuales han resultado catorce cuerpos, además de ocho personas con vida. Estos logros en su andar son los que les motivan a seguir aún con la complejidad física y mental de cada brigada, sobre todo cuando existe la posibilidad de encontrar a alguno de sus tesoros entre la hierba, incluso, entre la basura: 

“Yo creo que muchos de los de nosotros nos sentimos tristes y decepcionados de tener que estar buscando en basureros y tener que estar buscando en lugares a nuestros hijos, cuando no debería ser así, cuando realmente el gobierno debería, más que buscarlo, hacer algo para detener esta inseguridad que hay en nuestro estado, o sea, evitar que se sigan sumando más y más desaparecidos para solo enfocarse en los que ya existen” reclaman.

Foto: Leslie Zepeda.
Foto: Leslie Zepeda.

Con la experiencia de casi una treintena de brigadas, en poco tiempo revisan el suelo de la zona, se dividen en dos grupos incluidos familiares y funcionarios de la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas del Estado de Jalisco y el acompañamiento de la Guardia Nacional para abarcar el mayor terreno posible. No todas pueden descender el basurero, pues es una tarea compleja, pero el resto baja para asegurarse de no encontrar ningún tesoro. 

La brigada termina pronto, por lo que Héctor Flores y Liliana Meza como representantes del colectivo tratan de continuar la búsqueda en otro sitio, sin embargo, las autoridades de la Comisión no lo autorizan al considerar que podría ser riesgoso movilizarse sin estar planeado. La negativa es rotunda, a pesar de que se trataba de una zona donde ya buscaron previamente.

De vuelta al punto de donde salieron por la mañana, a bordo de las camionetas que les trasladaron, conversan, ríen, comparten sus sentires y se pregunta entre sí “si ya vieron la película de Ruido”, una pieza audiovisual que retrata la problemática de las desapariciones en México. Quienes sí la vieron coinciden en que la ficción de la película es mínima en comparación a la realidad que vive día a día. 

“Ay, la verdad la vi y no sabía si me daba tristeza o me daba coraje porque me vi reflejada desde el momento que llegué a Fiscalía. Yo duré aproximadamente seis horas tomándome mi denuncia y me sentía como si yo fuera la culpable, la juzgada, me sentí revictimizada”, opina contrariamente Liliana. 

Y es que Liliana Meza conoce en primera persona el riesgo que implica la búsqueda de un ser querido, como lo retrata Ruido:

“Tantas de nuestras compañeras que mueren como ella buscando a su ser querido porque ya le pisaron el callo a la delincuencia o porque al gobierno ya no le convino o porque ya buscó de más o ya supo de más. A cuántas compañeras y compañeros no han desaparecido, a defensores de derechos humanos, periodistas y a familiares como nosotros buscando a nuestros seres queridos”. 

Foto: Leslie Zepeda.

“Tantas de nuestras compañeras que mueren como ella buscando a su ser querido porque ya le pisaron el callo a la delincuencia o porque al gobierno ya no le convino o porque ya buscó de más o ya supo de más. A cuántas compañeras y compañeros no han desaparecido, a defensores de derechos humanos, periodistas y a familiares como nosotros buscando a nuestros seres queridos”. 

No hay mecanismo en México que les garantice la vida, pues precisamente en el camino Héctor Flores concluye el monitoreo y aprovecha para avisar a los funcionarios del mecanismo que tanto el botón de pánico de él y Liliana no funciona bien, no logra apretarse, así que en caso de riesgo ni siquiera podrían avisar a las autoridades. Liliana solamente espera que de correr peligro su vida, lleguen a auxiliarla no como cuando dio aviso de la desaparición de su hijo:

“Yo hablé a los segundos de que sucedió eso y la Policía Municipal llegó hora y media después y la Policía Estatal una hora después”.

Foto: Leslie Zepeda.

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Leslie Zepeda
Leslie Zepeda
Periodista y fotógrafa feminista. Forma parte de CUCiénega Fem.

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