Las calles de Querétaro no son accesibles y seguras para las personas con discapacidad, este reportaje explica lo que implica la movilidad urbana para esta población queretana.
Por Paola Sabine Pintos y Terán.
“Hay que pensar en todos, porque adaptar significa accesibilidad universal”, afirma Martha Barrico, activista perteneciente al Movimiento de Personas con Discapacidad Querétaro. Es parte del comité organizador de este movimiento y encargada de las redes sociales, así como del área de cultura. Ella es usuaria de silla de ruedas.
De acuerdo al Censo de Población y Vivienda del INEGI realizado en el 2020, en el municipio de Querétaro hay 18.5 mil personas con alguna discapacidad física, 17 mil personas con discapacidad visual, y 8 mil con discapacidad auditiva.
Además de Martha, otra de estas personas es Lupita Cortés, que tiene discapacidad visual. Lupita nos cuenta que para ella es imposible salir a la calle sola. Querétaro simplemente no es una ciudad lo suficientemente segura para esto, tanto en cuestión de infraestructura como socialmente. Desafortunadamente, ella ha llegado a sufrir violencia verbal en espacios públicos en momentos en los que se ha quedado sola, por lo que esto ya no es una opción para ella.
El gobierno de la ciudad realiza esfuerzos por salvaguardar el bienestar de la población con discapacidad, como asegurar que haya lugares de estacionamiento en la calle reservados para estas personas y que haya rampas para quienes ocupen sillas de ruedas.
Sin embargo, al recorrer la ciudad a pie, es evidente que hay muchas banquetas que están levantadas y otras que son muy pequeñas, imposibilitando el desplazamiento de alguien con silla de ruedas por estas, y posiblemente dificultando la movilidad para los demás peatones con otras discapacidades, como para algunas personas con discapacidad visual que necesitan caminar con alguien que les ayude a guiarse.
Martha nos cuenta que principalmente, recorre la zona del centro de la ciudad, y uno de los principales problemas que atraviesa al hacer esto, es que su silla de ruedas se atora en el adoquín de las calles empedradas. También comenta que hay muchas rampas mal hechas, pues a veces no dejan el espacio para pasar en la silla de ruedas, y esto provoca que se vaya de lado. Generalmente esto se presenta en las entradas a los estacionamientos de las casas.
Margarita Olvera, que cuenta con discapacidad visual, también comenta sobre las complicaciones que tiene al ser peatón en Querétaro. Menciona que uno de los principales obstáculos al recorrer la ciudad como persona ciega, son los postes y letreros de tiendas que hay en las banquetas, pues el bastón que usa no llega a esa altura. De igual manera, dificultan la movilidad los botes de basura y coladeras abiertas.
Tanto Lupita como Margarita coinciden en que los obstáculos en las banquetas son un gran problema para ellas también.
De acuerdo al municipio de Querétaro, Luis Nava, Presidente Municipal de Querétaro, anunció en una reunión en el 2021 con el Consejo Temático de Atención e Inclusión a Personas con Discapacidad, que una de sus metas era eliminar los obstáculos que hay en la vía pública para que quienes tengan alguna discapacidad puedan moverse más fácilmente.
No obstante, gracias a los testimonios de personas con discapacidad, es evidente que aún después de un año de esta declaración, siguen existiendo estos inconvenientes. De hecho, según el Índice de Movilidad Urbana del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) de 2019, Querétaro es la peor ciudad del país en cuanto a la accesibilidad y funcionamiento de la infraestructura urbana, ocupando el puesto número 20 de las ciudades analizadas.
Es por esto que es necesario darnos a la tarea de escuchar a esta población para poder identificar sus necesidades y las áreas de oportunidad de la infraestructura de la ciudad, pues esta es una situación que ellos viven día a día. Para que verdaderamente haya equidad entre los ciudadanos, es necesario que se escuchen las voces de todos y se tomen en cuenta sus necesidades y no sólo las de ciertos grupos, pues todos tenemos el mismo derecho a vivir en condiciones dignas.
Es aquí cuando entran en juego las asociaciones y grupos activistas de los derechos de esta población, como el Movimiento de Personas con Discapacidad Querétaro, anteriormente mencionado. Gerardo Muñoz, aliado de las personas con discapacidad, se dedica a adaptar espacios para volverlos más accesibles, y es el enlace estatal de Querétaro de este movimiento.
Este movimiento inició con activistas con discapacidad motriz en la Ciudad de México, pero poco a poco se ha ido expandiendo hasta llegar a diversos estados de la República. Ahora también integra a personas con distintos tipos de discapacidades. Su propósito inicial era dar visibilización a este tema al crear eventos como caminatas, pero Gerardo indica que el movimiento lleva tiempo redactando escritos para lograr un cambio oficial en las políticas públicas cuando sean enviados a las autoridades, y así volver más accesible la ciudad. Actualmente existen ya ciertas recomendaciones en la ley, pero realmente no son medidas obligatorias para las empresas y negocios, por lo que no se están satisfaciendo las necesidades de la población con discapacidad.
El señor Martínez señala que actualmente, ya se están escuchando más los temas de visibilidad e inclusión. Cada vez se vuelve más público el hecho de que varias de las rampas están mal construidas, al igual que las obras. Muchas veces no son planeadas adecuadamente, por lo que tienen fallas después de cierto tiempo. El gobierno las intenta arreglar, pero lo único que sucede es que se parchan los errores, pero no se corrigen, por lo que el problema persiste.
Lupita afirma: “Si dijera, quiero cambiar algo que lo resuelva todo, cambiaría la gente, y eso no se puede”. Es por esto que es necesario que las voces de todos y no solo de unos cuantos se hagan escuchar y lleguen a quienes tienen el poder de cambiar las cosas.
En cuanto a la infraestructura, ella menciona que un buen inicio sería atender las normas básicas de accesibilidad e inclusión, que en realidad ya están implantadas en lo legal y no sería nada nuevo; solo hace falta hacerlas cumplir. También, rediseñar ciertas calles en las que “o caben coches o caben peatones, se tiene que decidir a quién le das prioridad”. Igualmente, eliminar los postes, letreros y toldos a mitad de las banquetas, que se convierten en obstáculos peligrosos para personas ciegas como ella y como Margarita.
Margarita añade que los cruces peatonales no son seguros para ella, pues no todos tienen semáforos parlantes y el tiempo de cruce es muy poco en la mayoría de ellos, lo que la hace tener que correr. Por esto, ella afirma que no son confiables.
Sin embargo, nos cuenta que se le ha hecho útil la guía podotáctil que ahora hay al bajar en algunas paradas del camión, ya que este es un servicio de transporte que usa mucho. Anteriormente y en los lugares en donde no hay estas líneas, se le ha dificultado mucho y ha sido inseguro para ella bajar, pues los carros pasan rápidamente de ambos lados.
Margarita coincide con Lupita en que el cambio comienza con lo legal, pues ella afirma que si cambiaría algo, sería imponer sanciones a negocios y a todo aquel que obstruya el paso en las banquetas.
Gerardo Muñoz afirma que “es necesario asegurar la inclusión de las personas con discapacidad en todos los ámbitos, desde el familiar, hasta el deportivo y el médico, entre otros”. Una vez logrado esto, se quitará la etiqueta de inclusión y simplemente se verá como tener un lugar para todas las personas. “Es momento de que nos adaptemos los demás, porque siempre se adapta a nosotros”, comenta.
Aunando al tema, Martha expresa que la accesibilidad es un tema especialmente difícil para quienes no cuentan con suficientes recursos económicos, y cuenta que ha perdido algunas oportunidades debido a esto. Por ejemplo, la ocasión en su juventud en la que comenzó a ir a clases de guitarra, pero tuvo que darse de baja debido a que movieron las clases al segundo piso y no había elevador ni rampa. “Si traes a alguien que te ayude, puedes continuar”, le dijeron, pero ella no considera justo que tengan menos oportunidades quienes no tienen la posibilidad de contratar a un cuidador personal. “¿Por qué ellos sí tienen el derecho y yo no?”, se pregunta.
En el tema de oportunidades, Martha también menciona que quienes tienen algún tipo de discapacidad suelen ser menos contratados para ciertos empleos que quienes no tienen ninguna. Aunque la infraestructura de ciertas oficinas y lugares de trabajo no son muy accesibles, también existe la posibilidad de home office para muchos puestos, tal como lo vimos en la pandemia de COVID-19. Muchas veces, se da que las empresas contratan a las personas con discapacidad en puestos de recepcionista o similares, en lugar de otros para los cuales están capacitados, simplemente por el hecho de que “no creen que puedan hacerlo”.
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Esto sería considerado capacitismo, según lo que dice Gerardo Muñoz. “La sociedad cree que solo pueden hacer poquitas cosas quienes viven con una discapacidad”. Esto es un problema de actitud de la sociedad. Una vez abordado desde esta perspectiva, se podría empezar a abordar desde la infraestructura. “Para esto, se requieren diseñadores que trabajen desde la perspectiva del usuario, y así lograríamos tener una accesibilidad básica”, comenta.
Gerardo indica que se necesitan más arquitectos e ingenieros que se dediquen a esto. Sin embargo, poco a poco se va haciendo más visible este tema y más personas van eligiendo este camino. Como Martha, que actualmente está cursando la especialidad en accesibilidad universal.
Margarita opina que los cambios físicos a la ciudad para asegurar la accesibilidad pueden empezar con la instalación de rampas en cada esquina, marcar cruces y mejorar la señalética; ya sea implementando tecnología como códigos QR y sensores, o de forma táctil, con textos, o con pictogramas para quienes no sepan leer. De igual manera, legislar estas medidas, pues actualmente, las leyes son ambiguas en este tema. Lupita y Martha coinciden en estos cambios.
Entonces, podemos ver que aunque ya se están haciendo esfuerzos por volver la ciudad más accesible y generar conciencia en cuanto a este tema a la sociedad, aún hay un gran camino por recorrer. Es necesario que quienes están en puestos de autoridad tomen acción, y que el resto de la sociedad escuche a las personas con discapacidad para así entender sus necesidades y evitar violentar sus derechos con sus acciones.
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Este reportaje fue realizado en el marco del Bloque de Producción periodística convergente del Tec de Monterrey Campus Querétaro, del cual ZonaDocs fungió como socio formador.