Jalisco es uno de los ocho estados que concentran el 56% de los casos de desaparición de mujeres, jóvenes y niñas en México y el cuarto lugar nacional con mil 232 casos, así lo develó el Diagnóstico de mujeres desaparecidas, elaborado por el Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia (IMDHD).
La investigación que recuperó información documental, estadística, testimonial y hemerográfica de fuentes oficiales, sociedad civil y familiares de las víctimas, deja en evidencia que la desaparición de mujeres en México oculta la comisión de otras violencias y delitos por razón de género.
Por Dalia Souza / @Dalia Souzal
Fotografía de portada Christian Cantero / @christiancantero
“La desaparición de mujeres y niñas en México es una expresión de la violencia feminicida y tiene graves repercusiones para la sociedad”, aseguró María de la Luz Estrada, Directora del Observatorio Ciudadano Nacional de los Feminicidios en México (OCNF) durante la presentación del Diagnóstico de mujeres desaparecidas del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia (IMDHD).
Y es que en país donde la cifra de personas desaparecidas asciende a más de 100 mil, las mujeres, jóvenes y niñas representan el 24.7% de los casos, así lo revelaron las defensoras y especialistas.
De acuerdo con el documento, Puebla, Veracruz, Guerrero, Nuevo león, Ciudad de México, Estado de México, Colima y Jalisco concentran el 56.13% de las desapariciones en el país, estas entidades, además, algunas mantienen activas alertas de violencia de género, lo que advierte una relación entre la comisión de esta grave violación a los derechos humanos y el ocultamiento de otros delitos como el feminicidio, la trata de personas, el secuestro, el reclutamiento y la utilización de niñas y la violencia sexual.
“Vemos cómo claramente un caso que empieza como una desaparición termina como feminicidio y cómo las autoridades tienen comportamientos, en cuanto a la investigación, que no cumplen para llegar con los responsables. Se cierra la de desaparición y se abre por feminicidio, sin investigar qué fue lo que vivió esta mujer o niña durante su desaparición” afirmó Silvia Chica, Directora Ejecutiva del IMDHD.
Y es que, a diferencia de los feminicidios, “la desaparición de niñas y mujeres en México es un problema que no está siendo visibilizado” puntualizó Chica. A ello se suma que la problemática de la desaparición de mujeres, jóvenes y niñas “ocurre de manera persistente en contextos particulares, donde la vulnerabilidad aumenta ligada a la presencia del crimen organizado”, así como a su control territorial.
La investigación se concentró en analizar los fenómenos de desaparición y trata de niñas, adolescentes y mujeres, así como feminicidios entre 2018 y 2020 en estas ocho entidades; para ello, recuperó información documental, estadística, testimonial y hemerográfica de fuentes oficiales, sociedad civil y familiares de las víctimas. Puntualmente, analizó a profundidad las base de datos pública del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO), aunque advirtieron que este registro no incluye información que permita acercarse a conocer el perfil de las víctimas en términos de escolaridad, ocupación, antecedentes de violencia, estado civil u otro tipo de variables que “puedan dar cuenta de cómo se presenta la desaparición”, incluso, carecen de perspectiva de género.
Para las investigadoras es fundamental que se reconozca el entorno de prejuicios, estigmas y estereotipos que revictimizan a las familias de mujeres, jóvenes y niñas desaparecidas, esta realidad se suma al “riesgo que implica para los familiares, que generalmente son mujeres, dedicarse a la búsqueda y exigir a las autoridades el debido proceso, así como el respeto y las garantías para acceder a sus derechos a la verdad, la justicia y la reparación” precisa el documento.
En su revisión del registro histórico, identificaron que, de 1964 al 31 de diciembre de 2021, cinco alcaldías y 49 municipios del país reportan 10 mil 339 casos de desaparición de mujeres, jóvenes y niñas, lo que representa el 41.4% de las desapariciones de este grupo poblacional en todo el país.
Reynosa (560), Tamaulipas; Guadalajara (550), Jalisco; Matamoros y Nuevo Laredo también en Tamaulipas son los municipios que contabilizan más de 500 casos de desaparición de mujeres, jóvenes y niñas. Dicha concentración de la problemática en grandes ciudades -de ciertos estados-, advierte la investigación, es un indicativo de la necesidad de actuar urgentemente dentro de estos focos rojos.
Entre otros hallazgos, este estudio identifica que de los 15 a los 19 años, las mujeres, jóvenes y niñas son más vulnerables a ser víctimas de una desaparición, ya que, en cada uno de los ocho estados que fue analizado, este rango de edad se repite “siendo el doble o incluso en triple de los que le siguen” enfatiza el documento.
Así mismo, informaron que la tendencia de los casos desde el año 2000 a la fecha ha ido en ascenso; ya en 2011 se contabilizaban más de mil casos anuales, sin embargo, a partir de 2020 la cifra anual alcanzó más de 2 mil, teniendo su pico más alto en 2021 con 2 mil 729 desapariciones de niñas y mujeres desaparecidas y no localizadas.
De acuerdo con el IMDHD, si bien, cada estado y municipio identificado en el estudio presentan características y complejidades propias de su contexto territorial, socioeconómico y político, los ocho estados tienen algunas características compartidas, entre las que destacan:
- El subregistro de casos de feminicidios al tipificarlos como homicidio doloso de mujeres para maquillar la estadística.
- El silencio que permea en los casos de trata de niñas, adolescentes y mujeres por las situaciones de amenaza y riesgos.
- La dilación en los procesos de búsqueda las mujeres, adolescentes y niñas desaparecidas. Reflejadas en la emisión de las fichas de búsqueda, solicitudes de sábanas de llamadas y geolocalizaciones, incluso, sobre las órdenes de cateo para realizar acciones de campo específicas que lleven a la localización del paradero de las mujeres.
- Las instituciones no aplican estándares internacionales en la investigación de los casos.
- No hay acciones urgentes en la prevención de la violencia contra las mujeres, ni grandes apuestas para modificar la violencia estructural.
- Los medios de comunicación reproducen la violencia simbólica en el lenguaje, lo que perpetua los estereotipos y la criminalización de las víctimas y familias. Esto es evidente en cómo comunican los hechos delictivos contra las mujeres.
- Los discursos políticos de combate a la violencia feminicida no se han traducido en el aumento de presupuestos y recursos necesarios para el fortalecimiento de las instituciones que deben prevenir, atender, sancionar y erradicar estos delitos.
- No se identifican acciones conjuntas entre autoridades, familiares de víctimas, personas expertas y organizaciones para plantear estrategias que prevengan la violencia y reduzcan la incidencia delictiva modificando las causas estructurales.
Jalisco
Jalisco, además de ser una de las ocho entidades que concentran en el país el 56% de las desapariciones, es la primera a nivel nacional con mayor incidencia del delito y la cuarta en el caso de mujeres jóvenes y niñas desaparecidas.
El diagnóstico del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia (IMDHD), precisa que con mil 232 casos, una de cada 10 desapariciones en el estado se cometen en contra de este grupo poblacional.
Respecto a la relación entre desapariciones de mujeres, jóvenes y niñas y feminicidios, identifican como un foco rojo en la entidad la Región Centro, comprendida por los municipios de: Acatlán de Juárez, Cuquío, El Salto, Guadalajara, Ixtlahuacán de los Membrillos, Ixtlahuacán del Río, Juanacatlán, San Cristóbal de la Barranca; Tlajomulco de Zúñiga; Tlaquepaque; Tonalá, Villa Corona, Zapopan y Zapotlanejo.
En ese sentido, el diagnóstico devela que el 38.49% de los casos (3 mil 098) se concentran en Zapopan y Guadalajara, les siguen Tlajomulco de Zúñiga (840 casos) y Tlaquepaque (720) como el tercer y cuarto lugar. En quinto lugar está Tonalá con 385 casos; El Salto en sexto con 350; Puerto Vallarta en séptimo con 333; Lagos de Moreno en octavo con 257; Tepatitlán de Morelos con 208 en noveno lugar; y Tala en décimo con 186.
Aunado a lo anterior, los municipios que concentran los primeros dos lugares de la lista con mayor número de desapariciones de mujeres, jóvenes y niñas, también encabezan la lista en los delitos de alto impacto como el secuestro, la extorsión, el feminicidio, la violación y todos los tipos de robo.
Preocupa a las investigadoras que, pese a que se registró una disminución en el número de hombres desaparecidos en el 2020, respecto al año anterior 2019, en el caso de mujeres desaparecidas se documentó un incremento, experimentando así su registro más alto en la historia: 245, lo que representa un alza del 4%.
Resulta relevante para las autoras destacar que este aumento surgió en un contexto de pandemia, evidenciando que “la captación de víctimas para la trata de personas no disminuyó” como advirtió en su momento la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, sólo “se ajustó el modelo de negocios a la nueva normalidad”. De tal manera que ahora las redes de tratantes, haciendo un “uso indebido de las nuevas tecnologías”, captan a sus víctimas mediante redes sociales, engañando a las personas con ofertas de trabajo o con relaciones de amistad o enamoramiento.
Al igual que la tendencia nacional, en Jalisco “ser joven y ser menor de edad es un motivo de preocupación” afirma el diagnóstico, ya que las principales víctimas de desaparición en el estado son adolescentes y mujeres jóvenes de entre 15 y 19 años.
“La diferencia tan notoria en relación con el género plantea la posibilidad de la trata de personas con fines de explotación sexual como la principal explicación de la marcada disparidad de género en el número de desapariciones por rango de edad” explica el documento al advertir que, en el caso de los hombres, quienes son mayormente víctimas se encuentran entre 20 y 39 años, con un importante incremento del 11% entre los 20 y los 24.
Estas edades coinciden con las estimaciones de la Organización Internacional de las Migraciones, quienes reconocen que las víctimas directas o potenciales de trata suelen ser mujeres de entre 18 y 25 años. Aunque son claras en señalar que “existen también evidencias de la creciente utilización de niños y niñas cada vez más pequeños con fines de explotación sexual, pornografía y trabajos forzados”.
En este punto hacen un énfasis para reconocer que no sólo las mujeres cisgénero son proclives a ser víctimas de una desaparición y recuperando los casos de Kenia Duarte y Karla García, desaparecidas el 18 de septiembre de 2020 en Zapopan, precisan que las mujeres trans en la entidad también están en peligro.
Lamentablemente, Jalisco también ocupa uno de los primeros lugares como la entidad con mayor número de presuntos delitos de feminicidio en el país. Hasta 2020, era la sexta entidad nacional con 66 casos, lo que representa el 7.02% de los 940 casos nacionales registrados.
Zapopan, Guadalajara, Tlajomulco de Zúñiga, San Pedro Tlaquepaque, Tonalá y El Salto son los municipios del estado que aparecían hasta 2020 entre los primeros 100 con más presuntos delitos de feminicidio registrados en el país.
En cuanto a homicidios dolosos, el estado también se encontraba en el lugar número seis con 198 presuntas víctimas mujeres de homicidios dolosos. La sumatoria de casos, “tomando en cuenta que los homicidios dolosos de mujeres podrían ser errores en la tipificación del delito de feminicidio”, revela el informe, podría alcanzar una cifra de 264 mujeres asesinadas en Jalisco durante 2020, por razones de género.
En cuanto a otros delitos relacionados con la desaparición, cinco fueron los casos documentados de presuntas víctimas de secuestro en la entidad durante 2020, posicionando a Jalisco en el décimo cuarto lugar nacional. Mientras tanto, en el delito de trata, el Sistema Nacional de Seguridad Pública registró 11 casos, lo que hace a Jalisco el décimo segundo estado con mayor número de víctimas de trata en el país.
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“La violencia feminicida contra las mujeres, jóvenes y niñas en México es una pandemia, que requiere acciones contundentes por parte del Estado. Si bien, existen vacíos de información y sistematización de los datos sobre los feminicidios y las desapariciones de mujeres y niñas, la información que logramos obtener nos ofrece un panorama alarmante” expresó María de la Luz Estrada, Directora del Observatorio Ciudadano Nacional de los Feminicidios en México (OCNF) en la presentación de los resultados.
Por lo que, desde el IMDHD llamaron a la federación y cada estado y municipio con mayores índices de feminicidio o desaparición de niñas, adolescentes y mujeres a emprender acciones que visibilicen la problemática y lleven a la implementación urgentemente de “una política focalizada” con los siguientes componentes:
- Focalizar acciones prioritarias, con planes estratégicos de prevención, investigación y búsqueda.
- Apropiar recursos específicos para la implementación de política pública desde el nivel federal y estatal.
- Actualizar las alertas de violencia de género contra las mujeres vigentes con el diagnóstico de la problemática de desaparición de niñas y mujeres en cada estado, reconociéndola como violencia feminicida.
- Diseñar estrategias especiales para la prevención de la desaparición de mujeres que se encuentran entre los quince y diecinueve años.
- Garantizar que exista un seguimiento y atención continua a las carpetas de investigación de estos casos, con énfasis especial en reactivar aquellos de larga data, y en responder de manera inmediata y en cumplimiento de los estándares y protocolos nacionales e internacionales sobre los nuevos casos.
- Garantizar que existan planes y diligencias de búsqueda que incorporen todos los casos y que tengan una vinculación de los mismos de acuerdo al análisis del contexto.
- Fortalecer, al interior de las áreas de análisis de contexto de fiscalías y comisiones de búsqueda, la aplicación del enfoque de género y el desarrollo de estudios particulares sobre la desaparición de mujeres y niñas en los estados.
- Lograr sentencias que condenen a los máximos responsables de la desaparición forzada de niñas y mujeres en los estados.
- Sancionar a las y los funcionarios que incurran en prácticas de violencia institucional contra familiares de personas desaparecidas, incluyendo el uso de estereotipos y prejuicios basados en género.
En el Diagnóstico de mujeres desaparecidas podrás encontrar, además de Jalisco, el análisis que el IMDHD realizó a los otros siete estados de la república con mayor número de casos de mujeres y niñas desaparecidas: Puebla, Veracruz, Guerrero, Nuevo león, Ciudad de México, Estado de México y Colima. Descárgalo en este enlace: IMDHD-DiagnosticoMujeres_2022_Digital-baja.pdf