La búsqueda de los desaparecidos: llamado y límite al aprovechamiento desde el poder

Manos Libres

Por Francisco Macías Medina / @pacommedina

El 14 de septiembre, las familias del Colectivo “Por Amor a Ellxs”, manifestaron su preocupación por las búsquedas y exhumaciones realizadas por un colectivo de madres de otro estado, debido a que se sacaron cuerpos sin el debido acompañamiento de peritos especializados.

Consideraron que se contaminaba la escena, se “rompía la trazabilidad” y dificultaba la posible identificación de los cuerpos por parte de las familias.

Hicieron un llamado a los medios de comunicación para realizar coberturas que respeten la dignidad de los cuerpos, con ética, respeto y de forma cuidadosa.

Por su parte, las “Madres Buscadoras de Sonora”, señalaron que existía más preocupación por la aplicación de un protocolo que por buscar en campo a las personas desaparecidas y exigir a las autoridades que cumplan con su función. Reiteraron que su compromiso era con las familias de las víctimas. Por cierto, en la búsqueda habían encontrado 20 bolsas con restos humanos, sin el acompañamiento de las autoridades.

El propio Enrique Alfaro Ramírez, gobernador del Estado de Jalisco, exhortó a los colectivos de buscadoras a “no ir por la libre y hacer las cosas de manera correcta”, pues “Se está violando la ley, y un problema tan duro, no se puede enfrentar de esa manera” (Sin Embargo).

En lo sucedido existen varios aspectos que son importantes de analizar: Lo primero es recordar que Jalisco es el primer lugar nacional con más de 15 mil reportes de personas desaparecidas, por lo que el campo en el que se encuentra la discusión se encuentra condicionado por una exigencia constante y urgente de justicia, no de procedimientos o instituciones que se encuentran distantes en el aporte de las soluciones.

Pareciera que en los hechos hay una disputa por el significado de una justicia que responda a la realidad, desde los colectivos claramente existen dos posiciones: una que parte de la cadena de omisiones y obstáculos por parte de las autoridades de procuración de justicia y de identificación forense que impiden llegar a la verdad. Ante ello, se toma una justicia que proviene de nuestro propio sentido humano para tomarla, convertirla en algo concreto que son las búsquedas y que al mismo tiempo sea útil para llamar al Estado a cumplir y a la sociedad a la solidaridad.

La forma y dinámica en que se realizan las búsquedas distan mucho de encontrarse apegados a patrones normalizados, muchos menos institucionalizados en el que debería de existir una autoridad cuyo ser sea la búsqueda, la justicia y la compasión.

¿De qué forma correcta habla el Gobernador?, ¿de la que arrojan decenas de casos en las que no existen investigaciones profundas, complejas y de contexto que lleven a la responsabilidad de sujetos concretos?, o acaso ¿se referirá a la acumulación de cuerpos y fragmentos de ellos en el Instituto de Ciencias Forenses sin procesar?

Cuidado con este tipo de expresiones o de citar a la ley, porque en la realidad se constituyen como obstáculos o instrumentos para evitar lo que debería ser y no lo es por las dinámicas que lo impiden.

El llamamiento para cumplir con los protocolos, la interpreto como como otro tipo de justicia. Aquella que busca preservar para el futuro la evidencia, autolimitar el propio quehacer de la búsqueda para que sea comprensivo con aquellas personas cuyo último recurso es ver una imagen o una cobertura periodística.

Hablamos entonces de otros componentes, incluso para ser dialogados entre las propias organizaciones, porque a final de cuentas ellas están construyendo la nueva justicia y verdad que debe de surgir de todo esto.

Ambas tienen parte de la verdad. No veamos en el suceso una oportunidad para asemejarlas a los desgastados actores políticos, sino de seres humanos que reflejan las situaciones límite en la que nos encontramos, mujeres a las cuales les debemos consuelo y solidaridad como comunidad.

No olvidemos que mientras se llevaba este debate público, se encubrieron claras violaciones a los derechos humanos por parte de la interina Comisión Estatal de Búsqueda, ¿En eso no se pronunciará el Gobierno de Jalisco?, ¿se realizarán coberturas noticiosas con la voz del actor omisivo?, ¿Alguna tímida medida de la Comisión Estatal de Derechos Humanos?

Nos queda por aprender a mirar los conflictos desde una mira de co-construirlos al identificar sus narrativas del hoy y del mañana. Del hoy, para exigir que exista una garantía real de parte de los actore obligados para la realización de las búsquedas con el más alto estándar y con respeto a la organización y voz de las colectivas.

Del mañana, porque al mismo tiempo se tiene que ir construyendo ejemplos y buenas prácticas con actores comprometidos que empujen y cambien la dinámica omisiva.

También es imprescindible diferenciar el debate de los que sólo buscan un aprovechamiento mediático sin modificar un ápice la realidad de opresión.

Eso si es un problema y además mantiene la indignidad.

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Francisco Macías Migrante de experiencias, observador de barrio, reflexiono temas de derechos humanos.

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