Maroma
Por Dra. Perla Yvette Estrada González / Escritora invitada en Maroma
A través del tiempo y en distintas etapas siempre se ha procurado cuidar y salvaguardar las infancias, algunas de las propuestas que se han desarrollado y en las que se ha enfatizado son: la alimentación, la salud, la familia, el cuidado prenatal, la escuela, el juego, la música, el arte, la salud física, el deporte, y últimamente la salud mental y socioemocional, desde varios escenarios políticos, educativos, y sociales se han manifestado, algunos a favor y otros en contra, sin embargo, habrá que reconocer que cada una de estas propuestas gira en torno a los saberes y conocimientos que cada cual maneja y desde esa postura abordan lo que se puede, probablemente es por ello se han manejado estas propuestas como hechos aislados y no transversales.
El infante, es un ser integral, único, completo, estructurado desde el alma, el cuerpo y el espíritu, no puede ser atendido desde una visión sin contemplar otras, es decir, no se puede cuidar solo lo físico, lo emocional o lo espiritual, se tiene que pensar y visualizar una alternativa posible, que permita salvaguardar nuestras infancias desde su integralidad, de manera completa y profunda, sobre todo con la importancia y la premura que merecen.
La infancia, es la etapa más importantes de todo ser humano, en ella, se tiene la oportunidad única de formar y educar desde el corazón y la mente, para lograr construir a los y las ciudadanas del futuro, sin embargo, miles de infancias en todo el mundo se ven interrumpidas, precisamente por no cuidar, ni salvaguardar ese tesoro invaluable que es la niñez y creer que posteriormente en otras etapas se podrá recuperar, lamentablemente no habrá mas tiempo, se sabe que lo que los niños aprenden bueno o malo de los 0 a los 6 años es lo que define su carácter, y su vida, poco o nada podrá hacerse después.
Por ello, es importante asumir la responsabilidad y el compromiso con cada infante en cualquier escenario para poder actuar en el bienestar de las infancias, dejar de ver a los niños desde lo individual y comenzar a verlos desde lo colectivo, como sujetos fundamentales de nuestra sociedad y con los que debemos estar más comprometidos, si pensamos en cada uno de ellos como sujetos potenciables todo puede cambiar lo más importante, nuestra sociedad.
A los infantes habrá que potenciarlos desde su interior desde su alma, si se encuentra estable y fortalecido no habrá nada, ni nadie, que pueda lastimarlo después, si un niño se siente amado, valorado y se sabe prioridad, si entiende que ha sido creado y diseñado con planes y propósitos y que está constituido con dones y talentos para esta vida, se sabrá único y potenciable, comprenderá desde muy temprana edad que su vida es valiosa y tiene sentido y que es indispensable en este mundo.
Si le damos estas herramientas a cada uno de nuestros infantes, estaríamos garantizando no solo su salud mental, física, emocional, personal, sino un plan y proyecto de vida por el cual valdrá la pena luchar día a día y sabrán que cualquier adversidad o circunstancia será solo una prueba más que afirmará su confianza y seguridad, primero en él mismo y luego en los demás, además, se podrá asumir como agente de cambio y podrá compartir este conocimiento y convicción de vida con otros, con sus iguales y con los adultos, que valioso sería que ahora los grandes, los expertos, escucharán y aprendieran de los pequeños.
Los infantes tienen tanto que decir desde su identidad, su realidad y su experiencia, es momento de potenciarlos y visualizarlos como verdaderos agentes de cambio capaces, de construir otras realidades y otros mundos posibles. Potenciándolos como sujetos desde las infancias.
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Muy bonito la verdad nuestros niños son un pilar fundamental