Pesimismo Esperanzador
Por Jorge Rocha, académico del ITESO / @JorgeRochaQ
La alianza legislativa de Va por México, compuesta por los partidos Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD), entró en pausa, ya que el Tricolor decidió apoyar la apuesta militarista del partido del presidente López Obrador (Morena) en el Congreso de la Unión. Finalmente parece que los amagos judiciales del poder ejecutivo al presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno (Alito) funcionaron y el ex -gobernador del estado de Campeche decidió plegarse a los postulados de Morena.
Esta “pausa” pone en tela de juicio las alianzas electorales de cara a las elecciones en el Estado de México el año que entra y la posibilidad de una coalición en los comicios presidenciales del año 2024. Frente a este escenario electoral reaccionó una parte del sector empresarial que no concordó con esta acción, ya que desde hace años apostaron a que esta alianza podía descarrilar a la locomotora electoral que al día de hoy es Morena.
Por supuesto que las conjeturas aparecieron de inmediato, algunos señalaron que era el momento de que Movimiento Ciudadano se incorporará a esta alianza, otros señalaron que los priistas resentidos se irían al partido naranja para apoyar una eventual candidatura de Luis Donaldo Colosio, otros más dijeron que esto dejaba la mesa puesta para ver a Ricardo Monreal competir por una eventual alianza PAN-PRD; y otros señalaron que con el apoyo del empresariado anti – lopezobradorista, MC podría convertirse en segunda fuerza electoral en el país. La “futurología” política se multiplicó al por mayor y se trazaron innumerables posibilidades de escenarios fruto de este desencuentro.
Por supuesto que las preguntas que están en el aire son ¿la alianza ya se fracturó de tal manera que no podrá continuar? ¿se construirá otra alianza electoral en contra de Morena? Hoy se plantean muchas hipótesis al respecto, pero ya sea que suceda una cosa u otra, lo que es un hecho es que el tiempo que dure la constitución de una nueva alianza o la reconfiguración de ésta, es tiempo perdido muy valioso que disminuye las posibilidades de triunfo de un eventual esfuerzo de este tipo. Es cierto que hoy ninguna encuesta pre-electoral le concedía a la oposición un triunfo en el año 2024 aún y cuando todas las fuerzas políticas opositoras a Morena se juntaran en una sola candidatura. A lo más, se ha señalado que aumentaba la competitividad. Quizá en un escenario de esta naturaleza, los políticos de cada partido ven mejores posibilidades de administrar la derrota compitiendo cada quien por su cuenta.
Ahora bien, con este suceso quién gana y quien pierde. Desde mi particular punto de vista el mayor ganador es el eventual candidato o candidata de Morena, que tendrá enfrente una oposición cada vez más desdibujada de cara a las elecciones presidenciales del año 2024. Gana López Obrador porque rompe la alianza legislativa que le impedía aprobar reformas a la Constitución de nuestro país. Gana “Alito” Moreno porque a decir de muchos de sus acérrimos críticos, logra impunidad de las acusaciones que se le hacen. Gana Movimiento Ciudadano, ya que de una u otra forma puede crecer su presencia a nivel nacional, al convertirse en la “otra” oposición que no tiene estas crisis internas y que puede ser el partido depositario del voto decepcionado de Va por México.
Por otro lado, pierden los empresarios que impulsaron esta iniciativa y que confiaron que esta alianza perduraría hasta el año 2024. Pierde el PAN que se queda sin su mejor aliado electoral y que incluso puede poner en entredicho la gobernabilidad de algunos estados que fueron ganados en esta alianza. Pierde el PRD que mira como sus posibilidades de mantenerse como partido nacional se agotan cada vez más. Pierden las bancadas de estos partidos en las Cámaras de Diputados y Senadores, que irán sólo en las votaciones y esto los condena a perder sistemáticamente cualquier tipo de iniciativa, salvo aquellas donde se sumen a Morena y sus aliados.
PostData. Hablando de acercamientos políticos, parece que la relación entre López Obrador y Enrique Alfaro va “miel sobre hojuelas”. Se les vio muy sonrientes a los dos mandatarios, a propósito del reinicio de las obras de la presa del Zapotillo y de la apertura de nuevos cuarteles de la Guardia Nacional, si esta relación deja saldos positivos para el estado de Jalisco, adelante con el acercamiento.
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