Oxímoron
Por Andy Hernández Camacho coordinadora de La Mamá Cósmica
@andybrauni/@lamamacosmica
Hace unos días celebramos la llegada de mi hijo a este plano terrenal y yo por mi parte 3 años de comenzar la aventura de maternar. Recuerdo que cuando me enteré de que estaba embarazada, el ultrasonido indicaba 12 semanas ya… Muchos eran los pensamientos y emociones que me pasaban por la cabeza, aunque hoy puedo decir que estaba muy lejos de saber lo que realmente experimentaría en la maternidad, todo ha resultado ser inmensamente más intenso, transformador, mágico y sí agobiante de lo que jamás pude imaginar.
Conforme recorro el camino de mi maternidad me he enfrentado a una parte de mi nueva realidad que me dejó bastante sorprendida porque no estaba habituada a ello, y es que de repente todas mis acciones y decisiones se convirtieron en objeto de comentarios, consejos y críticas a veces disfrazadas de opiniones, pero ¿de quiénes? pues la respuesta es absolutamente de toda persona que sintiera el deseo de hacerlo…
Me preguntaba que tenía la maternidad, la crianza, ejercer cuidados, que de repente le había dado al mundo entero el derecho de inmiscuirse (de una u otra manera) en muchas de mis decisiones, había pasado por muchas etapas en mi vida hasta entonces y aunque las “opiniones” jamás faltaron, nunca me había ocurrido que personas cercanas y no tan cercanas se pusiera a cuestionar de aquella manera mis elecciones, pero sobre todo el proceso tan complejo de maternar…
Recuerdo que algunos de los primeros comentarios que recibí cuando compartí (a mis ya 12 semanas) que estaba gestando vida fueron: “¡12 semanas! Cómo no te habías dado cuenta”, “en verdad no sentías nada”, “nah seguro estabas en negación”…”TU VIDA YA NO SERÁ LA MISMA”…
Y a partir de ese momento no han parado, he escuchado opiniones, consejos y críticas sobre mi parto, nuestra lactancia, la alimentación complementaria, los pañales desechables, la guardería…en fin…la lista es larga, no está demás decir que la mayoría de estos JAMÁS los pedí.
Debo confesar que en gran medida es esta la razón por la cual me cuesta pertenecer a grupos de madres en la escuela, grupos, e includo he dejado de seguir páginas en redes sociales sobre temas como alimentación, lactancia, crianza respetuosa (respetuosa con quién!?) etc…También es por lo que me resulta difícil hablar del proceso de crianza de Nicolás y su desarrollo…la mayoría de las veces descubro que entramos al juego de la competencia, el “momsplaining” y la culpabilización de quienes hacemos las cosas de manera distinta a lo aceptado, lo normalizado…para quienes enfrentamos dificultad aún en aquello que nos dicen es “facilísimo” y “no debería ser tan complejo”, “se hace así y así…listo”…
La realidad y siendo muy honesta no me interesa que una conversación que puede ser tan interesante si se aborda la maternidad misma y su complejidad, se reduzca a cómo dar de comer, dejar el pañal o manejar los berrinches. Y ojo aquí no es que me parezca mal, mucho menos quiero decir que no sean necesarios también. No va por ahí. Sin embargo, preferiría hablar de nosotras, nuestras emociones y cómo vivimos la experiencia materna.
Afortunadamente he encontrado espacios seguros para compartir en libertad y sobre todo donde he descubierto que todos mis miedos, mis inseguridades, mis tristezas y mis culpas no son sólo mías.
Y es precisamente en estos espacios de tribu que he aprendido a comprender que cada comentario, opinión e incluso crítica se conciben a partir de una diversidad de experiencias y contextos, pero sobre todo que en su mayoría tienen las mejores intenciones e incluso cariño detrás.
Y con todo esto, a veces me sigo cuestionando ¿por qué existe esa tendencia a hacer comentarios desempoderantes hacia las madres primerizas o no que ya de por sí nos encontramos llenas de miedos e inseguridades? Cómo si necesitáramos más culpas que cargar…
Cuando amigxs, familiares o cualquier persona me pregunta qué es lo mejor que podemos regalar a una madre o cómo se le puede acompañar siempre respondo que lo que más deseamos es tiempo para nosotras, leer un libro, salir a pasear, un café caliente, una cerveza helada…un baño laaaaargo…una siesta…tiempo lejos de la cría con la seguridad de que estará bien…soy consciente de que a veces suena utópico, que no siempre es posible, que tener una tribu (sean familia o amigxs) sigue siendo un privilegio, aún así seguirá siendo mi primer respuesta. Pero si esto no es una opción, simplemente invito a decirle a esa mamá (que como yo está exhausta, con enormes ojeras, un cuerpo diferente, la vida de cabeza y además llena de preocupaciones y culpas), que LO ESTÁ HACIENDO MUY BIEN…
Porque creanme necesitamos escucharlo…nos urgen menos tips de crianza y más empatía, contención y reconocimiento, sí porque la chamba que realizamos sigue siendo invisible…
Mujer: si me estás leyendo y estás maternando, criando, cuidando tengo algo que decirte: ¡LO ESTÁS HACIENDO MARAVILLOSAMENTE BIEN! Eres una guerrera, una valiente, eres hermosa, tu trabajo reproductivo es valioso y es suficiente, tus sentimientos son válidos aun los que parecen oscuros, tus elecciones son siempre las correctas, porque tú mejor que nadie sabes lo que necesita tu bebe, pero también lo que TÚ necesitas…te admiro, te abrazo, te quiero…
Que jamás se nos olvide que ninguna llegó a la maternidad de la misma manera y tampoco la transitamos igual…pero todas necesitamos sentirnos acompañadas.