Pesimismo Esperanzador
Por Jorge Rocha, académico del ITESO / @JorgeRochaQ
Las elecciones del 4 de junio del año 2023 serán la antesala inmediata de la disputa por la presidencia de México y de los comicios por las gubernaturas de estados tan importantes como la Ciudad de México, Jalisco y Guanajuato, donde los padrones electorales son de los más grandes del país.
El próximo año estarán en juego 27 cargos de elección popular, entre los que están la gubernatura del Estado de México, la gubernatura del estado de Coahuila y el Congreso Local de este último estado que está compuesto por 25 legisladores, entre ellos 16 de mayoría relativa y 9 plurinominales. Cabe señalar que estas dos entidades son las únicas del país donde no se ha dado la alternancia política y son las dos gubernaturas que mantiene el Partido Revolucionario Institucional (PRI), junto con Durango con quien el tricolor llegó con la alianza Va por México en los comicios de este año.
En el estado de Coahuila se mantiene la fuerza política del PRI y parece que, de cara al proceso electoral venidero, este partido podría refrendar la gubernatura. En el caso del Estado de México la situación es diferente. Lo primero que tenemos que señalar es que esta entidad cuenta con un padrón electoral de 12 millones de personas, con lo que se convierte en un estado estratégico para la elección presidencial del año 2024. Además, el Estado de México tiene un peso económico clave en el país y por estas razones se convierte en un termómetro clave para el 2024.
Este escenario está muy claro para las fuerzas políticas en México y por ello el partido del presidente, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) ya tiene candidata para la gubernatura: es la Maestra Delfina Gómez Álvarez, actual Secretaria de Educación Pública (SEP), senadora con licencia, ex -presidenta municipal de Texcoco y ex -candidata a la gubernatura al Estado de México, hace seis años, donde perdió la elección frente al actual gobernador Alfredo del Mazo, con un margen de tres puntos porcentuales.
La reciente designación de Delfina Gómez como candidata de Morena al Estado de México era un proceso esperado y tan es así, que muchos veían el paso de la maestra en la SEP como temporal y en función de colocarla en el escenario nacional. Esta candidatura tiene dos efectos inmediatos, el primero es la necesidad del presidente López Obrador de nombrar a un nuevo titular al frente de Educación Pública, con tres grandes retos por delante, el primero es aceitar y alimentar la relación política del gobierno federal con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, que será fundamental para el proceso electoral del año 2024, el segundo es hacer el proceso de cierre de la administración en este sexenio, ya que muy probablemente la persona designada será la o el último secretario de educación del gobierno de López Obrador; y el tercero y más importante para el país, es generar las estrategias adecuadas para resolver el rezago educativo derivado del confinamiento originado por la pandemia del COVID-19, que entre otras cosas, implica que se evalúen las clases que se impartieron desde las principales televisoras del país durante casi un año.
El segundo efecto fue la respuesta de la oposición frente a esta temprana designación. Hace algunos días el presidente nacional del Partido Acción Nacional (PAN) Marko Cortés, afirmó que el diputado local, Enrique Vargas, será el abanderado blanquiazul. Esta noticia no fue bien recibida en varios círculos políticos, ya que consideran que con esta decisión se dinamita la posible alianza opositora en el Estado de México y se pone en entredicho la futura coalición electoral en las elecciones del año 2024.
En este escenario electoral quedan dudas sobre la candidatura que pueda tener el PRI, también sobre la forma cómo Alfredo del Mazo, actual gobernador, jugará en el proceso político, se añaden las incognitas de cómo puede influir en esta elección la posibilidad de que se abra un proceso penal en contra de Enrique Peña Nieto y no sabemos sobre la fuerza electoral que el Partido de la Revolución Democrática (PRD) aún pueda tener en esta entidad. Lo que también parece previsible es que nuevamente Movimiento Ciudadano compita con su propio candidato.
A todo esto, hay que sumar que se mantienen las reglas de paridad, por lo cual los partidos políticos deberán de postular a una mujer y a un hombre para estas gubernaturas, esto significa que Morena puede candidatear a un hombre en el estado de Coahuila y que el PAN deberá proponer a una mujer para esta misma elección. Todavía hace falta mucho por ver en esta película que termina en junio del año que entra.
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