Noche de lluvia en la Ciudad de México y la plancha del Zócalo capitalino se encuentra llena, decenas de miles de personas se dieron cita en ella para escuchar el concierto que de manera gratuita ofreció el cantautor cubano Silvio Rodríguez, ícono de la canción latinoamericana.
Por Isabel Sanginés / @Somoselmedio
Fotografías: Isabel Sanginés / @IsaSangines y Mario Marlo / @Mariomarlo
El concierto fue abierto por la cantante mexicana de folk Vivir Quintana, quien durante media hora hizo vibrar al zócalo con sus letras feministas y cerró su participación con la ya icónica canción Vivir Sin Miedo, que denuncia la cultura de violencia feminicida en contra de las mujeres que se vive en México y reivindica la lucha y la unidad de las mujeres para luchar contra ella.
Pocos minutos después de las 9 de la noche hizo su aparición en el escenario Silvio Rodríguez, junto con los músicos que lo acompañan. Su voz se expande por toda la plancha del zócalo, la multitud que lo escucha vibra. En su repertorio aparecen canciones que ha compuesto a lo largo de ya más de 40 años.
“Sepan que estamos completamente de acuerdo, sensibilizados con esas manifestaciones del pueblo de México”, afirmó Silvio en alusión a la marcha de conmemoración de los 51 años del Halconazo, la masacre de estudiantes perpetrada por el gobierno de Luis Echeverría Álvarez el 10 de junio de 1971, que llegara al zócalo capitalino dos horas antes de iniciar el concierto del cantautor. A tal afirmación siguió un coro de decenas de miles que gritaron “10 de junio no se olvida, es de lucha combativa”.
Una gran ovación se levantó cuando Silvio, ya hacia la parte final del concierto recordó la canción que un día le dedicara a Fidel Castro, El Necio, y que “hoy se la vuelvo a dedicar a Andrés Manuel (López Obrador), y a todos los mexicanos que creen que es posible un futuro mejor”.
De inmediato comenzó a sonar:
“Para no hacer de mi ícono pedazos, para salvarme entre únicos e impares, para cederme lugar en su parnaso, para darme un rinconcito en sus altares. Me vienen a convidar a arrepentirme, me vienen a convidar a que no pierda, me vienen a convidar a indefinirme, me vienen a convidar a tanta mierda… yo me muero como viví”.
En general yo prefiero la música que no tiene un contexto político dentro de la música, la música absoluta..