En el marco del 2º Encuentro Latinoamericano de Educación, Salud y Activismos Menstruales, colectivas, activistas y redes de pedagogas provenientes de Colombia, Costa Rica, Guatemala, Chile, África y México se reunieron este fin de semana en Jalisco para dialogar sobre el potencial de la educación menstrual como una herramienta de resistencia latinoamericana.
Como parte de las actividades, las organizadoras implementaron talleres para niñas y jóvenes habitantes de Tonalá, reconociendo la relevancia del abordaje de estos temas para las comunidades de las periferias, quienes de manera reiterada han sido marginadas por el Estado.
El evento se realizó con motivo del Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres, este 28 y 29 de mayo.
Por Alondra Angel y Luisa Paez
Colectivas Sembradoras, de Jalisco; Princesas Menstruantes – Proyecto Latinoamericano de Educación Menstrual, de Colombia; la Escuela de Educación Menstrual Emancipadas, de Colombia; y Proyecto Rojo, de Guanajuato se reunieron este fin de semana en Jalisco para compartir a otras mujeres y personas menstruantes sus experiencias, estudios y proyectos de intervención respecto al cuidado y la educación menstrual en latinoamérica. Desde distintas perspectivas, incitaron a cuestionar las nociones heteropatriarcales y adultocéntricas que por siglos han atravesado a la menstruación.
Decolonizar la salud menstrual
Laura Contreras, antropóloga, historiadora e investigadora colombiana en Salud Menstrual explicó que la idea de la “salud menstrual decolonial” propone dejar de universalizar a las mujeres, ya que “somos diversas”. Desde esta noción, apuntó la también integrante de la Society of Menstrual Cycle Research, se reconocen las diferencias que atraviesan a las distintas comunidades latinoamericanas, desde la diversidad de razas hasta los contextos socioeconómicos.
En ese sentido, explicó que sostiene una crítica a los regímenes heteronormativo y heterosexual, ya que, es a través de estos, que se sustentan diversar opresiones dentro de las sociedades, así como el género.
Con su ponencia, “De qué hablamos cuando hablamos de Salud Menstrual Decolonial”, la investigadora expuso la necesidad de adoptar una práctica política autónoma que sugiere la apropiación del término “desde lo que nos valida y nos hace sentir en nuestras formas” y con todas sus dimensiones: físicas, emocionales y mentales, en contraste con lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) define como “Salud Menstrual”: “un proceso completamente igual en todas las mujeres y cuerpos y cuerpas menstruantes”.
Los Prejuicios Basura y Proyecto Rojo
Karina Bello, en representación de Mujeres de Madeni en México presentó los resultados de la estrategia pedagógica Prejuicios Basura, la cual recupera más de 120 ideas y expresiones que muestran lo más absurdo que las mujeres hemos escuchado sobre la menstruación, para posteriormente despojarse de ellas mediante un acto simbólico que implica, literalmente, tirar a la basura todas esas narrativas asociadas a representaciones negativas, misóginas y violentas que se han aprendido de la sociedad a través de los años.
Las ideas fueron recuperadas a partir de la sistematización de las respuestas dadas por mujeres de entre 18 y 45 años que participaron en el taller “Raíces Rojas”, un espacio que buscó la resignificación del relato dominante heteropatriarcal sobre la menstruación, con el fin de que las asistentes relaten sus propias historias desde su experiencia, recordando que no todos los cuerpos y procesos menstruantes son iguales.
En taller, la mayoría de las participantes pudo identificar que la menstruación suele asociarse con algo sucio o vergonzoso, además impera un desconocimiento del cuerpo y sus procesos.
Por otro lado, destacaron que la menstruación suele relacionarse a una enfermedad o se refiere a ésta como un tabú. También, reconocieron que existen una serie de frases para ejercer misoginia y expresarse de forma negativa y peyorativa de las personas menstruantes y al propio ciclo menstrual.
Mujeres Madeni también ha participado en la creación de talleres virtuales sobre sexualidad y menstruación que empoderan el cuerpo, para infancias y adolescencias.
Ana Karenina Negrete, psicóloga social y educadora en sexualidad, fundadora y coordinadora de la colectiva Proyecto Rojo, afirmó que las narrativas gubernamentales y de los sistemas educativos han negado el derecho a las niñas y niñes a acceder a información que les permita hacer frente a la menstruación, con la excusa de “que son muy chiquitas para saberlo”, acto que, sólo recae en desinformación, malas prácticas y estigmas, precisó.
“Darles a las niñas un espacio específico que les permita reconocer que estos espacios, sus cuerpos y sus procesos LES PERTENECEN. No significa que estemos en contra de la educación sexual para los niños, sino que es conocimiento que le ha sido negado históricamente a las mujeres desde la niñez y que les impide tener uno de los primeros acercamientos con sus cuerpos y su sexualidad”.
Así surge Proyecto Rojo, una colectiva feminista y autogestiva de educación menstrual para niñas y niñes, su objetivo es educar a este grupo de la población para que conozcan sus cuerpas y otros procesos que conciernen al desarrollo humano.
Hora del cambio
Finalmente, reconociendo la necesidad de crear redes que difundan el pensamiento crítico y reflexivo sobre la salud menstrual, la menstruación como proceso y la importancia de la apropiación de este para las niñas, niñes, adolescentes, mujeres y cuerpos menstruantes nace la Red de Educación Menstrual.
Así, a través de la articulación de aprendizajes, análisis y la interacción de saberes, informaron las organizadoras, pretenden “generar y acompañar procesos que fortalezcan la educación, la salud y el activismo menstrual para naturalizar el desarrollo biopsicosocial de la menstruación, dirigidas a las acompañantes de personas menstruantes y/o en edad menstrual”.
La resignificación de la sangre menstrual se hizo presente dentro de este encuentro con las representaciones artísticas de Maria Alejandra Forero (Colombia) y Zuleira Soto-Román (Puerto Rico), en donde por medio del arte buscan representar a la menstruación como un acto de liberación y revelación frente a los conceptos normados que se tienen de este proceso biológico.
Durante el segundo día de actividades las colectivas generaron mesas de trabajo y diálogo, además de actividades de campo donde convocaron a niñas, niñes, adolescentes y mujeres adultas de diferentes barrios de Tonalá, como San Gaspar, El Rosario y el Centro de Tonalá. La intención fue poner en práctica los conocimientos compartidos durante las ponencias del día anterior, así como sembrar en ellas y elles una perspectiva más crítica y reflexiva sobre la educación, salud y los activismos menstruales.
Explicaron que se eligió el municipio de Tonalá por ser identificado como un territorio de la “periferia”; es decir, que está atravesado por diversas situaciones como falta de información, acceso a servicios y recursos, así como a programas gubernamentales en todos los niveles de gobierno.