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En la asamblea anual de la compañía se le exigió más transparencia a la refresquera que se opone a fijar compromisos a favor de la nutrición saludable y a rendir cuentas sobre los donativos que realiza
Texto: Kennia Velázquez / POPLab
Ilustración: Juan José L. Plascencia
Fotos: Pop Lab
Más transparencia en los apoyos que ofrecen para investigación, para cabildeo y un informe sobre los costos que sus productos generan a la salud pública, es la exigencia que los accionistas de The Coca Cola Company hicieron en la reunión anual de 2022 de la empresa multinacional.
Los asociados, que representan el 33 por ciento de la propiedad accionaria, pidieron al Consejo Directivo “que encargue y divulgue un informe sobre los costos externos en salud pública generados por los negocios de alimentos y bebidas de la Compañía” pues la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard informa que las bebidas azucaradas “constituyen un importante problema de salud pública” y como son “un importante contribuyente a las epidemias de obesidad y de diabetes” ya que su consumo incrementa el riesgo de padecer enfermedades del corazón.
Los accionistas informaron que la Organización Mundial de la Salud “cuantifica la carga social de la obesidad en casi el 3 por ciento del PIB mundial. Este costo, año tras año, devasta el crecimiento económico. Por lo tanto, incluso si las ventas de productos cargados de azúcar pueden beneficiar a corto plazo a Coca-Cola, los resultados financieros, son malos a largo plazo para la mayoría de los accionistas. Los inversionistas en Coca-Cola están en riesgo por los costos de salud pública que la Compañía impone a la sociedad. En lugar de ser transparente sobre el daño que está causando, Coca-Cola trabaja para oscurecer la relación entre sus productos y la crisis de salud pública a la que contribuye”.
En los últimos años se ha denunciado como Coca-Cola no ha transparentado su relación con científicos que minimizan el papel de la refresquera y promueven mensajes que les son favorables. Mientras la compañía continúa sus esfuerzos para hacer crecer las categorías de bebidas con azúcar.
Por lo que los socios de la refresquera piden “un estudio que involucre estos costos externos de salud pública ayudaría a los accionistas a determinar si es necesario hacer cambios que podrían servir mejor a sus intereses a largo plazo”.
En la misma reunión se solicitó a la empresa “que emita anualmente un informe de transparencia sobre su influencia en las políticas públicas globales, revelando los gastos y actividades de la compañía fuera de los Estados Unidos. Dicho informe debe revelar el financiamiento y apoyo en especie dirigido a candidatos o campañas electorales, cabildeo y donaciones caritativas incluyendo:
• Destinatarios e importes.
• La membresía o los pagos de la Compañía a organizaciones no gubernamentales, incluidas asociaciones comerciales y empresariales, organizaciones científicas o académicas y organizaciones benéficas.
• La justificación de estas actividades.
Los inversores dicen que aunque Coca-Cola ha declarado públicamente que se esfuerzan “por ser lo más transparentes posible en todos los aspectos de nuestro negocio”, sin embargo, “el gasto de nuestra compañía para influir y participar en políticas públicas fuera de los Estados Unidos no es revelado” y sus productos se venden en todos los países menos en Cuba y Corea del Norte. “A pesar del alcance global de las operaciones, nuestra empresa actualmente no divulga de manera exhaustiva su participación en la política fuera de los Estados Unidos”, indicaron.
El reportaje Las fichas de Coca Cola expuso cómo la refresquera, tanto en su matriz como en la subsidiaria en México han interferido, obstaculizado e intentado retrasar políticas de salud pública en este país.
La forma en que interfiere la refresquera fue abordada en la reunión, los accionistas explicaron que “en la industria alimentaria, un ámbito particular de abuso es el apoyo a la promoción científica destinada a dar forma a las percepciones e influir en la elaboración de políticas, reglamentos y establecimiento de reglas. Coca-Cola financió el grupo global de presión de la industria el International Life Sciences Institute para producir investigaciones que han ayudado a retrasar, o detener por completo, la política de salud pública en India, México, China y Brasil”. Y ponen de ejemplo lo sucedido en México:
“una asociación comercial apoyada por Coca-Cola, ConMexico, presionó al gobierno mexicano para posponer el etiquetado de alimentos lo que generó críticas generalizadas debido a los impactos negativos en la salud pública”.
Aseguran que Coca-Cola depende de la confianza del consumidor, por lo que alertan que “en estos días, los funcionarios públicos, los periodistas, las organizaciones no gubernamentales y las redes sociales pueden revelar rápida y públicamente la actividad corporativa que es opuesta a la imagen, la marca o los valores declarados de una empresa”.
En la reunión participó el director de El Poder del Consumidor, Alejandro Calvillo a nombre de Harrington Investments, una consultora sobre inversiones socialmente responsable, pidió el voto a favor de que haya más transparencia por parte de la embotelladora, “no solo en democracias sólidas donde existen mecanismos formales por ley, sino en todos los países donde realiza sus negocios. No existe ninguna justificación, para un doble estándar ético a partir de divisiones geográficas. La transparencia ayuda a monitorear actividades políticas que pueden ser dañinas para la salud pública, los derechos humanos y el medio ambiente, y que podrían afectar fundamentalmente el valor para los accionistas”.
En la reunión de 2019, Harrington Investments había pedido a la empresa un estudio independiente y crítico sobre los productos de Coca-Cola, especialmente aquellos destinados a los niños y sobre el papel del azúcar en la causalidad de enfermedades.
Rechazo de la junta directiva
La Junta Directiva, que es presidida por Herb Allen, quien además es directivo del Grupo Televisa, recomendó a los accionistas votar en contra de ambas propuestas.
Sobre la solicitud para que la compañía emita anualmente un informe de transparencia sobre su influencia en las políticas públicas globales, revelar los gastos y actividades de la empresa así como las contribuciones a caridad fuera de los Estados Unidos, dijo que “nuestra Compañía ya proporciona el tipo de divulgación que se solicita, otras divulgaciones serían redundantes y creemos que serían un uso innecesario de tiempo y recursos”.
Después de rechazar que sean opacos, la junta afirma “los hechos no respaldan esta afirmación”. Sin embargo, Coca Cola México sólo ha hecho público sus donativos de 2017 a 2019, cuyos montos ascienden a 62 millones de pesos para que colegios médicos hagan investigación y difusión en temas de alimentación y 14 millones para eventos deportivos.
La empresa se excusa diciendo que “divulga las contribuciones políticas de acuerdo con las leyes de cada país”. Y pone como ejemplo que publica en la Unión Europea “una base de datos de acceso público que enumera las organizaciones en las que tratamos de influir en el proceso de elaboración de leyes y de aplicación de políticas de las instituciones”. En dicha región es obligatoria, no así en México.
Los directivos dicen que la organización Feed the Truth, “reconoce las divulgaciones de la Compañía como la mejor a nivel mundial entre la industria de alimentos y agricultura en términos de políticas y divulgaciones políticas”. Si bien, aunque la organización señala que Coca Cola es la que tiene el mayor puntaje, sólo obtiene 39 puntos de 100 posibles.
Sobre la petición de realizar un informe sobre los costos externos de salud pública generados por los negocios de alimentos y bebidas de la compañía, la junta directiva dice que ya están abordando el tema, aunque no explican de qué manera lo hacen.
Asimismo, señalan que ya se han analizado y divulgado “los desafíos de salud y nutrición que enfrenta la industria de alimentos y bebidas” y que además “somos una de las pocas empresas que públicamente apoyan la recomendación de las principales autoridades sanitarias de que las personas limiten su consumo de azúcar añadido”. En la página de Coca Cola México, en las “preguntas frecuentes” la empresa dice que el consumo de bebidas azucaradas no está relacionado con la diabetes.
En la reunión, los directivos señalaron que “nuestra compañía comprende perfectamente que las personas no deben comer ni beber demasiada azúcar”.
Los funcionarios de la refresquera dijeron que la Fundación Acceso a la Nutrición (ATNF), una organización con sede en los Países Bajos y financiado por la Fundación Bill & Melinda Gates, entre otros:
“ya produce informes que cubren nuestra empresa y abarca temas de azúcar y salud pública. Creemos que estos informes abordan los objetivos esenciales buscados por la propuesta. ATNF ha notado nuestro progreso como una de las pocas empresas que ha mejorado constantemente su desempeño en el muy respetado Índice de Acceso Global a la Nutrición”.
En ese documento, la asociación civil pide a Coca-Cola adoptar formalmente en un documento público una estrategia de nutrición e incluir de manera más explícita indicadores de desempeño relacionados con la nutrición en su agenda de sustentabilidad. Y recuerda que la compañía no ha mejorado su transparencia sobre cómo las consideraciones nutricionales juegan un papel en las fusiones y adquisiciones, y cuánto de sus ventas se derivan de productos saludables. Se le recomienda “encarecidamente” que verifique la proporción de la cartera global que consiste en bebidas bajas en azúcar o sin azúcar y la proporción general de productos «saludables» y que adopte formalmente un Modelo de Perfil de Nutrientes para definir ‘saludable’ para garantizar que estos productos respalden dietas saludables como tanto como sea posible.
El informe destaca que la empresa tiene una estrategia de reducción de azúcar basada en compromisos locales y “no ha adoptado un objetivo global de reducción de calorías que sea de duración determinada, verificable externamente y aplicable a todos los productos relevantes”.
Tampoco ha “formalizado compromisos, objetivos medibles y metas para mejorar la asequibilidad y accesibilidad de sus productos saludables para todos los consumidores en todos sus mercados”.
La ATNF “alienta a Coca-Cola a comprometerse públicamente a hacer cabildeo de manera responsable; es decir, con un enfoque explícito en apoyar medidas diseñadas para mejorar la salud y la nutrición, con una base sólida en ciencia independiente revisada por pares”.
En la asamblea, la junta directiva asegura que están “escuchando a las partes interesadas en la salud pública para informar sobre nuestras políticas y acciones comerciales”. Los directivos señalan que “la obesidad y la desnutrición son temas muy complejos. Debido a estas complejidades, creemos que el informe solicitado sería un ejercicio poco práctico que produciría datos no confiables al intentar separar un costo de salud pública externo de todos los muchos factores que contribuyen a la obesidad y desnutrición”.
Con la votación se aseguró que el compromiso de transparencia es vigente y se podrá introducir en 2023.
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Este trabajo fue realizado por POPLAB, parte de la alianza de medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes leer la original.