#HastaEncontrarles
El 10 de mayo, con motivo del Día de las Madres, colectivos de búsqueda y madres de personas desaparecidas marcharon desde la Glorieta de las y los Desaparecidos de Jalisco hasta el Palacio de Gobierno para exigir la búsqueda y aparición con vida de sus seres queridos.
Aunque el Gobierno de Jalisco sólo reconoce la desaparición de 14 mil 949 personas; colectivos como Entre Cielo y Tierra y Por Amor a Ellxs consideran que, en algunos años, la cifra negra ha sido tan grande como para ocultar entre el 90% y el 95% de los casos.
En este día simbólico, las familias de los desaparecidos en todo el país manifestaron su dolor, exigiendo justicia y resultados. En un pronunciamiento nacional, firmado por 156 colectivos, se compartió un mensaje claro dirigido a las autoridades nacionales y de las entidades: “ustedes nos fallaron cuando permitieron que nos desaparecieran a quienes más amamos”.
Por Andrés de la Peña /@andres_dlap
Fotos: Christian Cantero / @ChristianChMalv y Mario Marlo / @MarioMarlo
El 10 de mayo es una fecha simbólica para un gran número de madres que no encuentran a sus hijas e hijos desaparecidos; así lo expresó -durante la manifestación realizada en Jalisco-, la señora Marlety del Colectivo Entre Cielo y Tierra cuando explicó a un grupo de Jóvenes Buscadorxs que las acompañaron al contingente:
“De venida lloramos, de ida nos vamos. Bueno de ida también lloramos cuando es la fecha de desaparición de ellos, cuando es su cumpleaños, cuando es día de las madres, tenemos un bajón emocional a cero”.
A las 10 de la mañana, el contingente partió de la Glorieta de las y los Desaparecidos de Jalisco entre consignas como: “Este 10 de mayo, nada vamos a festejar. Con ayuda del pueblo los vamos a encontrar”, o “Únete, únete, que tu hijo puede ser” y “Este día no es de fiesta; es de lucha y de protesta”.
En la manifestación se concentró la familia de Jaime Alan Escoto Patiño, incluyendo a su madre Yolanda y su novia Polette, así como su hermano, varios primos y tíos, sobrinos y amigos. Alan fue desaparecido el 19 de marzo de este año en la colonia Belisario Domínguez en Guadalajara, Jalisco; por ello, su familia lo lleva buscando desde hace dos meses. Este grupo se identificaba con una playera donde aparece la fotografía de Alan.
Polette fue quien comenzó la organización, sumando a familiares y amigos de Alan, quienes han coordinado búsquedas por su cuenta, sin ayuda de la autoridad. Ella comentó sobre el acompañamiento de las autoridades:
“hasta la fecha no tenemos ningún avance de nada de hecho en comisión ni siquiera conocemos al buscador que le designaron al caso”. Conocen el nombre de la persona que la Comisión Estatal de Búsqueda asignó, pero jamás han hablado con ella, ni siquiera por teléfono.
Como muchas otras familias, ya contactaron a la Fiscalía Especializada en Personas Desaparecidas, la Comisión Estatal de Derechos Humanos y el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses. Poulette narra que en esas visitas han pasado hasta cinco horas, y Yolanda complemente: “Y te vienes así como que de nada nos sirvió, porque no tuviste apoyo de nada”.
En una ocasión, la familia se plantó frente a Casa Jalisco, donde dos funcionarios salieron a recibirlas y las llevaron a la Fiscalía. Una vez ahí, la familia narra que “se les perdieron quienes las recibieron”, y las dejaron esperando por horas.
La familia de Alan no pide mucho, solamente quieren orientación para continuar la búsqueda por su cuenta. Yolanda explica lo que le hubiera gustado que ocurriera:
“Que nos mandaran al buscador, que nos apoyara y dijera: vamos a tener que ir acá, vamos a tener que ir allá, que nos orienten en cómo buscar nosotros desconocemos de todo esto, y entonces es una desesperación estar en la casa y decir “¿a dónde vamos, qué hacemos?” esto es burocracia”.
Es decir, ellas están dispuestas a hacer toda la búsqueda con sus medios y sin ayuda, pero no han recibido el mínimo apoyo necesario para hacerlo. Polette sumó:
“Los coches que se los llevaron se tiene qué carro son, traen placas traseras, pero te dicen que no se ven. Pero pues fue en Guadalajara y está lleno de cámaras, del C5, de vecinos y de negocios. Entonces es muy ilógico que nos digan que no se ven ”.
Buscar sin la ayuda de las autoridades
En Jalisco y México es común que las familias encuentren poco apoyo y pocos recursos para acompañar su búsqueda. En algunas ocasiones, incluso, se culpa a las mismas personas desaparecidas por haber sufrido su desaparición: “¿pues en qué andaban metidos?” se vuelve una frase cotidiana.
Sin embargo, varias integrantes del Colectivo Luz de Esperanza, uno de los más jóvenes en Jalisco, compartieron detalles sobre la realidad de muchas de las personas desaparecidas en México. Desde hace varios años, las redes del crimen organizado han recurrido al secuestro de jóvenes para incorporarlos a campamentos de trabajo forzado.
“Los ponen a trabajar y el que no quiere lo matan”, relató una madre, quien añadió: “mi hijo estuvo en una casa con otros y les preguntaban: “¿quién se quiere ir?”. Uno dijo “yo” y lo mataron. Otra integrante del colectivo sumó su testimonio, explicando que a veces los “entrenan” por tres meses y luego les dejan volver a sus casas, bajo el entendido de que si intentan huir o no vuelven al “trabajo” entonces su familia entera sufriría.
Sin embargo, cuando el contingente pasaba por Plaza Universidad, sobre avenida Juárez, una observadora que miraba desde la banqueta demostró que también existe, entre la ciudadanía, empatía y apoyo. Miriam comentó: “estoy impresionada me despertó mucho sentimiento, y más en este día, que estén proclamando por sus hijos perdí un hijo, y sé lo que se siente”.
Mientras el contingente marchaba sobre avenida Juárez, una niña tomó el megáfono y gritó: “madre, escucha, tu hija está en la lucha”. Allison fue a la manifestación a recordarle al público que en este día de las madres también hubo niños y niñas que no tuvieron a quién abrazar: “Yo no tengo nada que celebrar, no tengo a mi mamá”, fue lo que explicó. María de Lourdes Maldonado Ruiz, mamá de Allison, fue desaparecida el 13 de agosto de 2020 en el fraccionamiento Paseo de los Agaves, en Tonalá. Así mismo, Allison también busca a su tío José Marcos Maldonado, a quien también desaparecieron en julio de 2015.
Autoridades indolentes a las exigencias de las familias buscadoras
A las 11:28, la marcha arribó a su destino frente al Palacio de Gobierno, donde comenzaron los gritos de: “Que salga, que salga, que salga” y “Señor Alfaro escúchenos”. Sin embargo, no estuvo nadie para dar la cara, solamente cuatro policías armados y una barda metálica. Siguieron las madres buscadoras: “Señor Alfaro, de usted depende” y “Señor Alfaro, no sea indiferente, se llevan nuestros hijos delante de la gente”. Sin embargo, el contingente no recibió respuesta alguna.
Una de las madres buscadoras gritó en el megáfono: “No es justo que las madres tengamos que ir a buscar a nuestros hijos, a irlos a desenterrar entre la tierra, la basura y los escombros para volverlos a enterrar. No es justo, señor, no es justo”. Concluyó diciendo: “Nos tienen muertas en vida a todas. ¿Qué le pasa?”.
Algunas de las madres llevan años y años exigiendo justicia y humanidad. La señora Rosario Cervantes busca a Osvaldo Javier Hernández Cervantes desde el 22 de julio de 2014, y sabe muy bien cómo ha sido la atención que reciben las familias:
“Hay cosas que han cambiado y otras que siguen igual. De repente te enteras que hay familias que todavía las hacen esperar horas para poner una denuncia, lo cual no debería existir”.
El 5 de marzo de 2021 se publicó en el Periódico Oficial del Estado de Jalisco, la Ley de Personas desaparecidas. En ella se establece claramente la obligación de llevar a cabo la búsqueda inmediata, de oficio, sin importar cómo se haya enterado de una desaparición la autoridad competente.
Rosario reconoce que ahora existe la Fiscalía Especializada y la Comisión de Búsqueda, lo cual demuestra una mayor voluntad, aunque menciona que: “la rotación de personal en la Fiscalía nos vuelve a retrasar”. Y agrega:
“Muchas familias tienen que iniciar sus casos, desde cero, varias veces: cada agente del Ministerio Público tiene sus teorías y parece que lo que quieren es desahogar sus teorías en lugar de atender lo que uno pide”.
Más consignas, lanzadas a los cuatro vientos durante la marcha, incluyeron: “¿por qué los buscamos? Porque los amamos” y “ahora, ahora, se hace indispensable: presentación con vida y castigo a los culpables”. Rosario comenta, sobre la Fiscalía Especializada: “Pareciera que tienen una cierta rutina, y no se salen de la rutina ni siquiera por seguir el protocolo que deberían”.
María de Jesús, del Colectivo Luz de Esperanza, explicó lo importante que es el 10 de mayo para las madres buscadoras: “a partir de que desaparece un familiar en general, en este caso mi hijo, pues se acabaron las fiestas, se acabaron los festejos. Esa silla que ocupaba está vacía”. Jaime Adrián Ramírez Solis, hijo de María, quien fue desaparecido, el 18 de septiembre de 2020 en Zapopan, Jalisco. Esto significa que le busca desde hace un año y siete meses.
Una de las exigencias que llevan María de Jesús y el colectivo que la respalda es que se realicen búsquedas en vida, que se deje de tratar a sus hijos como si hubieran muerto, pues muchas personas desaparecidas han sido localizadas en casas de seguridad o campamentos de trabajo forzado.
De fondo se escuchaba: “se ve, se siente, la familia está presente” y “familia unida jamás será vencida”. Recientemente, y por primera vez en Jalisco, se empezó a permitir que las familias lleven a cabo búsquedas de campo con la autorización de la Comisión Estatal de Búsqueda. María de Jesús relató: “Anteriormente hicimos una búsqueda y encontramos tres cráneos, un cuerpo completo y seis bolsas de restos humanos”. Su hijo desapareció junto con sus amigas Karla García Duarte y Kenia Pérez Duarte.
Antes no se permitía a las familias hacer estas búsquedas, ni siquiera por su cuenta. Ahora se les da un acompañamiento, y pueden organizar brigadas para intervenir directamente predios y espacios donde consideran que podrían encontrar a sus desaparecidos.
Sin embargo, para María de Jesús abundaron las frustraciones antes de que se permitieran las búsquedas: aportaba indicios y evidencias, pero la Comisión de Búsqueda y la Fiscalía no investigaban los puntos que ella iba encontrando. En otras ocasiones los intervenían sin avisarle y sin dejarla ver las intervenciones, solo haciéndole llegar la noticia de que habían ido a visitar los puntos.
Mónica María, también del Colectivo Luz de Esperanza, comentó: “Para mí ya no hay ningún día de fiesta. Desde que mi hijo desapareció, para mí ya no hay días de fiesta”. El hijo de Mónica María desapareció el 12 de noviembre de 2020. A ella le llamaron por teléfono para amenazarla y exigirle un pago de 120 mil pesos a cambio de su hijo.
Eventualmente, una persona contactó a Mónica de manera anónima para decirle que su hijo había sido asesinado y enterrado en un predio específico. Ella hizo un reporte ante la Fiscalía, pero ésta le contestó que en el predio no habían encontrado nada más que un perro enterrado.
Aún así, Mónica recibió más indicios de que su hijo estaba ahí y fue por su cuenta, para ver la casa. Ahí identificó lo que parecían “halcones” ─personas vigilando la casa─, y tuvo demasiado miedo como para seguir investigando por su cuenta. Mónica sigue esperando que la Comisión de Búsqueda le de una fecha para realizar una búsqueda con acompañamiento.
Al final, la marcha fue disolviéndose frente al Palacio de Gobierno. Desafortunadamente, nadie salió a recibir algún documento de los diversos colectivos, y las madres solo tuvieron como interlocutores a la misma barda metálica y los mismos cuatro guardias de seguridad hasta que se dispersaron hacia las 12:45 horas.