#HastaEncontrarles
Tuvieron que hacerse tres llamadas anónimas para que la Fiscalía Especializada en Personas Desaparecidas de la Fiscalía del Estado de Jalisco acudiera al lugar donde una persona aseguró que estaba la fosa clandestina donde podría ser localizado el cuerpo de Yesui Rogelio Hernández Zamora, joven de 24 años que fue desaparecido el 3 de noviembre de 2021 en Paseo de Los Agaves en Tlajomulco de Zúñiga, Jalisco.
Monserrat Zamora, madre de Yesui, agradece a la persona que llamó -quizá por remordimiento- para decir dónde estaba no sólo su hijo sino también siete personas más que fueron localizadas dentro de la misma fosa localizada el 3 de marzo de 2022 en San Lucas Evangelista frente a la Laguna de Cajititlán. Su petición es que no dejen de dar información de manera anónima para localizar a todas y todos los desaparecidos.
Por Darwin Franco / @DarwinFranco
“Yo quiero agradecer, independientemente de quién haya sido, las llamadas que se hicieron para reportar el lugar donde encontraron a mi hijo”, expresó Monserrat Zamora quien buscó por más de cinco meses a su hijo, Yesui Rogelio Hernández Zamora, quien fue desaparecido en la colonia Paseo de Los Agaves en Tlajomulco de Zúñiga, el 3 de noviembre de 2021.
Ella, junto con toda su familia, lo buscó sin descanso. Y lo hizo organizando marchas, pegas de fichas de búsqueda y sumándose a las búsqueda de campo que organizaron en Jalisco, las Madres Buscadoras de Sonora. En su lucha conoció a decenas de madres buscadoras y se unió al Colectivo Luz de Esperanza, el cual le apoyó desde el día uno hasta cuando por fin pudo localizar, lamentablemente, sin vida a su hijo, el pasado 23 de marzo.
“Mi hijo, el 3 de mayo cumplió seis meses de desaparecido, pero el lugar donde lo encontraron se localizó cuando éste tenía cuatro meses desaparecido, el 3 de marzo. Yo que soy muy inquieta, y pregunté cómo fue que dieron con el lugar; ahí me enteré que fue por medio de tres llamadas anónimas en las que les dieron información de dónde podrían encontrar a Yesui, pues en éstas dieron su nombre y todo”.
Sin embargo, tanto la primera como la segunda llamada fueron ignoradas por la Fiscalía Especializada en Personas Desaparecidas; así que no fue hasta que se dio una tercera llamada anónima que el personal de búsqueda se trasladó a una finca ubicada en San Lucas Evangelista frente a la laguna de Cajititlán en Tlajomulco de Zúñiga, lugar donde no sólo encontraron el cuerpo Yesui, sino también el de siete personas más, cuyos cuerpos fueron enterrados dentro de bolsas plásticas. A la fecha, son cinco personas -incluyendo al hijo de Monserrat- quienes ya han sido identificadas mediante fotografías forenses y confrontas de ADN.
El procesamiento de la fosa clandestina se realizó entre el 3 y 4 de marzo; sin embargo, para la señora Monserrat, este trabajo pudo haber dado mucho antes:
“esto es un llamado también para la Fiscalía, pues ésta debe atender todas las llamadas anónimas, no le hace que luego resulte falsas, deben de investigar y tomar en cuenta a quienes se animan a dar información. Es su deber atender los reportes, imagínense si la persona que dio la información de mi hijo se hubiera desesperado al ver que la Fiscalía no actuaba, yo agradezco que haya sido insistente”.
Ese no actuar prolongó por más la angustia de la familia Hernández Zamora, pues durante todo este tiempo buscaron a Yesui, pero no fue hasta el 28 de marzo, 25 días después de haber localizado su cuerpo en la fosa clandestina, que les notificaron que existía una coincidencia entre uno de los cuerpos localizados y los tatuajes que Yesui tenía.
“Afortunadamente mi hijo tenía tatuajes y por eso es que se dio esa concordancia, por eso me notificaron del hallazgo. A mi hijo lo encontré completo, no le faltaba nada. Yo lo reconocí visualmente por los tatuajes, aún así se hicieron las confrontas genéticas que dieron un 99.9% de compatibilidad, pero yo ya estaba segura por lo que vi, esto a pesar del tiempo que duró enterrado ahí en los bolsas. Yo supe desde el principio que era mi hijo, pues una sabe lo que parió, aún así antes de entregármelo vi nuevamente las fotos y aunque ahora los tatuajes no se veían tan bien como al principio, yo sabía que era él”.
Tras pasar todas las pruebas forenses, el cuerpo Yesui les fue entregado el pasado 6 de mayo. Su velatorio y entierro ocurrieron un día después.
“Por favor, no dejen de brindar información anónima”
El día en que le entregaron a su hijo, Monserrat preguntó a su Ministerio Público qué seguía de parte de la Fiscalía del Estado de Jalisco, pues si bien ya había localizado a su hijo, la promesa de darle justicia seguía pendiente.
La funcionaria le contestó que ahora tenía que presentarse nuevamente a la Fiscalía para pronunciarse como afectada en la carpeta de investigación que se abrió por el delito de inhumación clandestina, pues sólo así podrían darle avances sobre el hecho.
“Yo lo que le dije a la ministerio público que eso y nada era hacerse pendejos, pues ¿Cuándo van a encontrar a los culpables?: Nunca. ¿Cuándo los van a procesar?: Nunca. Y eso yo lo sé porque en Jalisco sólo hay tres personas procesadas por desaparición, por eso es una burla que me digan que van a investigar, pero esto es un camino que uno debe seguir, Es un proceso del que no hay que cansarse si no uno busca justicia”.
Y por eso, ella va continuar exigiendo a la Fiscalía su derecho a la verdad y la justicia.
“Tuve la suerte de que alguien se conmovió de mi dolor y mencionó en la llamada anónima el nombre de mi hijo. Seguro es una persona que me vio, o que me conoció y que sabía que yo buscaba a mi hijo, o quizá sea una persona que estuvo presente en ese momento o que lo vio todo o supo, eso no importa, pues yo no quiero saber nada, sólo quiero agradecerle y espero que ojalá eso le ayude a tener tranquila su conciencia”.
Por eso quiere dejar un mensaje muy claro a todas las personas que tienen información del paradero de todas y todos los desaparecidos:
“Gracias a las personas que tienen el valor de denunciar. A mí no me interesa la circunstancias que los llevaron a dar esa información, cada quien tiene sus momentos y eso ya es cosa de cada quien, pero lo que sí me queda pedirles es que animen a denunciar o hacer llamadas anónimas dando información, pues eso fue lo que me regresó a mi hijo”.
Las palabras de Monserrat hacen eso a las consignas que las madres buscadoras gritan cuando señalan, aunque esto no implica una renuncia a la justicia, que: “ellas no buscan culpables, sólo buscan a sus hijos”. Y en su caso, lo que ella pretendía con su presencia en las búsquedas y acciones de protesta es que la observaran, que observaran su dolor y que vieran el rostro de su hijo.
“Doy gracias por llamada anónima porque significa que logré conmover a alguien y que eso le hizo insistir con la Fiscalía para que fueran a buscar a Yesui a Cajititlán. Yo le prometí a mi hijo que lo encontraría y me tardé un poquito, pero lo encontré, no me hubiera gustado tardarme seis meses, pero lo encontré. Yo sabía que encontraría a mi hijo sin vida, pero aún así le prometí encontrarlo, ahora ya regresó a su familia y tuvimos la oportunidad de despedirlo”.
Y aunque sabe que con la localización de Yesui se cierra un ciclo, Monserrat es clara en señalar que eso no quitará su dolor, pues la herida de la desaparición y muerte de su hijo quedará abierta; sin embargo, ahora siente menos peso sobre sus hombros, pero también más responsabilidad porque quiere regresar todo el apoyo a sus compañeras y compañeros del Colectivo Luz de Esperanza, a los que no dejará de acompañar porque desea de todo corazón ayudarles a encontrar a sus amores desaparecidos, tal y como ella sintió que le apoyaron para encontrar a su Yesui.