Las editoriales independientes han atravesado tiempos difíciles, pandemia, inflación, poco apoyo estatal y diversas políticas públicas que, en vez de apoyar, entorpecen más su trabajo; Carlos Armenta, director de Impronta Casa Editora, nos cuenta más a fondo sobre estas dificultades que afrontan día con día en una ciudad como Guadalajara que fue proclamada por la UNESCO como Capital Mundial del Libro, pero que deja de lado las casas independientes.
Por Josué Ibarra /@josueibarrasala
Fotos: Leslie Zepeda
Impronta es un proyecto editorial independiente que nació en 2014 en Guadalajara, Jalisco. Hoy cuenta con un equipo de 10 personas, quienes trabajan en la imprenta, librería, cafetería, sala de exhibición y taller de impresión que conforman lo que es Impronta.
Este proyecto forma parte de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (CANIEM) y del Comité de Editoriales Independientes del cual Carlos Armenta, director de Impronta, preside.
Casa Impronta ante las industrias grandes editoriales nacionales y transnacionales se encuentra en clara desventaja en el mercado; al respecto, Carlos Armenta nos sobre los retos que día con día enfrentan:
“La edición independiente frente a los grandes grupos de producción editorial es bastante complicada; los grandes grupos, las transnacionales concentran la producción del libro y los derechos para producir estos libros y hoy en día son los grandes productores a nivel mundial, a nivel global del libro, quienes dominan el mercado”.
Aún frente a esta adversidad, Impronta ha persistido convirtiéndose en una referencia importante no sólo en cuanto a la producción independiente, sino también por su mirada crítica frente a la falta de políticas públicas en el marco editorial.
“La edición independiente apuesta más allá de las lógicas financieras, los grandes grupos incluso cotizan en la bolsa por lo que su esquema de producción de libro está relacionado meramente con la ganancia y la pronta capitalización de la venta del libro; en cambio, la edición independiente realmente busca abonar a una mayor biodiversidad porque no solamente busca que el proyecto ande comercialmente, sino que al mismo tiempo busca dar cabida a propuestas que no tienen espacio dentro del mercado editorial; por tanto, toca siempre estar buscando donde colocar y como producir esos libros”, explica Carlos Armenta.
Sin embargo, estos años de pandemia han sido difíciles pues ha implicado la desaparición de las librerías independientes y una mayor concentración del mercado en la Ciudad de México; por ello, desde Guadalajara con el gremio de editores locales se busca una representatividad y ampliar la voz del grupo de producción independiente para encontrar un mejor lugar dentro del ecosistema del libro.
Algo que debiera ser prioritario dentro de la designación de Guadalajara como Capital Mundial del Libro, título que le otorgó la UNESCO para que durante un año (23 de abril de 2022 al 22 de abril de 2023): “la ciudad se comprometa a que la literatura y los libros, sean un vehículo para promover la cultura de la paz en el espacio público, en los barrios y en las colonias”.
Cuestión que no puede hacerse sin antes pensar en las condiciones dignas de trabajo para quienes trabajan en las casas editoriales, tal y como cuestionaron las editoras independientes en el marco de esta designación.
Apostar por la dignidad y la sustentabilidad
Las ventas de los libros y el garatizar los sueldos de quienes laboran en las editoriales independientes es uno de los principales retos; por ello, Carlos Armenta, director de Casa Impronta, nos habló sobre su experiencia.
“Realmente es bastante costoso, tanto para Impronta como para el resto de editores independientes hacer frente a esta precarización bastante alta, pues se requiere acceder a sueldos dignos y todos los derechos laborales de todo el equipo de trabajo. Nosotros contamos con todas las prestaciones, pero ha sido un tema bastante complicado y de mucho tiempo de trabajo para poder, digamos, afrontar este tema, porque además las políticas públicas que se tienen en torno al libro son bastante débiles”.
Debilidad que el Carlos Armenta explica de manera puntual:
“En México existe una ley a partir de la cual un libro durante 18 meses es novedad en todas las librerías, las cuales deben venderlo al mismo costo; sin embargo, lo que sucede es que las grandes librerías consiguen vender este libro con mucho descuento, es decir, un libro que recién sale a mercado puede tener un 15 o 20% de descuento en esas librerías. Frente a ello, el librero pequeño o mediano no puede asumir este descuento, esto hace que no haya un piso parejo de venta frente a la producción del libro y su comercialización”.
Esta política claramente deja en desventaja a los independientes, así como también lo hacen otras políticas como “Tasa cero”, iniciativa que plantea ampliar la tasa de cero impuestos a libros electrónicos y audiolibros, soportes de lectura que fueron los únicos en crecer su porcentaje de venta entre el 5 y 12% durante la pandemia.
Algo que no pasó con los libros impresos, los cuales conforme a la CANIEM, a partir del confinamiento, sufrieron una caída en ventas del 50%, pues se estima que en el país durante el confinamiento se dejaron de vender 200 mil ejemplares por semana. La referida iniciativa también busca establecer un precio único y libre de impuestos.
Sobre los subsidios que el Estado brinda a las editoriales independientes, Carlos Armenta explica que sí existen los apoyos; sin embargo, éstos se integran a grandes esquemas, como los relacionados a las industrias creativas.
“Creemos que es necesario un fortalecimiento más enfocada hacia librerías, bibliotecas y editores que permitan una vida digna para todos los trabajadores y trabajadoras del libro, y un mejor acceso a la cultura y el libro de los lectores y las audiencias”.
El panorama actual de las editoriales independientes es complicado; sin embargo, desde Impronta Editora no pierden su perspectiva a futuro:
“Hay un panorama complicado por el tema de la inflación en los insumos de la producción editorial; es decir, el papel ha subido debido a la pandemia como un 20 o 30% en lo últimos dos años, y esto se reflejará en un aumento bastante fuerte en el precio del libro y, por lo tanto, las ventas van a verse afectadas; entonces, si tenemos un horizonte, un panorama bastante complicado, y más su continúa la centralización del mercado en la Ciudad de México, entonces, todos los que no estamos allá debemos siempre estar buscando la manera de encontrar puntos de venta o librerías, esto no ha cambiado y no parece que vaya a cambiar, pues hoy en día una tercera parte de las librerías están en la Ciudad de México. Finalmente, todas las oficinas y todo lo que administra el Estado respecto al libro y la lectura también está allá, y esto nos obliga a viajar para conseguir los apoyos”.
Al respecto, desde las editoriales independientes, se espera que la designación de Guadalajara como Capital Mundial del Libro sea una oportunidad para descentralizar las políticas públicas respecto a la producción editorial y pensar de manera seria lo que desde los gobiernos debe hacerse para que afrontar la inflación en los insumos editoriales, pues si ésta continúa a la alza el precio del libro está por dispararse.
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Para conocer más sobre Impronta, te invitamos a leer esta nota:
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Si desean apoyar a las editoras independientes que participan en Guadalajara Capital Mundial del Libro, aquí pueden consultar las actividades: https://gdlee.mx