En abril de 2007 la Ciudad de México se convirtió en la primera entidad federal en legislar a favor de la interrupción legal del embarazo hasta las 12 semanas de gestación.
A 15 años de este avance, queda pendiente “centrar el tema en un marco de salud, dejar de lado lo legislativo, y velar por que este sea un derecho para todas las mujeres en todo el país”, apuntó Mara Zaragoza, subdirectora de fortalecimiento en Ipas Centroamérica y México en entrevista para ZonaDocs.
La entrevista se llevó a cabo en el marco del Foro conmemorativo ILE 15 años organizado por Ipas Centroamérica y México junto a la Secretaría de Salud.
Por Samantha Anaya / @Sam_An16
Fotografía de portada Ipas Centroamérica y México
De abril de 2007 a marzo de 2022 el programa para la Interrupción Legal del Embarazo (ILE), en la Ciudad de México ha atendido a un total de 247 mil 410 mujeres, de las cuales el 31.1% debieron viajar desde otros estados hasta esta entidad para poder tener acceso a dicho servicio. Tal es el caso de las 699 mujeres que tuvieron que acudir a la Ciudad de México desde Jalisco para poder acceder al aborto seguro, gratuito y libre de criminalización.
Después de la Ciudad de México, los estados que han legislado a favor de la ILE son: Oaxaca (2019), Hidalgo, Veracruz, Baja California, Colima (todos en 2021) y Sinaloa (2022).
En el resto de las entidades del país, por ahora sólo existen algunas de las ocho causales permitidas para abortar: por violación, imprudencial o culposo, por peligro de muerte, malformaciones genéticas o congénitas graves del producto, por grave daño a la salud de la mujer, causas económicas graves, inseminación artificial no consentida y a solicitud de la mujer. Sin embargo, sin importar cuáles sean las causales permitidas en cada estado, la discusión sobre la ILE debe dejar de verse desde lo legal y, en su lugar, discutir sobre este como un tema de salud, como un servicio médico al cual “todas las mujeres y personas gestantes deben acceder libremente y estén seguras al momento de requerirlo”, señala Mara Zaragoza, Subdirectora de fortalecimiento de Ipas Centroamérica y México.
¿Cuál debe de ser la línea de discusión sobre la ILE en México?
Al respecto, Mara Zaragoza señaló que el modelo de la ILE en la Ciudad de México ha funcionado como un modelo para el resto del país y para la región de América Latina, pero “en este momento, más que centrarnos en reconocer la experiencia, la historia y el presente del programa de la Ciudad de México, debemos poner atención en cuál es el futuro y hacia dónde vamos”.
El tema, en todo el país, debe ser abordado desde una perspectiva de salud sexual y reproductiva, apuntó Zaragoza “y no tanto desde lo legal”, pues, al día de hoy, “si hablamos de aborto hablamos de legalidad o ilegalidad, hasta cuantas semanas se permite y bajo qué causales, pero en realidad no deberíamos tratar el marco del tema en este sentido, sino más bien en uno de salud, sobre cuándo lo necesitan las mujeres y de qué manera, siempre pensando en su integridad y bienestar”.
El modelo de la ILE en la Ciudad de México
En 15 años, el programa del ILE en la Ciudad de México ha brindado atención a 247 mil 410 mujeres, tanto de la Ciudad de México como de otros estados.
En cuanto a la eficiencia de estos servicios, la historia y trayectoria del programa de salud ha permitido que cada vez los servicios alcancen un mejor nivel de calidad.
“Las mujeres son atendidas con un modelo ambulatorio, es decir, las mujeres pueden llegar llegar por la mañana, son atendidas, y por la tarde pueden regresar a sus casas; esto es muy raro encontrarlo en otra parte del país, pero los otros estados que ya han legislado están aprendiendo de este modelo”, apunta la subdirectora de fortalecimiento en Ipas Centroamérica y México.
Mara también explicó que otro de los indicadores que muestra su eficiencia son los métodos aprobados y avalados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que se utilizan para llevar a cabo las interrupciones:
“Se ven beneficiadas del uso de medicamentos o aspiración endouterina, ambas tecnologías aprobadas y recomendadas por la OMS, dejando atrás el legrado uterino instrumental, que era el método conocido y utilizado por los médicos, y también el que socialmente era conocido como ‘sinónimo’ de aborto”.
La especialista agregó que esta técnica para la interrupción del embarazo ha quedado atrás, y el programa de la ILE hace uso de tecnología moderna, lo cual funciona como ejemplo para que los otros estados creen sus propios programas.
Otro de los puntos que indican la calidad de la ILE en la Ciudad de México es la pronta atención a la salud anticonceptiva de las y les pacientes, pues al momento de que ellas y elles acceden al servicio para la interrupción legal del embarazo, se les oferta una gama amplia de métodos anticonceptivos. De acuerdo con la especialista, la evidencia muestra que ese mismo día ellas pueden usar una serie de métodos anticonceptivos que les permitan empezar a tomar nuevas decisiones sobre su salud sexual y reproductiva.
De igual forma, el acompañamiento con el que cuentan las mujeres y personas con capacidad de gestar también es de calidad, por lo que se habla de que “todos estos elementos crean un modelo integral de atención para las mujeres”.
Sin embargo, si bien la ILE es permitida, sin importar la causa, hasta las 12 semanas en la Ciudad de México y en otras seis de las 32 entidades, lo cierto es que “la legalidad no implica la accesibilidad o la asequibilidad“, por lo que la deuda del Estado mexicano sigue teniendo temas pendientes sobre los derechos de las mujeres y personas con capacidad de gestar.
Deudas del Estado hacia las mujeres y personas con capacidad de gestar
Según indicó Mara, la deuda principal del Estado hacia con las mujeres y personas con capacidad de gestar está relacionada con la desigualdad al momento de acceder a un aborto seguro y legal.
“No está en la misma situación una mujer que vive en un estado donde hay más causales permitidas (salud, peligro de muerte, violación), que una mujer que viven en otro estado donde existen menos causales y un acceso casi nulo a servicios seguros y de calidad”.
En este sentido, la especialista apunta que la legalidad no debe de ser el marco que dicte quién sí y quién no puede acceder a este servicio de salud, porque entonces “nos vamos a encontrar con que dependiendo de en dónde viven las mujeres tiene mayor o menor acceso a este servicio de salud”.
Este punto queda en evidencia dentro del programa de ILE de la Ciudad de México, pues el 31.1% del total de las mujeres y personas con capacidad de gestar que han sido atendidas han viajado desde otros estados. A la fecha, esto da un total de 76 mil 988 mujeres que han viajado a la capital del país desde diferentes estados buscando los servicios de salud que les han sido negados.
“Esto denota una gran desigualdad. No hay razón para que las mujeres de otros estados no tengan esta misma garantía de calidad para acceder a este procedimiento. Este es un reto y una deuda que todavía tiene el Estado con las mujeres, el hecho de que tengamos está limitación geográfica para que tengamos acceso hasta las 12 semanas solo en la Ciudad de México, cuando realmente todas las mujeres en todo el país deben de tener acceso a estos servicios de salud”.
Finalmente, advierte que debe tenerse en cuenta la desigualdad de las causales permitidas en cada estado, ya que su cumplimiento está determinado por un marco legal limitado:
“Creemos que la deuda es voltear a ver el aborto como un servicio de salud más, y que si cualquier mujer necesita recurrir a este servicio pueda hacerlo sin ninguna complicación, independiente de la entidad en dónde se encuentre”.