Desde Mujeres
“Nadie te puede hacer sentir inferior sin tu consentimiento”.
Eleanor Roosevelt
Por Diana J. Navarro / @diana_durazno / @DesdeMujeres
La violencia de género ha tomado matices diferentes a lo largo de los años, siendo uno de ellos el acoso y hostigamiento, esta problemática ha impactado en quienes han sido considerados como los seres más “débiles” o “inferiores”, las mujeres. Mismas que han sido presa de múltiples agresiones, tanto en las calles como en sus centros de trabajo y/o estudio, o incluso en sus propios hogares. De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) se establece que existen diferentes tipos de maltrato en contra de la mujer, los cuales pueden ser catalogados como: violencia física, sexual, psicológica y económica o patrimonial, este tipo de abusos los podemos encontrar en cinco ámbitos clave de vida, los cuales pueden ser: de pareja, familiar, escolar, laboral y comunitario (INEGI, 2020).
De modo que el acoso y hostigamiento se han establecido como una problemática que involucra aspectos culturales, legales, laborales y sociales, ya que en la actualidad las mujeres aparte de trabajar dentro de casa, tienen que hacerlo también fuera de ella, esto a razón de que muchas mujeres se han convertido en el soporte económico de gran parte de las familias mexicanas, lo anterior ha desencadenado una inmensa serie de cambios dentro de la estructura familiar donde los “roles tradicionales” han dado lugar a nuevos estilos y expectativas de vida. (Flores, M. 1998)
Pero ¿qué es el acoso laboral? La Organización Internacional del Trabajo ha definido este término como aquella acción:
verbal o psicológica de índole sistemática, repetida o persistente por la que, en el lugar de trabajo o en conexión con el trabajo, una persona o un grupo de personas hiere a una víctima, la humilla, ofende o amedrenta” (Comisión Nacional de Derechos Humanos, 2017)
La diferencia que radica entre el acoso y hostigamiento es que el segundo es ejecutado mediante el ejercicio de un poder o privilegio, es decir, puede manifestarse dentro de una relación de subordinación entre la víctima y su agresor en los ámbitos laboral y/o escolar. Por ejemplo, un jefe sobre su empleada o un maestro sobre su alumna.
La OIT aseguró que en México se estima que más de 45% de las personas son o han sido víctimas de hostigamiento o acoso; asimismo se afirma que de cada 100 casos de trabajadores que han sido víctimas de esta mala práctica en el mundo, 75 casos corresponden a mujeres. (Gobierno del Estado de México, 2013)
Lastimosamente este delito, es denunciado muy pocas veces en las vías legales correspondientes ya que, suele ocurrir en privado y sin testigos, así como también muchas mujeres se pueden enfrentar a experiencias de vergüenza, humillación, miedo e incluso depresión, en otras palabras, al exigir que se respeten sus derechos las mujeres pueden quedar expuestas a un ambiente hostil, lo que impide que la víctima decida levantar la voz.
Gran parte de las mujeres trabajadoras en la actualidad han llegado a ser víctimas de acoso u hostigamiento sin ser conscientes, debido a que muchas de ellas han tenido que enfrentar diversos obstáculos que impedían el acceso a la oportunidad de poder desarrollarse profesionalmente, y por ende tenían que estar sujetas a depender de alguna otra persona (que en la mayoría de los casos era un hombre).
Lo anterior es consecuencia de una sociedad en la que se han transmitido mensajes respecto a que las mujeres deben ser agradables, cariñosas e incluso “aguantadoras” sobre el sexo masculino, mientras que impulsaba al hombre a mostrarse agresivo y dominante.
Nosotras crecimos con la creencia de que teníamos que encajar en un molde de perfección y que era nuestra obligación demostrarles a todos que éramos un ser con capacidades e inteligencia, en términos generales, se nos educó para que nos esforzáramos al triple en el área laboral, y al mismo tiempo se nos obligó a seguir cubriendo los trabajos del hogar.
Para poder controlar y resolver los casos de acoso y hostigamiento necesitamos empezar a levantar la voz y denunciar a nuestros agresores, para que esto suceda debemos promover programas educativos, foros de consulta, campañas jurídicas, conferencias, etc. para poder concientizar a los pobladores y así trabajar unidos. La prevención es la mejor herramienta en contra de cualquier delito.
Si eres victima de este delito te recomiendo analizar la NOM-035-STPS-2018, la cual se refiere a los factores de riesgo psicosocial en el trabajo, así como los protocolos de actuación en caso de acoso y hostigamiento laboral de tu centro de trabajo/ educativo. Recuerda que no estás sola, y que no mereces estar dentro de un entorno que no te permita sentirte respetada.
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Referencias
Comisión Nacional de Derechos Humanos (2017) Acoso laboral “Mobbing”. CNDH México. http://appweb.cndh.org.mx/biblioteca/archivos/pdfs/Acoso-Laboral-Mobbing.pdf
Flores González, M. G. (1998) Hostigamiento sexual en la mujer que trabaja. . Universidad Autónoma de Nuevo León.
Gobierno del Estado de México, (2013) Mexiquenses mejor protegidas. ¿Qué es el hostigamiento laboral, acoso y hostigamiento sexual? https://www.ipomex.org.mx/recursos/ipo/files_ipo/2013/20/11/02bdacf4f3f1456bb8302f73c7bb03c6.pdf
INEGI. (16 de febrero2018). Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2016. Instituto Nacional de Estadística y Geografía. https://www.inegi.org.mx/programas/endireh/2016/
sufro acoso laborar por parte de mi supervisor y líder de trabajo dejándome en mal en público