A casi un mes del incendio del Mercado Libertad, mejor conocido como San Juan de Dios, las y los locatarios que han sido reubicados en las calles que rodean al mercado, esperan ser visitados por las personas, pues han tenido que comenzar desde cero y los apoyos gubernamentales han sido insuficientes para recuperar lo perdido.
Por Christian Noe Cantero // @ChristianCantero // @christian_ch_malviviente
El pasado jueves 31 de marzo, cerca de las dos de la mañana, más de 300 bomberos se movilizaron al corazón de la perla tapatía porque el Mercado de San Juan de Dios estaba ardiendo.
Fue después de las primeras alertas que las personas locatarias llegaron con preocupación para saber cómo estaban sus negocios. Los daños se generaron en la parte sur del mercado donde las llamas consumieron todo a su paso, reduciendo a cenizas y generando daños significativos en aproximadamente 300 locales, esto según la Dirección de Protección Civil y Bomberos de Guadalajara.
El mercado San Juan de Dios alberga aproximadamente 3 mil locales que ofrecen una diversidad enorme de productos, sabores, olores, recuerdos y cultura. Paty, Refugio y Magdalena son personas que han trabajado toda su vida en San Juan de Dios, junto con otras familias que también fueron afectadas tras el siniestro.
Estas historias son sus historias.
La Hierveria Paty estaba ubicada en los locales 1260 y 1261. Es un negocio familiar que reúne a siete hierberías y donde Paty tiene más de veinte años trabajando; ahí puedes encontrar veladoras, jabones, sprays, lociones, polvos, ceremonias de cera, figuras religiosas, perfumes y todo lo que se puede encontrar en un negocio como este.
Paty cuenta que el día del incendio, aproximadamente a las 2:30 a.m., le avisaron que el mercado se estaba quemando:
“no lo creí tan grande, pero cuando llegué y vi las llamas me preocupé mucho, (…) después entré y vi mi local (que fue uno de los más cercanos a donde comenzó el incendio) y nos dijeron que viéramos lo que se podía recuperar, pero no se rescató nada, fue una pérdida total”.
De la hierberia de Paty dependen cinco personas, después del siniestro que les quitó su patrimonio han tenido que comenzar de cero. Ella cuenta que sus pérdidas son incontables: “Fue una pérdida total, de verdad que mi perdida era incontable, todo lo que sacaba del negocio lo metía de vuelta al negocio. Estoy comenzando desde cero”.
Con la reubicación, claro que resiente el cambio, pues en su local ya había clientes que “la ubicaban” o que iban de forma directa, pero donde fue reubicada las personas todavía no saben que está ahí; entonces, no llega gente. Junto con la “Hierveria de Paty” otras hierberías fueron reubicadas temporalmente sobre la calle Alfareros.
Los negocios de los más de 300 locatarios afectados fueron reubicados en distintos lugares que rodean al Mercado San Juan de Dios; ahí, temporalmente, armaron sus negocios en toldos que fueron proporcionados por las autoridades municipales. Los negocios se ubican sobre la ya citada calle Alfareros, pero también sobre Dionisio Rodriguez y Cabañas, así como en el patio central del mercado.
En los toldos sólo hay una línea de luz eléctrica que alimenta algunos focos que proporcionan un poco de luz, dentro de los puestos, pero no hay luz eléctrica y, por tanto, algunos espacios están menos iluminados que otros, esto debido a las dimensiones del toldo.
Los espacios para que las personas circulen son muy reducidos y poco circulables, debido a estas condiciones, las y los comerciantes reubicados en estos espacios esperan una pronta respuesta de parte de las autoridades encargadas de la reconstrucción de la parte afectada por el incendio, pues esperan volver lo más pronto posible a los lugares que han habitado por años.
La reconstrucción de la parte afectada, conforme a la Coordinación de Gestión Integral del Ayuntamiento de Guadalajara, tendría un costo estimado de 50 millones de pesos, y se tardaría entre 4 y 6 meses para recuperar de manera adecuada y siguiendo el diseño original, los tres niveles afectados por el siniestro.
Sobre la misma calle Artesanos encontramos puestos de frutas y verduras, algunos de ropa tradicional y otros de dulces típicos y artesanías, ahí está presente J. Refugio Cerna, un hombre que desde niño comenzó en el negocio dentro del mercado San Juan de Dios, de esto datan más de 60 años.
Su negocio es de artesanías y también tenían otro local donde vendían una gran variedad de dulces típicos en espacios de cuatro o seis metros cuadrados. La familia de Refugio también ha comenzado desde cero pues su patrimonio estaba dentro del mercado “perdí todo mi patrimonio, fue una pérdida total, al igual que los demás que estamos aquí reubicados somos los que sufrimos pérdidas totales de nuestra mercancía y nuestros locales”.
Aunque no tiene certeza del total, Refugio estima que pudo haber tenido pérdidas de más de 600 mil pesos en ambos locales, esto tan sólo en mercancía.
A estas personas que tuvieron pérdidas totales, el Gobierno Municipal de Guadalajara les otorgó la cantidad de 25 mil pesos (por local) para amortiguar los daños ocasionados por el incendio:
“esto fue para iniciar, y en el caso de nosotros fue para liquidar algunas deudas que teníamos porque nos preparamos para la temporada alta de semana santa y semana de pascua, y pedimos mucha más mercancía y la costumbre es guardarla dentro del local, entonces, perdimos mucha más mercancía de lo normal”, expresó Refugio.
Ellos (al igual que la mayoría de locatarios) fueron alertados por llamadas telefónicas de otros compañeros en la madrugada de aquel jueves, pero confirmaron lo sucedido a través de las imágenes que pronto se harían virales en las redes sociales.
Refugio Cerna ha trabajado más de 60 años en el mercado, su familia depende de ese negocio que está en espera de volver dentro del mercado, pues las condiciones en las que ahora laboran no ofrecen mucha afluencia de personas. Él dice que siguen esperando la ayuda de las autoridades, y a las personas les dice que están “a pie de lucha” y les invita a que se den una vuelta y transiten dentro de los negocios reubicados, pues requieren contar con su presencia y apoyo porque no saben cuánto tiempo van a estar en esa situación.
Dentro del Mercado San Juan de Dios, en el patio principal, hay sillas y mesas que esperan ser ocupadas, gente que ofrece a voz alta las delicias gastronómicas que ofrecen familias que trabajan el área de comida; ahí está la familia de Magdalena García, quien es propietaria de “Tortas Don Chilo”, ella es la tercera generación al frente de este negocio que lleva más de 50 años ofreciendo comida en dos locales ubicados por la puerta número 50.
Magdalena cuenta que al enterarse del incendio le preocupaba mucho lo que le podía pasar al mercado: “es que se decían muchas cosas, decían que se había quemado todo el mercado y quieras o no si te asustas”, narra que cuando les permitieron ver sus locales y sus pérdidas, dice que no parecían tan grandes, aunque la realidad fue que todo estaba dañado, incluso, los metales de su cocina habían sido alcanzados y afectados por el calor de las llamas.
Ahora donde fue reubicada, ella se siente muy diferente, pues no tiene el espacio suficiente para atender a sus clientes, apenas puede colocar dos mesas con dos sillas. Además asegura que, pese a la publicidad que han colocado sobre su puesto y en las redes sociales, la afluencia de personas ha sido muy poca, y sus clientes se sienten desorientados sobre en dónde están ubicados ahora o siquiera si están “Muchos negocios si están laborando, pero la verdad que ni yo sé dónde quedaron ubicados ni cómo se organizó todo esto”, menciona Magdalena.
Así como Paty, Refugio y Magadalena, muchas personas están comenzando desde cero sus negocios, reubicados y distribuidos por el mercado. Señalan que están “en pie de lucha” esperando vender para seguir trabajando, pero también están a la espera de volver a sus espacios que han habitado por años. Aunque saben que para esto deberán esperar, mínimo, cuatro meses como han anunciado las autoridades.
La invitación es apoyar al Mercado, así como a las y los locatarios afectados. Apoyarlos también implica impulsar la economía local, tradicional y cultural en San Juan de Dios.