Falta de agua y altas temperaturas en varias partes del territorio nacional son consecuencia cada vez más notoria del cambio climático que afecta a México. Foto Duilio Rodríguez
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El Instituto Nacional de Cambio Climático reunió a los científicos mexicanos que colaboraron en el último informe de la ONU sobre Cambio Climático. Compartieron sus aportes y discutieron las opciones que hay en México para aminorar y adaptarse a sus efectos. Se requiere una respuesta conjunta: gobiernos, sociedad civil y empresarios
Texto: Arturo Contreras Camero
Foto: Duilio Rodríguez
CIUDAD DE MÉXICO.- Para que las comunidades de México que son más vulnerables ante el Cambio Climático puedan soportar sus efectos (como sequías, inundaciones, olas de calor o incremento de nivel de los cuerpos de agua), tanto gobiernos (sobre todo estatales y municipales), sociedad civil y los empresarios deben actuar en conjunto.
La tarea suena titánica, pero para poder tener una acción coordinada ante este reto global se debe reconocer que el Cambio Climático es un problema que requiere de enfoques multidimensionales para solucionarlo, ya que no es un problema solo ambiental, coincidieron científicos mexicanos y autoridades en la materia del gobierno federal.
A finales de febrero el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC) publicó su sexto informe sobre los efectos que está teniendo la emergencia climática en comunidades alrededor del mundo y una serie de sugerencias al respecto. En la elaboración del informe participaron más de 270 científicos de todo el mundo, entre ellos 15 mexicanos.
Este martes 19 de abril el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), el órgano de la administración federal a cargo del tema, organizó un seminario virtual para dar a conocer los aportes hechos por estos científicos, quienes además compartieron sus miradas sobre las acciones que podemos tomar desde distintas áreas de la sociedad.
El principal reto, según los comentarios de los especialistas en el seminario, es que los gobiernos estatales y municipales tienen que empezar a tomar medidas al respecto, que promuevan un desarrollo resiliente y que privilegie la creación de capacidades institucionales para hacer frente a los efectos que vienen.
El papel de los municipios
Los gobiernos municipales y estatales de todo el país deberían iniciar a hacer una revisión, o incluso creación, de los programas de adaptación al Cambio Climático, señaló el doctor Roberto Sánchez Rodríguez, profesor-investigador del Colegio de la Frontera Norte en Estudios Urbanos y del Medio Ambiente, y uno de los autores del informe del IPCC.
“No solo necesitamos una evaluación de las políticas de cambio climático a nivel federal, que la última vez que se revisó fue en 2018. También hace falta una estrategia nacional de adaptación”, señaló el doctor Sánchez. “Además, a niveles locales, necesitamos empezar a incorporar un análisis de vulnerabilidad, que se está desarrollando, que nos ayude identificar quién es vulnerable y a qué, e identificar por qué. Esto permitirá tener un insumo para medir e identificar las acciones para la adaptación en periodos de muy corto plazo”.
En México ya existe un Atlas Nacional de Vulnerabilidad al Cambio Climático, que permite identificar las regiones, sectores o poblaciones más vulnerables a diferentes embates climáticos, y así diseñar estrategias de adaptación en consecuencia, sin embargo, son pocos los gobiernos municipales y estatales que están conscientes de ello, sino que en muchas ocasiones no tienen las capacidades técnicas para usarlo, sobre todo ante administraciones que cambian constantemente y que no consideran el tema como una prioridad.
“Ahí se mapea la vulnerabilidad a diferentes impactos, como estrés hídrico, y demás, se analiza su vulnerabilidad en diferentes componentes como exposición y la sensibilidad. Pronto, desde el INECC, lanzaremos una actualización de este instrumento, incluyendo nuevas problemáticas”, señaló al respecto Margarita Caso, coordinadora general de Adaptación al Cambio Climático y Ecología de ese instituto.
Después de los análisis que han hecho diversos científicos de los que asistieron al seminario, se encontró que las capacidades más robustas de adaptación y mitigación se encuentran en las ciudades o comunidades con una mejor infraestructura de servicios, mientras que los municipios con menor índice de desarrollo reportaron ser más vulnerables o tener capacidades más limitadas, como señaló el doctor Gian Delgado, investigador del programa Ciudad, gestión, territorio y ambiente del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM.
El reto epistemológico
Además de volcar la atención de autoridades locales a la acción climática, es importante que como sociedad erradiquemos la división que se cree existe entre lo político y lo social, como explicó el profesor y coordinador de sostenibilidad de la Escuela de Humanidades y Educación del tec de Monterrey, Luis Ricardo Fernández Carril, otro de los autores del informe.
“Las políticas públicas no deben estar formadas únicamente desde los tomadores de decisión, sino de una investigación intercultural. Hay muchos sesgos que por el término disciplinar ellos no ven, por lo que necesitamos encontrar a más investigadores de las Ciencias Sociales y de las Humanidades que entren a hablar del tema climático.
Este cambio pasa también por el reconocimiento de los conocimientos milenarios de las comunidades indígenas que han cuidado bosques y selvas desde tiempos antiguos, así como por la crítica a los hábitos de consumo tecnológico y del paradigma de desarrollo que conocemos.
“Esta es la primera vez en la historia del IPCC que se dedica un capítulo a los aspectos sociales”, agrega el doctor Julio Díaz-José de la Universidad Veracruzana y autor del informe. “Es importante porque los seres humanos somos quienes elegimos, adoptamos y consumimos las tecnologías de acuerdo a nuestro contexto, pero en medida que no seamos sensibles a las medidas que se deben alcanzar, no las podremos lograr.
El doctor Díaz-José explica que la agenda de adaptación al Cambio Climático se ha centrado en tres ejes principales: cambiar términos socioculturales, normalmente relacionados con la infraestructura; evitar la emisión de gases y las acciones en contra de la ecología y mejorar, que se refiere a los cambios tecnológicos que tenemos, como la implementación de autos eléctricos o nuevas tecnologías de generación eléctrica.
“Nos hemos centrado en la parte de mejorar la tecnología, y no en la parte de evitar y cambiar nuestros hábitos de consumo”, explica el investigador. “En cuanto al aspecto de los cambios de infraestructura, deberíamos dejar de enfocarnos en la responsabilidad de los individuos y dejamos de ver las acciones en infraestructura con enfoques multisectoriales que involucren a diversos actores de la sociedad, a los gobiernos y a los individuos en participación comunitaria”.
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