Cátedra AMIDI
Por Carolina Montiel Navarro / @caroMN / @Amidi_com
A lo largo de los años, las personas adultas hemos tenido que desarrollar, la mayor parte de las veces de manera autodidacta, nuevas habilidades y distintos aprendizajes para lograr comunicarnos mediante las nuevas herramientas digitales que surgen periódicamente y cada vez más rápido.
Al mismo tiempo, en la actualidad, nuestras vidas transcurren en un mundo cada vez más conectado a internet. Día y noche estamos expuestos a grandes cantidades de información que llegan a través de nuestros dispositivos móviles, computadoras y desde diferentes plataformas sociodigitales.
De esta manera estamos expuestos y expuestas a una gran diversidad de opiniones, datos y todo tipo de información: desde los últimos avances en materia de salud relacionados con la pandemia de la COVID-19, hasta los datos de la temperatura y el clima que nos ayudan a decidir qué ropa nos pondremos.
La velocidad con la que se transmiten y nos llegan esos grandes volúmenes de datos nos genera no pocas dificultades a la hora de diferenciar la calidad de la información que recibimos, esto incluye tener claridad sobre lo que se refiere a información fidedigna, lo que se trata de una opinión y lo que son noticias falsas o desinformación.
Del fact-checking a nuestros (malos) hábitos de consumo informativo
Durante la última década, en más de 50 países surgieron plataformas dedicadas a la verificación de las noticias. Alrededor del 90% de ellas fueron creadas a partir de 2010 según datos del Instituto Reuters para el Estudio del Periodismo. México no ha sido ajeno a estos avances y en el país hay diferentes experiencias de verificación de datos independientes y relacionadas con medios de comunicación.
Esto ha vuelto más accesible la tarea de tomar conciencia sobre el tipo de información que consumimos y difundimos.
Sin embargo, hay un dato que llama la atención: sólo el 36 % de los mexicanos y mexicanas realizan los cuatro pasos que demuestran buenos hábitos de consumo antes de compartir o reenviar noticias. Casi dos de cada tres personas que comparten información en México no validan la veracidad de la misma (Barómetro de confianza-Edelman, 2021).
Cuando hablamos de buenos hábitos de consumo de información nos referimos a: informarse frecuentemente, evitar burbujas informativas, verificar la información y no replicarla sin antes validarla.
Esto sucede en medio de una crisis de confianza en las fuentes informativas. Datos del mismo informe afirman que durante el año 2021 los niveles de confianza en fuentes informativas en México registraron una caída sin precedentes: el 70% de las personas encuestadas creen que nos encontramos en medio de una crisis de información. Los porcentajes de confianza en fuentes de noticias e información presentaron pérdidas. Los buscadores (69%) continúan siendo el medio más confiable en comparación con los medios tradicionales (58%) y las redes sociales (45%).
Ante esta perspectiva, ¿cuál es entonces la situación de los niños, niñas y adolescentes que se encuentran en una etapa de aprendizaje, investigando y descubriendo el mundo que les rodea?
Niñez y alfabetización digital
Sin bien es cierto que los niños, niñas y adolescentes de hoy nacieron en un mundo altamente conectado y donde las pantallas están presentes en sus diversos espacios y rutinas, tampoco se encuentran ajenos a los desafíos que tienen que enfrentar las personas adultas.
En México, el 50 por ciento de niñas y niños de seis a 11 años de edad usan internet y acceden a una computadora; en el caso de las y los adolescentes de 12 a 17 años, el porcentaje asciende a 80 % – 94 % (UNICEF).
Las y los menores de edad leen, ven video y consumen información en general mediante redes sociodigitales. Es decir: muchas de sus fuentes de información surgen de esos espacios digitales. A su vez, estas plataformas digitales son los mayores canales de difusión de información falsa.
¿Qué hacer entonces? ¿Es posible apoyar a la niñez para que tome conciencia de la importancia de la información que consume, difunde, produce y comunica como parte de una ciudadanía responsable? ¿Cómo promover un consumo responsable y con sentido de los contenidos digitales desde la infancia?
Parte de la respuesta parecen ser las habilidades que se pueden obtener mediante la alfabetización digital considerada en un sentido amplio. Cuando nos referimos a ese concepto, no lo vinculamos solamente al manejo técnico de una computadora, celular o tableta (habilidad instrumental), sino que nos referimos a las habilidades cognitivas y comunicativas, que involucran buscar, seleccionar, analizar, comprender, elaborar contenidos, capacidad de difundirlos y promover la retroalimentación de los mismos.
Para acceder a mayores detalles sobre procesos de alfabetización digital y las habilidades que debemos desarrollar las personas usuarias de aparatos digitales, pueden ingresar a la entrada de este blog ¿Qué son las alfabetizaciones digitales críticas y por qué importan? escrita por la Doctora Luz María Garay Cruz.
Considerando a la alfabetización digital como un aspecto fundamental para el ejercicio de los derechos humanos a la información y a la comunicación, alrededor del mundo surgen iniciativas destinadas a que los niños, niñas y adolescentes con acceso a internet puedan evaluar la credibilidad de la información que les llega, así como también, al mismo tiempo, promover su pensamiento crítico que les permita producir y difundir información fidedigna.
Es importante destacar que aunque el 70% de las y los jóvenes en todo el mundo están conectadas a internet, según datos de UNICEF. Asimismo, las políticas de internet nacionales e internacionales actuales no tienen en cuenta suficientemente sus necesidades y derechos particulares. Entonces, un importante número de iniciativas de alfabetización digital provienen o están impulsadas desde la sociedad civil.
A continuación, abordaremos algunos ejemplos de iniciativas de alfabetización digital que contienen actividades y/o temáticas dirigidas a niños, niñas y adolescentes.
Semana mundial de la AMI
Sin dudas, en la Alfabetización Mediática e Informacional (AMI) convergen las distintas competencias relacionadas con la alfabetización digital en un sentido amplio, ya que se refiere a la capacidad para acceder y procesar críticamente la información, analizar los mensajes mediáticos y cuestionar las prácticas comunicativas.
La UNESCO se encuentra promoviendo en sus países miembros y con apoyo de distintas instituciones y organizaciones, la semana mundial AMI. Con el objetivo de posicionar la AMI en el mundo post pandémico. Al respecto, en octubre del 2021 se desarrolló la semana mundial de la AMI «Alfabetización mediática e informacional por el bien público». Su agenda consideró a los niños, niñas y adolescentes, abordando temas como: Juventud, AMI y liderazgo digital.
Red AMI México
La Red AMI México es un esfuerzo para impulsar la Alfabetización Mediática e Informacional en el país y combatir el consumo y difusión de «noticias falsas» y discursos de odio. Los públicos objetivo a los que se enfoca incluyen a jóvenes de 14 a 24 años.
Internet matters
Internet Matters es una organización creada en Londres en el 2014. En la actualidad ofrece una gran cantidad de herramientas para padres, docentes, niños, niñas y adolescentes con el objetivo de que las y los menores tengan una navegación segura en línea.
Abarcan temas como el cyberbulling, cantidad de tiempo en pantalla y cómo prevenir y combatir la desinformación.
Digipo
Digital Polarization Initiative (Digipo) está impulsada por ADP, una red de casi 300 colegios y universidades estatales estadounidenses enfocados en el papel de la educación superior pública y en la preparación de la próxima generación para estar informada y comprometida con una sociedad civil equitativa. El objetivo es desarrollar la alfabetización ciudadana y digital del estudiantado: los y las estudiantes participan en un proyecto amplio e interinstitucional para verificar, anotar y proporcionar contexto a las diferentes noticias.
Proyecto Comunicación Comunitaria
El Proyecto Comunicación Comunitaria de la Universidad de Brasilia desarrolla desde el año 2002 talleres y cursos permanentes con docentes y estudiantes de la enseñanza básica produciendo materiales audiovisuales y conciencia crítica. Los resultados de los trabajos pueden ser seguidos vía página web y perfil en Facebook. Las actividades cuentan con el apoyo de instituciones científicas como la Fundación de Apoyo a la Investigación del Distrito Federal (FAPDF).
Criança e consumo
Mediante un programa multidisciplinario, Criança e consumo —una organización desarrollada en Brasil— se ocupa de difundir y debatir ideas sobre cuestiones relacionadas con la publicidad de productos y servicios destinados a la niñez, así como también brindar soluciones para minimizar y prevenir posibles daños.
Thaki
Thaki es una iniciativa que ofrece dispositivos y contenidos educativos digitales a niñas, niños y jóvenes refugiados para promover su alfabetización digital y liberar su potencial futuro. Fue creada en el 2015 y ha trabajado con niños y niñas desplazados de Siria que se encuentran refugiados en Líbano y Jordania.
Chicos.net
Chicos.Net, por su parte, es una organización creada en Argentina que cuenta con diferentes programas de capacitación que procuran dar respuestas a preguntas como: ¿Podemos seguir diferenciando lo real y lo virtual cuando la vida de los y las más jóvenes pasa por las redes sociales? ¿Cómo acompañarlos para que disminuyan los riesgos y potencien su participación?
Competencias para ejercer derechos
Lo cierto es que millones de niños y niñas de todo el mundo usan internet para aprender y socializar. Por lo mismo, es fundamental que tengan la posibilidad de desarrollar las competencias necesarias para consumir y utilizar la información de una manera responsable, en el ejercicio del derecho humano a la información y a la comunicación desde la niñez.
Consideremos, además, que la obtención de las distintas habilidades relacionadas con la alfabetización digital, permiten a las y los niños comprender información sobre asuntos que afectan a las comunidades de las que son parte y los habilita a realizar aportes para, por ejemplo, crear propuestas y soluciones. Esto se traduce en sumar su voz como ciudadanos y ciudadanas que forman parte de la sociedad de manera activa.
Definitivamente el acceso a las tecnologías digitales y la alfabetización digital pueden mejorar la vida de los niños, niñas y adolescentes y de las comunidades a las que pertenecen.
Sin embargo, se vuelve importante señalar que según datos de UNICEF, el 29 % de las y los jóvenes de todo el mundo, es decir, unos 346 millones de personas, no tienen acceso a internet.
Sumada a la necesidad de alfabetización digital, la brecha digital es un punto a tomar en cuenta. Ya que, como mencionamos, estos dos elementos pueden brindar nuevas oportunidades a las y los menores habitantes de las regiones más marginadas del planeta. De la primera nos hemos referido en este artículo brevemente. La segunda podrá ser tema para una próxima entrada.
Para seguir aprendiendo
- Alfabetización mediática en América Latina. Revisión de literatura: temas y experiencias (Lidieth Garro-Rojas. Universidad de Costa Rica. 2019).
- Los nuevos desafíos de la alfabetización. (UNESCO, 2020) | Boletín de prensa.
- Niños en un mundo digital (Unicef, 2017) | Resumen de informe oficial.
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Carolina Del C. Montiel Navarro (@caroMN) es comunicadora y periodista. Se especializa en comunicación institucional con perspectiva de derechos humanos y tiene interés en combatir el desorden informativo y los discursos de odio, y brinda talleres al respecto (Voz a Vos). Coordinadora de comunicación de Scalabrinianas Misión con Migrantes y Refugiados capítulo México.
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Este texto se publicó originalmente en:
¿Por qué es necesario que niños, niñas y adolescentes accedan a la alfabetización digital?